La expulsión de los judíos del Ecuador

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Tapa del diario

Introducción

Uno de los principales puntos de sostenimiento del Sistema, es la falsificación y el ocultamiento de la historia verdadera y de la realidad fáctica –nunca se debe olvidar que la historia la escriben los que vencen para su beneficio-. Con un sinnúmero de tretas y trucos que va desde la pseudo-filosofía a la pseudo-ciencia, se han impuesto mitos fundacionales y mantenedores del mayor régimen de tiranía que jamás en la historia haya existido y que hoy por hoy abarca la totalidad de la geografía terrestre, es decir "nuestro hermoso mundo", que hoy por hoy es (des)gobernado por las garras de la peor, más asquerosa y corrupta (contra)"élite" que se haya visto, bien se ha indicado lo que habría de ser nuestra época: "En el Kali Yuga los hombres no tendrán virtudes, ni pureza, ni pudor y conocerán grandes desgracias" (Vishnu Purana).

Y es así como nos situamos en el pequeño Ecuador, con una historia tan manipulada y tan falseada que muchas veces es hasta increíble entender lo que en verdad fue y no lo que nos lo pintaron; bien vale calificarla de "sui generis", o mejor aún de "anti-historia" –una grande y prolongada mentira- en palabras de Jorge Luna Yépes.

Uno de los episodios que forman parte de esta "historia oculta" es la expulsión de los judíos del Ecuador en 1938, por orden y mandato del ilustre Dictador Gral. Alberto Enríquez Gallo, a setenta años de este acontecimiento nos hemos propuesto develarlo.

Las Razones, contexto histórico:

El territorio actual del Ecuador tuvo la gracia de no poseer población local judía por muchos siglos –exceptuando las pocas y raras familias de origen "marrano" "sefardí" que se situaron en el sur del país a finales del siglo XVIII, y algunas de ellas en la Capital del Quito y su puerto principal, que por lo demás siempre estuvieron plenamente identificadas y controladas en su accionar, prácticamente hasta finales del Siglo XIX (no se olvide que la usura, el agio y la especulación y todas las actividades deletereas del orden; -actividades casi inherentes y exclusivas de los judíos y de los pueblos espiritualmente afines a ellos como los genoveses, los catalanes, los "lowlanders" escoseses, y hoy con el ejemplo paradigmático de los "yankees"-; estaban prohibidas por ley y sobre todo por sana tradición y que conllevaban duras penas a quienes las practicaban, recuérdese los casos siguientes; en el siglo XVIII el del judío apellidado Simons en época de la "Colonia" que fue juzgado por sus actividades especulativas y usurarias que mantenían en ciernes y malaventura al Reino de Quito y que fue condenado a muerte en la hoguera, pena que se cumplió en la plaza de Sto. Domingo en Quito; el de los banqueros de Guayaquil que fueron azotados en el malecón de esa ciudad por orden de Vicente Rocafuerte por practicar la usura; o las leyes y normas anti-usurarias decretadas y muchas veces aplicadas en la época de Gabriel García Moreno, de quién se dijo respecto de esto que "caía sobre los logreros (usureros) para hacerles restituir granjerías".

Y que "limpió de agiotistas (especuladores) las gradas de palacio y lanzó el rayo sobre la usura"; y aun entrado el siglo XX pudimos apreciar las ultimas sanas reacciones que se produjeron cuando competìa al sano orden moral de la nación, en agosto de 1925, el General Francisco Gómez de la Torre -lìder de la Rev. Juliana y parte de la dictadura surgida de esta- apresó a varios periodistas e "intelectuales" que habían estado a favor del depuesto presidente Andrés F. Córdova y del totalitarismo liberal-masónico, con el fin de ejemplarizar a la sociedad y a los pèsimos elementos que en ella actuaban, entre ellos el judío Adolfo Hauer-Simmonds, que fue acusado de ser "pervertidor" de la juventud por sus artìculos periodìsticos perniciosos y otras pràcticas dañinas; asì ,antes de internarlos en el panóptico de Quito a este y a sus acòlitos, los mismos fueron flagelados severamente y los imputados fueron exhibidos al público a manera de escarnio. Permanecieron presos por varios meses.

