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Héctor A. Llambías
Biografía
Héctor Llambías era hijo de Joaquín Llambías, un destacado médico argentino que fue intendente de la ciudad de Buenos Aires entre 1916 y 1919. Su hermano Jorge Joaquín Llambías llegó a ser un jurista de gran renombre en su país.
Se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires. Al mismo tiempo asistió a los Cursos de Cultura Católica, en donde absorbió las ideas de Tomás de Aquino en las clases de César E. Pico. Durante sus años de estudiante universitario estuvo vinculado a un grupo de debate auspiciado por el periódico La Nueva República.
Adhirió con entusiasmo a la Revolución de 1930 que llevó al poder a José Félix Uriburu.
Llambías fue parte del comité de recepción del filósofo francés Jacques Maritain durante su visita a la Argentina en 1936, sin embargo luego se convertiría en un crítico de sus opiniones sociopolíticas (llegó incluso a protagonizar una polémica con el antifascista Augusto J. Durelli en 1938 a través de las páginas de la revista Criterio).
Acompañó a J. Alfredo Villegas Oromí en la creación de Restauración, un movimiento que sería vital en la difusión del nacionalismo católico en la Argentina. También fue uno de los fundadores de la influyente revista Nueva Política junto a Marcelo Sánchez Sorondo, Héctor Bernardo y Federico Ibarguren. Allí polemizó con Julio Irazusta acerca de cual debía ser el régimen político que el país debía adoptar para posicionarse ante el mundo como una nación poderosa.
Colaborador habitual de publicaciones como Baluarte, Iatria, Nuevo Orden, Ortodoxia y Sol y Luna, en 1938 publicó el libro La dialéctica comunista y el concepto de libertad en el que no sólo ataca al comunismo sino que también critica al liberalismo que ha permitido su surgimiento. Su interés por la historia argentina lo llevó a participar de la creación del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas.
Fue cercano al movimiento UNA-PATRIA que dirigía Manuel Fresco, asesorando a sus militantes acerca del peligro que el contubernio judeo-masónico-comunista significaba para la Argentina. En 1943 estuvo presente en el Congreso de la Recuperación Nacional, el cual debía promover una candidatura presidencial nacionalista para participar de las elecciones de ese año, pero que terminó fracasando en esa tarea. De todos modos las fuerzas nacionales accederían al poder a través de la Revolución del GOU, la cual llevó al gobierno a un grupo de militares dispuestos a incorporar como funcionarios estatales a muchos hombres provenientes del nacionalismo. Llambías estaba entre ellos, por lo que ocupó el puesto de Secretario de Cultura, Moralidad y Policía Municipal de la Capital Federal en el último semestre de 1943, y el de Subsecretario de Instrucción Pública de la Nación al año siguiente.
El filósofo apoyó el ascenso a la presidencia de Juan Domingo Perón a principios de 1946. Posteriormente se dedicaría a la docencia de nivel superior en la Universidad de La Plata y en la Universidad de Buenos Aires. Se convirtió en miembro de la Sociedad Tomista Argentina e impulsó la fundación de la Asociación Católica Argentina de Filosofía. Sus textos aparecieron publicados entre las páginas de las revistas Sapientia, Nuestro Tiempo y Presencia, reflejando su elevadísima inteligencia.
En 1949 participaría de los debate sobre la reforma de la Constitución Nacional de la Argentina, defendiendo la idea de que la futura carta magna debía declarar la unión moral del Estado con la Iglesia Católica.
Al desencadenarse el conflicto entre el peronismo y el catolicismo en 1954, Llambías se posicionó como un crítico del gobierno que, hasta ese momento, había apoyado. De allí que fuese uno de los tantos argentinos que celebró el derrocamiento de Perón en 1955.
Opositor a la deriva liberal que había tomado la Revolución Libertadora, se unió a la Unión Federal, un partido político en el que confluían algunos nacionalistas católicos con un grupo de demócratas cristianos. Los conflictos internos en esa agrupación lo empujaron a dejarla y a incorporarse al Ateneo de la República, un think tank que ejercería cierta influencia sobre el presidente Juan Carlos Onganía.
A fines de la década de 1950 Llambías se declaró a favor de habilitar la enseñanza confesional en el nivel universitario, cruzada que triunfaría y le permitiría convertirse en docente de la Universidad Católica Argentina.
Ya en su senectud su figura se eclipsaría de la escena pública y se agrandaría en su cátedra, aunque algunos de sus textos aparecerían en publicaciones como Verbo, Universitas y Mikael.
Bibliografía
- Jacques Maritain ante el problema filosófico, estético y social (junto a M. Berraz y M. Amadeo). Buenos Aires: Voluntad, 1936.
- La dialéctica comunista y el concepto de la libertad. Buenos Aires: Gladium, 1938.