Teoría del juego

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No confundir con Teoría de juegos.

Se conoce como teoría del juego, "el juego", o también conocida como seducción científica o ciencia de la seducción a un conjunto de conocimientos teóricos, prácticos y sistematizados, desarrollados por los llamados artistas de la seducción quienes estudiaron y analizaron los mecanismos con los cuales los machos humanos seducen a las hembras humanas.

Los conceptos y estudios para-académicos de la "teoría del juego" se derivan de disciplinas científicas, como el concepto de prueba social de la psicología de la influencia, y varios conceptos de la sociobiología, la etología, los estudios en animales sociales y la psicología evolutiva[1] (como por ejemplo el concepto de "macho alfa").

El surgimiento de la "ciencia de la seducción" y la "teoría del juego" se ha atribuido a los cambios drásticos en la vida y normas sociales entre sexos en países occidentalizados a partir de la llamada revolución sexual y con ella, la desregulación del mercado sexual.

El juego

La teoría del juego se denomina así sencillamente porque los mecanismos de las dinámicas sociales dirigidas tanto a la interacción entre los sexos, las relaciones personales y la seducción como al desarrollo personal, son similares a un juego, con sus reglas, sus ganadores y sus perdedores. En un juego, a veces se gana y a veces se pierde; a veces se anotan puntos y a veces se falla, pero con cada fallo y con cada derrota, siempre se obtiene un aprendizaje respecto al juego. Estos mecanismos en el actual mercado sexual desregulado pueden ser reducidos a un conjunto de procesos, algoritmos o dinámicas de comportamiento eficaces.

El insight central del juego es muy simple: el ser humano pertenece al reino animal, a la clase de los mamíferos y al orden de los primates. La psicología y los mecanismos de atracción de nuestra especie son resultado de millones de años de selección natural y evolución y por ello su comportamiento se puede predecir casi de forma matemática y mecánica. Si una persona recibe un estímulo, entonces esta persona va a manifestar una respuesta ante dicho estímulo, ya sea positiva o negativa. Esto es un principio utilizado por la mercadotecnia, incluso es conocido por las élites políticas que usan la ingeniería social en su propio beneficio.

Es verdad que a nadie le gusta sentirse manipulado o como un autómata y es por ello que a muchas personas les disgusta el concepto del juego, pero es ahí donde radica todo el asunto: la gran mayoría de la gente, es decir, aproximadamente un 99.95% de la población puede ser manipulada. El ser humano es un animal manipulable, predecible y "domesticable". De la misma forma, la gran mayoría de los hombres y de las mujeres puede ser seducida si se sabe qué botones y en qué orden hay que presionar en su mente. A pesar de ello, el juego de la verdadera seducción va más allá de una manipulación metódica, puesto que al interiorizar estos conocimientos y hacerlos parte de uno mismo, finalmente la seducción se convierte en el arte de seducirse a uno mismo, por lo cual al ser aplicada a otras personas se vuelve una manera de transmitirles tu propia esencia, sin la necesidad de tener que fingir ser alguien que no eres.

Todos los humanos en la sociedad participan de este juego, lo sepan o no y lo quieran o no. El hecho de que alguien no esté de acuerdo con las reglas del juego, o no le guste el juego, o fingir que no existe el juego, no hace que esa persona esté fuera del juego. No se puede optar por salir de él, es parte de la realidad social humana. Por lo tanto, si todos estamos en este juego, es preferible conocer sus reglas y jugar lo mejor que se pueda, que no conocerlas, es preferible saber que estamos en un juego y que podemos controlar y predecir ciertos resultados, a no saber nada y dejar que las circunstancias nos arrastren según sus caprichos.

Debe señalarse que el juego no se trata simplemente de teorías y técnicas baratas para ligar, pues su propósito último es entender la realidad social y poner en práctica tales conocimientos para poder conectar y armonizar con nuestra esencia humana y encontrar el sentido y el control de nuestras vidas. Aprender a ligar es sólo una de las consecuencias. De hecho sus principios pueden ser aplicados a otras áreas importantes de la vida, tales como en los negocios, la vida social o la vida familiar. Así pues, estos conocimientos son especialmente necesarios en el ambiente actual donde la sociedad, las escuelas y los propios padres han fallado en enseñarlos.

La Matrix

El juego usa el argot común de la manosfera, que se basa en las metáforas filosóficas de la película The Matrix. De ese modo, los hombres que no conocen el juego o no están de acuerdo con él son llamados "blue pillers", o de la pastilla azul, mientras que el que acepta las reglas del juego y está en su aprendizaje se conoce como "red piller" o de pastilla roja.

"La Matrix" es como se le llama a la realidad social, de características notablemente matriarcales y feministas, que utiliza y abusa del valor social de las mujeres mientras que denigra y degrada el de los hombres, por lo que "La Matrix" intenta mantener a hombres y mujeres ciegos, desinformados y en la ignorancia con el fin de perpetuar su poder.

Macho alfa y macho beta

Un concepto central del "juego" es la clasificación de los machos humanos en alfas y betas, al igual que en muchas especies animales. Se conoce como alfa al al individuo en la comunidad con mayor rango y que obtiene los beneficios sexuales de las hembras, por ser el más fuerte y dominante, lo cual es esencial para transmitir sus características a la descendencia y que la especie tenga éxito en su lucha por la supervivencia. El beta sería el segundo en la jerarquía, aunque en la teoría del juego se denomina como beta al varón que no es alfa y que, por lo tanto, no goza de los privilegios de los alfas pues poseen un bajo valor social y suelen ser más bien mediocres y débiles. El beta es el no alfa que "orbita" alrededor de una mujer (beta orbiter) y la "pedestaliza" con la esperanza ingenua de que algún día ella se enamore de él. Algunos modelos del juego incluyen al "macho omega" que estaría en lo más bajo de la jerarquía, distinguiéndose del beta en que éste tiene actitudes intermedias entre el alfa y el omega.[2]

Ahora bien, aunque por lo general se entiende como beta a un individuo con actitudes poco masculinas y pasivas, existe también el otro extremo de las actitudes beta, que incluso pueden ser confundidas como "alfas" y son manifestadas por el típico patán, que siendo incapaz de asumir una correcta masculinidad, adopta actitudes arrogantes, prepotentes, misóginas, brutas o violentas.

No obstante, en los humanos el juego entiende que el que un individuo sea considerado "alfa" o "beta" está en realidad determinado por sus actitudes sociales, comportamientos y respuestas ante las situaciones. En ese sentido, se considera que por lo general no se nace siendo alfa o beta (los alfas innatos son una extrema e ínfima minoría), sino que ser alfa o beta es una elección y que betas pueden aprender a convertirse en alfas de acuerdo a esta serie de actitudes, desarrollando las habilidades sociales necesarias que el juego establece.

Estadísticamente, los alfas son una escasa minoría, mientras que los betas son la vasta mayoría de los hombres. De hecho, cada vez hay más betas en la sociedad occidental, y su proliferación ha causado desconfianza de la figura del varón en el sexo femenino, por lo que dicha sociedad está atravesando por una grave crisis tanto de masculinidad como de feminidad (hombres cada vez menos masculinos y mujeres cada vez menos femeninas), cuyos síntomas son los diversos trastornos sociales que ocurren típicamente en un sistema desequilibrado y eminentemente matriarcal: "hombres débiles crean tiempos difíciles". Por ello la teoría del juego cobra una especial relevancia en los tiempos que corren, pues se posiciona como el tratamiento para formar a más hombres y mujeres en el camino de la verdadera masculinidad y la verdadera feminidad, respectivamente, y que reclamen el lugar que legítimamente les corresponde en el mundo.

