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El Alcázar de Toledo
El Alcázar de Toledo es una fortificación sobre rocas, ubicada en la parte más alta de la ciudad de Toledo, España, y que domina toda la ciudad.
Sumario
Historia
En el siglo III fue un palacio romano. Fue restaurado durante el mandato de Alfonso VI y Alfonso X y modificado en 1535, bajo el mandato de Carlos I de España, que encargó la dirección de las obras al arquitecto Alonso de Covarrubias. Este diseñó un edificio compacto y cerrado, organizado en torno a un patio rectangular con doble nivel de arcos sostenidos por columnas de aire muy clásico (corintias y compuestas). La sobria fachada dividida en tres pisos de vanos repetidos en torno a los cuales se concentra la decoración y un gigantesco escudo imperial sobre la puerta, reflejan el poder del constructor. A la muerte de Villalpando, las obras fueron dirigidas por Juan de Herrera. Impresiona su escalera, posteriormente engrandecida por Francisco de Villalpando. Fue residencia temporal de las reinas viudas Mariana de Austria (viuda de Felipe IV) y Mariana de Neoburgo (viuda de Carlos II).
A mediados del siglo XIX el Ministerio de la Gobernación, durante el reinado de Isabel II, instaló en la torre N.O. (según el testimonio de Manuel de Assas en 1848) un mecanismo telegráfico para recibir y enviar mensajes codificados desde Madrid hasta Cádiz; era la torre telegráfica nº 10 de la Línea de Andalucía, creada por el Brigadier Mathé. Los puestos de esta línea de torres de telegrafía óptica estuvieron en algunas poblaciones como Aranjuez, Toledo, Consuegra, Ciudad Real, Puertollano y Fuencaliente; en la parte andaluza atravesaba entre otros lugares como Cardeña, Montoro, Córdoba capital, Carmona, Sevilla capital, Las Cabezas de San Juan, Jerez de la Frontera, Cádiz capital y San Fernando. Su funcionamiento como telégrafo óptico fue breve, desde 1848 hasta 1857. En el edificio funcionó la Academia de Infantería de Toledo.
Guerra Civil
Durante la Guerra Civil de 1936-39 fue utilizado por el entonces coronel del Bando Nacional José Moscardó como punto defensivo y de resistencia de la Guardia Civil y destruido totalmente por las tropas de la marxista II República durante el asedio que duró 70 días del 22 de julio al 28 de septiembre de 1936.
Fue liberado ese último día por el Ejército de África al mando del general José Enrique Varela y visitado al día siguiente por el general Francisco Franco, jefe de los nacionalistas.
Artículos de opinión
El asedio al Alcázar de Toledo
(colaboración de Adrian Salbuchi para la revista Historia NR, marzo 1986)
Producida la Revolución bolchevique en Rusia y consolidada ésta en 1923, era de esperar que se utilizaría la magnífica posición geopolítica euroasiática de la vieja Rusia para que los ideólogos del bolcheviquismo expandiesen su Revolución Mundial desde la flamante Unión Soviética. Esa Unión Soviética que era ya un proyecto de Gobierno Mundial, que comienza inmediatamente a exportar su "revolución" al resto del mundo, en particular, Europa Occidental.
Vemos experimentos soviéticos fructificar con éxito provisorio en Hungría bajo el régimen terrorista de Bela Kuhn y en Baviera bajo Kurt Eisner. Ambos, sin embargo, fracasaron debido a la reacción de las instituciones armadas y el rechazo de vastos sectores de sus pueblos, como así también debido a que la Unión Soviética no pudo brindarles el apoyo necesario por estar ella misma sumida en la Guerra civil que enfrentó a los bolcheviques con su Ejército Rojo de Trotsky contra las Fuerzas Leales Blancas al mando de los Generales Deniken y Wrangel.
De la experiencia recogida, la Revolución Mundial Marxista fue sacando sus conclusiones. Fue aprendiendo sus lecciones. Se fue perfeccionando por un lado lo estratégico de la infiltración de los regímenes "democráticos" de Europa Occidental y por el otro lado se fue consolidando la estrecha colaboración con las fuerzas del capitalismo internacional con su poder financiero y su control sobre los medios de difusión masiva que le darian la "cobertura" que requeririan.
