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La Tercera Teoría Política
(Artículo de Michael O'Meara. Traducción Original al Español de: Usuario:Camisaneri. Artículo Original en Ingles:http://www.counter-currents.com/2012/12/how-the-irish-became-white-part-1/)
La Tercera Teoría Política
“Marcharemos para luchar por la Sagrada Rusia/ Y regar como una nuestra sangre sobre ella.” -Canción del Ejército Blanco
La “Tercera Teoría Política” (3TP) es lo que Alexander Dugin, en La Cuarta Teoría Política (2012), llama Fascismo y Nacional Socialismo.[1]
De acuerdo a Dugin, el Nacional Socialismo Alemán y el Fascismo Italiano no sólo fueron militar, pero ideológicamente derrotados en la Segunda Guerra Civil Europea (1939-1945) –victimas de “‘homicidio’ o tal vez ‘suicidio’.” A partir de entonces, estas dos ideologías nacionales anti-liberales supuestamente “superadas por la historia” dejaron de abordar los grandes desafíos que enfrentan al hombre Europeo. Luego, con la caída del comunismo en 1989/91, la segunda gran “teoría” anti-liberal opuesta a las fuerzas Judeo-financieras del liberalismo Anglo-Americano colapsó. Hoy la lucha anti-liberal, concluye Dugin, requiere de una ideología que no ha “sido destruida y desaparecido de la faz de la tierra.”
No hay nada en la Cuarta Teoría Política tendiente a complacer a lo políticamente correcto –lo que es, tal vez una razón para leerlo. Sin embargo, el esfuerzo de Dugin de desarrollar una “teoría” convincente apropiada para la resistencia global anti-sistema debe ser juzgada como un (No seré el primero en decirlo) “fracaso” –un fracaso interesante, ciertamente, pero uno que constituye una posible trampa para la oposición anti-sistema, especialmente en su tratamiento sesgado de la 3TP y sus implicaciones en la resistencia anti-sistema.
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A inicio de 1992, no mucho después del colapso de la Unión Soviética, Alain de Benoist, residente de Paris líder de la “Nueva Derecha” francesa (que estaba apenas descubriendo el facteur Russie), fue invitado por Alexander Dugin a reunirse en Moscú. Aunque elementos entre lo políticamente correcto inmediatamente alzaron la voz sobre el espectro de la “alianza rojo-parda”[2] (lo que aparentemente llevo a que Benoist mantuviese su distancia) y aunque pequeñas diferencias continuaron dividiéndolos, Dugin fue eventualmente aceptado como un pariente, de espíritu anti-liberal, compartiendo, como lo hace, el Tradicionalismo de la Nueva Derecha (Evola), la teología política (Schmitt), la ontología Heideggeriana, el anti-Americanismo y la geopolítica telurocrática (Haushofer). En años recientes, sus diferencias parecen haber sucumbido a todo aquello que conectasus proyectos relacionados.
Dugin desde entonces se ha convertido en un prominente elemento en la constelación NR, compartiendo los cielos con Benoist. Esta prominencia es completamente merecida, para un talentoso Dugin (algo así como un think-tank de una persona) está familiarizado con todas las más importantes lenguas Europeas, erudito en la herencia anti-liberal y esotérica que el NR rescató del olvido en el periodo de la postguerra y sobre todo un intransigente, metapolíticamente fecundo oponente de los Estados Unidos, “la ciudadela del liberalismo mundial” y por tanto la principal fuente de maldad en nuestro tiempo.
La naturaleza exacta del proyecto de Dugin (incorporando diversos elementos compartidos por la oposición anti-sistema europea) sin embargo, nunca ha sido totalmente clara cuando sevisualiza desde lejos. Esto parece deberse menos a las malas traducciones al Ingles de sus primeros artículos o a las numerosas interpretaciones conflictivas que pueden ser encontradas en su trabajo –que a un itinerario político remarcable (posible sólo en la última nación blanca soberana en la tierra) que lo llevo de los márgenes políticas a las alturas del poder: un itinerario que comenzó con su afiliación al partido ultra-nacionalista y antisemita Pamyat a finales de 1980, seguido por el post-soviético Partido Comunista de Gennady Zyuganov, luego el Partido Nacional Bolchevique y algunas otras formaciones Euroasiaticas, luego el Ortodoxo-Monárquico Bloque Rodina y por la última década, luego de lograr una prominencia nacional como un “intelectual público” asesor ocasional de Vladimir Putin y la Duma Rusa.
