Robert Brasillach

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No pierdas la sonrisa ni siquiera cuando te vayan a ejecutar.

—Robert Brasillach

Robert Brasillach

Robert Brasillach (31 de marzo de 1909, Perpiñán, Francia - 6 de febrero de 1945, Fuerte de Montrouge, Francia) fue un poeta, escritor, periodista y crítico de cine francés. Redactor jefe del diario Je suis partout, que llegó a ser famoso en los anales de la prensa fascista. Fue hecho prisionero pero pronto fue liberado a instancia del Ministro de Información. En 1943 presentó la dimisión del cargo de director del diario. Tras la "liberación" de Francia sería apresado. En la cárcel, poco antes de ser ejecutado, escribió dos de sus obras más conocidas: Carta a un soldado de la quinta del sesenta y Poemas de Fresnes. Cuando le llegó la hora, antes de que sus verdugos abriesen fuego, gritó ¡Viva Francia!. Fue el mejor amigo y cuñado de su sucesor Maurice Bardèche. Brasillach fue uno de los pensadores que inspiraron el nacionalismo revolucionario de posguerra.

Biografía

Fue uno de los pocos escritores extranjeros que apoyaron sin ambages al Bando Nacional durante la Guerra Civil Española. Escribió un libro sobre el Alcázar de Toledo, una Historia de la guerra civil (1939) y unos Poémes de Fresnes que recuerdan y citan los del romántico André Chenier.

Colaboró con los alemanes y fue fusilado al final de la guerra en el fuerte militar de Montrouge por orden del general Charles de Gaulle.

"El amor y el coraje no están sujetos a Proceso"

Periodismo

Su temperamento innato de polemista implacable se manifestó en sus panfletos de una violencia raramente igualada contra el dominio judeo-democrático y los partidarios de la guerra contra Alemania. Al estallar ésta, fue hecho prisionero, pero pronto fue liberado a instancias del Ministro de Información, el Almirante Darlan. Brasillach volvió a dirigir Je suis partout hasta 1943, cuando presentó la dimisión, "rehusando -explicó más tarde ante sus jueces- continuar escondiendo a sus lectores la crítica situación militar de las potencias del Eje."

Muerte

Su proceso, tras la toma de poder por los gaullistas, fue de los que más apasionaron la opinión pública. Fue condenado a pena de muerte por colaboración con el enemigo. Pese a las innumerables peticiones de clemencia de sus colegas, de los que muchos eran sus adversarios políticos, el General De Gaulle rechazó el indulto y fue fusilado el 6 de febrero de 1945, fecha del aniversario del tiroteo de los gendarmes contra los nacionalistas, en la parisina plaza de la Concordia en 1934.

Presente en la Actualidad

En memoria del poeta ejecutado se fundó una "Asociación de Amigos de Robert Brasillach", que publica un boletín mensual y continúa existiendo a pesar de los hostigamientos legalistas del Sistema.

Artículos de opinión

¿Por qué mataron a Robert Brasillach?

(por Roberto Bardini)


"No pierdas la sonrisa ni siquiera cuando te vayan a ejecutar", recomendó Robert Brasillach. En un frío amanecer del 6 de febrero de 1945, el escritor, dramaturgo y periodista Robert Brasillach fue fusilado por orden del general Charles de Gaulle. Tenía 36 años. La acusación: colaboracionismo con los ocupantes alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

Nacido en 1909 y de origen catalán, Brasillach integra el trío de escritores "malditos" junto con Louis Ferdinand Céline y Pierre Drieu La Rochelle. Como ellos, no escapó a la revancha impiadosa que los vencedores -cuando son enanos de espíritu- reservan a los vencidos, cuando tienen estatura intelectual.

El primero revolucionó la literatura con su novela "Viaje al fin de la noche" y fue definido como "el profeta de la decadencia europea". Exiliado, encarcelado en Dinamarca y condenado al ostracismo a su regreso a Francia, murió ejerciendo su profesión de médico en hospitales para pobres. Recién ahora se reeditan sus novelas, que –según los críticos- despliegan "anárquica expresividad", "pesimismo radical" y "nihilismo deslumbrante".

Drieu la Rochelle se adelantó al destino: se suicidó. Un tiempo antes, redactó notas premonitorias: "Cuando uno inicia una aventura es necesario llegar hasta el fin y sufrir todas sus consecuencias". Y también: "No se es víctima cuando se es héroe".

