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Máximo Etchecopar
Sumario
Juventud
Etchecopar pertenecía a una familia de vascos franceses que llegaron a la Argentina en el siglo XIX e hicieron fortuna en la industria del azúcar.
Durante su juventud estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires. Por esa época empezó a frecuentar los Cursos de Cultura Católica, en donde conoció, entre otras personalidades, a los escritores Leopoldo Marechal y Francisco Luis Bernárdez. Pero quien dejaría una huella imborrable en él sería José Ortega y Gasset, con quien trabó amistad en 1939 mientras el filósofo español se encontraba exiliado en la Argentina y mantuvo un diálogo fluido con él hasta su muerte en 1955 (la influencia orteguiana quedaría más que explicitada en su primer libro, publicado en 1947 con el título de "Con mi generación", nombre que claramente alude a la famosa teoría de las generaciones del ilustre pensador madrileño).
Etchecopar fue muy activo en el emergente movimiento nacionalista argentino de la década de 1930, escribiendo para la prensa de la corriente (como Sol y Luna, Nueva Política, Nuestro Tiempo y Balcón) y participando de eventos como el Congreso de la Recuperación Nacional.
Entre 1943 y 1946 colaboró con el gobierno surgido de la Revolución de 1943, ocupando primero un puesto de funcionario en el gobierno de la provincia de Santa Fe durante la intervención federal de Manuel Argüelles, y luego como hombre del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
Diplomático durante los años peronistas
Apoyó el ascenso a la presidencia del coronel Juan Perón y luego, a diferencia de muchos de sus camaradas nacionalistas, siguió trabajando para el Estado. Gracias a ello en 1948 fue nombrado cónsul argentino en El Cairo y al año siguiente ocupó el mismo puesto en Londres.
En 1950 el gobierno lo designó como Embajador en la Santa Sede, remplazando al general Nicolás Accame. Permaneció en el cargo hasta 1955. Estando en funciones, la Soberana Orden de Malta lo consagró Caballero de Gracia Magistral.
Opositor a Aramburu
Etchecopar fue un muy ácido crítico del gobierno del presidente Pedro Eugenio Aramburu, al que lo consideraba ilegítimo.
Su libro Esquema de la Argentina, un estudio sociológico, es quizás una de las más sinceras radiografías sobre la realidad de su país escritas en el siglo XX. Probablemente por ello la obra vio reediciones posteriores.
En compañía de sus amigos Marcelo Sánchez Sorondo, Mario Amadeo y Juan Carlos Goyeneche, Etchecopar creó en 1956 el célebre semanario Azul y Blanco. Esa publicación ganó rápidamente una enorme popularidad, lo que alentó a sus responsables a crear el Partido Azul y Blanco, el cual, para su desgracia, no gozó de la misma repercusión que tuvo la revista.
Retorno a la diplomacia
Fracasada la estrategia partidista, el núcleo fundador del azulblanquismo optó por apoyar a Arturo Frondizi en su campaña presidencial con el propósito de realizar entrismo nacionalista. De todos modos una vez que Frondizi estuvo en el poder, comenzó a tomar medidas antinacionales que alienó a sus simpatizantes provenientes del nacionalismo. Sánchez Sorondo rompió con el gobierno y buscó tejer una alianza con el peronismo, Goyeneche se abocó a la creación de la versión local de la Cité Catholique, en tanto que Etchecopar y Amadeo decidieron continuar apoyando a Frondizi. Éste los recompensó dándoles cargos diplomáticos a ambos.
En 1958 Etchecopar partió a Suecia para hacerse cargo de la Embajada Argentina. En 1960 hizo lo mismo en Perú. Y en 1962 le fue asignada la sede de México. Su paso por ese país sería muy fecundo, pues allí no sólo publicaría un libro para difundir la obra de Leopoldo Lugones sino que además conocería a un grupo de entrañables amigos que, en 1968, le dedicaron un homenaje público que luego sería convertido en libro con el título de "Máximo Etchecopar en México".
Con el cambio de gobierno en 1963 tuvo que retornar a la Argentina para incorporarse como instructor a la escuela de formación diplomática Instituto del Servicio Exterior de la Nacion (a la cual dirigiría entre 1966 y 1969).
Junto con Amadeo, participó de la fundación del Ateneo de la República. La organización reunía a veteranos del nacionalismo como Ignacio B. Anzoátegui, Bonifacio Lastra, Héctor A. Llambías y Raúl Puigbó, con hombres provenientes del conservadurismo católico como Ricardo Zorraquín Becú, Rafael García Mata, Guillermo Borda y Pedro Alberto Lacau. El grupo ejerció su influencia sobre los militares que en 1966 gobernarían el país tras dar un golpe de Estado.
En 1969 Etchecopar partió hacia Colombia para ponerse nuevamente al frente de una representación diplomática argentina en el exterior. En 1971 fue transferido a Suiza, cargo que ocuparía hasta 1973.
Últimos años
Ya jubilado como diplomático, Etchecopar trabajó como docente en la Universidad de Belgrano.
También acompañó a Soledad Ortega Spottorno en la creación de la Fundación Ortega y Gasset y en la organización de la sede argentina del Instituto Universitario de Investigación José Ortega y Gasset.
Su obra El fin del Nuevo Mundo -varias veces reeditada- es un ensayo de historia política muy profundo y equilibrado, en el cual vindica a la hispanidad y explica que el populismo es uno de los principales males que afectan a Iberoamérica.
Bibliografía
- Con mi generación. Buenos Aires: Nuestro Tiempo, 1947.
- Esquema de la Argentina. Buenos Aires: Ene, 1956.
- De la democracia política a la democracia social. Buenos Aires: Sigla, 1958.
- Unos papeles de Lofredo Paz. Buenos Aires: Colombo, 1960.
- Lugones o la veracidad. México: Bravo, 1963.
- Breve y varia lección. México: Finisterre, 1963.
- Historia de una afición a leer. Buenos Aires: Eudeba, 1969.
- El fin del Nuevo Mundo. Buenos Aires: Corregidor, 1979.
- Visto al llegar: en El Cairo, en Londres, en Roma. Buenos Aires: Ateneo de la República, 1982.
- Tocqueville. Idea y práctica de la democracia. Buenos Aires: Corregidor, 1983.