Estas formaciones y sus capacidades, cada una respetable, juntas llevan a ciertas obvias preguntas acerca de la naturaleza del proyecto político que abarca un espectro tan amplio de creencias y combinaciones como una mescla eclécticade aparentes ideas incompatibles (Tradicionalismo Evoliano, Pensamiento NR [ya un pot-pourri des idées divergentes], Eurasianismo, entre otros) en una visión de mundo adecuada para una Estado Ruso post-Soviético.
Arkot, para bien ha traducido y editado publicaciones en un evento para los editores precisamente porque le ha dado al mundo angloparlante su primer libro exponiendo el pensamiento de Dugin y por tanto dando una visión más clara de su proyecto NR.
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Aunque sigue siendo difícil de encasillar, crecientemente a través de los añosme he convertido en crítico sobre Dugin, principalmente en lo que tiene que ver con su euroasianismo – que no es Nacional Bolchevique en el sentido Alemán (de aliar a Rusia y Europa y por tanto sobrepasar las diferencias narcisistas que dividen lo Greco-Eslavo Este con lo Romano-Germánico Oeste), pero más bien algo como una prospectiva de ideología de Estado inclusiva de judíos, musulmanes, y turcos ocupando tierras rusas –por tanto más preocupado con la geopolítica y la hegemonía de la etno-civilización (el poder del Estado en vez que Rusia)- y por tanto algo potencialmente anti-cultural. Este peligro se destaca en Dugin con su fidelidad formal con los etnopluralistas, multiculturalitas y los principios comunitarios (escisiones del universalismo occidental al cual se opone formalmente) que son los componentes claves del “pluriversum”[3] relativista-cultural de Benoist.
Aunque no se pretendía, estos principios compartidos por Dugin y Benoist no pueden más que poner en peligro a los europeos, porque legitiman la colonización de sus tierras históricas por el Islam, como a su vez arriesgan a los rusos europeos volviéndolos Turco-Eslavos o personas Asiáticas, y por tanto los alejan de su destino de compartir con otros europeos (los “Bóreos”: los blancos o las gentes Indo-Europeas del Norte).
En su conferencia en Identitär Idé IV, Dugin el etnopluralista incluso jugó con la ficción izquierda-derecha que la “raza” (como un concepto científico o zoológico) es un “constructo social” (a pesar de su Tradicionalismo evoliano, que reconoce la significación de la “raza” en ambas esencias físicas y espirituales).[4] Su posición aquí, aunque vacilante a ratos, es como la de Benoist menospreciando los fundamentos raciales de lo que Saint-Loup llamó la patrie charnelle-la herencia genética y territorial sin la cual los europeos dejan de ser quienes son.[5]
Dugin, claro, se encuentra en lo correcto al desestimar la “raza” como un componente social determinante. La desaparición inminente del hombre blanco es espiritual, no bilógica, en origen. (Esto, incidentalmente, es la razón del por qué un Nacionalismo Blanco Americano que apela principalmente a la raza es ya un proyecto fallido). El espirito es siempre primario y las bases materialistas o biológicas de la existencia humana son simplemente un vehículo del espíritu.
Sin embargo “insignificante” como un determinante, la raza es no obstante indispensable –en el sentido de que el mundo del hombre es imposible sin ella. Para el hombre esta es un ser vivo, la sangre infunde el ser: cambia su sangre (raza) y cambiara su espíritu. Como lo es con el ser y el Ser, no hay espíritu sin la sangre –la sangre distingue al “ser ahí” (Dasein) del hombre. Esto no significa que la sangre explique o determina nada (al menos directamente), sólo que la herencia genética no puede ser dispensada, sin dispensar la misma condición (el “arrojamiento y la facticidad”) del ser humano. No ver la raza, linaje y el parentesco en una inextricable faceta del ser, es no ver la necesaria naturaleza plasmada del Dasein. De hecho, Dugin es un “idealismo” (como su Tradicionalismo), por lo que no es el Dasein de Heidegger.