Pero al producirse la "Revolución" liberal en 1895, en el país empieza el proceso de abertura al voraz capitalismo, por lo mismo a la llegada de extranjeros de orígenes diversos como son los casos de muchos estadounidenses y entre ellos muchos judíos de origen "askenazí" del norte de Europa, así nos los confirma el libro "La Comunidad Judía en el Ecuador," de Ernesto Lehmann, indicando que uno de los primeros judíos que llegó al Ecuador fue Julio Rosenstock a principios del siglo pasado, traído por Eloy Alfaro para laborar en la construcción del ferrocarril del Estado. Juntamente con la plutocracia guayaquileña comenzaron a adueñarse del país y a ser los amos y señores de su hacienda llamada el Ecuador. Utilizando las mismas prácticas rapaces de la finanza internacional, como los préstamos ultra-usurarios al Estado –que gracias a la Rev. Juliana fueron no reconocidos y suprimidos, quedando el Estado exento de cualquier deuda con la banca de la época-, la fabricación de billetes sin respaldo alguno, el financiamiento de movimientos subversivos armados, etc. etc., todo con tal de lograr sus objetivos. Logrando de esta forma la destrucción del Orden y la sociedad Tradicional y abriendo el paso a la modernidad y a la salvaje "democracia".

Ante esto, las reacciones de la aún sana población que quedaba eran inevitables. La primera ante el problema judío fue la de la Revolución Juliana –dónde Enríquez Gallo tuvo participación activa-, sus jefes tanto militares como civiles tenían clara conciencia de esto (son casi proféticas las advertencias respecto de un futuro descalabro económico internacional que Luis N. Dillon, mentor de la Rev., allá por 1920 indicaba, que produciría la "finanza judía internacional" como él la llamaba, y que se hizo realidad en la gran crisis de 1929) y lo expresaban rotundamente en términos tan duros como estos: "Allá no muy lejos a través de la niebla veo venir una tromba escarlata. Se agita, crece, zumba, amenazante como un látigo de fuego. Y una voz que me hace figurar lo que resonó cierto día en el templo de Jerusalén, oigo que repite el memorable grito de entonces ‘¡fuera judíos!’… Enemigos de la República, por vuestra culpa las inspiraciones del liberalismo han bastardeado de su pureza y no han arraigado nunca en nuestro suelo, por vuestra culpa conspira aun sanguinaria la demagogia…

En ese casi secular imperio sombrío habéis amasado con sangre nacional vuestros caudales. Las sombras largas y profundas, fueron propicias a vuestros mezquinos intereses. ¡Criminales judíos de mi Patria! Vosotros sois los responsables de la ineficacia gubernativa, de los ignomiosos pactos internacionales, del abandono y desmembramiento territorial… vosotros, si, vosotros, chacales más que chacales y hienas, porque ni la hiena, ni el chacal devoran a su propia madre, únicamente vosotros, gobernantes y banqueros ladrones, viejos y apergaminados comisarios de banco, también ladrones, cómplices, paniaguados, defensores de ladrones… ¡Estultos!, ¡La codicia os ciega! ¿No alcanzáis a ver que vuestra misma ambición os está cavando anticipadamente una trágica tumba?" –fin de la cita, extraída de la proclama "La verdadera situación nacional", dirigida al Dr. Isidro Ayora por un participante de la Rev. Juliana a manera de "felicitación" y consejo al poco tiempo de asumir la Dictadura de mano de los miembros de la junta de gobierno producto de la Rev., fechada el 25 de abril de 1926, y publicada en primera plana completa en el diario "El Comercio" de Quito del 14 de Mayo de 1926. Nº7444. Mas, a pesar de esto, no se tomó ninguna postura activa o limitante en contra de los judíos que hacían daño al país y que estaban incrustados sobre todo en las capas altas de la sociedad económica.

