Ernest Jouin

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Ernest Jouin Cousin (21 de diciembre de 1844, Angers, Francia - 27 de junio de 1932, París, Francia) fue un sacerdote católico y cruzado antimasónico francés, que creó la Revue Internationale des Sociétés Secrètes y la Ligue Franc-Catholique para combatir a la subversión en su país.

Biografía

Juventud

Hijo de un ebanista, Ernest Jouin tuvo dos hermanos célebres: el fraile dominico Amédée Augustin Jouin y el historiador del arte Henry Auguste Jouin.

Sintió su vocación religiosa mientras estudiaba como pupilo en la Institution Libre de Combrée, por lo que, al egresar de allí, se incorporaría a la Orden de Predicadores como novicio. Sin embargo, tras un paso por los conventos dominicos de Flavigny y de Saint-Maximin, optó por completar su formación en el Seminario de Angers, para ser parte después del clero secular.

Fue ordenado como sacerdote en su ciudad natal el 23 de febrero de 1868.

Acción pastoral

Su primer destino fue Brézé, en donde permaneció hasta 1870. Luego retornó a Angers por oden de Monseñor Charles-Émile Freppel. Durante cuatro años cumplió con entusiasmo con sus tareas pastorales, ocupándose especialmente de la catequización de los niños de la ciudad (tuvo entre sus alumnos a Honoré Dupont, quien años más tarde moriría en Indochina como mártir de su fe).

A partir de 1874 trabajó en París como vicario de la Iglesia de Saint-Étienne du Mont y capellán de la Basílica de Sainte-Geneviève. Allí atendió a las necesidades espirituales de los numerosos estudiantes universitarios que habitaban el vecindario.

En 1879, luego de obtener un doctorado en teología otorgado por la Orden de Predicadores, cayó enfermo, por lo que se trasladó a la localidad de Arcachon, una ciudad balnearia ubicada al oeste de Francia. Permaneció en ese lugar durante un año y medio mientras se reponía, colaborando con los sacerdotes que tenía a cargo el manejo de la parroquia local.

Ya curado de su afección, fue nombrado párroco de Joinville-le-Pont en 1882. Nuevamente retomó sus actividades como catequista, apuntando a consolidar en la fe católica a los niños. Además llevó a la ciudad a la congregación de las Hermanas Sirvientas de los Pobres para que lo asistiesen en el desarrollo de obras de caridad dirigidas a enfermos y necesitados. Por esa época comenzó a interesarse también en montar y dirigir espectáculos dramáticos de carácter católico, algo en lo que se destacaría después.

En Joinville-le-Pont conoció Jouin a la obra destructora de la masonería. Gabriel Pinson, el alcalde, controlaba la ciudad acompañado por sus compañeros de logia. A causa de ello el sacerdote fue acusado junto a sus colaboradores parroquiales de malversar los fondos que aportaba el ayuntamiento para mantener al templo local. La disputa llevó a las partes a los tribunales, donde Jouin fue sobreseído del delito del que se lo imputaba.

En 1886 retornaría a París, para no volver ya a dejar la ciudad capital. Primero como vicario de la Iglesia de Saint Augustin y a partir de 1894 como párroco titular de la Iglesia de Saint Médard, Jouin continuó con la obra que había comenzado en Joinville-le-Pont, ocupándose especialmente de darles formación religiosa a los niños y de apoyar materialmente a las familias carenciadas. Las obras teatrales y operísticas que creó y puso en escena recibieron grandes elogios por parte de los críticos católicos y atrajeron a una importante cantidad de espectadores. La popularidad que logró el presbítero llamó la atención del Arzobispado de París, que incluyó su nombre en la listas de candidatos al episcopado.

Cruzada antimasónica

Retornó a la Iglesia de Saint Augustin en 1899, esta vez ya no como vicario sino como párroco. Allí permanecería hasta el final de sus días.