Era de esperarse, entonces, que esta revolución o, llamemosla por su verdadero nombre, esta subversión se propagara tras la Primera Guerra Mundial por toda Europa. Una de sus más lamentables víctimas fue España. La infiltración de los sindicatos obreros españoles y la creciente agitación popular fueron acorralando a las fuerzas tradicionales que no supieron enfrentarlas y mucho menos contrarestarlas, llegandose así al mes de abril de 1931 en que el Rey de España, Alfonso XIII abdica al trono y abandona el país. Al mes siguiente se inicia una campaña generalizada de todas las fuerzas subversivas que se exterioriza en la quema de iglesias y ataques a militares y civiles. Este terrorismo podía proceder impunemente gracias a la permisividad del Primer Ministro Alcalá Zamora, sefardita de larga trayectoria en la izquierda revolucionaria.
Dos años más tarde, en 1934 el Ministro de Gobierno Español, Francisco Largo Caballero pacta con el embajador soviético, Rosenberg, el envío de "asesores y consultores" rojos a España. Entre éstos se destacan el famoso Ilya Ehrenburg, Leo Jacobson y Bela Kuhn de cuya actuación en Hungría ya hemos hablado. Simultáneamente, en octubre de 1934 se produce un levantamiento pro-comunista en Asturias que es sofocado. La España sana y tradicional iba reaccionando. Gil Robles organiza el sector Anticomunista de la Confederación Española de Derechas Autónomas y José Antonio Primo de Rivera pone en pié a las juventudes españolas contra el bolcheviquismo, estructurando la Falange Española. En febrero de 1935 el diputado Carlos Lopez denuncia en las Cortes como la Masonería iba reblandeciendo la disciplina en el Ejército y propiciaba desordenes pro-comunistas. La violencia, el terror y el desorden, iban en una cresciente incendiaria que llevaría a la catástrofe.
Ya en 1936, en apenas 4 meses se producen incendios en 170 templos, 70 clubes, 10 periódicos con 300 muertos y 1400 heridos. José Calvo Sotelo, el famoso político español, denuncia al comunismo, diciendo que el país está siendo llevado a éste y el gobierno lo prende y fusila poco tiempo después. La subversión generalizada recibe enorme apoyo de Francia, al asumir al gobierno frances el Frente Popular, bajo la dirección de Leon Blum (alias Karfulkstein) el 4 de junio de 1936. Su gobierno, eminentemente integrado por comunistas, socialistas y anarquistas era el fiel reflejo de lo que en aquella época los conservadores ingleses llamaban "las fuerzas del judeo-marxismo".
La eclosión se produce el 17 de julio de 1936 cuando surge una rebelión anticomunista en el ejército español. La revolución es liderada por el General José Sanjurjo quien muere al poco tiempo, quedando el liderazgo consolidado en el General Francisco Franco. El jefe de los Falangistas, José Antonio Primo de Rivera, quien había sido arrestado pocos meses antes en Madrid, era transladado a Alicante y fusilado por orden del Presidente Manuel Azaña. En Barcelona, el cónsul soviético, Antonoff Avscelko siguiendo directivas del embajador Rosenberg, distribuye cuantiosas armas entre los rojos y los agentes moscovitas para eliminar toda oposición. Se asesinan a más siete mil sacerdotes, 12 obispos y millares de jóvenes nacionalistas.
Mientras tanto, la prensa internacional se vuelca sospechosamente y al unísono a favor de las fuerzas comunistas. El famoso periodista judeo-americano, Herbert Matthews del New York Times propaga alabanzas a los comunistas españoles. Y estos, siguiendo la usual táctica subversiva son identificados como "democráticos".
En los Estados Unidos el rabino Louis Mann y Albert Einstein, fundan el Comité Norteamericano para ayudar a la democracia en España. En medio de una verdadera orgía de sangre estos buenos demócratas aprovechan, el 25 de octubre de 1936, para transladar la totalidad del tesoro del Banco de España a la ciudad de Odessa en la Unión Soviética, un total de 510.079 kilogramos del más fino oro ! Evidentemente estos "revolucionarios" volvían a manifestar su milenaria pasión y sed por el oro....
