Pilar Primo de Rivera

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Pilar Primo de Rivera

María del Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia (Madrid, 4 de noviembre de 1907-Madrid, 17 de marzo de 1991). fue una política española de ideología falangista, que tuvo un importante papel durante el franquismo. Fundadora y Jefa Nacional de la Sección Femenina de Falange, fue la hermana de José Antonio Primo de Rivera, fundador y líder de la Falange, siendo por tanto hija del dictador Miguel Primo de Rivera.

Desde 1960 ostentó el título nobiliario de I condesa del Castillo de la Mota.

Biografía

Familia y primeros años

María del Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia nació en Madrid el 4 de noviembre de 1907, era hija de Miguel Primo de Rivera y Casilda Sáenz de Heredia. Su padre era un oficial del ejército y su madre falleció cuando Pilar era muy pequeña, tras el nacimiento de su hermano Fernando. El padre, que entonces era teniente coronel, quedó viudo y a cargo de seis hijos, aunque debido a su carrera militar solía estar ausente del hogar familiar.​ Así, durante su infancia, Pilar creció en un ambiente castrense, profundamente conservador, autoritario y religioso, en el que reinaba el predominio masculino.​ Miguel Primo de Rivera continuó con su carrera y ascendería en el escalafón, ostentando importantes cargos. En 1923 encabezó un golpe de Estado que le llevó a hacerse con el poder e instaurar un régimen dictatorial que duró hasta 1930, cuando dimitió y se exilió en la ciudad de París, Francia. Durante el resto de su vida, Pilar Primo de Rivera mantuvo siempre una fuerte admiración y reverencia por su padre.

Tuvo una hermana gemela, llamada Ángela, que falleció a los cinco años de edad en 1912, tras contraer el sarampión.​ Su otra hermana, María del Carmen, siempre se mantuvo alejada de la política y de la vida pública.​ Caso muy distinto del de sus otros hermanos, especialmente José Antonio y Miguel. El primero fundó en octubre de 1933 un partido de corte fascista, Falange Española. Pilar asistió al mitin fundacional del partido junto a Carmen y poco después ambas solicitaron su ingreso a Falange, aunque paradójicamente José Antonio rechazó aceptarlas en un principio.

Posteriormente, José Antonio aceptó a su hermana en el partido, aunque en un principio fuese a través del Sindicato Español Universitario (SEU). El 12 de julio de 1934 se organizó de forma oficiosa la Sección Femenina de Falange, compuesta inicialmente por siete miembros.​ Desde el primer momento, Pilar se puso a la tarea de organizar la nueva sección del partido. Para julio de 1936 la organización ya tenía unas 2.500 militantes,​ y se extendía por todo el país.

Guerra Civil

Tras el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936, Pilar Primo de Rivera logró salir de Madrid y establecerse en Salamanca, desde donde siguió organizando la Sección Femenina que actuaba en la zona nacional. En pocos meses, el número de altas creció considerablemente hasta alcanzar alrededor de 60.000 nuevas afiliadas, convirtiéndose en una de las principales organizaciones femeninas de España. Esto le confirió un inmenso poder, aunque la creación en diciembre de 1936 del Auxilio Social por Mercedes Sanz-Bachiller la llevó a entrar en una agria disputa con esta última por la competencia que esta organización suponía para la Sección Femenina.​ Con el tiempo, Pilar Primo de Rivera consiguió que el Auxilio Social fuera absorbido y convertido en una mera rama de la Sección Femenina. Sanz-Bachiller, viuda de Onésimo Redondo, contrajo matrimonio en segundas nupcias con Javier Martínez de Bedoya, lo que a la larga sirvió como excusa para su caída en desgracia.

Con José Antonio Primo de Rivera preso en zona roja, la Falange se vio privada de una jefatura efectiva. En septiembre, Manuel Hedilla fue elegido jefe provisional de la Junta de Mando de Falange, aunque no contaba con el apoyo unánime de todos los cuadros falangistas. En el seno del partido, Pilar Primo de Rivera formó parte del sector de los llamados «legitimistas», junto a otros como Agustín Aznar, Sancho Dávila o Rafael Garcerán. Este sector se consideraba heredero del legado de José Antonio y era contrario a Hedilla.

