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Pecado imperdonable
En la hamartiología cristiana, el pecado imperdonable, también conocido como el pecado de muerte o pecado eterno, es la blasfemia contra el Espíritu Santo, la cual no será perdonada por Dios. Se menciona en varios pasajes de los Evangelios sinópticos, entre ellos Marcos 3:28-29, Mateo 12:31-32, y Lucas 12:10, así como otros pasajes del Nuevo Testamento incluyendo Hebreos 6:4-6, Hebreos 10:26-31, y 1 Juan 5:16.
La Biblia no ofrece una definición precisa del pecado contra el Espíritu Santo, lo que deja espacio para interpretaciones diversas y a veces contradictorias. Esto ha llevado a confusión y ha generado temor y ansiedad espiritual entre los creyentes, especialmente aquellos que luchan con la culpa y la duda y temen haber cometido el pecado imperdonable en algún momento. La idea de cometer un pecado que no puede ser perdonado puede llevar a sentimientos de desesperanza, alienación e incluso al desarrollo de trastornos mentales, por lo que algunos críticos califican esta doctrina como una forma de abuso psicológico, con el que se ejerce un control coercitivo sobre los creyentes, por medio de la manipulación, intimidación y amenaza para disuadirlos de cuestionar o abandonar la fe y así mantener su sumisión.
Desde una perspectiva teológica, algunos críticos cuestionan la lógica interna detrás del concepto del pecado imperdonable. Argumentan que si Dios es verdaderamente amoroso y misericordioso, no debería haber límites para su capacidad de perdonar, y ningún pecado debería estar más allá de su gracia y redención.
Referencias bíblicas
Los versículos de los evangelios que explícitamente mencionan el pecado imperdonable son tres:
- Mateo 12:30: "El que no está conmigo está contra mí, y el que no se reúne conmigo se dispersa. Por eso os digo que se perdonará todo pecado y toda blasfemia, pero no se perdonará la blasfemia contra el Espíritu. El que hable una palabra contra el Hijo del Hombre será perdonado, pero el que hable contra el Espíritu Santo no será perdonado, ni en este tiempo ni en el venidero."
- Marcos 3:28-30: "En verdad os digo que a la gente se le perdonarán sus pecados y las blasfemias que pronuncien; pero quien blasfeme contra el Espíritu Santo nunca podrá tener perdón, sino que es culpable de un pecado eterno, pues habían dicho: "Tiene un espíritu impuro"".
- Lucas 12:8-10: "Y os digo que a todo el que me reconozca ante los demás, el Hijo del Hombre también lo reconocerá ante los ángeles de Dios; pero el que me niegue ante los demás, será negado ante los ángeles de Dios. Y todo el que diga una palabra contra el Hijo del Hombre será perdonado; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no será perdonado."
Otros pasajes del Nuevo Testamento se interpretan frecuentemente como referidos al pecado imperdonable:
- Hebreos 6:4-6: "Porque es imposible volver a hacer arrepentirse a los que una vez fueron iluminados, y gustaron del don celestial, y participaron del Espíritu Santo, y gustaron de la bondad de la palabra de Dios y de los poderes del mundo venidero, y luego se apartaron, ya que por su cuenta están crucificando de nuevo al Hijo de Dios y lo están sometiendo a desprecio."
- Hebreos 10:26-31: "Porque si persistimos voluntariamente en el pecado después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda un sacrificio por los pecados, sino una temible perspectiva de juicio, y una furia de fuego que consumirá a los adversarios. Quien ha violado la ley de Moisés muere sin piedad "por el testimonio de dos o tres testigos". ¿Cuánto peor castigo crees que merecerán los que han despreciado al Hijo de Dios, han profanado la sangre de la alianza por la que fueron santificados y han ultrajado al Espíritu de la gracia? Porque conocemos al que dijo: "Mía es la venganza, yo pagaré". Y también: "El Señor juzgará a su pueblo". Es algo temible caer en las manos del Dios vivo."
- 1 Juan 5:16: "Si alguno ve a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.."
Enseñanzas
Catolicismo
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que, si bien ningún pecado es absolutamente "imperdonable", algunos pecados representan una negativa deliberada a arrepentirse y a aceptar la infinita misericordia de Dios; una persona que comete tal pecado rechaza el perdón de Dios, lo que puede llevar a la autocondena al Infierno. En otras palabras, uno se condena a sí mismo por la impenitencia final (negativa a arrepentirse), como explica Juan Pablo II:
El Catecismo dice que Cristo desea que "las puertas del perdón estén siempre abiertas para quien se aleja del pecado" Al igual que San Agustín, la Iglesia católica enseña hoy que sólo morir sin arrepentirse de sus pecados es el único pecado imperdonable. De hecho, en Dominum et vivificantem el Papa Juan Pablo II escribe:
La blasfemia contra el Espíritu es interpretada como el pecado de atribuir a Satanás lo que es obra del Espíritu de Dios, como cuando los fariseos acusaron a Jesús de obrar por el poder de Beelzebú, el príncipe de los demonios, al expulsar a los demonios.
La Enciclopedia Católica cita Mateo 12:22-32; Marcos 3:22-30; Lucas 12:10 (cf. 11:14-23) y define el "pecado imperdonable" o "pecado contra el Espíritu Santo" de la siguiente manera:
El artículo afirma además que
Críticas
La idea de que una persona "elige voluntariamente la condenación eterna" presupone que las únicas opciones son "o convertirse o ser condenado eternamente". Sin embargo, esto es un ejemplo de la falacia del falso dilema, ya que no considera otras posibilidades, sino que sólo se basa en un dogma de fe que no puede ser demostrado bajo evidencia empírica.
Por otra parte, asumiendo que realmente existiera la "condenación eterna por libre elección", existe un conflicto lógico en cuanto a la compatibilidad con la naturaleza de un Dios amoroso y misericordioso y el libre albedrío: Por un lado, si Dios es verdaderamente amoroso, se esperaría que buscara la salvación y la redención de todas sus criaturas, por otro, el libre albedrío humano tiene limitaciones al estar influenciado y condicionado por diversos factores como la educación, el entorno social, las circunstancias individuales y las experiencias personales, lo que puede afectar la capacidad de una persona para tomar decisiones plenamente informadas y libres de coerción. Es decir, un Dios omnisciente y misericordioso que realmente desea la salvación de sus criaturas, en su infinita capacidad compasiva y comprensiva, entendería perfectamente estas limitaciones y no podría permitir una condenación eterna, la cual, además, plantea cuestiones sobre la justicia y la proporcionalidad de la pena: ¿Es justo que una persona sea condenada eternamente por no aceptar una creencia religiosa específica, especialmente si no ha tenido la oportunidad adecuada de explorar otras perspectivas religiosas o si su comprensión de la fe ha sido influenciada por factores externos?
El concepto del pecado imperdonable, además, previene a los fieles de cuestionar la fe, especialmente con respecto a la investigación que coloca al cristianismo como un arma del supremacismo judío para manipular a los gentiles en sus objetivos bishvil Yisrael (en hebreo: בִּשְׁבִיל יִשְׂרָאֵל "por el bien de Israel" o "para el propósito de Israel").