Luis Orgaz Yoldi

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Luis Orgaz Yoldi.

Luis Orgaz Yoldi (Vitoria, 28 de mayo de 1881 - † Madrid, 31 de enero de 1946) fue un militar español, jefe del Alto Estado Mayor; desterrado por la II República a Canarias. Ejerció como jefe de la División Reforzada de Madrid y creador de las eficaces academias de oficiales provisionales durante la Guerra Civil Española. Conspiró varias veces contra el general Franco en favor del pretendiente Juan de Borbón.

Campaña de Marruecos

El 11 de febrero de 1920 el alto comisario Berenguer inicia su ofensiva sobre Xauen, Orgaz manda una columna que desde Tetuán penetra a través del macizo de Beni Hosmar.[1] El 8 de septiembre de 1925 con el empleo de Coronel de Intervenciones de la Comandancia, manda la vanguardia de la columna Sousa encargada de socorrer la posición asediada de Cudia Tahar clave para la defensa de Tetuán.[2]

Regresa a la península y en 1926 es contertulio de Francisco Franco en la Gran Peña. El 4 de marzo de 1926, tras el acuerdo entre el mariscal Petain y el general Primo de Rivera, se produce la ruptura del frente que busca la aniquilación de Abd el Krim. La columa del coronel Orgaz rodea desde la cabeza de puente de Axdir el Yebel para silenciar la artillería rifeña. El general Castro Girona ordenó en septiembre de 1926 la convergencia en el Llano Amarillo de Ketama de las columnas de Sebastián Pozas, Orgaz y Osvaldo Capaz.

Dictadura

José Sánchez Guerra, exiliado a Francia en 1927, regresó a España y el 29 de enero de 1929 encabezó en Valencia la Conspiración Constitucionalista de 1929, una conspiración militar contra Primo de Rivera. El regimiento de artillería de guarnición en Ciudad Real la secundó, y fue reducido por la aviación y la marcha de una columna de Madrid dirigida por José Sanjurjo y Orgaz.[3]

Luis Orgaz Yoldi fue desterrado a Canarias por su implicación en la sublevación de Sanjurjo en agosto de 1932.

Golpe de Estado

La Conspiración

El 8 de marzo de 1936, víspera de su traslado a Canarias, el general Franco participa en la reunión celebrada en la madrileña calle del general Arrando, 19, estando presentes, al menos, Emilio Mola, Luis Orgaz, Rafael Villegas, Joaquín Fanjul, Ángel Rodriguez del Barrio, Andrés Saliquet y José Enrique Varela. Se trata abiertamene la posibilidad de que fuera imprescindible un levantamiento, indicándose a José Sanjurjo como el jefe más adecuado. Según Luis Suárez Fernández, Franco evitó comprometerse, si bien estuvo de acuerdo con lo demás sobre dos puntos: la disolución de la Guardia Civil y el relevo en masa de oficiales del Ejército sería la señal de que se iba a implantar en España una dictadura marxista.[4] Según Ricardo de la Cierva en la minuta redactada por González Carrasco resume lo tratado en la reunión, actuando en las funciones de secretario el teniente coronel Valentín Galarza Morante, acordando la formación de una Junta constituida por los generales comprometidos residentes en Madrid.[5]

Señalada como fecha para el pronunciamiento el 20 de abril de 1936, no se movió una sola unidad pero el gobierno se enteró lo suficiente como para encerrar al general Varela en el castillo gaditano de Santa Catalina y confinar al general Orgaz en Canarias, donde se puso inmediatamente en contacto con el general Franco.[6] Ante las numerosas dudas de Franco sobre la decisión de sumarse al Alzamiento Nacional, este comentario pone de manifiesto la labor de persuasión realizada por Orgaz:

"...Es decir que mi consigna fue el principio estratégico de acción conjunta y sorpresa: sin eso, como todos los militares sabíamos, era muy difícil vencer. Me daba cuenta de que el movimiento militar iba a ser reprimido con la mayor energía y por eso rechazaba la opinión, muy extendida, como afirmaba el general Orgaz, y que tú también oíste cuando lo dijo en Tenerife: que iba a ser una perita en dulce y si yo no me decidía se la iba a comer otro..."
—Opinión del general Franco, comunicada a su primo Franco Salgado el 27 de abril de 1968

Alzamiento Nacional

(Artículos principales: Alzamiento Nacional y Pronunciamiento del 17 y 18 de julio de 1936)

El 16 de julio de 1936, separado del servicio y desterrado en Canarias, despacha con el general Franco en Santa Cruz de Tenerife cuando buscaba la forma de trasladarse a Las Palmas.[7]