En la primavera de 1937 se puso de manifiesto en la zona nacional la necesidad de que las distintas fuerzas políticas se unificaran con objeto de que esto contribuyese eficazmente a los esfuerzos bélicos. Desde el otoño de 1936 el general Francisco Franco, que había sido elegido «Caudillo» y jefe de las fuerzas militares de la España Nacional, era uno de los principales interesados en alcanzar una unificación de las distintas facciones políticas —falangistas, carlistas, monárquicos alfonsinos, católicos y conservadores de la CEDA y Renovación Española— que seguían actuando de forma autónoma. No era este el caso de Manuel Hedilla, ni tampoco de otros muchos falangistas «camisas viejas» que se oponían vehementemente a que la Falange original desapareciera. En aquella época la hermana del fundador, Pilar, no estaba en Salamanca, ya que se encontraba realizando varias visitas de inspección en Galicia y León.​ En un principio, ella también se oponía a una posible unificación de la Falange con otras fuerzas políticas.​ Cuando el 19 de abril fue promulgado el Decreto de Unificación, Hedilla se opuso frontalmente al mismo. En este contexto, Pilar Primo de Rivera se mostró contraria al decreto y aconsejó a Hedilla que resistiera. Franco reaccionó drásticamente y arrestó a todos aquellos que mostraron resistencia al decreto, incluido a Hedilla. En vista de lo ocurrido, Pilar Primo de Rivera y sus seguidores abandonaron cualquier resistencia a la unificación.​ Primo de Rivera no fue detenida y su vivienda se convirtió en un lugar habitual de tertulias donde los «camisas viejas» de Salamanca —que para entonces era la capital de facto de la España Nacional— se reunían.​ De la unión entre falangistas y carlistas salió un nuevo partido: Falange Española Tradicionalista y de las JONS.

El 30 de abril de 1937, poco después de promulgarse el Decreto de Unificación, Primo de Rivera fue nombrada por el Generalísimo Franco como Delegada Nacional de la Sección Femenina. El 11 de mayo sería confirmada en su cargo.​ Unos meses después, una circular interna de FET y de las JONS firmada por el capitán Ladislao López Bassa le entregaba el monopolio del encuadramiento de las mujeres en la zona controlada por los nacionales. En el seno de la nueva Falange, Primo de Rivera pertenecía al grupo de los «camisas viejas» junto a otras destacadas figuras como Raimundo Fernández-Cuesta, Manuel Valdés Larrañaga o José Antonio Girón de Velasco. También formó parte del Consejo Nacional de FET y de las JONS, siendo una de las pocas mujeres que formaban parte de este órgano —junto a Mercedes Sanz Bachiller y María Rosa Urraca Pastor—. En 1938 le fue concedida la Gran Cruz de la Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas.

En el transcurso de la contienda, mantuvo diversos encuentros con Adolf Hitler, Benito Mussolini y António de Oliveira Salazar.

Carrera política

A diferencia de José Antonio y Fernando, que murieron durante la guerra, Pilar Primo de Rivera sobrevivió al conflicto igual que sus otros hermanos Carmen y Miguel. Tras el final de la contienda, continuó aumentando su parcela de poder: en mayo de 1939 un decreto desmanteló la Delegación de Frentes y Hospitales, formada en su mayoría por militantes carlistas y dirigida por la tradicionalista María Rosa Urraca. Poco después logró que el recién creado Servicio Social pasara a depender de la Sección Femenina —imponiéndose así a Mercedes Sanz-Bachiller—​ y en enero de 1945 consiguió que el Frente de Juventudes prescindiera de su rama femenina y que esta se integrara en la Sección Femenina como una rama juvenil de la organización.

Sin embargo, a pesar de todos estos poderes, en el seno del nuevo régimen el poder principal estaba detentado por Franco. Si las disputas políticas habían quedado soterradas tras el Decreto de Unificación, el final de la guerra reabrió ese conflicto. En la primavera de 1941 los hermanos Pilar y Miguel Primo de Rivera escribieron una carta al Caudillo en la que protestaban por la situación política existente, ya que a su juicio la Falange no tenía el poder que merecía tener. Ambos llegaron a amenazar con presentar la dimisión de sus puestos si no se resolvía este agravio, entregando el poder a «falangistas de verdad».​ Franco, sin embargo, no hizo nada en este sentido; muy al contrario, nombró al militar Valentín Galarza —conocido por ser un furibundo antifalangista— como nuevo ministro de la Gobernación. La llamada «Crisis de mayo de 1941», que siguió a su nombramiento, provocó una oleada de ceses y dimisiones tanto en la administración del Estado como en la estructura del partido. La propia Primo de Rivera llegó a anunciar que abandonaría la jefatura de la Sección Femenina,​ aunque finalmente cambió de opinión y esto no se produjo. En contraposición con su amenaza de abandonar su puesto, se mantuvo en el mismo y siguió jugando un señalado papel en el régimen franquista. De hecho, algunos autores han apuntado que fue la jefa de la Sección Femenina la que en 1941 recomendó a un conocido suyo, José Luis Arrese, para ocupar la Secretaría general del partido único, vacante desde hacía más de un año.

