Erich Ludendorff

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Erich Ludendorff

Erich Friedrich Wilhelm Ludendorff (Lebensrune.png 9 de abril de 1865 - Todesrune.png 20 de diciembre de 1937, Tutzing, Baviera, Alemania), fue un oficial del ejército alemán que destacó como general durante la Primera Guerra Mundial.

Biografía

Ludendorff nació en Kruszewnia cerca de Posen, Prusia (actualmente Poznań, Polonia). Aunque no era un Junker, Ludendorff estaba estrechamente unido a la clase privilegiada a través de su madre, Klara von Tempelhoff. Creció en una pequeña finca familiar y una tía materna le enseñó las primeras letras. Fue aceptado como cadete en la escuela de Plön gracias a su excelente nivel de matemáticas y a la extraordinaria ética del trabajo que tuvo a lo largo de toda su vida. En Plön fue compañero de Heinz Guderian; de esta escuela militar salieron muchos de los mejores oficiales alemanes.

Trayectoria

Nombrado oficial con 18 años, su carrera militar fue excelente. Formó parte del Estado Mayor Alemán desde 1894, siendo el principal responsable de la sección de despliegue desde 1908, y tomó parte en la preparación de la estrategia para concretar la Batalla de Francia, el llamado Plan Schlieffen. Ya en esta época era un militarista convencido y le gustaba decir que la paz no era otra cosa que el intervalo de tiempo que transcurría entre dos guerras.

Durante la I Guerra Mundial fue nombrado Adjunto del Jefe del Estado Mayor del Segundo Ejército Alemán bajo las órdenes de Karl von Bülow, responsable de la captura de la fortaleza de Lieja, que era vital para el éxito del Plan Schlieffen. Después de lograr cumplir con éxito esta misión, Ludendorf fue enviado a Prusia Oriental donde trabajó con Paul von Hindenburg. Hindenburg se apoyó mucho en Ludendorff y Max Hoffmann para lograr sus victorias en la Batalla de Tannenberg (1914) y los lagos de Masuria.

En agosto de 1916, cuando Erich von Falkenhayn dimitió como Jefe del Estado Mayor, Hindenburg ocupó su puesto con Ludendorff como Adjunto (Generalquartiermeister). El verdadero poder lo ejercía Ludendorff, que decidió luchar contra la superioridad británica en el mar utilizando indiscriminadamente los submarinos, lo que provocó la entrada de los Estados Unidos en la guerra.

Cuando Rusia se retiró de la guerra en 1917, Ludendorff tuvo un papel esencial en el Tratado de Brest-Litovsk de marzo de 1918, muy favorable para los intereses alemanes. Máxima autoridad de hecho en el Frente Oriental durante 1918, Ludendorff planificó una serie de ofensivas que no fueron capaces de colapsar las fuerzas de la Triple Entente. La entrada de Estados Unidos en la guerra convirtió en insostenible la posición alemana y Ludendorff devolvió sus poderes al Reichstag el 29 de septiembre. Antes de exiliarse en Suecia, pidió que se lograse la paz con la máxima celeridad posible.

Posguerra

En el exilio escribió numerosos artículos en los que defendía la conducta del Ejército alemán durante la guerra, aseverando que había sido invencible en el campo de batalla y que la derrota se debía a que había sido apuñalado por la espalda (ver artículo Dolchstoß) por los políticos judíos y comunistas. Ludendorff volvió a Alemania en 1920 y posteriormente tomó parte en el Putsch de Múnich de 1923 junto a Hitler. En 1924 fue elegido representante del NSFB, una coalición entre elementos del NSDAP (que estaba temporalmente prohibido) y del DVFP, partido del que era líder, ocupando el escaño en el Reichstag hasta 1928. En 1925 se presentó a la Presidencia de la República y fue derrotado por su antiguo superior Paul von Hindenburg.

Después de su derrota electoral, Ludendorff se unió a su esposa Mathilde von Kemnitz para fundar, en septiembre de 1925, la Tannenbergbund, organización que tomó su nombre de la Batalla de Tannenberg de 1914, uno de los mayores triunfos militares de Ludendorff.

Antes de que los nacionalsocialistas subieran al poder, la República de Weimar planeó enviarle a él y a otros generales, como August von Mackensen, para reformar el Ejército Revolucionario Nacional de la República de China, pero la idea fue desechada debido a las limitaciones que imponía el Tratado de Versalles.