Las concesiones de Dugin vía Benoist a los principios misóginos del globalismo cosmopolita, con su Turco e Islamofilia, son evidentes no sólo en su Euroasianismo que combina blanco con amarillo, gentes Cristianas e Islámicas en un solo gobierno (en vez de promover la homogeneidad cultural característica de la Alta Cultura de las tierras Europeas del Oeste), pero también es una postura del debate formal entre Faye y Benoist en el etnonacionalismo y el comunitarismo.
Guillaume Faye no es una Virgen Vestal [6], esto es un punto cierto, pero en los punto decisivos –raza, cultura, inmigración, Islam –él se ha situado en contra de las fuerzas etno-genocidas por el bien de la Europa Europea, mientras que Dugin, de nuevo como Benoist (quien en 2000 públicamente denunció a Faye como “racista”, mientras que el Estado Francés había lanzado un asalto judicial en él por incitar al “odio racial”), ha buscado repetidamente acomodarse con las fuerzas anti-blancas (que probablemente cuentan con un cierto interés de la 4TP del Tercer Munido/Islámico).
En la Cuarta Teoría Política, Dugin muestra a Benoist como un compañero de la 4TP y explícitamente lo identifica con su proyecto. Esto le sigue a similares adhesiones públicas de Benoist con la 4TP en Moscú en 2009.[7] A pesar de sus persistentes diferencias, esta colaboración entre las Nuevas Derechas de París y Moscú en años recientes parecen dirigirse a dar a sus relacionadas corrientes del discurso NR (rebautizado 4TP) una mayor y más trascendental audiencia. (Pero aquí especuló, ya que no leo sus publicaciones).
Cui bono? Para el “soldado político” (que Dugin piensa que es obsoleto), para los blancos etnonacionalistas y sospecho que también para los nacionalistas Rusos, la afinidad de Dugin con Benoist junto con su oposición anti-racista a Faye, debe prender las alarmas, señalando, como lo hace la lealtad de Dugin a lo más comunitario y etnopluralista –a saber: lo más políticamente correcto y demográficamente comprometedor – de las tendencias NR.
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La cuarta teoría política está llena de discusiones profundas de la 1TP (liberalismo) y la 2TP (Comunismo), lo que es otra razón para leerlo, pero extrañamente no hay discusión alguna, excepto dispersamente sobre la 3TP (Fascismo/Nacional Socialismo) –a lo mejor porque esta “teoría” era en si una negación de teoría –y por tanto una negación, entre otras cosas, del “modernismo” que Dugin de forma simplista le atribuye.
Igual de cuestionablemente, trata al Nacional Socialismo y al Fascismo, aunque obviamente diferentes como teorías políticas relacionadas, mientras que al mismo tiempo ignora sus raíces comunes en una historia más temprana de la resistencia anti-liberal. De forma similar él deja a un lado las prolongaciones post-1945 de esta supuesta “teoría” moribunda, negándose aceptar que la 3TP no murió luego de la guerra y que más importante aún, las fuerzas históricas que una vez la convirtieron en un poder en el mundo (la destrucción del significado y las dislocaciones socio-económicas que vinieron con la excesiva liberalización: piense en la “globalización” de hoy) están en el presente creando las condiciones conducentes a otra masiva, insurgencia anti-liberal al estilo “fascista”.[8]
Para Dugin, la 3TP –llamémosla “fascismo” (minúscula) –es entendida en una forma no muy diferente que como la entendía el Comunismo Internacional luego del giro del Frente Popular (1934). Al tratar de reunir a las democracias plutocráticas a una alianza de seguridad-colectiva con la Unión Soviética en contra de la insurgente Alemania, el Comintern usó “fascismo” como un término genérico para describir una multitud de movimientos, presuntamente en connivencia con las facciones más reaccionarias y militaristas del Gran Capital, pero teniendo poco más en común que su defensa anti-liberal o anti-comunista de la nación o la tradición nacional.
