Revolución iraní

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Manifestantes portando pancartas y retratos del Ayatollah Khomenei.
La revolución iraní fue la revolución islámica que en 1979 tuvo lugar en Irán. Consistió en un proceso de movilizaciones populares que desembocó en el derrocamiento del sangriento Sha Mohammad Reza Pahlevi y la consiguiente instauración de una teocracia en el país, que pasó a llamarse República Islámica de Irán. Fue un movimiento amplio y heterogéneo que progresivamente fue siendo hegemonizado por el clero chiita bajo el liderazgo del ayatolá Khomeini quién instauró una teocracia opuesta a Occidente y basada en los principios del Corán.

Desarrollo de la revolución

En 1953, un golpe de Estado derrocó al gobierno de Mohammad Mosaddeq, dando paso a una monarquía a cuya cabeza se colocó uno de los dirigentes del golpe, con el título de emperador o Sha de Irán. Los partidos políticos fueron disueltos y se creó una poderosa y sanguinaria policía política. Sin embargo, la monarquía tenía problemas de legitimidad, por lo que intentó apoyarse en el clero chií. El sha puso en marcha la "revolución blanca", empresa de modernización del país apoyada en las rentas del petróleo y en la ayuda de Estados Unidos. Así, se emprendió una reforma agraria, la participación de los asalariados en los beneficios de las empresas, el sufragio femenino, la alfabetización y el intento de creación fraudulenta de una forma de Islam favorable a estas reformas y al régimen.

Sin embargo, las reformas no tienen los efectos anunciados: una gran parte de la población se empobrece cada vez más mientras que la oligarquía dominante se enriquece, todo ello unido a un férreo control político y a un aumento de la represión apoyada por EE.UU., en paralelo al aumento del descontento.

Oposición

El descontento es aprovechado por el clero chií, contrario a algunos aspectos "occidentalizantes" del régimen. El clero se convierte así en el principal adversario de la monarquía, a pesar de que existían organizaciones de oposición laicas como el Partido Tudeh (comunista), el Frente Nacional, de carácter socialdemócrata y urbano, y la extrema izquierda. El clero está bien organizado, con una jerarquía similar a la del clero católico, y cuenta con el apoyo de buena parte de la población del país, chií en un 80% y en su mayor parte, tradicional, dado que los modos occidentalizantes tanto del régimen como de la oposición laica sólo afectan a la población urbana.

A finales de los años 70 cunde el deseo de cambio de régimen: manifestaciones multitudinarias y represión se suceden ante el descarado silencio del gobierno estadounidense. El sha entonces promete emprender reformas políticas, pero el descontento es tan grande que exige su renuncia. Un hombre capitalizará este descontento: se trata del ayatolá Khomeini. Exiliado en el vecino Iraq desde 1964, las tensiones políticas en Irán hacen que el régimen de Bagdad se deshaga de él. Se intala entonces en Francia, donde los medios de comunicación occidentales le convierten en portavoz de la oposición iraní.

Todo intento de sublevación era sofocado por la autoridad del sha. Para ello se basaba en le poder de la despiadada SAVAK, un grupo policial que se encargaba de vigilar toda las actividades de la población civil. A ellos se les atribuyen las desapariciones y torturas durante el reinado del sha. En la versión del periodista Ryszard Kapuscinski, basada en su experiencia como corresponsal, la SAVAK tenía métodos que iban desde quemar los párpados de sus víctimas hasta lanzarlos contra planchas de hierro al rojo vivo para quemarlos. Entre los detenidos se destacaban intelectuales del país. Estos oficiales actuaban como una Policía del pensamiento, siguendo la lectura del periodista polaco, ya que se encargaban de reprimir de tal modo que era inclusive prohibido tocar temas en la calle relacionados con el sha o la dictadura. Esta opresión, sumada con la desproporción social y económica que vivía Irán en la década de los setenta, provocó la caida del último líder de la dinastía Pahlevi.

Ayatollah Khomenei

Artículo principal: Ayatolá Jomeini


Ayatollah Khomenei
Según Kapuscinski, la revolución surge en Qom, un pueblo a 150 km al sur de Teherán, de donde el Aayatollah Khomeini era originario. Éste había sido un crítico de la gestión del Sha de Irán, sobre todo, por la pérdida de la moral y los valores islámicos y la intromisión de las potencias occidentales. El suceso que marcó la revuelta se debe a que en el diario Etelat se publicó un artículo atacando a Khomeini: allí se le calificaba de "extranjero" (con toda la connotación que esto traía) por tener abolengos indios.

