Muammar al-Gaddafi

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Muammar al-Gaddafi acompañado por su guardia personal femenina.

Muammar al-Gaddaffi nació en Sirte, Tripolitania, el 7 de junio de 1942 y murió el 20 de octubre de 2011 en la misma ciudad. Fue un abogado, militar, político y dictador libio que gobernó el país durante 42 años, entre 1969 y 2011[1].

Llegó al poder mediante un golpe de estado orquestado por una facción izquierdista del ejército libio al que propagandísticamente su régimen denominó Revolución del 1 de Septiembre sugiriendo que contaría con algún tipo de apoyo popular. Entonces estableció el régimen de la República Árabe Libia en Libia. Durante su gobierno, el nivel de vida de la población creció rápidamente, convirtiendo a Libia en la nación africana con mayor PIB debido a los ingresos del petróleo.

En el trascurso de la Guerra Civil Libia de 2011, la capital fue conquistada por los rebeldes que luchaban contra su dictadura con apoyo aéreo de la OTAN. En octubre del mismo año es capturado, azotado y brutalmente ejecutado por rebeldes libios. En los últimos años de su gobierno, culpó siempre de su suerte a una supuesta conspiración de EE.UU. con Al-Qaeda para derrocar a su dictadura.

Biografía

Gaddafi estableciendo contacto físico con el entonces presidente español José Luis Zapatero. Ambos fueron miembros de la marxista Internacional Socialista.
El líder libio mantuvo una relación muy cercana con el dictador venezolano Hugo Chávez que le obsequió una réplica de la espada del libertador Simón Bolívar.

En su adolescencia tuvo contacto con la ideología de Gamal Abdel Nasser y ello le sirvió para interesarse en la lucha por la "justicia social" y el Nacionalismo árabe. A la edad de 21 años se graduó en Derecho. Ingresó al colegio militar y organizó la Unión de Militares Libres. En 1965 viajó a Reino Unido donde asistió a cursos de perfeccionamiento.

Gaddafi asumió el reto de alejarse de las estructuras políticas tradicionales, lo que produjo que las clases aristocráticas de la monarquía lo detestasen. Cuatro meses más tarde de su ascenso al poder, en diciembre de 1969, asiste a la Cumbre de Rabat, en donde se reúne con Nasser, Numeiry y Arafat. Allí, Gaddafi propone la formación de un mando militar unificado que sirviera de ayuda a los palestinos en su lucha contra Israel, aunque su propuesta fracasa rotundamente.

En ese mismo mes de diciembre de 1969, firma junto a Nasser y Numeiry la Carta de Trípoli, en donde se pactan aspectos referidos a la cooperación política y económica.

Como parte de su programa socialista de gobierno, Gadafi nacionalizó en la década de 1970 toda la empresa privada, incluyendo la tierra, la industria petrolera y los bancos. Durante su estancia de varias décadas en el poder ha promovido lo que para el coronel Gadafi es la ideología y el estado socialista ideal para el Tercer Mundo, la tercera teoría universal y la yamahiriya, respectivamente.

Quiso ser el sucesor del líder egipcio Gamal Abdel Nasser, como cabeza visible del panarabismo y del Nacionalismo árabe e intentó en más de una ocasión, sin éxito, unificar a Libia con alguno de estos países árabes: Egipto, Sudán, Siria e Iraq, llegando incluso a formar la Federación de Repúblicas Árabes entre 1972 y 1977. Adicionalmente, Gadafi hizo intentos por unificar Libia con Túnez, Argelia, Marruecos y Chad. Asimismo quiso posicionarse como sucesor del entonces presidente yugoslavo Josip Broz Tito y del político indio Sri Pandit Jawaharlal Nehru dentro del Movimiento de Países No Alineados, para convertirse en el líder de esta organización de Estados tercermundistas no alineados ni con el capitalismo estadounidense ni con el socialismo soviético.