Esta Guerra Civil Española habria de durar más de tres años. Y España pudo salvarse de caer en el abismo bolchevique gracias a la ayuda prestada por los gobiernos nacionalrevolucionarios de Alemania e Italia: el Nacionalsocialismo y el Fascismo. Igualmente, cuando tras la Segunda Guerra Mundial los aliados de la Plutocracia y del marxismo quisieron matar a España con el hambre, fue el gobierno nacionalrevolucionario argentino, por medio del Justicialismo del Gral. Juan Domingo Perón, el que ayudó a España a sobrevivir el ataque.
Pero dentro de esta lucha titánica -que representa tan sólo un capítulo más de la Gran Lucha del siglo 20 entre los Pueblos del mundo y la Sinarquía liberal-marxista-, la Guerra Civil Española nos dejó un símbolo que brillará por los siglos. Ese símbolo se concentra en el Alcázar de Toledo.
Al producirse la sublevación que da comienzo a la Guerra Civil Española, el Gobierno Central pretende la máxima eficacia en la defensa de Madrid. Por ello solicitó las armas de la escuela de Toledo (que en ese momento vacacional carecía de estudiantes). Según el relato del Coronel José Moscardó, contaban con el siguiente armamento:
- Se contaba con el armamento de la Guardia Civil, Academia, Escuela de Gimnasia y Guardias de Asalto y Seguridad.
- 800.000 cartuchos de fusil y ametralladora (procedentes de las Fábricas de Armas)
- 1.200 fusiles Mauser y mosquetones
- 200 petardos pequeños de trilita.
- 50 granadas rompedoras de 7 cm.
- 50 granadas de mortero Valero de 51 cm.
- 50 disparos de rompedora.
- 13 ametralladoras Hotckiss de 7 mm.
- 13 fusiles ametralladores, de la misma marca y calibre, todo en uso por los alumnos en sus prácticas.
- 4 cuatro cajas de granadas de mano Laffite -ofensivas, 200-
- 2 piezas de montaña de 7 cm.
- 1 explosivo eléctrico.
- 1 mortero de 50 mm
- 1 caja de granadas de mano -incendiarias, 25-.
Sin embargo, Moscardó se negó en repetidas ocasiones a dar el armamento a los defensores de Madrid, poniendo toda clase de disculpas. Incluso un Diputado se presentó en persona en Toledo pero, por temor a quedar secuestrado, tuvo que desistir en su intento. Según Moscardó:
- "[...] Desde el Gobierno Civil y por teléfono me comunicaron que un Diputado socialista se había presentado con orden del Gobierno de hacerse cargo del armamento de los Caballeros Alumnos y de la Guardia Civil, y se le contestó que subiese al Alcázar, que allí se trataría el asunto; pero el Diputado optó como mejor solución la de marcharse a Madrid directamente, viendo, indudablemente, que no sólo no conseguiría su objeto, sino que él corría un verdadero peligro de caer en rehenes."
La insistencia en que entregara las armas a los leales a la república fue continua. Constan solicitudes procedentes del subsecretario de Guerra, general Federico de la Cruz Boullosa, del teniente coronel Juan Hernández Sarabia, de los generales Sebastián Pozas Perea, José Riquelme y López-Bago y del ministro de Instrucción Pública, Francisco Barnés Salinas entre otras.
- "[...] Con objeto de obstaculizar todo pedí la orden por escrito, pues aunque se me decía que era Sarabia en persona, podía ser otra persona, y siendo asunto de tanta monta, necesitaba tener la seguridad completa de la certeza de la persona y orden. Todo esto exasperó en Madrid y dieron órdenes por teléfono en todos los tonos, y ya a la vista de la tirantez existente, se dispuso la declaración del estado de guerra el día 21 y la recogida de las municiones, que fueron llevadas, naturalmente, al Alcázar, y desde este momento empieza el asedio del Alcazar."
Se recluye en el Alcazar de Toledo el 22 de julio con 1.762 personas, entre las cuales: 1205 hombres de armas, y 557 civiles entre los cuales 332 mujeres, 94 niños y 141 hombres de clara fe católica, entre ellos los tres médicos y los dos electricistas que salvaron muchas vidas durante el sitio.
Las fuerzas republicanas cercaron el Alcazar, sometiéndolo a bombardeos, cañoneo de artillería y ataques con tanques. No consiguieron acabar con la resistencia de Moscardó y sus hombres.
