Movimiento Hungarista

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Símbolo del Movimiento Hungarista

Movimiento Hungarista, partido de ideología fascista húngaro llamado también "La Cruz y la Flecha" creado por el oficial Ferenc Szalasi. Electoralmente se presentó primero con el nombre de Partido de la Voluntad Nacional (Nemzeti Akarat Pártja), fundado por Szalasi junto con Sándor Csia en marzo de 1935. Posteriormente, durante el encarcelamiento de Szalasi, su substituto, Kálmán Hubay (editor del diario de extrema derecha Függetlenség), fundó el 8 de marzo de 1939 el Partido de la Cruz Flechada (Nyilaskeresztes Párt),

Ferenc Szalasi dio a este partido un perfil muy particular y puede afirmarse que el Movimiento Hungarista no puede asimilarse a ningún modelo fascista extranjero previo. Al igual que casi todos los demás nacionalistas radicales húngaros, Szalasi creía en el racismo húngaro y proponía una drástica expansión imperial húngara que incorporaría la gran región del Danubio y los Cárpatos. Lo que le daba su carácter excepcional era la propuesta de que las regiones habitadas por una gran mayoría (del 80% al 90%) de un solo pueblo no magyar gozasen del derecho de autonomía. Otra diferencia era la renuncia teórica que hacía el partido del uso de la violencia. Aparentemente Szalasi creía (al menos al principio) que el nuevo hungarismo triunfaría por la prédica, por el convencimiento, la conversión o la aceptación.

El Movimiento Hungarista proclamaba que no era antisemita, sino simplemente "asemita", y proponía que los judíos se fueran de Hungría a otra parte al termino de la guerra. Su idea del "Verdadero Cristianismo" húngaro puede compararse con los esfuerzos contemporáneos de establecer un "Cristianismo Alemán", pero quizá fuera menos totalmente herético.

Por último, Szalasi propugnaba un corporativismo económico revolucionario que derrocaría a los grandes terratenientes y capitalistas en aras de un mayor bienestar colectivo. Sin ninguna duda este programa no estaba calcado del de nadie. Era realmente original.

Movimiento de masas

La Cruz y la Flecha se convirtió en un auténtico movimiento de masas de trabajadores y campesinos pobres a fines del decenio de 1930. Como no se presentó con una lista totalmente cerrada en las últimas elecciones de 1939, y como las elecciones húngaras estaban en parte manipuladas, resulta difícil calcular su fuerza electoral exacta, pero los mejores indicios de los que disponemos- más del 20% del voto popular en esas condiciones- parecerían demostrar que en aquel momento era el segundo partido nacionalista revolucionario en popularidad de toda Europa, no superado más que por el nacionalsocialista.

La ideología Hungarista

(artículo escrito por el "Movimiento Hungarista", reestructurado en el exilio en 1947)

Entre las distintas ideologías nacionalistas y socialistas europeas del siglo XX, el Hungarismo es la que se destaca por su doctrina del sistema de asociación de varios grupos étnicos y que se denomina: connacionalismo. Ha sido establecida tal doctrina con fines de concordar las distintas naciones de la cuenca Cárpato-Danubiana, para una convivencia de estos pueblos en paz y bienestar social. Se lucha a la vez en el cuadro de una gran unión europea, en la cual los húngaros están orgánicamente integrados hace mas de mil años y sienten responsabilidades junto con los latinos, eslavos, germanos y demás europeos, para con las herencias de la común civilización.

Sin dejar de resaltar los objetivos comunes principales con los demas movimientos semejantes, la independencia económica, justicia social y soberanía nacional, consideramos de fundamental importancia, que no amparamos un socialismo internacional dogmático, utópico y declaramos que la esencia de nuestra ideología es genuinamente nacional, popular y cristiana. Combatimos cabalmente al marxismo pues la lucha de clases es un agente de destrucción y no de construcción.