Acude a Las Palmas donde se celebran funerales por el fallecido gobernador militar de general Amado Balmes. Antes de las cuatro de la mañana del 18 de julio de 1936, Martínez Fuset y Franco Salgado despiertan al general Franco con la noticia del alzamiento en Melilla. Franco sale inmediatamente para la Comandancia con sus colaboradores y el general Orgaz, encargado de que sus fuerzas ocupen los edificios y objetivos previstos.[8] La guardia de la Comandancia y los destacamentos dispuestos por Orgaz repelen a los manifestantes y establecen el orden rebelde. El general Franco, antes de emprender el viaje más importante de su vida, transmite a Orgaz el mando del alzamiento en Canarias.:[9]

"...Franco tiene el camino libre para tomar el mando del Ejército de África que se le asignaba en las instrucciones de Mola. La situación en Canarias parece suficientemente asegurada y Franco la deja en manos del general Orgaz que consumará con eficacia el Alzamiento Nacional en todas las islas..."
Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, página 313.

Una vez llegado a Tetuán, el futuro Generalísimo ordenó a Orgaz que se incautara del bimotor de la Lufthansa que acababa de llegar a Canarias y se viniese con él al Protectorado Español de Marruecos.[10]

La tarde del 5 de agosto acompaña al general Franco en el puesto de mando situado en el fuerte del Hacho dirigendo el Convoy de la victoria de Ceuta a Algeciras.

Nombrado Alto Comisario Español en Marruecos por el bando nacional aseguró la recluta y envío de tropas marroquíes a la península en connivencia con los jefes tribales marroquíes.

Elección de Franco

Reunida el 28 de septiembre en Salamanca, la Junta de Defensa Nacional plantea la necesidad de establecer el mando único en una guerra en la que participaban aliados diversos. Junto con los generales Alfredo Kindelán y Emilio Mola, Orgaz toma la iniciativa de proponer al general Franco como Generalísimo.

Según Luis Suárez Fernández el apoyo incondicional tanto de Orgaz como Kindelán venía motivado por considerar a Franco como garantía de que la Monarquía sería reinstaurada, y no se equivocaron, salvo en el tiempo.[11] Sin embargo, Orgaz y Kindelán querían una designación temporal restringida a la duración de la guerra. Ricardo de la Cierva manifiesta que el general Franco le confesó que nunca pretendió el mando único total, pero si no se le ofrecía rechazaría el mando militar exclusivo.[12]

Guerra Civil

Participó como Jefe de una división en la batalla de Madrid, en la del Jarama y en la de Guadalajara, donde fracasó estrepitosamente.

El 6 de enero de 1937 el general Luis Orgaz -que había sustituido a José Enrique Varela herido el 25 de diciembre de 1936, en medio de durísimos forcejeos, alcanzó la carretera de La Coruña.[13]

En febrero de 1937 la División Reforzada de Madrid desbordó el flanco opuesto, el derecho, las defensas del ejército republicano en el sector del Jarama y trató de alcanzar Arganda y Alcalá de Henares para cortar la comunicación con Valencia. El general Miaja logró frenar a las fuerzas de Orgaz, que fijaron allí el frente hasta el final de la guerra.[14]

En 1937 fue nombrado consejero nacional de FET y de las JONS y, poco tiempo antes de terminar la contienda, jefe del Ejército de Levante hasta el final de la Guerra Civil.[15]

Academias de Alféreces Provisionales

A finales de marzo de 1937 el general don Luis Orgaz Yoldi fue nombrado Inspector de Movilización, Instrucción y Recuperación (MIR) con la misión de preparar e instruir a la nueva oficialidad. Una de sus primeras medidas fue reformar las Escuelas creadas por la Junta de Defensa Nacional y convertirlas en Academias de Alféreces Provisionales, cada una con un coronel Director al frente. Se le considera el creador de la oficialidad provisional. En junio de 1938 el Generalísimo le otorgó el empleo de alférez honorario del Arma de Infantería, empleo que éste ostentó con orgullo hasta su muerte y cuyo distintivo llevó siempre sobre la guerrera.

Postguerra

Capitán General de Cataluña de 1939 a 1941. El 12 de mayo de 1941 es nombrado Alto Comisario Español en Marruecos, permaneciendo durante este su segundo mandato hasta 1945.

Participa en la Conspiración monárquica contra Franco, cuya primera fecha documentada data del 10 de julio de 1941, según el diario de Gil Robles: Recibo -dice- una consulta de Carrascal, a quien reiteradamente se ha pedido en nombre del general Orgaz la colaboración de las gentes de Acción Popular para un movimiento de tipo monárquico. Aunque Gil Robles mantiene la lealtad a Franco, reconoce que el movimiento conspiratorio del general Orgaz alcanza extensas ramificaciones.[16]

La segunda fase de la conspiración transcurre de diciembre de 1941 a mayo de 1942.[17]

En esta fase el trabajo callado de Eugenio Vegas Latapie y de Pedro Sainz Rodríguez, junto con el protagonismo de José Enrique Varela, Miguel Ponte, Fernando Barrón Ortiz, Ricardo Rada y Heli Rolando de Tella se suman a Antonio Aranda Mata, Alfredo Kindelán, José Solchaga y Andrés Saliquet para derribar a Serrano Súñer en la conocida como crisis de enero de 1942 que termina con negativa y refuerzo de Serrano.