Después del proceso "desjulianizador" que se vivió de 1929 en adelante. La siguiente reacción frente al problema vino por parte de la Derecha Tradicional, encabezada por Neptalí Bonifaz –que tuvo participación activa en la Rev. Juliana, siendo ideólogo, fundador, y el primer presidente del Banco Central de Ecuador a pedido de los julianos, contra los bancos privados que habían llevado a la enorme crisis de entonces, y que era visto como la "reacción conservadora y ultramontana" que reimpondría la "tiranía" por ser este un "nuevo García Moreno"- y que, ofreció para cuando asumiera el poder que "acabaría con la usura y la especulación bancaria", por tanto afectando directamente los intereses del "pueblo elegido" o sus colaboradores en el país, es así que por esta razón entre algunas otras más de peso metafísico, que la judeo-masonería decide su descalificación a la presidencia del Ecuador, produciendo la heroica resistencia de Bonifaz y sus seguidores en la Guerra de los cuatro días en Quito, en el mes de Agosto y Septiembre de 1932; entre los compactados bonifacistas, las tropas leales a la causa nacional el pueblo de Quito y las tropas militares al servicio de las fuerzas ocultas, produciendo una mortandad muy grande, nunca antes vista en el Ecuador –casi 4000 muertos en 4 días, en una ciudad de poco más de 100,000 habitantes- dónde se demostró que la lucha contra estos no sería cosa fácil. Siendo trágicamente derrotada la causa nacional personificada por Bonifaz.

Nuevamente se instauran regímenes ficticios y "democráticos", que no solo que permite el nefasto accionar de los judíos en las finanzas y en ya en otros campos como la industria y el arte, sino que además se empieza a desarrollar un plan de colonización del oriente ecuatoriano con migrantes extranjeros, de origen europeo, pero que lamentablemente tomaba en cuenta y sobre todo a los de origen judío que según las leyes migratorias de la época deberían exclusivamente dedicarse a actividades agrícolas, pero que ni bien llegaban al país no solo que no se dedicaban a la agricultura, sino que incluso llegaban a vender las parcelas otorgadas por le gobierno sin ser dueños de las mismas, para de esa forma instalarse en las ciudades y desarrollar actividades propias de su origen como el comercio, los negocios de "diversión" y anexos. Ubicándose así en todos las capas económicas posibles y empezando a hacer reaccionar a la gente común y silvestre frente a ellos. Así nos detalla una nota periodística el aspecto de Quito en esa época, en la década de 1930: "De pronto, Quito se ha convertido en una capital judía. Ya le calificó un periodista yanqui, de esos que están recorriendo el Continente buscando pecadores contra la democracia. De pronto, Quito, Capital judía, se ha convertido en la ciudad que lleva la vida más cara del mundo. No ha progresado gran cosa, pero la vida es cara hasta el máximo que imaginarse pueda. Antes de que los judíos vinieran a Quito la vida era barata. Y de esto no hace mucho. Antes de que vinieran los judíos, era nuestra época dorada. Había pobreza, pero no miseria. Alguien se alargaba un poco en los precios, pero no abusaba. Entonces, la especulación no era conocida… Con los judíos vinieron al Ecuador las plagas de Egipto. Los judíos han venido a comerciar y a poner los precios más elevados de las cosas" –Manuel C. del Prado-. La situación fue tan delicada y alarmante, que hasta las capas más bajas de la sociedad reaccionaron ante esto, señala el Almanaque Judío de esos años, que hasta hubo varios intentos de "progroms" –exterminio de judíos por las masas- en Quito y Guayaquil, que fueron controlados por la policía; otra nota informativa en la prensa indicaba lo siguiente de cómo se encontraba el contexto de la época "…hace pocos días las verduleras hicieron un "miting", recorrieron las calles y defendiendo su puestos de trabajo, gritaron: "abajo los judíos". No nos oponemos a una modernización de los servicios públicos, pero el Consejo Municipal no debe creer que los judíos son el instrumento apropiado para algún mejora… el Consejo Municipal no debe ser quien arroje a la desocupación al ecuatoriano para dar ese trabajo al extranjero… Estados Unidos está haciendo un gran daño a los pueblos de América. Estado Unidos presiona sobre estos débiles países para que reciban a los ‘judíos sin dinero’. Los judíos adinerados, esos son llamados por los Estados Unidos. Pero los judíos sin dinero, es decir, los judíos ávidos en fortuna, los desesperados, están siendo lanzados hasta estos países… La realidad de estos pueblos, especialmente del nuestro, es la siguiente: el gamonal explota al indio y el judío explota al gamonal. O sea que la vitalidad popular, la vitalidad nacional, es succionada por estos hombres que traicionan a todas las patrias por donde han pasado". Fin de cita.

Como se puede apreciar, los ánimos contra el "pueblo elegido" estaban más que caldeados cada vez más entre la gente común y hasta en la misma prensa.

