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Jean Ousset
Sumario
Biografía
Juventud
Ousset nació en Portugal cuando su padre se encontraba trabajando en ese país, pero creció en la ciudad francesa de Montalzat, educado por sus abuelos en los valores del catolicismo y del monarquismo. Durante su adolescencia estudió en un colegio administrado por dominicos, en donde conoció a Jean Masson.
La lectura de Le voyage du centurion, un libro en donde Ernest Psichari (el nieto de Ernest Renan) narra su conversión al cristianismo, impactó profundamente en el joven Ousset y le sirvió para comprender que el nacionalismo francés sólo sería legítimo si estaba estrechamente vinculado al ejercicio de la vida católica.
Desde muy joven trabajó en un taller de confección de sombreros, pero más tarde renunció a ese oficio para estudiar pintura y escultura en Burdeos. En aquella ciudad tabajó como obrero en una fábrica para obtener el dinero con el cual pagar sus estudios. La experiencia le sirvió además para conocer de primera mano cómo funcionaba la estrategia de los comunistas para infiltrarse en los ámbitos obreros con el fin de adoctrinar a los trabajadores en sus ideas (más tarde Ousset se apropiaría de dicha estrategia y la pondría al servicio del cristianismo).
Al igual que su abuelo y su padre, Ousset fue miembro de la Action Française, llegando en su caso a convertirse en secretario personal de Maurras.
Segunda Guerra Mundial
Ousset combatió a los alemanes en 1940, siendo tomado prisionero en la región de Lorena. Después de varios intentos fallidos de fuga, en 1942 fue finalmente liberado y enviado de regreso a Francia. Allí se unió a la organización Jeune Légion, donde tuvo de compañero a François Mitterrand, quien unas décadas después se convertiría en presidente de Francia.
Durante esos años dirigió la revista Bastions y publicó dos obras de carácter político: Histoire et génie de la France (1943) y Fondement d'une doctrine (1944).
Ousset fue condecorado con la Orden de la Francisca, reconocimiento otorgado por Philippe Pétain a todos aquellos que hubiesen contribuido positivamente con el triunfo de la Révolution Nationale.
Cité Catholique
En compañía de Denis Demarque y Jean Masson, Ousset fundó la Cité Catholique en julio de 1946. La idea de los tres fundadores era la de crear un movimiento que reuniese a aquellos laicos dispuestos a trabajar activamente por la construcción de un orden social cristiano. Para ello proponían difundir la Doctrina Social de la Iglesia entre todos los estratos sociales.
La Cité Catholique jamás tuvo la intención de convertirse en un partido político que representase a la Iglesia Católica. Muy por el contrario, el único objetivo de la organización era difundir el mensaje católico entre la gente para que ésta se inclinase a asimilar y defender los valores útiles para evitar el naufragio social.
El proyecto de Ousset recién comenzó a obtener reconocimiento durante mediados de la década de 1950. Cuando la IV República Francesa entró en crisis debido a la Guerra de Argelia, Ousset atacó duramente a aquellos católicos partidarios del separatismo y carentes de conciencia nacional. En consecuencia muchos progresistas, algunos de ellos supuestamente católicos, comenzaron a acusar a Ousset de ser un difusor del ideario contra-revolucionario entre los círculos militares franceses.
En 1959 publicó Pour qu’Il règne, su obra capital, con prólogo de Monseñor Marcel Lefebvre, a la sazón Obispo de Dakar.
En 1960 apareció una solicitada en la que importantes personalidades francesas (entre las que se encontraban Maxime Weygand, Henri Massis, Gustave Thibon, Édouard Frédéric-Dupont, Gilbert Tournier, Michel de Saint-Pierre, Pierre Mauriac y Alphonse Juin) manifestaron su apoyo a Ousset.
El combate metapolítico
Molesto porque los críticos veían a la Cité Catholique como una suerte de partido político católico, Ousset rebautizó al movimiento con el nombre de "Office International des Oeuvres de Formations Civiques et d'Action Doctrinale selon le Droit Naturel et Chrétien" en 1963. El motivo de adoptar esa denominación tan extensa y cuya sigla era impronunciable era justamente para evitar que la gente vinculada a la organización fuese etiqueteda y acusada de ser miembro de una secta.
La prestigiosa revista Verbe que editaba la Cité Catholique fue sustituida por la revista Permanences. La principal diferencia entre una y otra publicación fue que la primera se focalizaba en aclarar cuestiones dogmáticas sobre diversos tópicos sociales y culturales (v. gr. cuál era la posición católico frente al dinero o cómo debía actuar un católico ante la injusticia social), mientras que la segunda apostaba más bien a analizar la actualidad política y económica desde un punto de vista católico.
Aliado al Opus Dei, Ousset ganó fama y reconocimiento mundial. En plena Guerra Fría este autor popularizó la idea de que los laicos cristianos tenían la responsabilidad de librar un combate contra la "subversión" que amenazaba la existencia de Occidente, y que dicha empresa debía tomar por campo de batalla al ámbito de la cultura.
El Concilio Vaticano II generó un conflicto entre los seguidores del intelectual, ya que muchos de ellos le exigieron que definiese su postura en relación a la conservación o el descarte de la misa tradicional. Ousset se negó a hacerlo, alegando que él no era teólogo y no le correspondía discutir cuestiones litúrgicas. Esa posición suya provocó que muchos de sus discípulos y colaboradores lo abandonasen.