Las mujeres ante alfas y betas

Las mujeres se sienten naturalmente atraídas hacia los alfas, mientras que sienten rechazo y desprecio absoluto por los betas. En el mejor de los casos, las mujeres ven a los betas sólo como "buenos amigos" y nunca como seres sexuales. Lo que ellas más desprecian de un hombre es que muestre debilidad. Esto es así por una cuestión evolutiva.

La realidad social de las mujeres es completamente diferente a la de los hombres. Por lo general una mujer se ve diariamente rodeada por muchos hombres que buscan constantemente su atención y aprobación, mientras que los hombres generalmente no poseen tantas opciones en el mercado sexual desregulado. Los únicos que logran obtener una gran cantidad de opciones son los alfas.

Debido a que las mujeres tienen que enfrentarse diariamente a una masa de hombres que buscan cortejarla, es decir, "una masa de penes que buscan penetrarla", ellas evolutivamente se han visto en la necesidad de desarrollar ciertos mecanismos de defensa psicológicos para poder elegir de entre todos ellos al que mayor confianza y seguridad le aporte.

De esta manera, puesto que la gran mayoría de los hombres son betas, ella adopta actitudes y respuestas naturales que le ayudan a rechazar a los betas, mientras que ante los alfas sus actitudes son completamente distintas. En pocas palabras, todas las mujeres poseen dos máscaras (o varas de medir) que muestran según las circunstancias, una la muestran a los betas y la otra a los alfas, y las reglas que ellas mismas se imponen cuando están con un beta, las rompen cuando están con un alfa.

Por ejemplo, una característica beta es hacer del sexo un tema tabú. Si un hombre evita mostrarse como ser sexual ante una mujer, o bien, juzga mal los deseos sexuales femeninos, ella lo percibirá inconscientemente como un beta que no está acostumbrado al sexo, y por lo tanto se mostrará como una mujer más cerrada, más reservada, más mojigata, se hará la difícil y en suma no se abrirá tan fácil en cuestiones sexuales. Si un individuo por su mentalidad de beta va a considerarla como una "zorra", ella entonces le mostrará la máscara que tiene preparada para los betas: la de la "niña buena" y le demostrará que no es ninguna zorra al punto en que hasta podrá decir que sus arraigados valores morales le impiden tener sexo antes del matrimonio.

Esto, por supuesto, no ocurrirá con un alfa. Con un alfa ella podría hacerse la difícil al principio, pero al final terminará rompiendo las mismas reglas que se habría impuesto con un beta.

Características alfas y betas

¿Cuáles son entonces aquellas características y actitudes viriles por las que las mujeres sienten una poderosa atracción y en definitiva las que hacen alfa a un hombre de verdad y cuáles son aquellas por las que las mujeres sienten un profundo rechazo y las que hacen beta a alguien?

Por definición los alfas hacen y dicen todo lo contrario a lo que hacen y dicen los betas. Por lo tanto. Si un hombre quiere conseguir una mujer y tiene dificultades para ello, debe saber distinguir cuáles son las características alfas y cuáles las betas.

  • El alfa posee seguridad y confianza en sí mismo, es audaz, activo y posee iniciativa. El beta es inseguro, tímido, nervioso, cobarde, pasivo y no posee iniciativa.
  • El alfa posee una autoestima elevada y cuida de su salud. El beta tiene una baja autoestima y descuida su salud. Si un hombre no se quiere a sí mismo no puede esperar a que una mujer lo quiera.
  • El alfa tiene una vida propia y autosuficiencia, tiene un proyecto de vida claro y definido, cualquiera que sea, es decir, sabe lo que quiere y va por ello, sea lo que sea. No necesita a una mujer para que le dé sentido a su vida y estar completo, pues su vida ya tiene sentido y está completa con lo que hace y con lo cual se apasiona. El alfa invita a las mujeres a que sean parte de su vida, pero el centro de su vida es él y sus proyectos y nadie más. El beta no sabe qué hacer con su vida y espera a que una mujer le dé sentido a su vida, el beta hace a la mujer el centro de su vida.
  • El alfa siempre sabe lo que quiere y cómo lo quiere. No muestra dudas ni inseguridades sobre las decisiones que debe tomar. El beta no sabe lo que quiere y siempre está inseguro de sus propias decisiones, consulta todo a alguien más.
  • El alfa tiene una mentalidad de abundancia, y por lo tanto, transmitirá la sensación de que puede dar y aportar algo a los demás. El beta tiene una mentalidad de escasez y transmitirá la sensación de que sólo quiere parasitar con el fin de obtener algo de los demás.
  • El alfa disfruta de sus momentos de soledad porque está a gusto consigo mismo. El beta sufre su soledad porque no está a gusto consigo mismo.
  • El alfa es congruente con lo que dice y hace. El beta es incongruente en sus acciones.
  • El alfa respeta y valora su propio tiempo. El beta desperdicia su tiempo y se lo regala a quien sea que le preste un mínimo de atención.
  • El alfa tiene convicciones propias y es firme en ellas. No es condescendiente ni indulgente. Sabe decir 'NO'. El beta no sabe decir 'NO' y es condescendiente sólo para agradar, el beta siempre trata de ser un 'chico bueno', agradable y políticamente correcto. El beta es el típico "aliado feminista", el mangina. Las mujeres rápidamente sienten desprecio por aquellos que hacen todo lo que ellas quieren.
  • El alfa considera a las mujeres en general, y a las mujeres bellas en particular como seres humanos ordinarios. El alfa no se considera inferior a ninguna mujer ni tampoco indigno de la mujer que desea. Nunca se obsesiona por ninguna mujer pues sabe que tiene muchas opciones y que sólo muy pocas mujeres valen la pena. El beta considera a las mujeres bellas como "diosas": piensa que se merecen todo y que valen la pena tan sólo por ser bellas y a la mujer objeto de su deseo de turno la coloca en un pedestal, la idolatra y se obsesiona con ella porque no tiene otras opciones. El beta se considera inferior e indigno de la mujer que idolatra.
  • El alfa tiene dignidad, es selectivo y no se deja pisotear ni se arrastra por ninguna mujer. El alfa no ruega por atención, no mendiga cariño, ni busca constantemente impresionar, pues no está desesperado ni necesitado. El beta se arrastra como un gusano, se regala y hace lo que sea por una mujer: prácticamente se prostituye por una mujer. Busca constantemente impresionarlas porque está desesperado y necesitado, y las mujeres huelen a leguas la desesperación y huyen de ella. El alfa hace que sean las mujeres quienes busquen la aprobación masculina. El beta es quien busca constantemente la validación femenina.
  • El alfa asume su masculinidad, no se avergüenza de su sexualidad y sabe mostrarse ante las mujeres como un ser sexual, es directo y sabe comunicar sus intenciones sexuales a una mujer. El beta se avergüenza de sus deseos sexuales y oculta sus intenciones sexuales hacia las mujeres que le atraen por temor a ser mal visto, se auto-emascula. Por el contrario, utiliza (sin ser consciente de ello) técnicas mezquinas y subrepticias (como hacerse su amigo) con la esperanza de que "algún día, con el tiempo, ella se dará cuenta de quién soy y se enamorará de mí cuando le confiese mis sentimientos por ella".
  • El alfa es proactivo, no necesita dar explicaciones ni justificaciones por sus acciones, él hace las cosas y punto. El beta es reactivo y siempre anda justificándose y explicando por qué hizo tal cosa.
  • El alfa sabe que las mujeres no son capaces de amar incondicionalmente, por ello trabajan en su persona para ser mejores y ganarse el respeto y amor de la mujer que se ha ganado el suyo. El beta es tan arrogante que cree que tiene derecho a ser amado por una mujer por el simple hecho de ser él. El beta cree que una mujer será capaz de amarlo incondicionalmente.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que es imposible encajar con una imagen de "macho alfa" ideal, y que no todas las mujeres buscan las mismas características en un hombre, pues es posible que algunas características consideradas comúnmente "no-alfas" puedan llegar a ser interesantes siempre y cuando el hombre se sienta cómodo con ellas.