La decisión

Todo esto se mantuvo bajo una línea de alta tensión que en cualquier momento podría hcer estallar una "bomba" social; hasta cuando en 1937 asume el poder el Gral. Alberto Enríquez Gallo. Su gobierno de carácter netamente nacional y revolucionario, toma varias medidas patrióticas y contundentes, frente a los enemigos de la nación como la Banca, las Compañías Internacionales de Minería y Petróleos como la Royal Dutch, la Roosevelt Inc. Etc. Y para bien del país y de los mismos judíos que se encontraban en situación muy comprometida y hasta con alto riesgo de sus vidas, decide su expulsión el dieciocho ( 18 ) de enero de 1938, ordenando la misma por "la necesidad de garantizar a todos los ecuatorianos y extranjeros (honorables)… el fácil desarrollo de sus actividades", de todo el territorio nacional para evitar que "extranjeros indeseables negocien esquivando las normas legales con grave detrimento para el desenvolvimiento nacional", concediéndoles el plazo de 30 días para dejar el país a "todos los extranjeros de origen judío", (ver el texto del decreto más adelnate). Con el beneplácito de la población en general. Una decisión trascendental y patriótica al igual que la de García Moreno, quién había ya decretado y ejecutado la expulsión de los masones del Ecuador 70 años antes.

Los diarios los días siguientes a la expedición del decreto titulaban "El Jefe Supremo decretó ayer la expulsión de los judíos" "…Saldrán del país en el plazo de 30 días, contando desde la fecha del decreto.", se lee en "El Telégrafo" de Guayaquil, Miércoles 19 de enero de 1938, en primera plana; "Serán expulsados del país los judíos que no se dediquen a la agricultura" "El Jefe Supremo expidió en Guayaquil un decreto dando plazo de 30 días a semitas que no cumplen con la ley", en "El Comercio" de Quito, Miércoles 19 de enero de 1938, primera plana, este mismo diario señala en su artículo del mencionado día que "Amparados por las facilidades que se han dado para el ingreso al país de extranjeros que han manifestado su deseo de dedicarse a labores agrícolas, han llegado al Ecuador en los últimos tiempos centenares de judíos, la mayoría de ellos originarios de los países de la Europa Central, los mismo que, una vez dentro del país, han emprendido en actividades comerciales hasta llegar a constituir una grave competencia a los nacionales". El 21 de enero señala en primera plana que la medida "ha causado sensacional expectativa en el público" y el 22 del mismo mes el propio "El Comercio", señala, también en página frontal, que "Ampliase el decreto sobre expulsión de extranjeros" y que "hablamos hoy con el Jefe Supremo, quien nos dice que durante su estadía en Salinas amplió dicho decreto en el sentido de obligar a los judíos no solo a dedicarse a la agricultura e industrias sino a aportar capitales con dicho fin, en caso de no cumplirse con esta obligación serán expulsados del país –también estos-".

La misma se lleva acabo, mas al poco tiempo –y probablemente debido a esta y otras medidas nacionales y revolucionarias- Enríquez es depuesto del poder. Siendo derogadas todas sus órdenes, incluyendo la expulsión y hasta se le retira el grado de General, entre otras muchas acusaciones y persecuciones judiciales y legislativas. Los judíos así volverían al país a partir de 1940, con el auspicio de Alberto Arroyo del Río, presidente masón liberal-radical de la época.

Pero a pesar de esto el Gral. Enríquez Gallo con este y otros actos de heroísmo patriótico, ha pasado a la inmortalidad de la historia honrando a su Nación para siempre.

Que sirva esto para los hombres que aún esperan tener conciencia; para preparar los nuevos caminos del mundo, que sea este ejemplo histórico como el retoño vivificado que superará al mundo enfermo,, en trances de aniquilamiento, por la descomposición interna y por la presión del siempre "pueblo elegido" y sus acólitos.

El nuevo día de la Patria y del Mundo, quiéralo Dios, se acerque.

Decreto de expulsión de los judíos del Ecuador (1938)

General. G. Alberto Enríquez,

Jefe Supremo de la República,

Considerando:

La necesidad de garantizar a todos los ecuatorianos y extranjeros que se dedican a la agricultura y a la industria; el fácil desarrollo de sus laboriosas actividades y evitar que extranjeros indeseables negocien esquivando las normas legales con grave detrimento para el desenvolvimiento nacional;

Decreta:

Art. Único.- A contarse de la presente fecha concédese el plazo de treinta días para que todos los extranjeros de origen judío residentes en el país que no se dediquen a la agricultura o a la industria en forma ventajosa para la Nación, abandonen el territorio ecuatoriano.