Con el cambio de siglo el sacerdote comenzó a utilizar la prensa escrita como instrumento de proselitismo religioso. Así nació la revista Le Catéchisme en 1900, en la que, entre otros textos, incluyó una serie de brillantes artículos acerca de diversos aspectos de los Evangelios, deliberadamente orientados a combatir a la herejía modernista que ganaba cada vez más adeptos en Francia. La publicación se mantuvo en circulación hasta 1908.

La ola anticlerical impulsada por el gobierno afectó a Jouin. Nuevamente tuvo que enfrentarse al Poder Judicial, acusado esta vez de no colaborar con las autoridades estatales por su abierta oposición a las leyes laicistas. Eso lo inclinaría a la postre a iniciar su cruzada en contra de las sociedades secretas que pretendían dominar a su país.

Durante la Primera Guerra Mundial visitó varias veces las trincheras francesas, coordinando a las Hermanas Sirvientas de los Pobres que colaboraban con los soldados dándoles asistencia médica y consuelo psicológico a los heridos. Durante ese periodo publicó varios artículos en la revista La Foi Catholique donde explicaba el origen masónico del conflicto bélico europeo, recordando que él había señalado ya en 1912 que existían planes masónicos para asesinar a Francisco Fernando.

En 1918 el Papa Benedicto XV lo nombró protonotario apostólico, lo que le habilitó a partir de entonces que pudiese ser tratado con la dignidad de Monseñor.

Aunque compartió el espíritu tradicionalista de Umberto Benigni y lo acompañó en varias ocasiones en los congresos que organizó, el sacerdote no perteneció al Sodalitium Pianum.

Jouin falleció en 1932. En sus últimos años promovió la idea de crear una fraternidad de sacerdotes que se caracterizasen por su intenso celo apostólico y su amor por las tradiciones.

Obra

Después del escándalo del fichero masónico a Jouin le surgió la idea de escribir una novela similar a Le juif errant de Eugène Sue, pero destinada a injuriar a los masones en lugar de a los jesuitas. Comenzó así a investigar acerca del tema, creando una gran biblioteca con abundante material sobre las sectas anticatólicas.

Fue tanta la información que recabó, que terminó por entender que era más conveniente publicar directamente una revista en la que se expusieran los planes de la masonería y sus aliados. Fue por ello que en 1912 lanzó la Revue Internationale des Sociétés Secrètes.

Jouin se ocupó de armar un equipo de clérigos y laicos interesados en estudiar a los masones. Muchos franceses y extranjeros se aproximaron al sacerdote para hacer sus aportes. El modelo al que seguía era el de la Sociedad de Bolandistas, una organización creada por los jesuitas para estudiar todo lo concerniente a los santos católicos. De allí surgiría más tarde la Ligue Anti-Judéo-Maçonnique, de la cual el sacerdote sería presidente vitalicio.

Intentó crear una gran federación nacional de fuerzas antimasónicas, pero su amistad con Jean-Baptiste Bidegain y Charles Nicoullaud despertaron sospechas en algunos puristas sobre sus verdaderas intenciones y el proyecto nunca se concretó. Ello amargó al presbítero, que sabía que la desunión sólo los debilitaba frente el enemigo.

Jouin se ocupó de mostrar los estrechos vínculos existentes entre las iglesias protestantes y la masonería. También fue particularmente crítico con grupos civiles de presión como la Ligue des Droits de l'Homme que, levantando la bandera de la democracia y el progreso, fueron creados por los masones para hacer avanzar socialmente su agenda bajo un disfraz de filantropía.

De cualquier manera la mayor contribución del sacerdote consistió en resaltar el origen judaico de la empresa masónica, ligada ésta en su plan de acción a los postulados antigentílicos del Talmud y en sus aspectos simbólicos al espíritu satanista de la Cábala. Sus estudios sobre la literatura rabínica antigua y moderna, y sobre el movimiento sionista del siglo XIX, le permitieron concluir que el pueblo deicida era el culpable de inyectar el veneno del liberalismo y del comunismo en Occidente, del mismo modo en que habían articulado a las sectas masónicas para destruir a la Iglesia Católica.