Psicología masculina y psicología femenina

La verdad fundamental de la psicología del sexo, contrariamente a lo que ideologías como el igualitarismo, el feminismo o la ideología de género pretenden, es que ambos sexos son psicológicamente distintos y funcionan de forma completamente diferente, a la vez que complementaria. Estas diferencias no son una "construcción social", sino que están determinadas por la evolución biológica. En ese sentido, todo el comportamiento femenino y su psicología respecto al sexo tiene sus raíces evolutivas en el hecho de que las mujeres invierten muchos recursos y esfuerzos en concebir y criar hijos, fisiológicamente invierten mucho durante un embarazo, y que en tiempos primitivos éste podría representar una desventaja para la supervivencia de la mujer si el padre no asumía su responsabilidad como proveedor y protector.

En cuanto a las diferencias psicológicas principales, los varones son, en general, seres más racionales y lógicos, su psicología está más orientada a la lógica, el razonamiento, lo analítico, lo deductivo, lo explícito, lo concreto, lo fijo, lo directo, lo literal, el lenguaje verbal, la matemática, la geometría, la objetividad, a los hechos externos, duros y fríos, y están más en armonía con su mente consciente que con su mente inconsciente. En cambio, las mujeres, en general, son seres más emocionales, y hasta podría decirse 'irracionales', en el sentido de que, ponderan las emociones sobre la lógica y el razonamiento, su psicología está más orientada a los sentimientos, lo sensitivo, lo visceral, lo implícito, lo abstracto, lo variable, lo mutable, lo indirecto, el lenguaje no verbal, la estética, la empatía, la subjetividad, y los fenómenos internos, suaves y cálidos, y están más en armonía con su mente inconsciente que con su mente consciente. Las emociones que son sentidas por los hombres no son vividas con la misma intensidad con la que las mujeres las sienten, y las mujeres llegan a creer que sus emociones son lo único que es real. Los hombres pueden controlar sus emociones con relativa facilidad, mientras que hacer esto es sumamente difícil para las mujeres. Las mujeres suelen cambiar mucho de opinión, de actitud y comportamientos en función de sus estados emocionales.

Por ello, para poder entender a las mujeres y establecer una comunicación eficiente con ellas, el hombre debe escuchar sus emociones más que sus palabras. Es así que, en el fondo de la psicología femenina, lo que a ellas más les importa y lo que más desean es vivir emociones. A ellas no les interesa tanto la física de partículas en sí sino lo que la física de partículas les puede hacer sentir.

Esto significa que las mujeres tendrán mayor atracción hacia aquellos hombres que les hagan sentir una diversidad de emociones intensas y positivas, mientras que tenderán a rechazar a aquellos hombres que no les hagan sentir nada, por más que tales hombres sean físicamente atractivos, de buen corazón o ricos. Por alguna razón, ellas inconscientemente traducen como atracción sexual aquellas emociones que experimentan con un hombre. Por eso es que un viejo consejo para ligar y que funciona con relativa eficacia es hacerlas reír.

Las mujeres no escuchan las palabras, sino las acciones, que les muestra el nivel de congruencia de alguien. Las mujeres son instintivamente detectores eficaces de incongruencias, una habilidad que utilizan para su selectividad sexual.

La mayoría de los hombres tiene una idea fantasiosa y equivocada sobre la naturaleza femenina y sobre cómo funciona la atracción. Lo que se suele ver en películas, novelas románticas, canciones populares y cuentos de hadas no es más que una idealización de las relaciones que en la vida real resulta una falsedad. Existe una dura verdad sobre la naturaleza femenina, misma que no es posible cambiar sino que se debe aceptar tal como es: A una mujer nunca le importará un hombre por quién es él, por su "alma", por su esencia, por su ser en sí mismo, y nunca lo amará de la manera en que los hombres suelen creer que es la ideal, es decir, incondicionalmente. A una mujer sólo le importará un hombre en la medida del valor emocional y el valor social que él le pueda aportar a su vida. Generalmente los hombres tienden a creer que a las mujeres sólo les importa el dinero, pero esto es un error. Ciertamente el dinero o el aspecto físico son factores que pueden ayudar, son fuentes de valor poderosos pero no son determinantes, y más que aportar un valor financiero, lo que ellas realmente esperan en un hombre es poder sentir que pueden confiar en él, que puedan confiar en que sea lo suficientemente masculino y que denote esa fuerza viril interna para poder otorgarles la seguridad y estabilidad tanto física, como mental y espiritual que ellas necesitan. Las mujeres inconsciente buscan que un hombre tenga la capacidad y voluntad de brindarles tres cosas: seguridad, protección y asistencia.

Valor en el mercado sexual

Los humanos evolucionaron para elegir los valores más altos de supervivencia y reproducción (VSR). Cuando una mujer observa a dos hombres, su "circuito" rápidamente leerá el VSR de cada uno y percibirá emocionalmente el resultado de ese cálculo. Naturalmente se sentirá atraída hacia el hombre con los valores más altos. El hombre más sano, el más inteligente, el más valorado socialmente, el más independiente económicamente hablando, el más preseleccionado sexualmente, ese será el que atraerá a las mujeres, porque tal hombre dará VSR tanto a ella como a su descendencia.

  • 80% de los interruptores de atracción de los hombres están programados para responder al valor de reproducción de una mujer. Sólo un 20% responden al valor de supervivencia.
  • Sólo el 20% de los interruptores de una mujer responden al valor de reproducción de un hombre, mientras que el 80% responden a su valor de supervivencia.

La ley de la oferta y demanda, que sencillamente significa que lo que es abundante (mucha oferta), tiende a perder valor (poca demanda), mientras que lo que es escaso (poca oferta), tiende a ganar valor (mucha demanda). Los alfas poseen alta demanda y poca oferta pues son escasos y los beta tienen alta oferta y poca demanda pues son abundantes. En ese sentido, una persona tendrá mayor demanda en el mercado sexual si éste aumenta su valor sexual tal como un alfa.