Nunca llegó a contraer matrimonio, dedicando su vida a la Falange y a la memoria de su hermano José Antonio. El escritor falangista e introductor del fascismo en España, Ernesto Giménez Caballero, llegó a concebir la estrafalaria idea de un matrimonio entre ella y el Führer, Adolf Hitler, pero dicho plan nunca llegó a dar frutos.

Relación con la Alemania nacionalsocialista

Primo de Rivera realizó varios viajes a la Alemania nacionalsocialista, de la cual era una ardiente admiradora. En abril de 1938 hizo un primer viaje al «Reich», donde visitó Berlín, la capital germana. También visitó la cancillería imperial y mantuvo una entrevista con Adolf Hitler que fue muy comentada y celebrada por la prensa franquista.

Ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, viajó de nuevo a Berlín en 1941 para participar en el «Congreso Femenino»; ahí se encontró con las líderes de las secciones femeninas de otros movimientos fascistas europeos —además de Japón—. Con el tiempo, Pilar Primo de Rivera acabó convirtiéndose en una especie de «embajadora» de la Alemania nacionalsocialista en la España franquista, aunque también mantuvo contactos con la Italia fascista. En correspondencia, posteriormente recibió en España a varias delegaciones de las Juventudes Hitlerianas.​

En agosto de 1943 volvió a visitar Alemania, acompañada de sus más estrechas colaboradoras —Clara Stauffer y María García Ontiveros—, realizando una gira que la llevó por las ciudades de Berlín, Múnich, Salzburgo, Viena y Stuttgart.​ Fue recibida por las autoridades en el Aeropuerto de Tempelhof. En su primera etapa en Berlín hizo una parada de cinco días para encontrarse con importantes líderes nacionalsocialistasJoseph Goebbels, Jutta Rüdiger, Arthur Axmann, Gertrud Scholtz-Klink y Wilhelm Faupel— y visitó el hospital berlinés donde convalecían los heridos de la División Azul. En Múnich estuvo en la sede del NSDAP —la célebre Braunes Haus (Casa Parda)— y en Salzburgo visitó la universidad para entrevistarse con los estudiantes españoles de la misma, regresando a España tras pasar por Stuttgart.

Firme partidaria de la Alemania nacionalsocialista, cuando en octubre de 1943 el régimen franquista decidió retirar del frente a la División Azul, Primo de Rivera se mostró contraria a esta medida y llegó a comentar —con razón— que ello constituía una «traición a Alemania y a la Falange». Unas semanas antes, cuando el ministro-secretario general de FET y de las JONSJosé Luis Arrese— declaró que España «no era una nación totalitaria», también se mostró muy disgustada ante aquellas palabras.

Papel durante el Franquismo

Durante la España de Franco, a pesar de su oposición inicial al Decreto de Unificación, Pilar Primo de Rivera nunca cuestionó el poder del Generalísimo ni la deriva conservadora que adoptó FET y de las JONS —totalmente alejada de los principios originales joseantonianos—. El ministro-secretario general de FET y de las JONS, José Luis Arrese, emprendió una purga interna dentro del partido a partir de noviembre de 1941, con el objetivo de expulsar a los elementos más «incontrolados» o «revolucionarios»: en los siguientes cuatro años fueron expulsados alrededor de 4000 militantes, lo que contribuyó a «domesticar» la Falange. Al igual que ocurrió con otros antiguos «camisas viejas», la hermana del fundador nunca criticó la «traición» que suponía al proyecto original de José Antonio Primo de Rivera y en cambio mantuvo una próspera carrera durante los años del franquismo.

Pilar Primo de Rivera se mantuvo como jefa de la Sección Femenina (SF) durante todo el período que duró el régimen, desde el final de la Cruzada de Liberación hasta la muerte del Caudillo.​ También fue Consejera Nacional del Movimiento y Procuradora en Cortes desde el 16 de marzo de 1943 hasta el 30 de junio de 1977.

Además de sus intervenciones en política, desarrolló un interesante trabajo de compilación de varias formas del folclore español, especialmente en lo referido a música y danzas regionales. En 1960 le fue concedido el título de I condesa del Castillo de la Mota; esta concesión pareció constituir más un reconocimiento a los servicios prestados, en un contexto en que su poder e influencia políticas habían decrecido considerablemente. En los últimos años del franquismo tuvo un papel marginal. Un año tras la muerte de Franco, el 18 de noviembre de 1976 tuvo lugar la votación sobre la Ley para la Reforma Política que derogaba los Principios Fundamentales del Movimiento; a diferencia de lo que hicieron los «camisas viejas» y franquistas veteranos —como Raimundo Fernández-Cuesta—, Pilar Primo de Rivera no votó en contra y simplemente se abstuvo.

Preconizó que la familia y los niños constituían el único objetivo a conseguir en la vida para las mujeres, llegando a declarar en febrero de 1943 que «las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles».