Dichas consideraciones nos facultan para manifestar nuestro punto de vista político actual y clarificar la doctrina hungarista concebida en el año 1935 por el ex oficial mayor del Estado Mayor del Ejército Húngaro, Ferenc Szalasi, según su básica obra Rumbo y Meta. Fue el último Jefe Constitucional del Estado Húngaro y fundador del Movimiento Hungarista conocido también como La Cruz y la Flecha. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial fue acusado por un vengador tribunal popular -en base a leyes retroactivas y arbitrariamente sancionada- de haber cometido crímenes de guerra y fue martirizado el 12 de marzo de 1946 junto con sus heróicos colaboradores. Cabe señalar que los principios doctrinarios de la obra de Szalasi son cristianos y se fundan en la filosofía del cristianismo positivo del ilustrísimo obispo de Hungría, el Dr. Otocar Proháska, traducido hace años al español.

Combatiendo al marxismo

Fuimos y somos los primeros antimarxistas europeos, pues durante la "dictadura del proletariado" que asoló Hungría entre el 21 de marzo de 1919 y el primero de agosto del mismo año, devastando el país y causando 30 mil muertos en estos 133 días, se levantaron el 24 de junio de 1919 los jóvenes cadetes de la Academia Militar Húngara de Budapest, siendo así, los primeros que en el mundo entero aparte de los propios rusos se opusieron al comunismo. No hace falta decir que tal levantamiento fue reprimido sangrientamente por el régimen marxista de Bela Kun, todavía en el poder en aquel entonces, pero marchando al extranjero fuimos uniendonos a otros grupos de ideología nacionalsocialista del mundo entero.

No cabe duda que los primeros pasos decisivos fueron dados ya en el año 1922 por Benito Mussolini al implantar en Italia un sistema político-económico opuesto decididamente al democrático-liberal. El Fascismo constituía la vanguardia de todas las tendencias antimarxistas nacionalistas.

Acertadamente señalaba una vez la revista Cedade de España que pocas fechas han marcado un suceso más épico, que el 30 de enero de 1933, día en que se cambió el curso del devenir de la historia. Pese a que aquella ideología fue calificada de "satánica" y condenada por las democracias liberales a desaparecer completamente, todavía hoy inspira interes en todos los países donde patriotas nacionalsocialistas están buscando una solución política de carácter socialista, pero lejos del esclavizante marxismo-leninismo. El nacionalsocialismo aleman, llegado al poder en esta fecha, resultó ser no solamente un partido político, sino que trascendió estos estrechos límites para abarcar una visión cósmica superior a la de su propio tiempo. De ahí que varias naciones sigan empeñadas en mantenerlo vivo a cualquier precio, existiendo numerosos partidos y movimientos en todo el mundo creados con este propósito y siendo uno de ellos el Movimiento Hungarista, objeto del presente análisis.

Nacionalsocialismo Húngaro

El sistema ideológico denominado "hungarismo", es el alma, contenido, instrumento y realidad del nacionalsocialismo húngaro que garantiza libertad sin libertinaje y justicia social sin hipocresía, que ofrece ayuda y auxilio, respeto confraternal y que establece también el orden y la ley pública. Es creyente en Dios y en Cristo. No tolera el ateísmo, la difamación y la negación del credo. Está formando un conjunto su moral y la práctica de la misma. Cada individuo que forma parte de la Nación debe integrarse en alguna de las religiones legalmente reconocidas. En lo que atañe a nuestras relaciones con los representantes del clero de las distintas iglesias, señalamos que nuestros conceptos coinciden con los del Prof. Joaquín Bochaca, expuestos en el Boletín Especial del año X, Mayo-Junio 1976, en el sentido de que en la futura Europa, toda religión que sea, que intervenga en los asuntos de este mundo, quedará sujeta a la legislación de este mundo.