Pero dentro de este drama, podemos encontrar otro glorioso acto de heroísmo. Los sitiadores no conocían ni el Honor ni les importa la Dignidad. El jefe rojo aprovecha que se ha capturado a un hijo del Cnel. Moscardó de tan sólo 17 años y le comunica (por una línea telefónica de emergencia con el Alcázar) a Moscardó que si no rinde el Alcázar dentro de un plazo de diez minutos, hará fusilar a su hijo, Luis. A continuación le agrega que para que vea que lo que dice es verdad, pondrá a Luis en el teléfono. Se inicia entonces un emotivo diálogo -entre el padre y el hijo- que en su austeridad, en su varonil emotividad ha quedado grabado como ejemplo de Voluntad de Servicio y Sacrificio por una Causa Digna en todos los corazones auténticamente Nacionales.
Al escuchar la voz de su hijo, Luis, el Cnel. Moscardó le pregunta: "Qué hay hijo ?"
Luis le responde: "Que dicen que me van a fusilar si no rindes el Alcázar".
El viejo coronel le responde: "Pues, encarga tu alma a Dios, da un grito de ¡Viva España! ! y muere como un Patriota"
Luis apenas responde: "Un beso muy fuerte, papá...."
Y dirigiendose nuevamente al jefe bolchevique, el Coronel le grita: "Puede ahorrarse el plazo que me ha dado, pues EL ALCAZAR NO SE RENDIRA JAMAS !"
El propio Moscardó relata para su esposa, la conversación telefónica con su hijo en los siguientes términos: "[...] María de mi alma, hijos de mi alma: Os escribo en son de despedida por si esta situación no tuviera solución favorable (...) No te quiero decir la amargura que tengo sabiendo que nuestro Luis está en poder de esa gente. Ya sabrás que el jefe me llamó por teléfono el día 23 y me dijo que si en el término de diez minutos no nos rendíamos, lo mandaba fusilar, y por si yo dudaba, le hizo venir al teléfono y hablar conmigo para convencerme de que era él. Excuso decirte, mi hijo de mi alma, me habló con voz tranquila, y yo no hice más que decirle que encomendara su alma a Dios si llegara el caso y diera un ¡Viva España! muy fuerte. Yo espero que no sean tan crueles que quieran vengarse en la persona de mi hijo, completamente inocente en esta causa, y no pase de una amenaza, pero no obstante no puedo estar confiado".
Este hecho heroico se asemeja al sacrificio de Guzmán el Bueno (durante la Reconquista), que prefirió la muerte de su hijo antes que rendir la fortaleza de Tarifa, (Cádiz).
El 28 de septiembre se produce la ocupación de Toledo por los franquistas, que habían conseguido pasar el estrecho de Gibraltar en una operación aérea y que tras pasar por Extremadura y seguir por el valle del Tajo, se habían desviado de su ruta hacia Madrid con el objetivo de ayudar al Alcázar. La operación tuvo un gran efecto propagandístico para el general Francisco Franco, quien estuvo allí al día siguiente de la liberación del Alcázar.
Los sitiados siguieron resistiendo durante dos meses y seis días hasta que finalmente fueron liberados por las Fuerzas Nacionales del General José Enrique Varela el 27 de setiembre. Y ahí la frase célebre del Coronel a su jefe: "Sin novedad en el Alcázar mi general". Al día siguiente aparecía Francisco Franco, que fue saludado por el coronel con estas palabras: "Mi general, le entrego el Alcázar destruído, pero el honor queda intacto". A lo cual contestó el caudillo: "Héroes del Alcázar, vuestro ejemplo perdurará a traves de las generaciones. Yo os saludo y abrazo en nombre del Patria. La história será pequeña para la grandeza de vuestros hechos".
Esa voluntad de resistir de los sitiados, ese ejemplo de abnegación y servicio del Cnel. Moscardó se convirtieron en un símbolo que sirvió de inspiración, no tan sólo a los españoles en su lucha contra el bolcheviquismo, sino también a todos los Pueblos Occidentales que aun hoy prefieren morir luchando contra las fuerzas coaligadas del supercapitalismo internacional y del marxismo internacional, antes de sucumbir cobardemente, traicionando a las futuras generaciones.
Para los Nacionalrevolucionarios de todo el mundo, el Alcázar de Toledo es y será un símbolo viviente de nuestra lucha. La defensa del Alcázar es considerada un símbolo de heroísmo en la España franquista y para los nacionalistas de todo el mundo.
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