En Qom, salieron a protestar a la plaza del pueblo los indignados coterráneos del ayatollah. Esto provocó que la policía intentara disolver la protesta; éstas estaban prohibidas por el régimen del sha. Sin embargo, los manifestantes se quedaron allí, lo que hizo que los oficiales se subieran a los tejados de las casas circundantes de la plaza y abrieran fuego contra la multitud. El resultado: centenares de muertos. Esto trajo una consternación nacional que hizo que las protestas se repitieran a lo largo de Irán, causando las mismas nefastas consecuencias para la población civil, es decir, más muertos.

Sin embargo, los levantamientos se fueron haciendo mayores y las protestas crecieron hasta llegar a Teherán. Aunque la policía y los militares trataban de reprimirlos mediante la violencia, no se podían detener. Kapuscinski cuenta que inclusive, los estudiantes llenaban sus cuadernos con la sangre de los manifestantes en señal de advertencia. El ambiente se hizo demasiado tenso entonces para el sha, por lo que dimitió y huyó.

El 16 de enero de 1979 el sha se exilia a Egipto, y el 1 de febrero regresa Khomeini. Bajo su dirección, los islamistas consiguen enseguida hacerse con las riendas de la revolución. El 31 de marzo se hace un referéndum sobre la proclamación de la República Islámica, la opción del clero es respaldada, según los datos oficiales, por el 99,9% de la población.

Repercusiones

Según el historiador Eric Hobsbawm la Revolución iraní introdujo una novedad en la historia del siglo XX, al ser la primera revolución contemporánea que no tuvo sus raíces en la ilustración europea, como sería el caso de las revoluciones de corte nacionalista, liberal o socialista, herederas más o menos directas de la tradición revolucionaria inaugurada por la Revolución francesa.

El éxito de la revolución iraní inspiraría y patrocinaría la formación de organizaciones yihadistas como Hezbollah en el Líbano.

En el aspecto económico, la Revolución iraní conjugada con la guerra con Irak fue el detonante de la Segunda Crisis del petróleo que se produjo entre 1979 y 1981.

Ni Este ni Oeste

(Artículo de la Delegación Cultural - Embajada de Irán en Argentina)

Los gobiernos aliados a los bloques del Este o del Oeste intentan destruir y ensuciar la imagen y entidad de la Revolución Islámica Iraní a traves de los medios informativos y la propaganda destructiva. Temen que algún día sus pueblos comprendan la verdad y elijan el mismo camino recorrido por el pueblo iraní. Evidentemente estos gobiernos que dominan y oprimen a sus pueblos deberán enfrentar en definitiva el mismo destino que el criminal sha de Irán.

Los colonizadores británicos no podían luchar directamente contra el Islam. Por lo tanto inventaron un método por el cual podrian borrar el pensamiento islámico sin aparecer en oposición alguna con el Islam, e incluso como sus guardianes. En Irán, la misión fue asignada a Reza Khan. Más tarde, los norteamericanos satisfechos y muy contentos con su loable desempeño, decidieron reinstalar a la dinastía Pahlevi en este país, mientras prosiguieron con su obligación de hacer desaparecer de allí el Islam. Los colonialistas norteamericanos le pidieron -al llamado "gendarme del golfo"- que cooperara con Israel y reforzara a los regímenes reaccionarios de la zona. Reza Khan preparó la escena para la aniquilación del Islam. Llevó a cabo brutalmente el plan para uniformar la vestimenta, despojando a las mujeres de las suyas y reprimiendo la escuela islámica. Luego, los británicos retiraron a Reza Khan porque no estaba en condiciones de sobrevivir más debido a sus actitudes antireligiosas. Pusieron en el poder a su hijo. Fue moldeado para continuar los propósitos de los colonizadores: la desislamización. De todos modos, no fue capaz de cumplir con el deseo de sus amos.