Hacia mediados de la década de 1970, Ousset decidió ceder las tareas de conducción de su movimiento a gente más joven y enérgica que él; sin embargo el intelectual siguió vinculado al mismo en calidad de asesor.
El 20 de abril de 1994 Ousset sufrió un accidente cerebrovascular mientras visitaba el Museo del Louvre y falleció horas más tarde en un hospital parisino.
Pensamiento
Ousset trabajó toda su vida por imponer la idea de que el único gobernante legítimo es Cristo Rey, pues se supone que todos los reyes son elegidos por Dios para materializar su reinado sobre el mundo. Un rey que se desvía de Dios pierde su poder ante sus súbditos y deviene un tirano al cual es necesario derrocar.
Dotado de una gran sensibilidad estética, Ousset promovía la idea de que era necesario lograr que la gente conociera y admirara los esplendores de la civilización cristiana. Para ello partía de la idea de que la Belleza era el primer camino para comprender lo divino, ya que algo es plenamente bello si contribuye a que el hombre eleve la mirada hacia Dios. El arte, por tanto, no debe ser pasional, ya que ese tipo de arte sólo manifiesta la individualidad de quien la produce y no sirve para favorecer ni la comunión del hombre con el hombre ni la del hombre con Dios.
Jacques Trémolet de Villers señaló que el mérito de Ousset consistía en que él hablaba sobre el catolicismo sin la necesidad de recurrir a deducciones teóricas sobre la doctrina cristiana: por el contrario, con sólo observar la realidad lúcidamente recordando que Dios es el creador de todo, era capaz de observar y señalar las huellas de Él en el mundo, demostrando que su presencia entre nosotros es un hecho innegable.
En su obra Amour ou sexualisme ? (1987) el autor vindica a la familia y sostiene que tanto el hombre como la mujer tienen un rol específico que deben cumplir, evitando la quimera de la igualdad. Además apunta que es indigno reducir el misterio del amor a una cuestión meramente física provocada por las pulsiones sexuales (por ende, quienes conciben de ese modo al amor no hacen más que convertir al ser humano en un mero animal carente de razón y voluntad). De todos modos Ousset no concebía como ilegítimo el placer carnal de los amantes, ya que adherir a esa tesis sería caer en el error de los protestantes.
La mayor parte de los escritos de Ousset (muchos de ellos publicados con los seudónimos de Jean Marial, André Roche, Louis Morteau, Jean-Marie Vaissière, Jacques Régnier y Jacques Haissy) pueden ser considerados una apología de la cultura de la vida y un antídoto contra las filosofías materialistas y relativistas que dañaron la matriz cultura de Occidente durante el siglo XX.
Influencia
El pensamiento de Ousset estuvo influenciado en gran parte por el de Charles Maurras, que lo declaró su sucesor junto a Jean Madiran. Otros autores que influyeron en él fueron Antoine Blanc de Saint-Bonnet, el Cardenal Pie y el sacerdote argentino Julio Meinvielle (de quien tradujo su libro De Lamennais a Maritain del español al francés en 1946).
A su vez, Ousset ejerció una gran influencia entre quienes adhirieron a sus posiciones (como Pierre Château-Jobert, Carlos Alberto Sacheri y Alain Escada entre otros) y cultivó una fuerte amistad con Marcel Lefebvre y Plinio Correa de Oliveira.
Bibliografía
- Histoire et génie de la France. París: Bastions, 1943.
- Fondements d'une doctrine. París: Bastions, 1944.
- Pour qu'Il règne. París: Cité Catholique, 1959 (editado en español como Para que Él reine. Madrid: Speiro, 1961).
- Introduction à la politique. París: Cité Catholique, 1961 (editado en español como Introducción a la política. Buenos Aires: Iction, 1963).
- Le marxisme-léninisme. París: Cité Catholique, 1961 (editado en español como El marxismo-leninismo. Buenos Aires: Iction, 1963).
- Pour une doctrine catholique de l'action politique et sociale. París: Cité Catholique, 1961.
- Ce feu qui dévore : 50 méditations sur la Bible. París: Éditions de L'Épi, 1961.
- Le Travail (junto a M. Creuzet). París: Cité Catholique, 1962 (editado en español como El orden económico y social: el trabajo. Buenos Aires: El Ateneo, 1965).
- Le couple liberté-autorité. Le Chesnay: Montalza, 1963.
- Patrie, Nation, État. Bruselas: Savoir et Agir, 1965.
- Rétablir le pouvoir temporel chrétien du laïcat. París: Montalza, 1965.
- Pagaille dans l'Église ou mystère de la Croix ?. París: Montalza, 1966.
- Mission politique des laïcs. París: Office International des Oeuvres de Formation Civique et d'Action Culturelle selon le Droit Naturel et Chrétien, 1968.
- L'Action. París: Office International des Oeuvres de Formation Civique et d'Action Culturelle selon le Droit Naturel et Chrétien, 1968 (editado en español como La acción. Madrid: Speiro, 1969).
- À la découverte du beau. París: Montalza, 1971.
- Notes pour l'action. París: Montalza, 1972.
- L'Office : un certain style d'action (junto a H. Boissonet). París: Office International des Oeuvres de Formation Civique et d'Action Culturelle selon le Droit Naturel et Chrétien, 1972.
- Onze Leçons de notre histoire. París: CLC, 1976.
- Les arguments de notre espoir. París: CLC, 1976.
- Ruine de Rome, incurie des Césars. París: CLC, 1977.
- À la semelle de nos souliers. París: CLC, 1977.
- Amour ou sexualisme ?. Bouère: D.M. Morin, 1987.