No solo el Fascismo Italiano y la Alemania Nacional Socialista, pero el KKK y los Republicanos en Estados Unidos, Franquistas y Falangistas en España, las “ligas” y otros en Francia, Rexistas Católicos en Bélgica, Ortodoxos de la Guardia de Hierro en Rumanía, y virtualmente toda tendencia en el periodo de entre guerras opuesta a la devastación nihilista de la “democracia capitalista,” el Comunismo Soviético, o las argucias judías terminaron siendo etiquetados como “fascistas”. Conceptualmente, este “fascismo” era tan vacuamente definido que el “control cognitivo acerca de los criterios de entrada en la clase estaba casi completamente perdido,” mientras el término evolucionó en una forma de exclusión liberal o izquierdista –como el término “racismo”.
Luego de 1945, ambos la izquierda y la Academia continuaron siguiendo la línea del Comintern, usando el término “fascismo” para describir todo y a todo aquel que se pudiera oponer a la 1TP o a la 2TP en el nombre de alguna tradición o una identidad enraizada (lo que Dugin llama “Dasein”). No hay nada “científico”(a saber: riguroso) aquí, el término es expresamente usado para demonizar a cualquiera o cualquier cuestión que se oponga a las fuerzas de la subversión capitalistas o comunistas –usualmente porque los argumentos o las afirmaciones que justifican sus prácticas no pueden soportar el escrutinio racional, incluso en sus propias cortes. Que Dugin use el término de la misma manera sugiere algo acerca de su propia valoración del anti-liberalismo Europeo.
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El Segundo gran problema con el tratamiento que hace Dugin a la 3TP (específicamente Fascismo y Nacional Socialismo) es que él falla en reconocer que estas “ideologías” se originaron no ex nihilo en los años de 1920 o los años 30, pero surgen de un movimiento de medio siglo de antigüedad que emergió en oposición a fuerzas modernizadoras similares impulsadas por intereses judíos y especulativos beneficiándose de la economización puesta en curso por el liberalismo en la vida Europea. No ver o enfatizar el crisol socio-histórico del cual surgió la 3TP le causa a él perderse del más grande intento contra-modernista de las “Tercera Vía”.
La 3TP lucha contra la modernidad liberal, ya más allá de la Izquierda y la Derecha, entró primero al escenario histórico a finales del siglo XIX, mientras que elementos del ala revolucionaria anti-liberal del movimiento del trabajo se unieron a elementos del ala revolucionaria anti-libera del movimiento nacionalista para resistir el modelo de Estado y sociedad del liberalismo Hebraico (a saber: Usurario) –un modelo que vuelve la nación en mercado, a los proveedores en cosmopolitas, y niega la historia y el destino.[10]
En este sentido, el Nacional Socialismo Alemán y el Fascismo Italiano representan continuaciones de estas primeras expresiones socialistas y nacionalistas de anti-liberalismo, estando sui generis principalmente personificando el espíritu y el sostén de su era.
Como los historiados de nuestra corte, Dugin no puede definir “fascismo”, excepto vacíamente. De hecho este sólo puede ser definido vacuamente si se parte de que el “fascismo” fue una decepción ideológica, donde había un solo Fascismo y numerosas formas distintas y particulares de la 3TP: anti-liberalismo, anti-capitalismo, anti-Comunismo, anti-modernización, anti-semitismo, ultranacionalismo, etc. –algunas veces superponiéndose uno con otro, algunas veces no –pero en la mayoría de los casos, defendiendo su Dasein colectivo en términos de una tierra y un pueblo especifico.
En un estilo similar, Dugin ignora las circunstancias históricas que llevaron a que el Fascismo Italiano y el Nacional Socialismo Alemán llegasen al poder: la dislocación profunda material y psicológica de la guerra de 1914-18 y la devastadora crisis económica que siguió en los años 1930. Si se presta mayor atención a este aspecto de su tema, él podría haber notado que desde la crisis del 2008, la estagnación económica, las confiscaciones predadoras por los Robber Barons, y el vaciamiento de las instituciones Europeas preeminentemente el Estado, han creado las condiciones en que otra forma masiva de 3TP puede surgir para retar a las fuerzas etno-genocidas en comando del Estado y la sociedad.