La vuelta de Reza Palevi

Despues del golpe de estado del 28 de Mordad de 1332 (1953), cuando Mohammad Reza Pahlevi fue capaz de volver a Irán y consolidar su poder con ayuda de Estados Unidos, la continuación de la desislamización entró en un nuevo período. No logró abordar sus objetivos en este campo hasta 1961, que marca el comienzo del movimiento activo bajo el liderazgo del Imam Ruhollah Musavi Khomeini, debido al gran obstáculo que resultaba la influencia de los religiosos.

Al Imam Khomeini, los religiosos lo conocían como hombre de grandes conocimientos científicos, piedad y excelentes virtudes, cosas que todavía no eran conocidas por el pueblo. Khomeini había escrito el conocido libro Kashf-ul-Asrar (Revelación de Secretos). En el mismo hace un violento ataque sin reservas a Reza Khan y a los colonialistas. Estuvo entre los religiosos que sufrieron las más violentas crueldades del régimen. El Imam Khomeini fue reconocido por el pueblo iraní y muchos musulmanes revolucionarios de otros lugares del mundo como un gran religioso, consciente y valiente. Durante 1961/62, continuando la publicación de explícitos y fuertes comunicados, comenzó a pronunciar discursos que descubrirán la naturaleza del régimen del sha y la conspiración de Estados Unidos e Israel para destruir el Islam. El 15 de Jordad de 1342 (1963) a continuación del importante mensaje que pronunciara Khomeini en Ashura en la escuela de Teología de Faiyziyyeh, fue arrestado y encarcelado por el sha. El Imam en su discurso había pedido al pueblo iraní y a todos los musulmanes del mundo que se levanten contra los superpoderes, especialmente Estados Unidos e Israel.

Luego del arresto del Imam en el amanecer del 5 de junio de 1963 y su encarcelamiento en Teheran, todo el pueblo iraní, particualrmente en las grandes ciudades como Teheran, Quom, Mashhad, Shiraz, Isfahan y Tabriz, se levantó en apoyo de su líder y en protesta contra el sha. Este impuso la ley marcial y asesinó salvajemente a más de 15 mil personas, apagando temporalmente la exaltada protesta. El fuego que se prendió ese día sobrevivió bajo las cenizas de la opresión y la represión y finalmente, después de 15 años, abrazó a la monarquía palaciega, opresora e injusta. Fue este levantamiento el que dio valor a la nueva generación musulmana iraní para reunirse en grupos políticos religiosos y desde entonces se forman algunos combatientes políticos para derrocar el régimen monárquico. Los islámicos más auténticos de estos grupos y el más leal al Islam, fue un grupo llamado Grupo Unido Islámico, constituido por los remanentes de Fedayin-e-Islam y otros que creyeron en Khomeini. Después del exilio del Imam Khomeini en Turquía, el régimen del sha tuvo una buena oportunidad para ejecutar rápidamente su misión colonial.

Gran movimiento

El levantamiento del 5 de junio fue el comienzo de un gran movimiento que finalmente triunfó bajo el nombre de Revolución Islámica, el 11 de febrero de 1979. Está claro que la motivación básica que respaldó la Revolución Islámica Iraní fue la revitalización del Islam, el establecimiento de un gobierno islámico y el cumplimiento de las leyes de Dios, como se establecen en el Santo Corán. A los pueblos del mundo, especialmente los dirigentes del campo del Este y del Oeste, les pareció incomprensible que en un insignificante rincón del mundo apareciera una Nación capaz de salvarse por sí sola del mal de un superpoder sin buscar refugio en el regazo del otro. Un pueblo que no tenía armas ni equipamiento se levantó y derrotó a este superpoder. Cuando los superpoderes comprobaron que la Nación Iraní estaba determinada a continuar su gran movimiento islámico, siguiendo a su intransigente líder, hasta la caída del régimen del "Rey de Reyes", hicieron muchos esfuerzos por ganarse al Imam Khomeini, separándolo del pueblo o persuadiendo a él y al pueblo que se confiaran en los superpoderes para terminar con sus enemigos. La respuesta a este intento siempre fue "No!", porque el glorioso Corán nos dice: "Y no os arriméis a los impíos, no sea que el fuego os alcance ! No tenéis, fuera de Dios, protector. Luego, no seréis auxiliados" (C. 11, 113)