Los tres combatieron en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial. Brasillach quizá sea el menos conocido de este trágico terceto. Recién egresado de la carrera de Filosofía, publicó libros de teatro y poesía. Junto con su cuñado -Maurice Bardèche, profesor y crítico de literatura- redactó una voluminosa "Historia del cine" (1935), cuando ambos tenían 26 años, y una "Historia de la guerra de España" (1939), una de las primeras sobre el enfrentamiento civil.

No había cumplido tres décadas de vida cuando Brasillach ya era editor de la sección literaria del diario Action Française, del nacionalista monárquico ultracatólico Charles Maurras. Luego, se une al diario nacionalista "Je suis Partout", en el que también colaboran los jóvenes Céline y Drieu La Rochelle.

Un "soviet" fascista

En 1936, el Frente Popular -una coalición de socialistas, comunistas y liberales- ganó las elecciones y el director de "Je suis Partout", atemorizado por la posibilidad de represalias, renunció. La veintena de jóvenes redactores creó al año siguiente una cooperativa, caso excepcional en la prensa de ese tiempo, a la que denominaron "el soviet", y eligieron director a Brasillach.

La publicación se convirtió en portavoz del fascismo internacional. Los seguidores italianos de Mussolini, los falangistas españoles y la Guardia de Hierro rumana, por ejemplo, tuvieron más espacio en "Je suis partout" que en los periódicos de sus propios países. Brasillach apunta sus dardos contra a los siete "poderes internacionales que dominan el mundo": el comunismo, la socialdemocracia, la Iglesia Católica, el protestantismo, la masonería, los trusts económicos y el judaísmo. Louis Ferdinand Céline también publicó textos contra los judíos.

En 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial y, paradójicamente, muchos de los miembros de "Je suis partout" se alistaron en el ejército para combatir a los alemanes. Por el momento, el patriotismo puede más; después, todo cambia. Brasillach se enroló en 1940, cayó prisionero y fue enviado a un campo de concentración. Salió en libertad en marzo de 1941.

En junio de ese año, publicó Journal d´un homme occupé, en el que afirmaba: "Esta guerra tiene que tener un sentido. Lo tiene para Alemania. Lo va a tener para Europa. Lo tendrá también, debe tenerlo, para nosotros". Bajo la ocupación alemana, Je suis partout editó 300.000 ejemplares.

Brasillach abandonó la dirección del periódico en agosto de 1943. Un año más tarde, las fuerzas aliadas entraron a París y la publicación dejó de salir. Sus redactores fueron capturados. Unos murieron fusilados y otros terminaron condenados a trabajos forzados. Algunos lograron refugiarse en la España franquista.

"La vida es una broma de mal gusto"

El escritor se entregó voluntariamente porque la Resistencia Francesa detuvo a su madre y a su hermana. El 19 de enero de 1945 comenzó el juicio: no hubo etapa de instrucción, se efectuó un único interrogatorio y, como piezas acusatorias, se exhibieron sus artículos. El jurado lo condenó a muerte.

La novelista Simone de Beauvoir siguió de cerca el juicio a Brasillach y consideró que fue "un juzgamiento simbólico, no judicial". Casi todos los intelectuales franceses antinazis enviaron al general Charles de Gaulle -sin éxito- una solicitud de clemencia: Albert Camus, Jean Cocteau, André Malraux, François Mauriac, Paul Valéry.

Brasillach transformó la espera del pelotón de fusilamiento en horas fecundas. Redactó "Cartas escritas" en prisión y "Poemas de Fresnes", considerado su testamento literario. En cierta forma, recuerda al periodista Julius Fucik, patriota checoslovaco ejecutado el 8 de septiembre de 1943 y autor del conmovedor "Reportaje al pie del patíbulo", traducido a ochenta idiomas. Separados por idioma, geografía e ideología, uno y otro escriben en sus celdas mientras esperan la muerte. Y por extraña coincidencia ambos convocan a la alegría.

El 9 de junio de 1943, Fucik traza las últimas líneas de su manuscrito: "Y lo repito una vez más: por la alegría hemos vivido, por la alegría hemos ido al combate, por la alegría morimos. Que la tristeza nunca sea asociada a mi nombre".

"Encerrado entre cuatro muros de cemento y sin más esperanza que la de morir bien", como lo describe el dramaturgo Jean Anouilh, Brasillach redacta párrafos como los que siguen: "No pierdas la sonrisa ni siquiera cuando te vayan a ejecutar. La vida es una broma de mal gusto; en vez de centrarte en el "mal gusto", céntrate en la "broma". Si buscas justicia en vez de tranquilidad en este mundo democrático, suicídate. Para vivir hoy hay que saber reírse de la estúpida realidad".

