Cosme Beccar Varela

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Cosme Beccar Varela Sundblad (28 de enero de 1938, San Isidro, Argentina - 26 de agosto de 2020, Buenos Aires, Argentina) fue un abogado, escritor y político argentino. Hombre de inclinaciones nacionalconservadoras, se destacó sobre todo por su militancia católica, lo que lo llevó a ser fundador en su país de la rama local de la organización Tradición, Familia y Propiedad en 1967.

Familia

Beccar Varela era descendiente de Florencio Varela, un escritor y político unitario de importante actuación durante el siglo XIX.

Su abuelo Horacio Beccar Varela fue un abogado que llegó a ocupar el cargo de Ministro de Agricultura durante la primera mitad de la breve presidencia de José Félix Uriburu.

Su padre, llamado también Cosme Beccar Varela, perteneció a la Corporación de Abogados Católicos San Alfonso María de Ligorio.

Cruzada

Beccar Varela recibió su formación como jurisconsulto en la Universidad de Buenos Aires, graduándose en 1959. Entre 1960 y 1961 vivió en Nueva York, desempeñándose en la firma estadounidense Shearman & Sterling. Posteriormente retornaría a su patria y trabajaría durante décadas como abogado, especializándose en derecho comercial, derecho financiero y derecho minero, algo que le permitiría ser contratado como asesor por numerosas empresas extranjeras que operaban en la Argentina.

Junto a su padre contribuyó desde su posición de ciudadano con el derrocamiento de Perón en 1955.

A partir de 1956 comenzó a editar la revista Cruzada, publicación nacida para defender a las tradiciones argentinas y difundir los valores católicos. Allí escribirían Andrés de Asboth, José Luis Bravo, Juan Carlos Clausen, Félix Dufourq, Federico Ezcurra, Manuel Gondra, Hortensio Ibarguren, Jorge Labanca, Rodrigo de Nájera y Augusto Padilla entre otros. Ese grupo de jóvenes antiliberales, anticomunistas y antiperonistas capitaneado por Beccar Varela llevó su activismo a las calles, realizando campañas en contra de políticos y sindicalistas que trabajaban directa o indirectamente para el triunfo del imperialismo internacional del dinero. Su peculiar interpretación de la Doctrina Social de la Iglesia los hizo chocar tanto contra el Partido Demócrata Cristiano a su izquierda como contra el Movimiento Nacionalista Tacuara a su derecha.

Familia, Tradición y Propiedad

Algunos de los hombres de Cruzada se incorporaron a la Ciudad Católica -rama local de la organización francesa que dirigía Jean Ousset-, mientras que otros ingresaron a la familia del Opus Dei que Josemaría Escrivá de Balaguer coordinaba desde España. Sin embargo la mayoría encontró en la figura del brasileño Plinio Corrêa de Oliveira a un arquetipo de caballero cristiano al cual imitar y no vacilaron en establecer contactos con su movimiento de laicos durante la década de 1960.

Así fue que, por iniciativa de Beccar Varela, en 1967 se creó a la Sociedad Argentina de Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad. De ella participarían Alberto Aprea, Néstor Borracine, Ernesto Burini, Carlos Díaz Vélez, Marcelo Dufaur, Andreas von Maren, Luis Mesquita, Hernán Mora, Martín Pieres, José Antonio Tost, Jorge Storni, Martín Viano, Juan Carlos Voiseau y Jardón y varios miembros de la familia Ibarguren entre otros.

La prédica de la TFP en contra del Nuevo Orden Mundial impulsado por las fuerzas del contubernio judeo-masónico-comunista se dirigió hacia clérigos, militares, jueces, empresarios y estudiantes. Sus hombres recorrieron la amplia geografía argentina dando conferencias y repartiendo folletos como los Diálogos sociales que Corrêa de Oliveira escribiese para alertar a la mayoría silenciosa sobre los peligros que rondaban sobre ellos.