Mientras el Imam Khomeini estuvo en París y Najaf, se le hicieron muchas proposiciones por parte de los superpoderes con el objeto de persuadirle que continuara la lucha con ayuda de ellos. No obstante, el líder de la revolución siempre dio una firme respuesta negativa, dejándolos sin esperanza. Dentro de Irán, el sha y sus mercenarios también hicieron muchos esfuerzos para persuadir al Imam y a sus combatientes a comprometerse con el régimen, abandonando al pueblo. La respuesta fue siempre la misma: "Nosotros, principalmente, no tenemos otro objetivo que servir al pueblo bajo el amparo de las doctrinas islámicas. Cómo puede ser posible abandonarlo y comprometerse con ustedes, por ambición, propiedades o riquezas?" Es la misma respuesta que el Profeta dio a los poderosos y ricos cuando estos le dijeron: "Deja al pueblo pobre para que nosotros podamos apoyarte." El Profeta les respondió: "Nunca dejaremos a los creyentes por su pobreza, desdicha o posición terrenal; continuaremos luchando contra ustedes, junto a ellos." (C. 26: 111-114)

El 5 de junio de 1963, 15 mil musulmanes fueron muertos y el 17 de Sharman 4 mil más dieron sus vidas, demostrando que la sangre siempre obtendrá la victoria sobre la tiranía.

El Imam es un infatigable combatiente y es, sobre todo, un "faquíh" (erudito en la jurisprudencia islámica), persona versada en gnosis, devoto, filósofo, exégeta del Coran, maestro de ética, antropólogo y gran político. Todas estas cualidades se reunieron en un hombre nacido el 20 de Jamadi Ath-Thani de 1320 (Gégira lunar), (24 de setiembre de 1902) en una ciudad llamada Jomein, 300 km al sur de Teheran. Proviene de una familia religiosa y en su niñez fue testigo del martirio de su padre en el camino de la lucha contra el régimen de Reza Pahlevi. Estas cualidades lo hicieron un Muyahid (cruzado islámico) y hace que se lo aprecie como un libertador de la opresión internacional. Aprendió el Islam y las ciencias sociales en el Centro Teológico de Quom. Comenzó su lucha contra la dinastía Pahlevi el año que Reza decidió borrar el Islam por órdenes de los colonizadores.

Y llegó el día

El infame ex-sha que había gobernado el país durante años a través del engaño y la tiranía, no pudo resistir más y el 16 de enero de 1979 huyó del país llorando. Dos años antes de la victoria de la Revolución, el sha fue forzado a cambiar de ministro cuatro veces y eligió finalmente a Bajtiar, quien aparentaba ser un patriota, siendo en realidad un títere de Estados Unidos. El ex-sha pasó toda su vida borracho y cayendo en la sensualidad en sus fabulosos palacios, utilizando a sus traidores, aduladores y sostenedores entregados a él, para saquear al pueblo y arruinar el país. Cuando el 26 de Day (16 de enero de 1979) la gente se enteró de su viaje, salió a la calle en manifestación de alegría en todo el país y cuando el Imam llegó, ese mismo pueblo se volcó a Teherán desde todos los puntos del territorio, llenando una distancia de 10 km entre el aeropuerto de Mehrabad y el cementerio de los mártires (Behesht-e-Zahra). El día 10 de febrero de 1979, cuando Bajtiar decretó el toque de queda por 24 horas con el objeto de invadir la residencia del Imam, el pueblo rodeo la misma formando una barrera para protegerlo.

Esta maravillosa resistencia culminó finalmente con la victoria de la Revolución. La historia no puede hablar de un sacrificio y cariño como éste. Ningún poeta nunca ha sido capaz de hablar de un amor como este entre el pueblo y su líder. Ningún pintor ha sido capaz de crear una imagen de obediencia entusiasta al liderazgo del Imam Khomeini.

Solamente la poderosa mano de la Creación es capaz de brindar tales ocasiones de Fe en Dios, amor a la humanidad, combate contra la infidelidad, el ateísmo y la opresión y la restauración del hombre en su naturaleza divina bajo la guía de vida que enseña el Islam. Y esta es la característica del liderazgo del Imam Khoemini y de la Revolución Islámica Iraní. Los pueblos que quieren verse libres de la opresión, injusticia, colonización y dominación, deben optar por este sendero.

Bibliografía

  • Kapuscinski, Ryzard. "El sha o la desmesura del poder" Título original: Szachinszach Edición en castellano: Barcelona: Editorial Anagrama, 2007.

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