Al analizar el carácter totalitario del Hungarismo, Ferenc Szalasi explica en su obra maestra, que a lo largo de la historia universal fueron desarrollandose tres sistemas totalitarios, en forma sucesiva primero y paralelamente después, fortificandose mutuamente. Se caracterizaban los tres por una exigencia de obediencia absoluta. El más antiguo fue el totalitarismo militar, después vino el eclesiástico y por fin el económico formado por los grandes capitalistas, financistas, banqueros, etc. Fueron representando cada uno la moral, el espíritu y la materia, distanciandose entre sí y apartandose de un camino común pero encontrandose unidos en momentos decisivos.

Cuarto poder totalitario

Sin embargo surgió luego el nacionalsocialismo como cuarto poder totalitario, en este caso de la Nación. Este es sin duda el más perfecto pues está capacitado para unificar los otros de acuerdo con un mismo criterio moral, absorbiendo el totalitarismo eclesiástico dentro de la moral nacional y el totalitarismo militar por medio de los organismos armados de la Nación y la economía privada por el concepto del bienestar público nacionalsocialista.

Es evidente que siendo los tres primeros totalitarismos opuestos al cuarto, el enfrentamiento es inevitable. Y efectivamente existió tal oposición durante las primeras etapas de la revolución en Italia y Alemania, pero según predicción de Szalasi respecto al desarrollo final de esta lucha, únicamente el totalitarismo militar resultaría vencedor pues alcanzaría, a través de la victoria nacionalsocialista, su desarrollo más perfecto. En cuanto a los otros dos tenían que sentirse perdedores. Uno por no poder alcanzar sus objetivos y el otro por perder lo que estaba sacando y usurpando a la nación sin ningún tipo de obligación.

Constituye otra causa de oposición a nuestros movimientos, el hecho de que el liberalismo democrático ha cultivado el paganismo moral, espiritual y material. Ha quemado el ideal y la realidad patriótica y ha organizado las ceremonias de adoración del becerro de oro, que ha sustituído hace ya muchos años en todos los estados modernos, el culto al trabajo realizado. Cabe señalar, empero, que en las naciones del Eje, lucharon alemanes, italianos, húngaros y 38 divisiones SS y que aunque fueron vencidas materialmente no lo fueron nunca en forma espiritual y su lucha se centró casi exclusivamente contra el poder del oro de los vencedores.

El demoliberalismo es un sistema de fuerza organizado por y para unos privilegiados; el hungarismo, en cambio, es un sistema de orden para toda la Nación. Mientras el liberalismo se basa en la idea de Judas, de la plata, el beso y la mentira, el hungarismo se fundamenta en el bienestar social, moral y justo. Constituye un sistema autoritario, sin excluir la iniciativa y responsabilidad individuales en el campo moral, espiritual, político, material, social y económico, sin embargo tal responsabilidad dista mucho de la divisible, evitable, transferible y en última instancia irresponsable "responsabilidad" del sistema liberal, sino que expresa la gradualmente asumida obligación para con la suprema autoridad.

Cabe destacar que el sistema autoritario del hungarismo no ha sido adpotado en favor de los autócratas impuestos a la nación por investidura propia o en provecho de los grandes capitalistas, sino de las autoridades elegidas por el pueblo y de los conductores que constituyen la elite de la nación. Szalasi notificó la meta del Movimiento Hungarista en llegar a un sistema estatal, en que los campesinos conviven con los trabajadores de las potentes industrias, bajo la conducción de intelectuales, todos con la misma ideología nacionalsocialista.

Orden y bienestar

El Hungarismo significa el orden de las naciones socialistas radicadas en la Cuenca Carpato-Danubiana, que se definen por el socialismo nacionalista. Su socialismo se expresa como socialnacionalismo por cuanto su nacionalismo quiere hacer notar la realidad de la comunidad de sangre y destino idénticos, dentro del espacio vital de la Patria comun. Conforme a la definición de Szalasi, el bienestar, la ocupación de los trabajadores y el pan de cada día surgen del consciente servicio nacionalista y socialista a la Patria. El poder estatal es el ejecutivo del servicio moral, espiritual y material de la comunidad popular y de la realidad y esencia de la Patria. El Estado es el instrumento al servicio de la Patria y la Nación.