Gráfica que muestra el nivel de atractivo en hombres (en rojo) y mujeres (en azul) por edad. El atractivo sexual de las mujeres aumenta rápidamente durante su juventud y alcanza su pico más alto entre los 18 y 22 años de edad, pero después decrece abruptamente. El valor sexual en los hombres no crece tan rápido como el de las mujeres pero se mantiene por mayor tiempo, teniendo su pico más alto entre los 40 y 50 años.

El valor sexual en las mujeres suele depender más de su juventud y atractivo físico (valor de reproducción) porque tales atributos son indicativos biológicos de fertilidad, salud y buena genética. Evidentemente, una mujer joven y bella tendrá mayor demanda en el mercado sexual que una mujer anciana porque la primera tiene más probabilidades de tener hijos mientras que la segunda es casi imposible que los tenga. Es por ello que las mujeres suelen aumentar su valor sexual ante el sexo opuesto a través del cuidado físico, los cosméticos y otros medios orientados a la apariencia física. Entre los 18 y 22 años de edad se suele considerar como el período en el cual una mujer alcanza su máximo valor sexual, mientras que generalmente a partir de los 25 años, su valor sexual decrece.

No obstante, el caso de los varones es distinto, pues su valor sexual no depende tanto de su edad ni de su físico sino de su estatus (valor de supervivencia o valor social). El valor sexual en los hombres tiene su pico más alto entre los 40 y 50 años. Eso se debe a que en ese período, el varón ya ha consolidado su estatus con el cual puede proveer seguridad, protección y asistencia a una familia.

Tener dinero, ser físicamente atractivo, ser famoso, etc, como se ha dicho, son ciertamente fuentes de valor social muy poderosas e influyentes, pero no son las únicas que existen. Un hombre puede desarrollar muchos factores de valor social o estatus que aumenten su demanda en el mercado sexual. Aprender un idioma, tocar un instrumento musical, saber bailar, desarrollar habilidades manuales, practicar un deporte, artes marciales, tener conocimientos sobre un tema, agregan valor social a la persona. Todo aquello que haga que un hombre se destaque en su grupo social, es decir, su tribu, hará aumentar su estatus. De hecho, ser el jefe de la tribu propia ha sido un importante factor de valor social durante toda la historia. Más aún, una mujer sentirá mayor atracción por un hombre que destaque en aquella actividad que ella profese, especialmente si el hombre tiene reconocimiento social o si es alguien nuevo en el círculo, lo cual le hará más llamativo. Las fuentes de valor más poderosas son el éxito en general, el poder, el dominio, el reconocimiento o validación social.

Todas estas cualidades o atributos son interruptores sexuales porque despiertan atracción e interés sexual en el otro sexo y que varían según se trate de hombres o mujeres heterosexuales.

Sin embargo, aumentar el valor y despertar atracción es una cosa, y consolidar la seducción es otra muy distinta. Tener una o más fuentes de valor es importante, pero será inútil si se carece de "juego", es decir, saber "venderte" en el mercado sexual. Del mismo modo, saber mucho sobre el juego es importante, pero no servirá de nada si no se desarrollan fuentes de valor. Se debe lograr un equilibrio de ambos.

Preselección

Como se ha explicado, los hombres se sienten más atraídos por la juventud y la belleza física de una mujer porque esos atributos denotan salud, buena genética y fertilidad. En cambio las mujeres, además de una buena genética, sienten mayor atracción por el alto valor social de un hombre (En tiempos primitivos la relación entre alto valor social y buena genética era más directa y pronunciada que ahora).

La naturaleza ha programado a las mujeres para preferir determinadas características en un hombre antes que otras. Para que este proceso de selección sea más rápido y de algún modo "menos dudoso", las mujeres actúan a través de un sesgo cognitivo inconsciente por el cual tienden a escoger hombres que ya fueron elegidos por otras mujeres, es decir, 'hombres preseleccionados', ya que esta preselección denota que tal hombre ya posee cierto valor social. Inversamente, las mujeres tienden a descartar a aquellos hombres que ellas perciben que han sido descartados como compañeros sexuales de otras mujeres.

Un hombre que tiene novia despierta más interés sexual en las mujeres que un hombre que no tiene novia. De este modo, ellas sienten mayor atracción y escogerán hombres que están rodeados de mujeres, porque intuyen que hay abundancia sexual en su vida. La preselección es un instinto muy poderoso que las mujeres sienten y que activan sus deseos de competir por esos hombres.

La explicación evolutiva de este fenómeno es que para las hembras humanas primitivas, era muy costoso en tiempo y esfuerzo seleccionar al mejor candidato posible, de forma que con la preselección, las mujeres "confían" en el criterio de selección de otra mujer, aprovechando así todo el proceso de selección que esa otra mujer ya llevó a cabo y ahorrándose ese esfuerzo.

No obstante, la certidumbre de abundancia sexual no es ni siquiera necesaria, pues un hombre que habla con mucha seguridad y confianza en sí mismo indica inconscientemente que existen grandes probabilidades de que este hombre esté muy acostumbrado a tratar con muchas mujeres a su alrededor y a tener relaciones sentimentales o sexuales con ellas. Por ello es que se enfatiza tanto en la seguridad y confianza en uno mismo.

Poligamia masculina

En el caso del hombre parece claro que un índice elevado de promiscuidad es beneficioso para garantizar la perpetuación de sus genes y su mecanismo de atracción ha evolucionado para maximizar la procreación, dado el relativo bajo coste que el sexo representa para ellos en comparación con el de las mujeres.

El varón por instinto desea tener un acceso ilimitado a un ilimitado número de parejas sexuales, es decir, inconscientemente, el varón lo único que busca es obtener tanto sexo como le sea posible, con tantas mujeres jóvenes, de aspecto fértil y sano como fuera posible.

Por ello su naturaleza tiende a la poligamia ya que con esa estrategia evolutiva-reproductiva, centrada en la cantidad, disemina sus genes con el mayor alcance posible.

Hipergamia femenina

En cambio, la estrategia evolutiva-reproductiva de la mujer se centra en la calidad, dado el alto coste que el sexo representa para ellas: En caso de quedar encinta, la inversión de tiempo y esfuerzo es mucho mayor para ellas.

La promiscuidad no funciona igual para las mujeres porque, por una parte, el sexo indiscriminado las expone a que sus genes se combinen con genes de hombres pobremente cualificados, por lo que de esa forma no estaría garantizando las mejores oportunidades a sus genes. Otro riesgo sería que el hombre abandonase a la mujer a su suerte con un niño, debiendo afrontar todos los problemas que esto generaría para ella y su descendencia. Además, con cada embarazo, la mujer corre el riesgo de morir.

Por ello es que ellas son mucho más selectivas que los hombres en cuanto a las relaciones sexuales, pues a nivel inconsciente, su mecanismo de atracción (lo que a ellas más les atrae) se enfoca en maximizar la probabilidad de supervivencia tanto de ella como de sus hijos en potencia.