En 1969 la revista Cruzada fue rebautizada como Tradición, Familia y Propiedad -diez años después la publicación cambiaría nuevamente su nombre a Pregón de la TFP. Desde sus páginas criticaron al proyecto fallido de la Revolución Argentina, pero el foco de su atención fue la Iglesia Católica, la cual después del Concilio Vaticano II se encontraba bajo el evidente control de sus enemigos. Debido a ello la TFP terminó defenestrando a prelados como Enrique Angelelli y Miguel Hesayne por la descarada promoción del marxismo que efectuaban usando al cristianismo como pantalla.

Con Monseñor Marcel Lefebvre tuvieron un acercamiento inicial, pero las cosas se enfriarían luego y finalmente no participarían de su recepción durante su visita a la Argentina en 1977 ni de los esfuerzos posteriores por construir el Seminario de Nuestra Señora Corredentora.

Beccar Varela coordinó a un grupo de colaboradores de la TFP que a principios de la década de 1970 publicaron dos libros que tuvieron mucha repercusión: El nacionalismo: una incógnita en constante evolución y Los "Kerenskys" argentinos. En el primero se analiza a la evolución del nacionalismo argentino, señalando que la fagocitación del movimiento por parte del peronismo culminaría en la instauración de una dictadura comunista justificada con la excusa de defender a la nación de la influencia de las fuerzas extranjeras -el texto señala que Montoneros no era una mera infiltración marxista en un cuerpo extraño, sino un producto natural del populismo que venía cultivado el nacionalismo desde las épocas de Perón. La segunda obra, por su parte, amplía y profundiza la tesis, explicando que el peronismo estaba alineado con fuerzas subversivas que terminarían usando al masivo movimiento como vehículo para conquistar el poder. Esas opiniones fueron duramente criticadas desde el campo nacionalista por Enrique Zuleta Álvarez, Julio Meinvielle y Víctor Eduardo Ordóñez.

Los presidentes peronistas y procesistas fueron objeto de crítica por parte de Beccar Varela, aunque variaron los motivos.

Cuando la izquierda argentina decidió enarbolar la bandera de los derechos humanos para llevar a cabo una campaña internacional en contra del país, la TFP la combatió reprochándoles a esos personajes que se arrogaban la facultad de hablar en nombre de la humanidad pero que nada decían acerca de la persecución que millones de personas sufrían detrás de la Cortina de Hierro o en la isla de Cuba.

Durante la Guerra de Malvinas hubo quienes criticaron a Beccar Varela, debido a que el abogado -si bien no cuestionaba la legitimidad del reclamo argentino sobre el territorio insular- consideraba al enfrentamiento bélico como un error estratégico, ya que ponía a dos países occidentales a enfrentarse entre si y le permitía a la URSS colocarse como un posible socio de la Argentina, algo que, de haber avanzado, hubiese tenido consecuencias completamente deplorables para el pueblo sudamericano.

El ascenso de Raúl Alfonsín a la presidencia del país fue interpretado por la TFP como una nueva tragedia para la historia nacional, pues una de las primeras cosas que hizo el mandatario fue plantear que era necesario sancionar una ley para posibilitar el divorcio, algo que tenía la clara intención de destruir al concepto de familia con el fin de facilitar el triunfo de la estatolatría. Beccar Varela se comprometió con la causa antidivorcista y, durante un par de años, concedió numerosas entrevistas a los diarios y recorrió estudios de radio y televisión para argumentar en contra de la iniciativa novordista que motorizaba Alfonsín. No sólo cuestionó a los políticos por promover o ser cómplices de la destrucción social del pueblo argentino, sino que también apuntó en contra de la tibieza de la Conferencia Episcopal Argentina y en contra de algunos católicos como el sacerdote José Amado Aguirre que, por medio de sofisterías, pretendían impulsar la absurda idea de que la ruptura voluntaria de un matrimonio en realidad no constituye un pecado.

Orden y Justicia

En 1987, luego de la derrota de la campaña en contra del divorcio, Beccar Varela fundó el partido político Orden y Justicia junto a Ernesto Rodríguez. Su idea era que la TFP pudiese tener un instrumento electoral que usara la arena política para ampliar el impacto de sus actividades metapolíticas. La iniciativa, sin embargo, no fue bien recibida por la mayoría de los hombres de la TFP.

