BlackRock

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BlackRock es una empresa judía de gestión de inversiones cuya sede central se encuentra en Nueva York. Es considerada como la más grande y poderosa del mundo en gestión de activos,​ con unos activos bajo gestión valorados en más de diez billones de dólares, en enero de 2022. Está liderada por el politólogo judío estadounidense Larry Fink.

BlackRock invierte en estrategias de renta variable, renta fija, gestión de efectivo, inversiones alternativas y activos inmobiliarios. Ofrece servicios de gestión del riesgo, asesoramiento estratégico y sistemas de inversión propios a una amplia base de clientes con unas carteras que suman 8 billones de dólares.

A diferencia de los bancos cuyos préstamos y depósitos figuran en sus balances como activos y pasivos, BlackRock es un mero administrador del dinero de otras personas y tiene control sobre las inversiones que tiene en nombre de otros, lo que le da una gran influencia, pero no se queda con las ganancias ni sufre pérdidas por ellas. Mientras que los bancos se derrumban si sus activos pierden aunque sea una fracción de su valor, BlackRock puede transferir cualquier déficit a sus clientes y resistir choques mucho mayores.

Su plataforma electrónica Aladdin comunica a las principales empresas con los mercados de acciones, deuda, divisas y productos derivados.

BlackRock es uno de los grupos financieros más influyentes en Wall Street y Washington, así como en Europa.

Cuenta con 21 centros de inversiones, 70 oficinas en 30 países y clientes en 100 países.

BlackRock promueve las ideologías del marxismo cultural en todo el mundo.

Historia

Fue fundada en Nueva York en 1988 por los judíos Larry Fink, Robert S. Kapito, Susan Wagner, Barbara Novick, Ben Golub, Ralph Schlosstein, Hugh Frater y Keith Anderson.

Muchos socios de Blackstone decidieron crear el grupo hoy conocido como BlackRock. En la década de 1990 abrió oficinas en Londres, Sídney, Hong Kong, Fráncfort del Meno, Milán y Dubái. En los años 2000 se extendió por San Francisco, París, Pekín, Bombay, Zúrich, Madrid, Moscú, México, D. F. y São Paulo, Brasil.

Philip Hildebrand, expresidente del Banco Central de Suiza, se convirtió en el vicepresidente de BlackRock en 2012. También miembro del Grupo de los 30, otra institución internacional financiera creada en 1978 por David Rockefeller. Gracias a su gestión, BlackRock consolidó su poder y en 2015 se unió al Grupo Bilderberg.

En abril de 2020, la división de consultoría de BlackRock ganó un contrato de la Reserva Federal de Estados Unidos para gestionar su programa de estímulo financiero. Esto desató acusaciones de conflicto de interés porque el programa incluye una línea de compra de participaciones en fondos cotizados y BlackRock controla la mitad de dichos fondos en Estados Unidos.

Influencia política

Desde finales de la década de los 2010, BlackRock se ha convertido en uno de los principales grupos de presión política tanto en Estados Unidos como en Europa, caracterizándose por contratar a antiguos altos cargos de gobiernos y bancos centrales. Entre ellos se cuentan:

También controla la mayoría de las acciones del Grupo Pearson que hasta 2015 fue copropietaria de la revista The Economist y de The Financial Times. Asimismo, BlackRock introdujo selectivamente gente de su confianza en el gabinete del presidente Joe Biden. Entre ellos se encuentran Wally Adeyemo, como Secretario adjunto del Tesoro, quien fue asesor principal de Fink de 2017 a 2019; Brian Deese, como Director Consejo Económico Nacional y quien fue director global de inversión de desarrollo sostenible de BlackRock; Michael Pyle, que fue estratega jefe global de inversiones se convirtió en el economista de Kamala Harris siendo que no es economista, y Thomas Donilon quien es jefe de BlackRock Investment Institute, el cual es un departamento de inteligencia encargado de informar a BlackRock dónde conviene hacer inversiones mediante la "predicción" de eventos políticos.

Además, Donilon tiene a su familia metida en el gabinete: su hermano Mike es el asesor principal de Biden, su esposa Katherine es directora del personal de la Casa Blanca y su hija Sara es parte del consejo de seguridad.

Larry Fink trabaja con los dos partidos de Estados Unidos, siendo uno de los directores del Consejo de Relaciones Exteriores. También es miembro (junto a Bill Gates, Mark Zuckerberg, Elon Musk y Jeff Bezos) del Business Roundtable, el think tank de los mega-empresarios estadounidenses. En 2002 ingresó a la fraternidad secreta de Wall Street, Kappa Beta Phi.

Es gran amigo y aliado de Barack Obama, Donald Trump y Joe Biden, y fue uno de los directivos de Wall Street invitado a una cena en la Casa Blanca ofrecida por el entonces presidente Obama en honor al líder chino Xi Jinping. Obama y Biden pidieron sus servicios para ayudarlos a conseguir inversores para sus proyectos de infraestructura y bienes raíces.

A principios de 2020, con la crisis sanitaria de COVID-19, Trump recurrió a Fink ante la posibilidad de una crisis económica, y procedió a otorgarle el control de la Reserva Federal para dirigir y administrar la compra de bonos para el gobierno.

Al darle a BlackRock el control total de este programa de compra de deuda, hace que esta empresa sea aún más importante para el sistema financiero, sin embargo, BlackRock no está sujeto a las regulaciones de instituciones financieras a diferencia de otras empresas más pequeñas.

ESG

Fink es miembro del Foro Económico Mundial, el cual es promotor del Capitalismo Verde, el Green New Deal y el Gran Reseteo, por ello es que BlackRock es uno de los mayores accionistas de las grandes farmacéuticas que protagonizaron la pandemia de COVID-19 y la promoción de las peligrosas vacunas contra COVID-19.

Usando la excusa del cambio climático, Fink pudo introducir en el mercado mundial el esquema ESG o Environmental Social Governance que es un conjunto de criterios que se deben seguir para poder calificar una inversión como "ética y responsable". ESG se autoproclama como un supuesto indicador de calidad de las empresas y que define su responsabilidad con la sociedad.

Todas las compañías deben seguir estos lineamientos los cuales están enfocados a la propaganda progresista y marxista cultural con toques pseudoecologistas, esto implica que deben politizar su contenido y tener enfoques en la moda del momento, tal como el COVID-19, el cambio climático o la guerra en Ucrania.

Así, las compañías que contratan preferentemente empleados con "diversidad de género" o que toman medidas para eliminar su "huella de carbono", son aprobadas para que puedan expandirse. Si una empresa no cumple con los criterios ESG, entonces esa empresa no puede triunfar en el mercado. En palabras de Larry Fink: "Si las compañías no acatan el estándar ESG serán sancionadas y hasta posiblemente borradas del mapa".

Además de BlackRock, otros dos poderosos fondos de inversión que están comprometidos con el ESG son Vanguard Group y State Street, cuya estrategia en conjunto ha sido comprar todas las acciones posibles de la mayor cantidad de empresas, con ello dichas empresas tendrían que adherirse obligatoriamente el ESG y obedecer las órdenes de sus accionistas. De ese modo, estos fondos de inversión se convierten en el monopolio global supremo.

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