La hipergamia, es así, la búsqueda constante del hombre del mayor alto valor ('estatus') (Bigger Better Deal o 'BBD') que su belleza física femenina sea capaz de atraer, ya que esto les proporciona una mayor seguridad en la crianza de los hijos. Por ello es que las mujeres no pueden amar incondicionalmente. Nuevamente, hay que recalcar que el 'estatus' no se refiere específicamente al valor financiero sino a la seguridad, protección, asistencia y estabilidad que él le puede proporcionar. Si una mujer deja de creer que el hombre con el que está no es de un alto valor, entonces ella instintivamente dejará de considerarlo atractivo y explorará otras opciones en otro lado.[3]

La mayoría de los hombres no comprende esto y cuando creen haberse "asegurado" una mujer en su vida, casándose con ella, tienden a confiarse y a abandonarse, dejando que su 'estatus' o alto valor se desplome y llegue a un nivel tan bajo que la mujer comenzará a cuestionarse el por qué está con él, incluso aún cuando ambos tengan hijos en común. La mayoría de los hombres no entiende que las mujeres no están "aseguradas" con el matrimonio ni con los hijos y que ellas no se van a quedar con él mágicamente sólo por ello. A la hipergamia no le importa cuánto tiempo un hombre y una mujer llevan juntos, ni todo lo que han hecho juntos, tampoco le importa cuánto ama el hombre a la mujer, pues en el momento en que ella deja de creer en el alto valor de su pareja y encuentra a otro hombre de mayor valor, se acabó todo.

En este aspecto, las mujeres son completamente despiadadas. La razón es simplemente que se sienten decepcionadas de quien creían era un hombre de alto valor, y más aún si este hombre adopta las típicas actitudes beta al momento de ver peligrar su relación. Se sentirá completamente decepcionada y sentirá un gran desprecio por él.

La hipergamia femenina lleva especialmente a los machos beta, a quejarse de este comportamiento de las mujeres (como ejemplo, los seguidores del MGTOW), considerándolas como seres bajos y ruines, lo cual es una consideración nacida desde una perspectiva de una moralidad judeocristiana (o desde el punto de vista nietzscheano: una moral de esclavos) que ignora por completo la biología evolutiva. Se suele criticar como "inmoral" el que las mujeres a menudo actúan según su conveniencia, protegiendo sus propios intereses o de forma deshonorable, pero esto es algo que está arraigado en sus genes: su comportamiento 'desleal' se trata de una cuestión evolutiva que a largo plazo resulta beneficiosa para la especie.

Criticar y despreciar la naturaleza femenina por esa razón es absurdo e ingenuo, pues ello denota la falta total de entendimiento de ésta. Es absurdo porque no se puede cambiar la naturaleza de los seres humanos, especialmente a lo que respecta la naturaleza de los sexos. Millones de años de evolución van en contra de tratar de imponer a las mujeres las nociones y estándares propios de lo que se considera "principios" y "moralidad", lo cual es no tratar a las mujeres como tales sino asumir que su comportamiento y forma de ver el mundo será exactamente igual que el de los hombres. Las mujeres no tienen ética, lealtad, honor, ni principios fijos, pues estas características son exclusivamente masculinas, pero esto no es porque sean malvadas, sino porque lo que es importante para ellas es diferente a lo que es importante para los hombres. No te enojarías con una abeja por picarte, es su instinto, asimismo no debes molestarte porque las mujeres te prueban y te botan si ven algo mejor.

No es que se deba esperar que una mujer no tenga principios y no crea en nada, después de todo, en lo que respecta a la crianza de los hijos, son ellas las que les inculcarán los valores, pero dichos principios son meramente efecto de la influencia del grupo (tribu) al que ella pertenece y lo que no se debe esperar es que ellas tengan el coraje de defenderlos ante un adversario más fuerte. Ellas han evolucionado para abandonarlos u ocultarlos en el momento en que éstos entren en conflicto con su aceptación social o arriesguen sus vidas. Esta es la principal diferencia entre hombres y mujeres. Las mujeres (histórica y biológicamente) no pueden tomar una postura inamovible porque no poseen la fuerza física o la "programación" evolutiva que les permita defenderla por lo que a menudo cede ante la primera amenaza. El papel masculino es el de asegurarse de que las mujeres nunca tengan que enfrentar la opción de defender algo o ser asesinadas, violadas o secuestradas.

Que la naturaleza de las mujeres sea así no significa de ningún modo que no valga la pena relacionarse con ellas, al contrario, conocer esto hace que su comportamiento pueda, hasta cierto punto, ser muy predecible (lo cual aplica también a los hombres), y cuando algo es predecible significa que uno puede adelantarse a las situaciones y a lo que ellas van a hacer. De modo que todo fallo experimentado en tales situaciones no es culpa de las mujeres, sino de los hombres que no han comprendido su naturaleza y no han sabido anticiparse a los sucesos que se presentan cuando se enfrentan a ellas.

Factor Fulana

El llamado "Factor Fulana" (FF) o en inglés Anti-Slut Defense (ASD), es un mecanismo psicológico que protege a las mujeres de tener sexo indiscriminadamente. Es un mecanismo que instintivamente tienen para proteger su imagen y reputación. El FF predice que una mujer va a tender más que el hombre a evitar situaciones que la hagan ser percibida como sexualmente "fácil" o "poco selectiva" tanto por otras personas (principalmente su círculo social y su familia), como por sí misma (si hace algo sexual sin una buena justificación, su autoestima tiende a bajar) y por su pareja potencial.

Es similar a una Resistencia de Último Minuto (Last Minute Resistance o LMR) pero generalmente ocurre en un lugar público. A menudo, un FF se presenta en la forma de una chica que rechaza tus intentos de besarla o de escalar físicamente con ella, o en la forma de que ella parezca (o intente parecer) desinteresada en ti. Una chica que demuestra este comportamiento, a menos que haya evidencia de lo contrario, lo está haciendo sólo como resultado del entorno social que la rodea pues ella no quiere ser juzgada por las personas en el entorno en el que se encuentra. Este juicio puede provenir directamente de sus amigos, o incluso de ti. En el último caso, ella no quiere presentarse ante ti como "fácil" o ser vista como "zorra" y ello significa un buen indicador de interés. Muchas veces, cuando la chica no se deja besar a la primera, en parte y aunque parezca contradictorio, lo está haciendo por ti, por que realmente le gustas. Esto es porque los hombres tienden a no crear una relación seria y estable con mujeres cuya fidelidad sea débil o cuestionable. Ellas por defecto asumen que tú como hombre las vas a juzgar como "fáciles" y por lo tanto, que no las tomarás en serio. Nuevamente se observa que cuando un hombre juzga el comportamiento de una mujer tal como juzga el de un hombre, comete un grave error.

Para evitar provocar un FF en una mujer, hay que evitar escaladas físicas en el entorno social en el que ella siente que podría ser juzgada y llevarla a algún lugar sin esa presión o crítica social. Si estás en un club, intenta estar a solas con ella durante unos minutos. Si sus amigos la acompañan, alejarla un momento de ellos es clave. Una vez sola, debes saber comunicarle indirectamente que nadie la está juzgando. Prueba algo como esto, "Espera ... rápido ... mientras tus amigos no están mirando ..." y luego ve por el beso. Al demostrar que no hay nadie para juzgar, así como al crear una sensación de urgencia (que crea emoción), puedes obtener más éxito. Por esta razón se dice que es más fácil ligar a una mujer cuando se encuentra lejos de la zona en la que vive, mientras que es más difícil hacerlo cuando se encuentra en dicha zona, pues en esas circunstancias inconscientemente puede pensar que es más probable que una persona la pueda reconocer mientras sale con alguien.