¿Merecía morir por sus palabras?

Robert Brasillach es autor de "Presencia de Virgilio" (1931), "El proceso a Juana de Arco" (1932), "El hijo de la noche" (1934), "Los cadetes del Alcázar" (1936), "Los siete colores" (1939), "La conquistadora" (1943) y "Poemas" (1944). Luego de su muerte se publicaron "Carta a un soldado de la clase 60" (1946), "Antología de la poesía griega" (1950), "Berenice" (1954), "El París de Balzac" (1984) y "Hugo y el snobismo revolucionario" (1985). Años más tarde, en su libro "The Collaborator", la historiadora inglesa Alice Kaplan lo calificará como "el James Dean del fascismo francés".

En los últimos años muchos críticos literarios "descubrieron", tardíamente, que Brasillach fue puesto de espaldas al paredón de fusilamiento por su filosa capacidad intelectual más que por sus "crímenes de guerra". Lo cierto es que no cometió ninguno: no delató, no torturó, no asesinó a nadie. Sus principales armas fueron la palabra y la escritura.

En un artículo titulado, precisamente, "El James Dean del fascismo francés", el periodista y escritor mexicano José Luis Durán King se pregunta: "¿Por qué un escritor fue culpado por lo que ocurrió en Francia entre los años 1940 y 1945? ¿Por qué este escritor y no los otros? ¿Cuándo las palabras son al mismo tiempo nociones y acciones? ¿Merecía Brasillach morir por sus palabras?". Y más adelante responde: "Es difícil aceptar sin perder el aplomo que alguien merezca ser enviado al cadalso por sus discursos". Y quizá es por eso que Durán King recuerda que "sólo en Francia –se rumoraba en aquella época- el mal uso de las palabras puede conducir a la picota".

Uno de los versos del tango "La última curda" (letra de Cátulo Castillo y música de Aníbal Troilo, 1956) dice que "la vida es una herida absurda". Buen epitafio para este filósofo, dramaturgo y poeta cuyo "crimen" –literalmente imperdonable- fue pensar diferente.


Robert Brasillach, poeta catalán, ciudadano francés, militante europeo

(por Area Identitaria)


El caso de Robert Brassillach, por lo inaudito y escandaloso que supone el haber sucedido en pleno siglo XX, y en un país “democrático”, constituye un crimen sin precedentes en la historia de la literatura del siglo XX.

A pesar de la protesta organizada de los más destacados nombres de las letras y las artes francesas y europeas – excepción hecha de Jean-Paul Sartre y André Guide -, el presidente De Gaulle se negó a conmutar la pena de muerte y en 1945 fue fusilado en la Francia irónicamente “libre” el poeta Robert Brassillach, acusado de colaboracionista con el III Reich. Lo cierto es que la única colaboración que se pudo imputar al joven poeta fue de índole cultural y de opinión, ya que su actuación se limitó, a la participación en el Congreso de Weimar de 1941 junto a otros destacados intelectuales de la época, así como a su participación en el régimen de Vichy y su colaboración con grupos de ideología nacional-revolucionaria como el Parti Populaire Français de Jacques Doriot. Sin embargo, fue sentenciado y ejecutado, y posteriormente su obra arrinconada y olvidada. Si efectuamos paralelismos con otro poeta injustamente asesinado, Federico García Lorca – salvando las distancias que supone la ejecución de este último sin juicio legal por parte de un grupo de descontrolados, y la ejecución de una condena de un tribunal legítimo para Robert Brassillach -, sólo nos queda pensar que si el régimen franquista al que Robert Brassillach apoyó, le hubiera dado la mitad de soporte que el régimen francés hizo a Lorca, Brasillach sería hoy un escritor sobrada y justamente conocido. Precisamente, todo lo contrario al estado actual de conocimiento de este poeta en España o en Francia.