Si esto ocurre, la Tercera Teoría Política (la “ideología” “anti-liberal” y por tanto anti-sistema), que surgió de la rebelión contra la modernidad liberal y el capitalismo corporativo en los años 1890 y fue llamado “fascismo” en los años 1920 y 30, es probable que asuma lo que antes fueron las formas imprevistas de identitarismo, amanecerdoradismo, casapoundismo y cualquier otra tendencia revolucionaria que en el presente luche contra la devastación liberal de la vida Europea en el nombre no necesariamente de “raza”, “Estado”, o teoría (como Dugin la tiene), pero en el de las tradiciones que definen a los Europeos como pueblo (a saber: Dasein y Mitsein –conceptos, vía Martin Heidegger, propios de la 3TP).[10]
No coincidencialmente, las tendencias que hoy representan la 3TP son tan distintas y diferentes de los “fascismo” del periodo de entreguerras, aunque cada uno pertenece a la misma rebelión que hace época contra la modernización liberal que fue derrotada en 1945 y que sólo ahora y aun vacilantemente inicia a reafirmar algo de su significado precedente oposicional.
Los anti-liberales sin embargo estánen deuda con Dugin por haberles dado el término “3TP” –porque ahora pueden abstenerse (cuando son francos) de describirse o pensarse como “fascistas” (que, para repetir, fueron parte de algo que nació de una anterior lucha Europea contra las crecientes fuerzas del Judaísmo moderno)[11] y por tanto deben para mayor precisión ser vistos como expresiones de este movimiento histórico más grande (3TP), que ha tenido diversas manifestaciones, la mayoría de las cuales convergen en resistirse a las fuerzas etno-genocidas asociadas con el capitalismo, Comunismo, o los Judíos. Más allá de ellotenían poca semejanza ideológica (“teoría”).
Sin embargo la 3TP se caracteriza –como “fascista” o como un movimiento anti-liberal más grande –por continuar hablando de la situación global presente, porque a diferencia de las tímidas imputaciones de la 4TP y la apoliteia persistente en sus antecedentes, ella tiene un record indisputable de lucha contra las legiones negras del Anticristo –no por el bien de una teoría, pero por ciertas identidades primordiales enraizadas en la sangre y el espíritu, la estirpe y los compatriotas. De hecho, si los Europeos van a sobrevivir el siglo XXI, parece más probable que ellos van a tener que luchar por algo de más grande significado “mítico” que los retraídos, exangües, principios teoréticos de la 4TP.
Como fue con el Fascismo y el Nacional Socialismo en su tiempo, la 3TP en nuestro tiempo es probable que también rechace los escenarios políticos establecidos y se manifieste “extra-institucionalmente” –contra la Troika (FMI-BCE-CE) y sus Parlamentos Masónicos, Cambiadores de Dinero y los Judeo-Americanos –mientras ella resiste los destructores efectos del liberalismo nacional y más generalmente el sistema usurario impuesto por EE.UU a la Europa derrotada en 1945.
En el Nuevo escenario político que ella creara (análogo a la 2TP Soviética), la atracción de la 3TP no será un partido, una teoría, o una abstracción metafísica (Dasein), pero el “pueblo soberano” (desprestigiado como el término pueda estar en la “sociedad del espectáculo”) –mientras la 3TP manifiesta la oposición contra el sistema irreformable que amenaza a los Europeo con la extinción.
Y como sus primeras manifestaciones, la lucha de hoy de la 3TP creara una contra-hegemonía anticipándose al futuro en el cual los Europeos serán otra vez libres para seguir el destino nacido de sus “reyes y emperadores” Góticos. Él no promoverá un programa de “acción afirmativa” para las relaciones internacionales o buscara asegurar la integridad comunitaria de la población extranjera ocupando sus tierras.