El 8 de noviembre de 1942, cuando el general Franco recibe una carta de Franklin D. Roosevelt relativa a la operación Torch, desembarco aliado en Marruecos, ordena a Orgaz que regresase al Protectorado y mantuviera a sus subordinados en estado de alerta en previsión a una posible reacción alemana. El 12 de noviembre el general Juan Yagüe, sacado del ostracismo, recibe el mando de las fuerzas españolas en Marruecos. Por encima de él se hallaba el alto comisario, Luis Orgaz, pero la dependencia era directa del general Franco.[18]Después del exitoso desembarco de las tropas norteamericanas en el Norte de África, el general Orgaz ha de entrevistarse con el general norteamericano George Patton.

Pidió a Franco la restauración de la monarquía junto con otros militares, y cuando el general Franco recibe el Manifiesto de los Veintisiete, petición de restauración de la monarquía, convoca a Orgaz, en quién confiaban los monárquicos, consiguiendo según manifiesta el conde de Jordana, Francisco Gómez-Jordana Sousa, amansarlo.

Los conspiradores monárquicos progresan en su acción dentro del Ejército contando con la colabración de algunos generales prestigiosos.

"...Entre ellos era uno de los más entusiastas el general Luis Orgaz Yoldi, muy resentido con Franco pos su cese en la Alta Comisaría de Marruecos, quien, según refleja Gil Robles el 23 de agosto, comunica a Pedro Sainz Rodríguez por intermedio de Sangróniz que está dispuesto a sublevarse a favor de la Monarquía con más de cien mil hombres y de acuerdo con Antonio Aranda Mata y otros generales. nadie explicó nunca de dónde saldrían esos cien mil hombres, en todo caso formaba parte de un proyecto prematuro; lo que hacía el general Orgaz era preparar un escrito que con otros tenientes generales sería presentado a Franco cuando volviera del Pazo de Meirás..."

Continúa en su empeño y el 8 de septiembre de 1943, un grupo de generales de prestigio, Orgaz, Dávila, Varela, Solchaga, Kindelán, Saliquet, general José Monasterio Ituarte y Ponte, suscriben en tono muy respetusos: parece llegada la ocasión de no demorar más el retorno a aquellos modos de gobierno genuinamente españoles. Se apuntaba que la Monarquía era el modo de impedir el retorno del Frente Popular. El general Franco consideró esta carta como un simple acto de indisciplina ante el que guardó silencio.[19]

El mismo Orgaz, que pocas semanas antes soñaba con sublevarse al frente de cien mil hombres, ahora -26 de septiembre- lo ve difícil, pues los generales jóvenes y la oficialidad de comandante para abajo están con Franco.

En la Pascua Militar, el 6 de enero de 1944, fue entregado al general Franco un bastón de mando y un álbum en que figuraba la firma de todos los generales y jefes, incluyendo a los que suscribieron el Manifiesto de los Veintisiete.[20]

A mediados de noviembre de 1944, opositores republicanos y monárquicos, declaraban su oposición al comunismo, y su acuerdo de integrar a los socialistas. Su programa pasa por convencer a los aliados de que la victoria sobre el fascismo no sería completa mientras no hubiesen derribado al general Franco. Para ello el general Aranda prepara un gobierno provisional jactándose de contar con el apoyo de Orgaz.[21]

Según manifiesta el ex-ministro Laureano López Rodó, el conde de Barcelona estaba seguro de contar entonces con Orgaz, Aranda y Kindelán, para organizar en España un golpe de Estado tolerado por los aliados.[22]

Como si presintiera la ofensiva general contra su persona y su régimen que iba a desencadenarse con la primavera, el general Franco reajusta a primeros y mediados de marzo de 1945 sus cuadros de apoyo militar, que al menos aparentemente no habían vuelto a resentirse desde la Pascua Militar del año anterior. Luis Orgaz es designado para el cargo de jefe adjunto del Alto Estado Mayor cuyo mando superior seguía en manos del general Fidel Dávila Arrondo desde que cesó el 5 de marzo de 1941 como capitán general de Sevilla.[23]

En el verano de 1945 sus consejeros convencen a Juan de Borbón de la necesidad de salir del encierro suizo y establecerse en Estoril como antesala del trono. Discuten un borrador de documento conminatorio encargando al general Orgaz la consulta a los capitanes generales sobre el documento. Estaba claro que al pretendiente le interesaba por encima de todo un pronunciamiento militar.[24]Pero el general Franco, que no perdía ojo a la conspiración monárquica, designó a Orgaz jefe del Alto Estado Mayor y Orgaz contestó al general Kindelán:

"...Cuando a mí algunas gentes me hablan de un gobierno de generales, yo miro en derredor y no les encuentro. Ante el desánimo de Orgaz, el infante dirige la consulta a varios generales: ¿Debe dirigir el rey al Generalísimo una suprema exhortación para que abandone el poder?..."