De etnia catalana, Robert Brasillach nace en Perpinyà (Catalunya Nord), el 31 de marzo de 1909, hijo de un oficial del ejército francés que fallecerá en acto de servicio en 1914. Asentado desde joven en París, completó sus estudios en la prestigiosa Escuela Normal Superior. Integrado en los ambientes intelectuales de la época, colaboró con L’Intransigent o la Nouvelle Revue Française. Importante analista de cine y teatro, escribirá en 1931 junto a su cuñado Maurice Bardèche la Histoire du Cinema, considerado todavía hoy como un clásico de dicha materia. Anteriormente, había sido encargado de la sección literaria del periódico L’Action Française, de cuyo contacto quedó notablemente influido por el ideólogo y fundador del mismo, Charles Maurras. A partir de 1934 y seducido por los logros de los nuevos regímenes de Alemania e Italia, se declaró junto a otros intelectuales como Louis-Ferdinand Celine, Pierre Drieu La Rochelle Lucien Rabetet, o su cuñado Maurice Bardeche como fascista y partidario del Nuevo Orden Europeo.

Fue fundador y director de la revista "Je suis partout", que se convertirá en la publicación aglutinadora de las diversas tendencias nacional-revolucionarias que se desarrollaron en Francia antes y durante la guerra.

En 1936, siguiendo sus impulsos románticos, y en solidaridad con sus consanguíneos catalanes del otro lado de la frontera, Brasillach se traslada a España convirtiéndose en uno de los principales valedores de la causa nacionalista en los círculos literarios y artísticos franceses. De esta época nos dejará obras como Les cadets de l’Alcazar (1936), Les sept coleurs (1937), Histoire de le guerre de l’Espagne (1939) escrita en colaboración con Maurice Bardèche. Otras obras de Robert Brasillach escritas entre 1939 y 1945 fueron Comme le temps passe, Corneille, un ensayo sobre el conocido autor teatral del siglo XVII Pierre Corneille, La Conquerante, Les quatre jeudis, Six heures a perdre o Antologie de le poesie grecque.

Al comenzar la guerra es movilizado, y sirvió como oficial del ejército francés. Fue hecho prisionero por los alemanes y liberado posteriormente. Sirvió activamente en el régimen de Vichy, y al finalizar la guerra, tuvo que esconderse como otros miles de franceses. Al comenzar la sangrienta represión de 1945, muchos pudieron huir, aunque él se niega a abandonar su Patria. Al ser detenida su madre, y para evitarle mayores sufrimientos se entregará a las nuevas autoridades francesas. Fue encarcelado un tiempo, hasta la resolución del juicio, de esta época son sus Poemes du Fresnes. El final ya lo conocemos. Del final de este poeta es ilustrativo comentar que cuando el tribunal dictó la sentencia de muerte, alguien del público exclamó: ¡Es una vergüenza!, a lo que Robert Brasillach replicó: "No, es un honor".

De esta manera se despedía quien fue uno de los intelectuales más brillantes y puros que ha dado Cataluña, y por ende Francia, injustamente asesinado en el esplendor de su vida por quienes pretendían hacerse pasar por “liberadores” de Europa...

Su obra

Robert Brasillach fue un extraordinario escritor que dejó una obra abundante y variada, cuya constante reedición póstuma demuestra hasta qué punto era apreciada por toda clase de público.

  • Presencia de Virgilio (1931),
  • El proceso a Juana de Arco (1932)
  • El hijo de la noche (1934)
  • Los cadetes del Alcázar (1936)
  • Los siete colores (1939)
  • La conquistadora (1943)
  • Notre Avant-guerre, Les Sept Couleurs

Estas dos obras son en colaboración con su cuñado Maurice Bardéche.

  • Histoire du Cinéma
  • Historia de la Guerra de España

Despues de su ejecución fueron publicadas:

  • Carta a un soldado de la clase 60 (1946)
  • Antología de la poesía griega (1950)
  • Berenice (1954)
  • El París de Balzac (1984)
  • Hugo y el snobismo revolucionario (1985).
  • Historia de la guerra de España (1939), Madrid (1998)
  • Poemas de Fresnes (1946)

Bibliografía

  • Montserrat Parra Albá, Literatura y guerra civil: (Influencia de la guerra de España en las letras francesas e hispánicas), Coloquio Internacional Lérida, 1-3 Diciembre 1986 / coord. por Angels Santa, 1988, pags. 217-222
  • Alice Kaplan: The Collaborator.
  • Ernst Nolte: Der Faschismus in seiner Epoche: Die Action française, Der italienische Faschismus, Der Nationalsozialismus München 1963 [siste nyutgave 2000].
  • Michael Curtis: Verdict on Vichy, Power and Prejudice in the Vichy France Regime.
  • Julian Jackson: France - The Dark Years 1940 - 1944.
  • Antony Beevor & Artemis Cooper: Paris etter frigjøringen.

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