Muchas veces, al explicar cómo se engancharon con alguien, una chica dice: "No sé, ¡simplemente sucedió!". Si quieres estar a solas con ella pero ella está siendo difícil, puedes utilizar pretextos como "solo quiero comer algo / fumar". Nunca seas agresivo, enérgico ni presiones a la chica.[4]

Lógica retroactiva

A diferencia de los hombres, las mujeres tienden a racionalizar sus acciones y con frecuencia deciden lo que desean en función de acciones pasadas. A este fenómeno de la psicología femenina se le llama lógica retroactiva.

Los hombres tienden a justificar sus acciones en función de sus deseos, mientras que las mujeres tienden a justificar sus deseos en función de sus acciones; es decir, mientras que un hombre hace el razonamiento de que si una mujer le gusta, por lo tanto va con ella y le habla, la mujer razona que como ha hablado con un hombre, entonces debe ser porque a ella le gusta. La atracción que una mujer siente hacia un hombre depende tanto de su estado emocional como de aquello que ya ha ocurrido entre ambos.

Pruebas femeninas de congruencia

En la jerga del juego se conocen como shit tests (en español "pruebas de mierda") a una serie de pruebas psicológicas de congruencia que las mujeres, de forma inconsciente, realizan a los hombres con el fin de ver cómo reaccionan, y así probar su masculinidad, su seguridad, su confianza, su dominancia, su liderazgo, su autoridad, su valía y su estatus social al juzgar su reacción o respuesta.[5] Estas pruebas consisten sencillamente en hacer o decir algo que generalmente tiene la intención de hacer sentir mal al hombre y con ello hacerlo caer en actitudes beta o de bajo valor emocional.

Las mujeres hacen tests sólo a los hombres que les interesan sexualmente. Nunca los van a realizar a aquellos hombres que no les atraen. Por ello los shit tests deben ser considerados como algo positivo, un signo de atracción y una oportunidad de aumentar esa atracción. Obtener un shit test significa que algo se está haciendo bien, por el contrario, no obtener ninguno implica que algo va muy mal.[6] La atracción que ella sienta aumentará o disminuirá dependiendo de cómo sean respondidas estas pruebas. Se debe tener presente que las mujeres realizarán siempre y constantemente este tipo de pruebas a los hombres que le gustan o a su pareja incluso aún cuando su relación sea lo suficientemente estable, sólo para asegurarse una vez más de que siguen con el hombre indicado.

Un test no es un rechazo ni tampoco un insulto. Una chica que te dice "¡Eres un idiota! ¡Lárgate de aquí!" no te está poniendo a prueba, te está insultando y rechazando rotundamente. Las pruebas más comunes consisten en criticar o cuestionar algo de tu persona, tu aspecto físico, tu edad, tu forma de actuar o de vestir. Otras consisten simplemente en pedir favores para probar si vas a cambiar quien eres y tus convicciones sólo para agradarle y darle gusto, lo cual únicamente demostrará que eres un beta que hará cualquier cosa por ella y por consiguiente que no tienes el valor o el carácter para decirle que no. De hecho, y dependiendo la situación, para anticiparse a sus pruebas o incluso contrarrestarlas, se puede hacer lo mismo de forma consciente, como criticar o cuestionar algo de ella, o pedirle favores con el fin de que ella reaccione a tus pruebas y así aumente tu valor ante ella.

La primera clave para pasar estas pruebas es no ser reactivo a ellas, ya que reaccionar es caer en su juego. No se les debe dar importancia ni tomarlas como algo personal. No se debe reaccionar con temor, ansiedad, enojo, molestia, tristeza, preocupación o consternación ni ponerse en modo defensivo. No se debe dar el menor atisbo de inseguridad, ni se debe intentar dar justificaciones, ni de ofrecer disculpas. No se debe caer en la tentación de mostrarse complaciente, ceder a sus caprichos y ser un "chico bueno", pues todas estas cosas son características betas. Se debe tener en cuenta siempre que estas pruebas son algo que hacen con todos los hombres que intentan algo con ella y que a ella le atraen. Es su manera de jugar y de ponerlos a prueba, y así se debe entender.

La segunda clave es no responder de una forma lógica y racional, es decir, con seriedad, de forma que se les de la vuelta como si nada hubiera pasado. Las justificaciones son una forma lógica y racional que en el fondo denotan inseguridad porque buscan obtener la validación o aprobación de ella. Cuando ella realiza la prueba, se coloca en modo lógico esperando que el hombre responda en dicho modo lógico para poner al descubierto su inseguridad.

Existen diversas formas de pasar o evadir exitosamente los tests, las formas más utilizadas para pasar estas pruebas consisten principalmente en:

  1. "Aceptar y exagerar" lo que ella dice (con sentido del humor), de forma que la exageración haga ver lo que se ha aceptado como ridículo. Por ejemplo, una mujer puede decirle a un hombre: "Me llamas muy poco por teléfono, ¿no estarás viendo a otras mujeres?". Un beta reaccionaría a este comentario diciendo "¡No no! ¿cómo crees? ¡si tú eres la única para mí! no te he llamado porque..." (justificación). En cambio un alfa puede decir: "La verdad es que sí... (aceptar) pero no te preocupes porque tú estás en mi top 3" (exagerar) ... (cambio de tema).
  2. "Malinterpretar" lo que ella dice. De forma que el comentario que tiene la intención de sonar 'negativo' se le de la vuelta presentándolo como si fuera una insinuación sexual por parte de ella hacia ti. Por ejemplo, una chica te dice: "Esa camisa que llevas puesta es realmente rara". Podrías responder: "Oye, deja de ver mi cuerpo. Mis ojos están aquí arriba." Así has cambiado el significado subyacente de lo que ella acaba de decir, lo cual coloca a la chica en una nueva situación que tú has establecido (ella está viendo tu cuerpo, no tu "camisa rara"), y además le has implantado esa idea, la cual le puede gustar, y si ella comienza a justificarse de una manera lógica para intentar corregirlo, entonces es ella quien está siendo reactiva a tu test y se está esforzando en obtener tu aprobación.
  3. Ignorar y mostrar indiferencia y cambiar el tema, según el caso. Por ejemplo para no fallar una prueba especialmente difícil o hiriente, se puede usar una frase como: "No tengo respuesta para eso. ¿Podemos ser normales ahora?". Lo que esa frase quiere decir indirectamente es: "no me importa que me hayas puesto a prueba porque me siento cómodo conmigo mismo, y ahora estás siendo un poco rara".

Es común que una mujer pregunte sobre la edad de un hombre con el único fin de probar si éste se siente seguro o inseguro por su edad, ya sea éste alguien mayor o menor que ella. La realidad es que, con excepciones, la edad de un hombre es irrelevante para la atracción. Una forma de responder para demostrar seguridad en la propia edad podría ser: "Tengo la edad perfecta para un hombre", y al cabo de un rato, con seguridad y confianza, decir la edad.