En 1928, Ludendorff se retiró. En los años posteriores fundó con su segunda mujer, Mathilde, el Bund für Deutsche Gotterkenntnis (Sociedad para el conocimiento alemán de Dios), que es una sociedad esotérica neopagana que sigue existiendo hoy en día. Ludendorff murió en 1937 tras una operación por un tumor, y recibió un funeral de Estado al que asistió Hitler. Un aviso de obituario emitido por la agencia de noticias oficial alemana en relación con la muerte de Ludendorff dice:

LONDRES, lunes. "Con profunda emoción el pueblo alemán está de pie ante el féretro de Erich Ludendorff, el glorioso comandante de la Gran Guerra, que se destaca en la historia contemporánea como un pico de roca primitiva en la gigantesca lucha del pueblo alemán contra los enemigos del mundo."

Según los diarios del 23 de diciembre, el servicio funerario se realizó según ritos paganos por deseo expreso de Ludendorff. Según un mensaje de Berlín, el antagonismo de Ludendorff hacia las ideas y costumbres cristianas causó considerables dificultades con los arreglos del funeral. Según sus propios deseos, no debía ser enterrado en suelo consagrado según los ritos cristianos. Poco antes de su muerte, cuando se le informó que había un lugar reservado para su cuerpo en el Memorial de Tannenberg, declaró que tal arreglo sería contradictorio a los deseos expresados en su último testamento.

Citas

Si alguno no quiere oír nada judío ni recibir nada de un judío, que deje que se vaya Jesús.

Die Judenmacht ihr Wesen und Ende P. 232

El rechazo del cristianismo es un estricto antisemitismo. Tanto el judío como el masón saben que la religión mundial cristiana está allanando el camino para la dominación mundial judía. Entonces es el cristianismo el que les permite dar forma a la cosmovisión de los "goyim" de tal manera que llegan a aceptarlos como "el pueblo elegido" por su propio Dios Jehová.

Los alemanes deben darse cuenta de que el cristianismo como religión mundial fue ideada por los judíos para lograr los objetivos de su religión ancestral.

Deutsche Abwehr: Antisemitismus gegen Antigojismus Ludendorff Verlag, 1934 pp. 3,5

Los judíos son nuestros enemigos porque uno de sus rabinos más sutiles, ese hombre llamado San Pablo, destiló el veneno del mito cristiano de la historia de vida de Jesús de Nazaret. Los judíos son enemigos de la raza nórdica porque ellos produjeron el cristianismo, que ha sido el veneno que ha destruido la vitalidad de los pueblos arios.
El único poder en la tierra que tiene exactamente el mismo objetivo que la propia Roma es el judío, que quiere dominar el mundo entero tal como lo hace él. Sin embargo, Roma debe perdonar a este único rival, porque su rostro también está ante el Sinaí. Roma tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, también enseña los mandamientos de Moisés y los profetas del pueblo judío elegido. Esta es la profunda caída de Roma, que tiene sus raíces en la toma del propiciatorio de Yahvé cuando la silla de Pedro llegó a Roma. Roma está, como ya he señalado, paralizada frente a su rival. Nunca podrá derribar el propiciatorio del pueblo judío.
Ninguna historia en el mundo está tan escrita con sangre como la historia de la Iglesia... El mundo debe finalmente ver el cristianismo como lo que es: una Utopla nacida del verdadero espíritu judío, para destruir a los pueblos y convertirlos en esclavos sin voluntad. Por lo tanto, sólo hay una salida para Europa: la liberación final y completa del cristianismo judío." La moral de los antiguos alemanes, según lo relatado por Lochthus, estaba por encima de la de los germenes cristianizados Dime, ¿qué valores morales ha dado el cristianismo? ¿A esto se suma el hecho que ya he mencionado de que el cristianismo, con su persecución de herejes, quema de brujas, guerras religiosas, inquisiciones, arrusadas inútiles, etc., que no fueron "queridas por Dios"; -día exigió más de ochenta millones de sacrificios de sangre, más de lo que todos los Molochs paganos del mundo han devorado. Esto muestra el verdadero aspecto de la cristiandad judía y mide su verdadero valor, porque frente a estos ochenta millones de sacrificios de sangre, cada contribución posible. del cristianismo debe callarse y todo su derecho a la existencia debe ser anulado: sí, debe hundirse en la tierra, en la tierra, con vergüenza.

Tribunal de la Inquisición, Ludendorff, Múnich, 1938, pp. 13 y l4

Bibliografía y Referencias

  • General Erich Ludendorff, My War Memoirs, 1914-1918. 2v. ("Meine Kriegserinnerungen 1914-1918", escritas en Suecia, 1919).
  • Donald James Goodspeed, Ludendorff: Genius Of World War I, Boston, Houghton Mifflin, 1966.
  • John Lee, The Warlords: Hindenburg And Ludendorff (Great Commanders S.)
  • Robert B Asprey, The German High Command at War: Hindenburg and Ludendorff and the First World War, Time Warner, 1994.

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