A los tres tomos de Le péril judéo-maçonnique los escribió para denunciar que los judíos estaban detrás de la conquista mundial, apoderándose del oro a través del sistema bancario y promoviendo la instalación de un gobierno global. Allí advirtió que la creación de una entidad sionista en Medio Oriente no solucionaría la Cuestión Judía, ya que los deicidas continuarían reclamando al universo como su territorio, tal y como creen que Yahveh se los prometió.

Su edición anotada de Los Protocolos de los Sabios de Sión fue traducida al español por Pablo Montesinos Espartero en 1927, siendo la base de muchas ediciones subsiguientes del famoso texto.

Jouin también se opuso a los pacifistas por considerarlos hombres y mujeres que, sin saberlo, estaban operando a favor de la judeomasonería, pues, creyendo hacerle un favor a la nación francesa, lo que en realidad estaban buscando era convertirla en presa fácil de sus enemigos.

Cultivó asimismo una particular aversión hacia el ocultismo, procurando develar y exponer sus misterios, a los que consideraba inspirados por fuerzas malignas. Por ese motivo no pretendió polemizar en el campo teológico contra los ocultistas, sino tan sólo advertir a los cristianos del error que significaba adoptar esas ideas.

Bibliografía

  • La Nativité. Pastorale en trois parties. París: L. Guillonneau, 1893.
  • Notre-Dame de Lourdes. Oratorio en trois parties (junto con A. Georges). París: L. Guillonneau, 1900.
  • La Passion. Mistère en seize tableux (junto con A. Georges). París: C. Douniol, 1902.
  • Clotilde. Drame historique en cinq actes et dix tableaux. París: L. Guillonneau, 1907.
  • Bernadette. Pièce historique en cinq actes et quinze tableaux. París: L. Guillonneau, 1908.
  • Jeanne d'Arc. Mistère en cinq actes et dixhuit tableaux (junto a A. Vivet). París: L. Guillonneau, 1909.
  • La première communion et le décret 'Quam singulari Christus amore'. París: Téqui, 1910.
  • L'école en France au XXe siècle. París: Beauchesne, 1910.
  • La lutte antimaçonnique (junto a J. Bidegain y G. de Fraville). París: Libraire des Saints-Pères, 1913.
  • Le quatrocentenaire de Luther et le bicentenaire de la franc-maçonnerie. París: Revue Internationale des Societes Secretes, 1917.
  • Le Sacré-Coeur de Jésus et le Coeur Maçonnique (junto a B. Gaudeau). París: Foi Catholique, 1918.
  • Le drapeau national du Sacré-Coeur (junto a B. Gaudeau). Tours: M. Cattier, 1918.
  • La guerre maçonnique. París: Foi Catholique, 1919.
  • Le péril judéo-maçonnique (tres tomos). París: Revue Internationale des Societes Secretes, 1920-1921.
  • Lourdes, la maçonnerie et Bernadette. París: Revue Internationale des Societes Secretes, 1925.
  • Les lois laïques et la franc-maçonnerie. París: Revue Internationale des Societes Secretes, 1926.
  • L'après-guerre, la guerre, l'avant-guerre: 1870-1914-1927. París: Revue Internationale des Societes Secretes, 1927.
  • Le chemin de la croix et l'Esprit Saint. París: Pascales, 1928.
  • Franc-maçons: l'anticléricalisme dans l'État, 1800-1872. París: Revue Internationale des Societes Secretes, 1929.
  • Bibliographie occultiste et maçonnique (junto a V. Descreux). París: Revue Internationale des Societes Secretes, 1930.
  • Papaute et Franc-Maconnerie. París: Revue Internationale des Societes Secretes, 1930.
  • Vérités sur la franc-maçonnerie. París: Cercle Ernest Jouin, 1934.

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