Encárguese de la ejecución del presente decreto el señor Ministro de Gobierno y Policía.

Dado, en Guayaquil, a diez y ocho de enero de mil novecientos treinta y ocho. En el Palacio de IV Zona Militar.

(f.) G. Alberto Enríquez. General.

Apéndice

A continuación transcribimos un artículo de prensa del año 1940, apenas dos años después de la expulsión de los judíos, que en ese momento ya se encontraban volviendo al país con el amparo del gobierno liberal-masónico traidor de Carlos Alberto Arroyo del Río, para poder entender la profundidad y gravedad del asunto que se volvía a presentar en el país y que lamentablemente nunca más se volvería a tomar ninguna medida respecto de este.

Problemas de Inmigración y Colonización.

(Aparecido en Intereses Comerciales, Quito, 11 de septiembre de 1940)

Para resolver cualquier problema de inmigración, es indispensable darse cuenta que en nuestro país existen dos clases de inmigrantes, completamente distintas entre sí, por su manera de adaptarse al ambiente nacional.

Estas dos clases de inmigrantes pueden llamarse: inmigrantes voluntarios e inmigrantes a la fuerza.

I- Inmigrantes Voluntarios.

Los viejos inmigrantes, llegados al Ecuador, ajeno de desarrollo y sucesos bélicos y guerreros del Viejo Continente, y que viven ya largos años entre nosotros; inmigrantes que en su mayor parte han contraído matrimonio con mujeres ecuatorianas y cuyos hijos se sienten orgullosos de ser nativos de nuestra tierra: ecuatorianos, una veces por nacimiento y otras por sangre y suelo, son todos ellos hombres de fuerte y grande trabajo que vinieron a estas latitudes por voluntad propia, por elección libre, y que llegando acá se radicaron porque amaron su suelo, a sus habitantes y sintiéndose muy de nosotros quedáronse para siempre. ¿Quién no conoce a estos GRINGOS, que han labrado los cariños y hondas y sinceras amistades entre ecuatorianos y que jamás han dado qué hacer a las autoridades, a la Policía, ni a las oficinas de Inmigración y Control?

Ansiosos de forjarse un porvenir han trabajado rudamente durante años y años, dando una muestra inequívoca de amor a nuestra tierra, ha comprado propiedades, han construido casas han labrado sus hogares y la fortuna que han amasado ha sido repartida entre sus hijos ecuatorianos ya. Oficios, industrias, profesiones, artes, comercio y agricultura fueron para estos honrados inmigrantes la manera de ejercitar sus actividades. Jamás se les sorprendió en un contrabando en un negocio dudoso o temerario, Siempre demostraron ser el espejo de buenas costumbres, de acrisolada honradez, de trabajo limpio y tenaz.

Son pocos, pero gloriosamente buenos, muy buenos y muy dignos, por esto el Ecuador les abrió sus brazos, les dio calurosa bienvenida y ellos en cambio, dieron el aporte de su sangre, de su trabajo, de sus costumbres, constituyendo los factores más valiosos del desarrollo y formación de la riqueza nacional.

Estos gratísimos inmigrantes han constituido y constituyen, no las quintas, sino las PRIMERAS COLUMNAS de nuestra riqueza y de los hogares ejemplares en este país !!! Nuestros cementerios presentan lápidas con inscripciones, en las cuales los apellidos extranjeros no son raros. En su cariño por el Ecuador, la muerte les sorprendió y ellos gustosos rindieron tributo tan solemne y mezclaron el polvo de sus despojos con el de los nuestros.

Sus hijos hallaron un motivo sagrado para amar más a la tierra adoptiva y, muchos hubieron que hasta olvidaron el idioma nativo. En nuestros bares, hoteles y viviendas, solo se expresaron en ESPAÑOL. Nunca les importó chapurrear nuestro idioma, convinieron con nosotros que hablar en lengua extraña delante de quienes la ignoran, por lo menos no es correcto. Y su corrección se extendió a todos los actos de sus vidas públicas y privadas.

Fueron una ayuda para el país y siguen siéndolo, mas no una carga, ni una rémora. Los obreros nacionales que trabajaron con estos inmigrantes, jamás tuvieron líos, y los menores jornales fueron voluntariamente pagados por estos cooperadores de la riqueza nacional.