En realidad no hay que esforzarse por ser creativo en las respuestas, ni se debe intentar "devolver el ataque verbal", sino que la idea central es saber demostrar que no se tiene miedo de perder su aprobación o validación, es decir, demostrarle que no necesitas de ella, lo cual, en cambio, transmitirá la sensación de que es ella quien puede lamentar el perder tu aprobación. Recordemos que con estas pruebas ella quiere saber que se encuentra con un hombre que no está fingiendo su seguridad y que no va a reaccionar constantemente a cualquier cosa que ella diga o haga.

En cualquier relación entre dos personas siempre hay una persona que tiene más poder que la otra, y esa persona es aquella a quien le importa menos la relación, ya sea porque esta persona tiene mayor "valor social" o bien porque sabe que tiene más opciones para estar con otras personas. De modo que para pasar las pruebas se debe demostrar que eres tú a quien le importa menos la relación porque bien podrías estar con alguien de mayor "valor social". En ese sentido, el hombre debe ser capaz de hacer que sea ella quien reaccione hacia él y nunca al contrario, debe ser capaz de invertir los papeles para colocarse en la posición de evaluar si ella es una buena opción y si realmente ella puede ofrecer algo más que su belleza física, de ese modo, ella sentirá la necesidad de buscar su validación ante él.

Conceptos de interacción

Los artistas de la seducción han incorporado algunos términos para poder conceptualizar y sistematizar todas las prácticas que se requieren según las circunstancias de las interacciones.

Sargeo

La palabra sargeo fue acuñada por Ross Jeffries y viene del inglés sarging, se refiere a la práctica de salir con el propósito de conocer personas, especialmente mujeres. Se basa en abordar mujeres desde cero e intentar llegar lo más lejos posible con ellas. El objetivo principal del sargeo es que una persona se enfrente a sus miedos y aborde a personas desconocidas en la vida real, generalmente del sexo opuesto, para mejorar sus habilidades comunicativas, sociales y seductivas por medio de la práctica, el ensayo y error.

Cuando el sargeo se practica de día se conoce como daygame (juego diurno) y cuando es de noche, nightgame (juego nocturno). Se hace esta distinción entre ambas ya que entre ellas existen diferencias circunstanciales, la principal es que durante la noche las mujeres suelen tener las defensas más altas y son más desconfiadas que durante el día.

Algunos consejos para abordar mujeres:

  • No busques su aprobación ni intentes impresionarla.
  • No tengas sed de resultados (ley de la menor expectativa).
  • Siempre prepárate para ser rechazado y a estar dispuesto a perderla.
  • No busques un beneficio de ella, más bien apórtale un buen momento.
  • No te tomes nada personal. Abandona el ego.
  • No seas reactivo.
  • Diviértete en el proceso.

Negas

La palabra nega fue acuñada por Mystery y proviene del término en inglés neg. Su origen arranca de su significado original: "Negative Compliment" (Cumplido Negativo). En español, la palabra "nega" también se asocia a la expresión "Negación de la Validación" y también se conocen como "Descualificadores".

Un nega es un cumplido negativo que sirve para dar un llamado de atención a la chica y subirte el valor en la interacción. Dicho de otra manera, sirve para poner barreras "emocionales" para mostrar alto valor y estándares y que ella intente validarse.

Es muy útil para que la chica invierta en la interacción porque cuando se le dice un nega a una persona se le puede tocar el ego y con ello empiece a justificarse. Debe usarse con precaución ya que si se dice un nega a una chica con baja autoestima se le puede causar una mala impresión y un estado de ánimo negativo. Por ello, se recomienda utilizar los negas con las chicas que tienen el ego muy inflado o con las que intentan bajarte el valor. Los negas deben hacerse de forma divertida, sin llegar a ser demasiado prepotente o arrogante y sin llegar a atacar al físico pues las personas generalmente tienen complejos con ello. No deben realizarse sin motivos, sólo porque sí, sino que son una respuesta de "castigo" a palabras o actitudes concretas e incluso a tests de congruencia, las cuales si se señalan racionalmente, (por ejemplo, decirle directamente que no te gustó lo que te ha dicho) tal acción equivale a ser reactivo y confirmarle tu bajo valor y falta de confianza. Un nega no se trata de ninguna manera de un insulto, ni tampoco busca destruir el autoestima de nadie para generar una dependencia emocional, (tal como afirman los detractores del juego), sino que básicamente busca "balancear" los términos del juego cuando éstos te ponen en desventaja y se encuentran en tu contra desde un principio ante una mujer propensa a descualificarte.

Para Mystery hay tres tipos de nega:

1. Nega Escopetazo (ShotGunNeg): Es aquel que se lleva a cabo haciendo un comentario, gesto, acción, etc., que muestra un desinterés sexual frente al objetivo. No es percibido como malicioso ni como un ataque personal, pero da a entender que no vemos al objetivo como un compañero sexual potencial.

Ejemplos:

  • "Vuestra amiga me recuerda un montón a mi mejor amigo"

2. Nega de Francotirador (SniperNeg): Es similar al anterior en cuanto a que parece honesto. Sin embargo, se centra en alguno de los defectos potenciales del objetivo. Es decir, no muestra un desinterés general, sino desagrado por algo concreto en la chica. La idea es hacerle sentir que ha ofrecido algún tipo de demostración de escaso valor (DEV). Esto hará más fácil que se pregunte si tenemos una buena impresión de ella o no, favoreciendo así el que se vea arrastrada al Marco de que tiene que cualificarse.

Ejemplos:

  • "Ese suéter te sienta muy bien. Te da un aire muy robusto."
  • "¿Te sudan las manos?"
  • "Toma, límpiate." (Ofreciéndole un pañuelo para que se limpie la nariz o se quite una legaña).
  • "Bueno, bueno, dilo pero sin escupir!".
  • "Te noto algo nerviosa... ¿tienes algún examen mañana?"

3. Nega Juguetón (TeaseNeg): Se trata de flirteo abierto, de meternos con ella con una actitud atrevida o arrogante, pero siempre juguetona. Es decir, tratamos de tomarle el pelo, hacerle la púa, etc.

Ejemplos:

  • "Tienes la cuarta sonrisa más bonita que he visto esta noche… Te llamaré sonrisas cuatro".
  • "Bonitos zapatos. ¿Vienen con ese chicle pegado en la suela?".

Este tercer tipo de Nega es similar a la técnica Push & Pull, aunque aquí se puede prescindir de los cumplidos positivos.

Push & Pull

El Push & Pull ("Empujar y Jalar", "Atraer y Alejar", "Dar y Privar" o "Estira y Afloja") es una técnica que combina cumplidos positivos y negativos o 'negas'. Su propósito es generar atracción mediante mensajes con intenciones opuestas o contradictorias para que ella no pueda saber con total certeza si te gusta o no, y de ese modo se le deja abierta la duda con la cual ella se mostrará y mantendrá más curiosa, interesada e intrigada, generándole emociones que al final resultan beneficiosas.

Se le puede decir a ella primero algo negativo y después algo positivo o viceversa, según cómo va la interacción. Si la interacción va bien, se recomienda terminar con un Pull (positivo). Si va mal, con un Push (negativo).