La ideología nacionalsocialista húngara está enfocada al espíritu contemporáneo. Su orden material determina el de la economía nacional y el orden de la acción basandose ideológicamente en el socialnacionalismo y que a su vez protege el desarrollo moral y espiritual de nuestra vida y de toda la comunidaad popular frente a los imperialismo internos y externos.

La economía nacional se fundamenta en la economía privada, la cual ha de operar conforme a los principios de la economía libre socialista. Se la interpreta "libre", pues cada ciudadano húngaro o de una minoría étnica con pleno derecho y conforme a sus capacidades, puede ser partícipe de la economia nacional. Sin embargo, su actividad debe tener carácter socialista, dado que los obligan sus compromisos para con la comunidad popular. El orden de acción puede definirse así: ha de actuar poniendo orden y basandose siempre en la constitución laboral en todo lo referente a la obligación del trabajo, las relaciones entre trabajadores y empresarios, asuntos de conflictividad, sanidad y ética laborales.

Segun las ideas de Szalasi, los intelectuales han de ser los conductores y directivos, los trabajadores industriales construiran, los labriegos conservaran y los militares protegeran la Nación. En cuanto a las mujeres y los jovenes son los garantes de la inmortalidad de la vida nacional. Las Fuerzas Armadas constituyen el instrumento ejecutivo para la resistencia de la comunidad popular contra cualquier ataque. Si bien el Hungarismo quiere evitar guerras no rehusará defender por todos los medios disponibles y desplegando todas las fuerzas y audacia, los valores e intereses morales, espirituales y materiales de la Nación.

Pax Hungárica

Se establecerá la "Pax Hungárica" entre el pueblo húngaro y los distintos grupos étnicos que conviven radicados en el mismo espacio vital de la cuenca Carpato-Danubiana lo que significa:

1.- La paz económica, según la cual, se ha de repartir proporcionalmente los beneficios de los resultados del trabajo y de la producción entre los sectores que intervienen, con el fin de suprimir la posibilidad de que se origine o subsita el capitalismo financiero y para terminar con la miseria desesperante de algunos sectores de la clase trabajadora.

2.- La paz social, que desconoce a las clases de los oligarcas y liberal-capitalistas, que ignora la idea de clases superior, media y baja para unirlas todas en una única comunidad de trabajadores socialistas.

3.- La paz política, que no está destinada a los intereses partidarios egoístas y extranjeros, es lo que determina una única línea de conducta según los intereses de la comunidad y destinada a asegurar el éxito y la grandeza de la Nación.

El hungarismo propone desenmarañar la política exterior según la idea de la comunidad de las naciones y la práctica del connacionalismo, junto con aquellos estados que esten dispuestos a adaptar su vida moral, espiritual y material, así como también su política socio-económica a la ideología hungarista. Se formalizaran nuevas reglas jurídicas destinadas a determinar los acuerdos y tratados con los estados, debiendo tener los mismos un carácter eminentemente útil. No constituirá su base el estado, sino la Nación totalitaria y organizará a la comunidad de naciones europeas.

Nuestra ideología protege y ataca. Defiende a la comunidad popular nacionalsocialista y asalta a los enemigos del connacionalismo y a los hostiles a las doctrinas de nuestros conductores mártires !

Sin embargo en las circunstancias actuales parece que sea vergonzoso resaltar la actitud heroica del útlimo gobierno constitucional húngaro de Szalasi en el poder entre el 16 de octubre de 1944 y el 4 de abril de 1945. Así como la resistencia militar y civil en Budapest del 24 de diciembre de 1944 al 12 de febrero de 1945 que retrasó considerablemente el avance de las tropas asiáticas comunistas hacia Occidente. En todo caso compartimos perfectamente la opinión del Profesor Bochaca según la cual nuestra misión principal es ahora mantener viva la llama de la idea.

Nuestra ideología significa: Fe, Obediencia, Lucha. Su santo y seña se expresa con la palabra PERSERVERANCIA !

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