Los ecuatorianos descendientes de alemanes, franceses, vegas, ingleses, holandeses, italianos, etc., manifiestan acendrando amor por esta tierra y un bello ejemplar racial.

No olvidemos que todos somos hijos de los inmigrantes españoles… inmigrantes que supieron hacer muy suyas, las condiciones peculiares de los países que conquistaban con el PODER DE SU FUERZA.

II- Inmigrantes a la fuerza.

Violentados, forzados por circunstancias capitales, una gran ola de inmigrantes se han visto obligados a hacer alto en nuestras playas y costas y reponerse de las durezas de la persecución implacable, de la cual son víctimas por sus odios, sus testarudeces y sus infinitas ambiciones, que no reposan jamás, que no se limitan nunca!!!

Acusados de haber desatado tormentas y desastres son lanzados como bólidos desde la Vieja Europa, hasta la pacífica y hospitalaria América. Sus puertas e han abierto también, y sus campos esperan la albor de sus sagaces manos, que sepan hurgar entre sus ubérrimos vientres la riqueza con la cual pudieran ser felices, si sus odios no les impidiera. Acosados en Europa son incapaces de comprender que nuestros viejos GRINGOS, son pacíficos, refractarios de molestar, ni molestarse, que no son espías, ni quintas columnas, que siempre fueron y son nuestros mejores, más leales y sinceros amigos; nada más.

Y estos inmigrantes que ni siquiera supieron nada del Ecuador, lo primero en que quieren intervenir es en POLITICA, hablando y escribiendo, sembrando discordias, recelos, suspicacias y odios entre los viejos inmigrantes y los pacíficos y hospitalarios ecuatorianos.

Parece que no quieren entendernos, que se obstinan en no preocuparse por la suerte del país, que cariñoso y compasivo los acogiera.

Se aíslan, hablan solo su idioma, conviven solo entre ellos y se sienten aves de paso, en un país considerado, apenas, como un mal hotel hallado a la vera del camino de su éxodo. El Ecuador, noble y digno, jamás puede hacer daño a sus huéspedes, pero si se halla en el deber de estudiar el problema inmigratorio creado por los inmigrantes, que hoy forman ya el conglomerado nacional.

Sería muy bello ver a los nuevos huéspedes, dedicados al trabajo honrado y noble, a las industrias, a la agricultura, pero sin inmiscuirse en los asuntos de nuestra política, de nuestro porvenir, de nuestra conciencia muy ecuatoriana.

Traten primero de convivir con nosotros, antes que contaminar a suelos inofensivos y felices las desgracias de su raza, los dolores de su persecución, las angustias de sus odios.

Déjennos en paz y ellos vivan también en plena paz, en medio de nuestro cariño, de nuestro respeto y no despierten recelos, indiferencias y enemistades, que pronto pueden convertirse en odios gigantescos y persecutorios –otra vez-, como allá en la flagelada Europa.

Su falta de tino, obliga a legislar en forma especial y crear dificultades, con la cuales nunca se toparon inmigrantes voluntarios.

En el Ecuador no hay más quintas columnas, que las nacidas en la fantasía, recelo y aversión de los nuevos inmigrantes; por lo tanto, dedíquense a trabajar, labrar una sólida riqueza y a conquistar el afecto ecuatoriano, con el cual sellarán para siempre su pacto de paz, felicidad y franqueza, de hogar, familia y nacionalidad. Así habrán borrado, y para siempre, el estigma que sirviera de causa de su persecución y odio.

Fuentes

  • "El Comercio" de Quito del 14 de mayo de 1926. Nº7444.
  • "El Telégrafo" de Guayaquil, miércoles 19 de enero de 1938.
  • "El Comercio" de Quito, miércoles 19 de enero de 1938.
  • "El Comercio" de Quito, del 21 y 22 de enero de 1938.
  • "Intereses Comerciales", Quito, de junio, julio, agosto y septiembre de 1940.
  • "Odio y Sangre" "La Batalla de los cuatro días"; de Julio C. Troncoso. Quito, 1958, Editorial "Fray Jodoco Ricke".
  • "Vida y obra del señor general Alberto Enríquez Gallo", de Héctor Coral Patiño, Quito, 1988, Editorial del Banco Central del Ecuador.
  • "Registro Oficial". Órgano del Gobierno del Ecuador, de octubre de 1937 a agosto de 1938.

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