Con ello se juega con su variabilidad emocional para que la interacción no se vuelva aburrida y que existan subidas y bajadas emocionales. Se le da y se le priva a la vez con el fin de que ella no te perciba como necesitado o que estás dispuesto a todo por ella y a la vez que sienta que no las estás rechazando. Como se puede observar, se trata de una técnica basada en las emociones y no en la lógica ni lo racional.

Ejemplos:

  • Me gustan tus ojos... especialmente el izquierdo.
  • Qué vestido tan bonito... Mi abuela tenía uno igual.
  • "Me caes bien pero estoy acostumbrado a salir con mujeres más altas".

A veces el Push & Pull puede consistir en utilizar psicología inversa para sugerir acciones positivas diciéndolas en negativo, de forma que ella se genere una imagen en su mente sobre esas acciones o ideas y se haga preguntar ¿Por qué no?

  • "Oye oye, si vas a estar toquetéandome al menos sécate el sudor de las manos."
  • "No me agarres la mano porque la gente va a pensar que somos novios."
  • "No nos vamos a besar hoy."
  • "No vas a llevarme a tu casa para seguir seduciéndome."
  • "Olvídate de eso, no vas a salir de aquí abrazándome... confianzuda."

Lenguaje corporal

Uno de los pilares de la seducción es el lenguaje corporal. Está comprobado científicamente que el 90% de la comunicación humana es por medio de lenguaje no verbal (postura, movimientos, tono e inflexión de la voz) y un 10% por el lenguaje verbal. Sin darnos cuenta comunicamos mucho más con nuestro cuerpo que lo que decimos con palabras.

Las emociones positivas tienen como efecto inconsciente una postura erguida, abierta, segura, calmada y relajada: ocupas el mayor espacio que puedes. Mientras que las emociones negativas generan una postura cerrada, ansiosa, nerviosa: reduces el espacio que ocupas.

El tipo de postura que genera atracción es el de una persona positiva, segura y que camina por el mundo con facilidad. Un lenguaje corporal correcto debe tomar en cuenta lo siguiente:

  • Una postura erguida comunica que eres un hombre que sabe a dónde va.
  • Los brazos sin cruzar o abiertos. Comunicarás que estás abierto a conocer e interactuar con personas nuevas.
  • Las manos deben estar visibles y fuera de los bolsillos. Esto comunica que no tienes nada que ocultar.
  • Sonreír.
  • Mirar hacia delante, no hacia el piso. Mirar a las personas a los ojos. Nota: Parpadear o romper contacto visual cuando sea necesario, pues cuando se mira fijamente se puede comunicar algún desorden mental o intimidación.
  • Ocupar un amplio espacio al caminar, en una mesa, etc.
  • Recárgate hacia atrás, la idea es siempre transmitir comodidad.
  • Reducir al máximo movimientos excesivos tales como tics, el parpadeo excesivo, o necesidad de estar moviéndote sin necesitar hacerlo. Esto comunica ansiedad y nerviosismo.
  • Movimientos más lentos de lo habitual, cuidar el no reducir la energía de tus movimientos.
  • Hablar con un tono de voz fuerte, firme y grave natural. La voz debe provenir del diafragma, no de la garganta. Al hablar se debe sentir una especie de vibración en tu tórax, no es necesario gritar para sentirlo.
  • Reducir la velocidad en la que se habla. Las pausas bien empleadas generan tensión sexual y anticipación.

Poner en práctica e internalizar todos estos puntos mejorarán dramáticamente las interacciones tanto con las mujeres, como en la vida cotidiana. Todos los puntos deben llegar a ser parte del comportamiento de uno mismo y para ello se debe practicar aun cuando nadie te esté viendo. No se debe abusar ni exagerar de estos puntos. Como en todo, el balance es clave.

Respetar el espacio de los demás. El hecho de que seas un hombre alfa o te conduzcas como tal, no quiere decir que pierdas ni educación ni cortesía. Si al hablar con una mujer ella retrocede unos pasos, no debes volver a acercarte tanto, debes respetar su acción que indica que estabas demasiado cerca.

Al hablar con una mujer, especialmente en espacios cerrados, ella nunca debe quedar de espaldas a una pared, sino el hombre. Esto comunica que no se le está arrinconando y que es libre de irse cuando quiera.

Ya que se es consciente del lenguaje no verbal es importante observar el leguaje corporal de las demás personas. Esto conduce al aprendizaje para poner mayor atención a las personas, mejorar la comunicación e incluso saber cuando alguien está diciendo la verdad o mintiendo.

Signos de interés femenino

En una interacción entre hombre y mujer, existen señales o indicadores de interés (IDI's) no verbales y corporales, que las mujeres envían inconscientemente durante la comunicación cuando se sienten atraídas hacia un hombre. Éstas son:

  • Se toca el pelo, juega con el o lo acomoda.
  • Se inclina hacia ti y te mira cuando hablas. Si observas mejor, las pupilas se dilatan.
  • Su postura es abierta, no cruza los brazos.
  • Se moja los labios.
  • Acaricia objetos cilíndricos. Por ejemplo: el vaso, copa, pluma, etc.
  • Toca su pecho, cuello o juega con su collar o accesorios.
  • Sonríe. Se ríe de cosas que podrían no ser graciosas.
  • Mantiene una postura recta con pechos hacia delante.
  • Ladea su cabeza cuando está escuchándote o hablando contigo.
  • Muestra o expone sus muñecas.
  • Las puntas de los pies o rodilla apuntan hacia ti.
  • Provoca el contacto visual o lo prolonga por unos instantes.

Todas estas señales de interés son sumamente sutiles y muchas veces llegan a ser casi imperceptibles debido a que las mujeres son mucho más discretas que los hombres y en general los hombres no son tan buenos interpretando el lenguaje no verbal como las mujeres.

Realmente la atracción podría comenzar antes de que se “tome la iniciativa”, incluso aunque no se sepa conscientemente.

Rapport

La idea de generar rapport entre dos personas (en este caso específico con una mujer) es el de generar empatía, facilitar la comunicación y entendimiento entre las partes. Crear una sincronía para una comunicación eficaz y facilitar la atracción.

El rapport consiste en “espejear” (cuidado de no imitar) lo que ella está haciendo para que ambos puedan entender mucho mejor la interacción y comunicarse a un nivel más profundo. No se trata de ninguna manera de manipular, consiste en entendimiento y empatía.

El rapport puede ser desde posturas, gestos, donde colocar las manos, brazos, inclinación de la cabeza, distancia, etc., hasta cosas mucho más difíciles de identificar como son: tono de voz, ritmo al hablar y la respiración.

El rapport puede aplicarse usando las mismas palabras que ella utiliza y escuchando con atención. Con ello se hace énfasis en que estás prestando toda tu atención a lo que se te está comunicando al usar las mismas palabras que ella, lo que como consecuencia creará una mayor empatía hacia ti por parte de ella.

El rapport también puede ser físico, se pueden espejear gesticulaciones, movimientos y posturas. Corresponde a sonreír, acomodarte, inclinación de la cabeza, mover los ojos, e incluso inclinarte. Es importante hacerlo con discreción y sutilmente para no crear el efecto contrario. Cuidar también de no espejear todos los gestos o posturas ya que no quieres comunicar cosas negativas, de preferencia rompe rapport (no espejees), posturas cerradas o negativas, aquí estarías haciéndolo en tu contra.

Referencias

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