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Héctor Bernardo
Sumario
Juventud
Bernardo estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires, graduándose en 1935.
Participó de los Cursos de Cultura Católica, donde tuvo como profesores a Julio Meinvielle, Juan Ramón Sepich y César E. Pico, quienes le enseñaron a apreciar la ortodoxia tomista. Colaboró también con revistas como Baluarte, y militó en la agrupación Restauración que lideraba J. Alfredo Villegas Oromí.
Profeta del corporativismo
Viajó a Italia becado para estudiar al sistema económico promovido por el gobierno de Benito Mussolini. Estando allí conoció a Juan Domingo Perón.
Al retornar a la Argentina, Bernardo acompañaría a su amigo Marcelo Sánchez Sorondo en la creación de la revista Nueva Política. Allí escribiría una serie de artículos que serían la base de su libro El régimen corporativo en el mundo actual. En esa obra critica al liberalismo por ser inferior que el corporativismo en materia de realismo y complejidad. Apunta además que el individualismo moderno es el principal obstáculo para la recuperación de la mentalidad corporativa, y por ende es lícito solicitar que las fuerzas políticas fomenten el cambio cultural con el fin de reconstruir las bases sociales.
Bernardo también fue colaborador de publicaciones como Nuestro Tiempo, Choque y El Rioplatense, y a principios de 1943 participó del Congreso de la Recuperación Nacional.
Hombre de gobierno
Cuando se produjo la Revolución del 4 de Junio de 1943, Bernardo adhirió a ella con entusiasmo. Gracias a ello se unió a Federico Ibarguren, Ramón Doll y Adolfo Silenzi de Stagni para conformar el equipo que gobernaría a la provincia de Tucumán implementando políticas abiertamente nacionalistas bajo la coordinación general de Alberto Baldrich. La experiencia duró menos de un año.
Por otro lado fue designado profesor en la cátedra de Economia Politica de la UBA, espacio que compartió junto al economista Emilio Bottini, quien fuese el mayor impulsor del cooperativismo de la Argentina en aquella época. A su vez participó de la creación de la Universidad Libre Argentina junto a Jordán B. Genta, Amancio González Paz y Cecilio J. Morales.
Como miembro del Ateneo de Estudios Sociales fue convocado por Perón junto al español José Figuerola para que lo asesorasen en relación a la organización de la Secretaría de Trabajo y Previsión. Esa labor le abrió las puertas a la función pública tras la consagración de Perón en 1946, pero Bernardo rechazó la oferta y escogió concentrarse en desarrollar su carrera académica. De todos modos colaboró con el gobierno peronista en más de una ocasión, obrando como consultor en asuntos de planificación económica.
Sus ideas fueron popularizadas en aquella época a través de publicaciones como Revista de Economía, Cuadernos Hispanoamericanos y Dinámica Social.
Últimos años
Cuando el peronismo se enemistó con la Iglesia Católica en 1954, Bernardo perdió sus simpatías hacia el gobierno y se abocó a la tarea de reunir a otros economistas católicos como Carlos Moyano Llerena y Francisco Valsecchi para trabajar en su área procurando la máxima cercanía con los postulados de la Doctrina Social de la Iglesia. Ese grupo más tarde se incorporaría al plantel de docentes e investigadores de la Universidad Católica Argentina.
Bernardo ensayó un acercamiento hacia la democracia cristiana, convirtiéndose en traductor al español del italiano Giorgio La Pira en 1957. En la década siguiente colaboraría con los gobiernos argentinos para asesorarlos en cuestiones económicas ante organismos internacionales.
Falleció en Buenos Aires el 4 de enero de 1985.
Bibliografía
- La revolución restauradora. Buenos Aires: Ediciones Católicas Argentinas, 1940.
- El régimen corporativo y el mundo actual. Buenos Aires: Adsum, 1943.
- Para una economía humana. Buenos Aires: Frontispicio, 1949.
