Amparo Medina

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Amparo del Pilar Medina Guerrero (21 de junio de 1966, Ambato, Ecuador) es una pedagoga social y activista por los derechos humanos ecuatoriana. Después de haber militado en la ultraizquierda y de haber impulsado la agenda del Nuevo Orden Mundial, se convirtió al catolicismo y devino una militante internacional en contra de la difusión de la cultura de la muerte. Su alto perfil público la ha llevado a brindar su testimonio y a transmitir sus opiniones en toda clase de medios masivos y alternativos de comunicación, incluyendo el canal TLV1.

Militancia izquierdista

Durante su adolescencia Medina se unió a grupos juveniles que hacían trabajo social en la ciudad de Quito, los cuales funcionaban como centros de captación de la organización terrorista Alfaro Vive Carajo. Ello llevó a que la joven estudiante terminara incorporándose a las filas de la violenta secta marxista -con el nombre en clave de "Comandante Manuela"- y colaborara con la ejecución de diversos atracos y atentados.

En 1988 fue capturada por las autoridades ecuatorianas, siendo sometida a tortura para que aportase información que sirviese para desarticular al AVC. Tras ser liberada, su familia la envió al exilio en España. Allí continuó con sus estudios en pedagogia, siendo alojada en una residencia para señoritas administrada por el Opus Dei.

Retornó al Ecuador en 1990. Alfredo Vera, a la sazón titular del Ministerio de Educación y Cultura, firmó un decreto contratándola como coordinadora de un programa de alfabetización popular, que Medina aprovechó para convertirlo en una oportunidad de adoctrinamiento izquierdista.

Fue oficialmente desmovilizada del ACV en 1992, recibiendo los beneficios que ello implicaba. Sin abandonar sus ideas subversivas, se incorporó a la Corporacion Ecuatoriana para la Investigación y el Desarrollo de la Educación y el Tiempo Libre (CIDET), una ONG que se dedicó a implementar programas de planificación familiar y a hacer campañas de educación sexual para difundir los llamados derechos reproductivos. Debido a ello adoptó una postura marcadamente feminista que procuró divulgar entre mujeres ecuatorianas que se encontraban en situación de vulnerabilidad. El Fondo de Población de las Naciones Unidas -una agencia de la ONU destinada a promover el control demográfico- financió generosamente a CIDET por su trabajo de promoción del uso de métodos anticonceptivos, contratando a Amparo para expandir su agenda en la región.

En el año 2004, un tanto disconforme con la idea de impulsar el abortismo en su país, se sumó a la Sociedad de Cooperación Técnica, una organización alemana que fomenta el desarrollo sustentable a nivel global. Ese nuevo empleo la condujo a tejer lazos con grupos ecologistas e indigenistas radicalizados, con los que realizó acciones de sabotaje contra empresarios a los que calificaba de "neoliberales". En una de esas oportunidades resultó gravemente herida, tras recibir un balazo en el tórax. Medina asegura que, mientras era llevada a un hospital para ser asistida, tuvo una visión en la que se le apareció la Virgen María y le dijo que Dios no le permitiría morir en esas circunstancias.

Militancia católica

Tras reponerse de su herida de bala, Medina comenzó una búsqueda espiritual. Si bien en su juventud había caído en el ateísmo, posteriormente abandonó esa postura para abrazar una religiosidad basada en las ideas eclécticas del movimiento de la Nueva Era (su anticlericalismo la hacía desconfiar del catolicismo). De todos modos la idea de haberse comunicado con la Virgen la estimuló a entrar en contacto con sacerdotes para recibir orientación. Fue Monseñor Juan Ignacio Larrea Holguín, hombre del Opus Dei, quien finalmente terminó de convencerla de retornar a la Iglesia Católica.

A partir de entonces rompió con su pasado subversivo y tomó la decisión de dedicar la última etapa de su vida a difundir el Evangelio. Habiendo conocido de manera directa los siniestros planes neomalthusianos que los principales organismos internacionalistas promueven, entendió que su papel era exponer a individuos y organizaciones que buscan relativizar la vida humana. Por ese motivo ha recorrido el continente americano alertando acerca del peligro que implica ceder la soberanía nacional ante las presiones provenientes del extranjero.

La creación de la Fundación Acción Provida la ayudó a amplificar su mensaje en su país, sirviendo como la base de lo que sería la Red Vida y Familia de Ecuador, organización que reune a militantes antifeministas que no sólo conducen proyectos como SOS Mama destinados a ayudar a mujeres embarazdas, sino que además encabezan en el país la cruzada contra el reclutamiento homosexual y la educación de género que en el siglo XXI han estado promoviendo políticos, académicos y empresarios de, supuestamente, distintas ideologías.

Medina fue muy crítica con la autodenominada Revolución Ciudadana que impulsó el presidente Rafael Correa, por considerar a todo ese proceso como una maniobra de las fuerzas sinárquicas destinada a despojar al pueblo ecuatoriano de sus valores cristianos. Además ha señalado que los vínculos del correísmo con el narcotráfico lo convierten en un movimiento totalmente repudiable.

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