En la primavera de 1977 un decreto ley del gobierno de Adolfo Suárez la cesó como Delegada Nacional de la Sección Femenina. El gobierno le comunicó su cese con una notificación que incluía un sencillo «Gracias, Pilar».​ Unos meses más tarde, en noviembre de 1977, las veteranas de la Sección Femenina constituyeron una asociación de antiguas militantes: «Nueva Andadura». Primo de Rivera fue elegida presidenta de honor, cargo honorífico que mantuvo hasta su fallecimiento.

Retirada de la vida pública, publicó sus memorias en 1983. Falleció el 17 de marzo de 1991 en Madrid.

Sección femenina

La vida de Pilar Primo de Rivera, no puede llegar a comprenderse sin la que fuera su gran creación: La Sección Femenina, que nació en el seno del SEU y se creó en principio para ocuparse humana y económicamente de los presos, de sus familias y de los caídos con los que la "democrática" Segunda República obsequiaba a los primeros falangistas.

Sufrieron por ello todo tipo de vejaciones y riesgos, muchas de ellas pagaron con su propia vida y la misma Pilar estuvo amenazada de muerte por el semanario del Partido Comunista de España,Mundo Obrero, lugar desde el que no se amenazaba sin consecuencias.

Durante la Cruzada por medio del «Auxilio de Invierno» primero, y del «Auxilio Azul» y después, continuaron su labor y salvaron infinidad de vidas buscando refugios y embajadas en las que esconder a los amenazados por el Frente Popular. Por iniciativa de Mercedes Sanz-Bachiller, viuda de Onésimo Redondo, se creó el «Auxilio Social» y por último el «Servicio Social», mediante el cual las mujeres realizaban servicios en hospitales, guarderías, comedores, etc.

La verdadera labor de transformación social de la mujer en España la pudo realizar la Sección Femenina una vez acabada la Cruzada de Liberación. El Generalísimo Francisco Franco, tras rehabilitar el Castillo de la Mota, se lo entregó para que fuera sede de la Escuela de Mandos. En el Castillo se formaron los cuadros encargados de dirigir la Revolución Social que se avecinaba y en el que por cierto, hoy no queda ningún vestigio del paso de la Sección Femenina.

Cátedras ambulantes, Granjas-Escuela, Guarderías, Hospitales, Becas a mujeres en España y en Hispanoamérica a través de los «Círculos Medina», Asistentes Sociales, Divulgadoras Rurales Sanitario-Sociales, Colegios Menores, Escuelas de Formación Profesional, Educación Especial, Bachillerato, Campañas de vacunaciones masivas y un sin fin de proyectos encaminados todos ellos a paliar la situación de la guerra y el histórico retraso que sufría nuestra Patria, forman parte de la aportación y legado de aquellas ejemplares mujeres. Los Coros y Danzas sirvieron para educar en la cultura musical e histórica de España.

A través de leyes, decretos y órdenes, consiguieron ir eliminando la histórica discriminación sufrida por la mujer. Lograron el principio de igualdad de retribuciones, igualdad jurídica en la contratación y ejercicio de todos los derechos laborales y sindicales, la abrogación de excepciones discriminatorias, como la que negaba a la mujer la posibilidad de ser juez y fiscal, entre otras muchas. Tuvieron participación en los sindicatos a través de más de 20.000 enlaces sindicales, Procuradores, Consejeros Nacionales, Diputados y Consejeros Provinciales e incluso llegaron a alcanzar Alcaldías. Representaron a la mujer española en 25 organismos internacionales, entre ellos la UNESCO y la ONU.

Lograron con la semilla de la poesía mística de José Antonio, germinar y ver triunfar una Revolución Social sin precedentes en la Historia de España.

Predicaron con el ejemplo, con su ascetismo y entrega total. Muchos españoles les deben sus derechos, su cultura y hasta la misma vida. Fueron la columna vertebral de la Reconstrucción Nacional.

Pilar Primo de Rivera se paseó por palacios, congresos, ayuntamientos y aldeas; se movió entre Obispos, Generales, Ministros, Diputados, empresarios, escritores, trabajadores y campesinos, y todo lo hizo, con la misma naturalidad y sencillez.

Condecoraciones

Le fue concedido el título de I condesa del Castillo de la Mota y las siguientes condecoraciones: la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, el Gran Collar de la Orden de Cisneros y la Medalla del Mérito al Trabajo.

Bibliografía

Escribió sus memorias: Recuerdos de una vida, editadas por Dyrsa, Madrid-1983. También es importante Recuerdos de José Antonio, editado por Ediciones Barbarroja y Plataforma 2003, Madrid-2002. Igualmente están recopilados muchos de sus discursos e intervenciones en numerosas obras y opúsculos.

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