Ante las vacilaciones de sus adversarios Franco actúa cesando a Alfredo Kindelán en su cargo de director de la Escuela Superior del Ejército. Al cometar este cese, Orgaz proponía en carta a Kindelán acentuar la soledad de Franco y el propio cesado pensó en un momento en pedir el retiro.[25]

Según Paul Preston Orgaz era un firme monárquico alfonsista. Como todos los miembros de su grupo, ninguno de ellos deseaba acabar con el régimen de Franco, sino más bien reducir el poder que la Falange Española tenía en él, y que se declarase oficialmente, aunque sólo fuese en teoría, que España era una monarquía.

Parlamentario

La designación de conspicuos monárquicos como procuradores alarma a Sainz Rodríguez y a Juan March, incorporado ya a la conspiración pero sin romper con Franco, que visitan al Gil Robles en 14 de febrero de 1943. Los tres coinciden en que el conde de Barcelona debe declarar públicamente su insolidaridad con el general Franco y sus nuevas Cortes Españolas. Sin embargo don Juan se resiste a romper con Franco y no prohíbe a los monárquicos como Orgaz su incorporación a las Cortes.[26]

Procurador en Cortes del grupo de los designados por el Jefe del Estado en la I Legislatura de las Cortes Españolas (1943-1946). Fallecido antes de finalizar la legislatura.

Últimos días

Para Ricardo de la Cierva Orgaz, que varias veces ha conspirado contra el general Franco, se ha retirado de la conspiración. En sus últimas cartas aparece cansado, desanimado, desprovisto de horizonte.[27]

Condecoraciones y cargos

  • Por sus servicios en Marruecos desde 1919, le fue concedida la Medalla Militar en octubre de 1924.
  • Alcanzó el grado de Teniente General por decreto de 15 de mayo de 1939 y desempeñó sucesivamente los cargos de Capitán General de Cataluña y Alto Comisario en Marruecos.

Imputado por crímenes contra la humanidad y detención ilegal

Fue uno de los treinta y cinco altos cargos del franquismo imputado por la Audiencia Nacional en el sumario instruído por Baltasar Garzón, por los supuestos delitos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad cometidos durante la Guerra Civil Española y en los primeros años del régimen, y que no fue procesado al comprobarse su fallecimiento.

Baltasar Garzón fue imputado por prevaricación por este procedimiento al considerar el Tribunal Supremo que no tenía competencias para ello .

Referencias

  1. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, Editorial Fénix, Madrid, página 90
  2. La pérdida de la capital del protectorado hubiera anulado la victoria inicial en el desembarco de Alhucemas, Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, páginas 155-156.
  3. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, página 177.
  4. Luis Suárez Fernández Franco, Barcelona, Ariel, 2005, páginas 31-32
  5. La casa era propiedad de José Delgado y Hernández de Tejada, miembro de la CEDA y agente de Bolsa.
  6. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, páginas 275-278.
  7. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, páginas 287-288.
  8. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, páginas 308-309.
  9. Luis Suárez Fernández Franco, página 39
  10. Luis Suárez Fernández Franco, página 43
  11. Luis Suárez Fernández Franco, página 52
  12. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, página 335.
  13. Grandes batallas de la Guerra Civil Española.
  14. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, página 338.
  15. Biografia de Luis Orgaz enbiografias y vidas
  16. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, páginas 504-505.
  17. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, página 523.
  18. Luis Suárez Fernández Franco, página 229
  19. Luis Suárez Fernández Franco, página 253
  20. Franco no ignoraba que no se trataba de una iniciativa espontánea, sino que se había promovido desde el Ministerio del Ejército. Orgaz se había quejado a Kindelán de la excesiva complacencia de los generales. Carta de 17 de diciembre de 1943. Archivo Fundación Francisco Franco, leg. 64, núm 58.
  21. Luis Suárez Fernández Franco, página 278
  22. Laureano López Rodó, La larga marcha hacia la monarquía, Noguer, Barcelona, 1976, páginas 66-67
  23. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, páginas 691-692.
  24. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, páginas 717-718.
  25. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, página 718.
  26. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, página 606.
  27. Ricardo de la Cierva, Franco, la historia, página 724.

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