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El tercer y más significativo problema con el tratamiento de Dugin a la 3TP yace en ignorar sus prolongaciones post-guerra y por tanto fallando en reconocer aquellos aspectos del “fascismo” post-guerra aunque son relevantes para la presente situación, especialmente ahora que se ha despojado de sus anterior pequeño-nacionalismo de Estado, el racismo (“vertical”) burgués y el anti-Eslavismo.
Dugin y Benoist son ambos extraordinarias fuerzas creativas, de las cuales se puede aprender mucho, pero ideológicamente el proyecto de estos “intelectuales sin ataduras” están más cercanos en espíritu al “Tradicionalismo” Británico del Príncipe Carlos, que a aquellas figuras post-guerra de la 3TP como el Americano Vabanquespieler, Francis Parker Yockey, cuyo así llamado “fascismo de post-guerra”tomo la teoría y práctica de la 3TP a un punto aun no alcanzado por el pensamiento de la 4TP o el NR.
Yockey no sabría nada de la postmodernidad de Dugin, pero a inicios de los años 1950, basado en la estética Europea (a saber: spengleriano) en vez que en el criterio objetivo científico y por tanto con un cierto postmodernismo avant la lettre, él había elaborado un revolucionario entendimiento de lo que tenía por delante, ofreciendo tanto un análisis y un medio de lucha a cualquier forma que la postmoderna Sinagoga de Satán pudiese asumir.[12] Es apenas una coincidencia que la resistencia anti-liberal de la post-guerra inicia –y culmina –con él.
Una lucha revolucionaria imperial contra el Leviatán Atlantista (alias el NWO) –la lucha por la cual Yockey dio su vida –gira en torno a la formación de una federación Euro-Rusa para luchar los poderes talasocraticos: los Anglo-Sajones encarnando la ética Protestante y el espíritu capitalista –Inglaterra y América –cuya dictadura hedonista de “destrucción creativa” no fue una invención de maniáticos judíos, pero nació completamente localmente, teniendo en cuenta que nació en Runnymede; se convirtió en era con los sacrilegios de Enrique VIII, que convirtió a la Cristiandad en una religión del capitalismo (Protestantismo); y triunfo con la Oligarquía Whig que ha dominado el mundo occidental desde 1789, cuando los ideólogos Continentales derrocaron a la monarquía Francesa, representando una modernidad “Católica” y regalista.[13]
Por 1952, Yockey entendió que tanto la liberación y el destino de Europa estaban de ahí en adelante ligados a Rusia –el único poder mundial capaz de resistir la contra-civilización satánica geopolíticamente aliada con el eje Washington-Londres-Tel Aviv.[14]
Resistiendo al Leviatán, el movimiento que se extiende de Yockey, Saint-Loup, René Binet y otros en los años 1940 y 50, a Jean Mabire, François Duprat y Jean Thiriart en los años 60 y principios de los 70, y a la actual generación de revolucionarios nacionalistas, identitarios y otras “Tercera Vía” o tendencias anti-sistema despertadas por Amanecer Dorado[15] –dan fe (Pensaría yo) a la continua vitalidad de la pretendida moribunda “teoría”, especialmente comparada a las inertes metapolíticas del discurso NR o de la 4TP.
En contraste con la 4TP, ahí late en el corazón de la 3TP el espíritu no teórico pero practico. Los grandes tribunos de la 3TP todos siguen a Pisacane en su convicción que las “ideas surgen de hechos y no todo lo contrario.” Lo que siempre ha sido (y es) más escaso no son las ideas, pero hombres que las realicen. No hay como tal, metapolítica sin política.
Privilegiando la vía Real de Evola a la vía Sacerdotal de Guénon,la resistencia de la 3TP se distingue hoy por pelear por socialismo en contra de la izquierda, por nacionalismo en contra de la derecha y por la “diferencia” de Europa en contra de los ideólogos multi-racistas de la 4TP.