La TFP tenía tres ramas: una dedicada a la formación política, otra a la formación moral y otra a la formación religiosa. Hacia 1989, después de más de veinte años de funcionamiento en el país, los religiosos habían pasado a dominar a la organización. Disconforme con la situación, Beccar Varela terminaría por alejarse de la TFP para no ser confundido con un fundamentalista cristiano.

Orden y Justicia funcionó como la plataforma proselitista de Beccar Varela durante los años en los que Carlos Menem gobernó a la Argentina. El partido sólo tuvo presencia en la ciudad de Buenos Aires y presentó candidatos a puestos legislativos entre 1993 y 1995.

Beccar Varela fue un acérrimo opositor a la reforma de la Constitución Nacional de 1994, anticipando en su libro El supremo atentado que la nueva carta magna sólo beneficiaría a la infame casta política argentina. En su campaña para ser elegido convencional constituyente fue acompañado por dirigentes conservadores como Emilio Hardoy, Ricardo Monticelli y Mabel Menzella.

La botella en el mar

Especulando con la posibilidad de ser candidato a presidente de su país, Beccar Varela condujo un programa de televisión en el canal P+E y otro de radio en la emisora Splendid con la intención de generar nuevos espacios comunicacionales para difundir sus ideas. También en 2000 creó al sitio web de opinión y discusión La botella en el mar, al cual editaría por 20 años realizando una crónica de la degradación argentina.

Pese a haber organizado al Partido de la Recuperación Argentina en 2002 junto a Federico Luis de Achával, Carlos Cywilko, Agustín Durañona y Vedia, Arturo María Fresco, Mariano Gradin y Juan Manuel Medrano, los jueces decidieron no aceptar su registro, sosteniendo que habían irregularidades en las fichas de afiliados que habían presentado y frustrando con ello su candidatura presidencial de 2003.

Ante la tiranía kirchnerista exhortó a los argentinos a unirse para promover una agenda de trabajo común que acabase con la corrupción en la política, eficientizase a la justicia, sanease la economía y erradicase a la inmoralidad de los medios masivos de comunicación. De esa convocatoria nació la Asamblea por la Patria (2004) y la Asociación Patriótica (2009), agrupaciones que no lograron consolidarse. Sus intentos por someter a un juicio político a Néstor Kirchner primero y a su esposa Cristina Fernández después lamentablemente no prosperaron.

A Mauricio Macri también lo criticó duramente por ser ese presidente un biotipo de una élite adinerada pero sin patria ni bandera.

Su tesis de que la Argentina podía ser salvada como país si se conseguía garantizar que a través de las urnas sólo llegasen al poder personas virtuosas fue contestada por Antonio Caponnetto en la obra La perversión democrática.

Beccar Varela también incursionó en el campo de la novela histórica publicando Buenos Aires reconquistada en 2000, ¿Dónde está el pueblo? en 2005 y Aquellas aguas trajeron estos lodos en 2013, ficciones en las que reconstruye los principales episodios políticos y sociales que vivió la Argentina entre 1806 y 1830.

Uno de sus hijos, el sacerdote Mario Beccar Varela, es miembro de los Heraldos del Evangelio.

Bibliografía

  • Reforma agraria: falsa solución para un problema existente (junto a J. L. Bravo). Buenos Aires: Cruzada, 1965.
  • El nacionalismo: una incógnita en constante evolución (junto a M. Beccar Varela, E. Burini, C. Ibarguren y J. Storni). Buenos Aires: TFP, 1970.
  • Los "Kerenskys" argentinos (junto a J. Ubbelhode). Buenos Aires: TFP, 1972.
  • Cómo refutar a los divorcistas. Buenos Aires: TFP, 1986.
  • Curiosidades. Panorama de la historia argentina, diccionario político y manual práctico para destruir el poder de los corruptos. Buenos Aires: Orden y Justicia, 1991.
  • El supremo atentado: la reforma constitucional. Buenos Aires: Orden y Justicia, 1993.
  • Buenos Aires reconquistada. Buenos Aires: Distal, 2000.
  • ¿Dónde está el pueblo?. Buenos Aires: Pasco, 2005.
  • Aquellas aguas trajeron estos lodos. Buenos Aires: Armerías, 2013
  • Las cosas olvidadas. Buenos Aires: Armerías, 2015.

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