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Luego de 1945, los prisioneros de Guerra de la 3TP fueron exiliados a los márgenes de la sociedad Europea. Es de allí, por lo tanto, donde se preparara el asalto final contra el centro liberal. Para los propagandistas de la acción –el intento de librar Europa de los intrusos usureros y extranjeros y por tanto reasumir su destino –la teoría de Dugin es una desviación del Imperium Euro-Ruso la única posibilidad de crear no una utopía de la multipolaridad de la 4TP o replicar la vileza de la unipolaridad de EE.UU, pero para establecer un orden mundial pacifico basado en principios Boreos.
Notas
- Alexander Dugin, La Cuarta Teoría Política, traducción al inglés M. Sleboda y M. Millerman (Londres: Arktos, 2012).
- Thierry Wolton, Rouge-Brun: Le mal du siècle (Paris: Lattès, 1999).
- Michael O'Meara, “El Pluriversum de Benois: Y la critica Etnonacionalista,” The Occidental Quarterly 5: 3 (Finales 2005); http://toqonline.com/archives/v5n3/53-mo-pluriversum.pdf. También Michael O'Meara,"Comunidad de Destino o Comunidad de Tribus," Ab Aeterno n. 2 (Marzo 2010); http://www.counter-currents.com/2010/08/community-of-destiny-or-community-of-tribes/.
- Dugin’s Identitär Idé IV charla en http://www.youtube.com/watch?v=7X-o_ndhSVA .En la raza y el Tradicionalismo, ver Julius Evola, Éléments pour une éducation raciale, traducción. G. Boulanger (Puiseaux: Pardès, 1984 [1941]); también Frithjof Schuon,Castas y Razas, traducción M. Pallis and M. Matheson (Bedfont, UK: 1982 [1959]).
- Saint-Loup, "Une Europe des patries charnelles," Défense de l'Occident, n. 136 (March 1976).
- Michael O’Meara, Guillaume Faye y la Batalla de Europa (Londres: Arktos, 2013).
- http://www.evrazia.tv/content/alien-die-bienua-o-chietviertoi-politichieskoi-tieorii.
- George Friedman, “Europa, Desempleo e Inestabilidad” (Marzo 5, 2013),http://www.stratfor.com/weekly/europe-unemployment-and-instability.
- Karlheinz Weissmann, Der Nationale Sozialismus: Ideologie und Bewegung 1890–1933 (Munich: Herbig, 1998); Zeev Sternhell, La Droite révolutionnaire 1885–1914: Les origines françaises de fascisme (Paris: Seuil, 1978); Arnaud Imatz, Par-delà droite et gauche: Histoire de la grande peur récurrente des bien-pensants (Paris: Godefroy de Bouillon, 2002).
- Siguiendo la pauta Dugin, es claro que Martin Heidegger se mantuvo como proponente de la 3TP, que es evidente en su crítica Nacional Socialista del régimen de Hitler; ver su “second magnum opus,” Contribuciones a la Filosofía (Desde Enowning), traducción. P. Emad and K. Maly (Bloomington: Indiana University Press, 1999 [1936-38/1989]).
- En lo esencial el caracter “Judío” de la “modernidad”, ver Yuri Slezkine, El Siglo Judío (Princeton: Princeton University Press, 2004).
- Francis Parker Yockey, La Proclamación de Londres (Shamley Green, Reino Unido: The Palingenesis Project, 2012 [1949]); Francis Parker Yockey, “El Juicio por Traición de Praga: Lo que está Detrás del colgamiento de once Judíos en Praga” (1952), http://www.counter-currents.com/tag/the-prague-treason-trial/.
- E. Michael Jones, El Espíritu Revolucionario Judío y su Impacto en la Historia del Mundo(South Bend, Ind.: Fidelity Press, 2008); Steve Pincus, 1688: La Primera Revolución Moderna (New Haven & London: Yale University Press, 2009).
- Desmond Fennell, Amanecer Incierto: Hiroshima y el Comienzo de la Civilización Post-Occidental (Dublín: Sanas, 1996).
- Nicolas Lebourg, Le Monde vu de la plus extrême droite: Du fascisme au nationalisme-révolutionnaire (Perpignan: Presses Universitaires de Perpignan, 2010).