En su ejercicio del poder tuvo varias metamorfosis en su alineación geopolítica. Al inicio de su régimen preservó cierta cercanía con Francia, pero al poco tiempo se alineó con la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Abrazó sucesivamente el panarabismo, el anticomunismo, el pro-sovietismo, el panislamismo, el intervencionismo belicista y un panafricanismo pacifista que le convirtió en el artífice de la Unión Africana. Especialmente en la década de los 80, fue objeto de varios intentos de derrocamiento por parte del gobierno de los Estados Unidos. Durante un bombardeo estadounidense a Trípoli, ejecutado en 1986, bajo la administración de Ronald Reagan, Hana, la hija de Gadafi, resultó muerta. Por otra parte, Gadafi fue beligerante al enviar alrededor de 3000 efectivos militares libios en respaldo del dictador ugandés Idi Amin durante la Guerra Uganda-Tanzania, a fines de los 1970s. Entre la década de los años 1970s y 1980s, Gadafi intervino militarmente en su vecino sureño Chad, ordenó la invasión y anexión de la Franja de Aouzou chadiana debido a sus potenciales depósitos de uranio, y trató de derrocar al entonces presidente Hissène Habré durante la Guerra de los Toyota.

Entre el final de la década de 1990 y el inicio de los años 2000, al abandonar el patrocinio del terrorismo en terceros países y el desarrollo de armas de destrucción masiva, consiguió ser readmitido por parte de las potencias occidentales, que sacaron a su país de la categoría de Estado paria a la de miembro pleno de la comunidad internacional. Este proceso culminó con la visita a Trípoli de políticos occidentales de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania. Por esa razón Gaddafi ha sido calificado tanto de líder hábil y coronel revolucionario e idealista como de dirigente imprevisible, temido y déspota. Asimismo para mejorar la situación económica de Libia, Gaddafi permitió durante la década del 2000 el ingreso de petroleras extranjeras.

En 2010, el presidente libio habló del proceso de Islamización de Europa mediante la inmigración y declaró que "el Islam debería convertirse en la religión de toda Europa" durante una visita oficial de dos días a Italia[2].

En 2011, el ex presidente español José María Aznar le calificó de "amigo extravagante" de Occidente y criticó duramente el apoyo aéreo que prestaba la OTAN a los rebeldes libios. Aznar afirmó: "Gadafi es un hombre muy extraño y extravagante, ¿no? Pero no es estúpido."[3]

Líder de la revolución

Gaddafi en 1970.

Aunque la propaganda del régimen se refería a la llegada al poder de Gaddafi como una "revolución", la realidad fue que éste se hizo con el poder mediante un pequeño golpe de estado protagonizado por una pequeña facción izquierdista del ejército libio. El 1 de septiembre de 1969, Gaddafi derrocaba a la monarquía del rey Idrís al cual había traicionado. Contando con menos de treinta años de edad, se puso al mando de la Junta Militar, el "Consejo del Mando de la Revolución", y anunció los puntos programáticos del nuevo régimen:

  1. Neutralidad exterior
  2. Unidad nacional (preámbulo de la unidad árabe)
  3. Prohibición de los partidos políticos
  4. Evacuación de las bases militares británicas y estadounidenses
  5. Explotación de la riqueza petrolera en beneficio del pueblo.

En diciembre del mismo año, implanta una nueva constitución.

Gaddafi sigue los preceptos revolucionarios del líder egipcio Gamal Abdel Nasser, apoya a la OLP (Organización para la liberación de Palestina) y se convierte en uno de los muchos estados del mundo árabe que por aquel entonces se oponían a Israel. De inmediato instaura un consejo de la revolución que declara al país musulmán, nasserista y socialista.

La "Revolución Verde" emprendió diversas medidas populistas como la reforma agraria, la reforma del sistema de seguridad social, asistencia médica gratuita, participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas del Estado, etc. Aunque con un pueblo carente de libertad, el gobierno pudo vanagloriarse pronto de que Libia se convirtió con Gaddafi en el país africano con mayor ingreso per capita. El estado libio asumiría a su vez el control de la producción de petróleo y se repartiría sus beneficios.

Gaddafi creó una fachada democrática en la que solo participaban los partidarios de su régimen: "El partido representa sólo a una fracción del pueblo, mientras que la soberanía popular es indivisible."; los congresos populares son la expresión máxima de la democracia directa".

En lo administrativo, estableció comités vecinales, de área y regionales a través de cuya fuerza las reivindicaciones se podrían canalizar decisivamente hacia arriba desde la raíz de la sociedad. Gaddafi repitió una y otra vez el lema de "ninguna representación sin participación".

Imposición de su visión del socialismo

En 1970 exigió y obtuvo que se retiraran las bases extranjeras y se nacionalizaron algunas empresas petroleras. Se iniciaron los planes agrícolas en la costa del país. Prohibió el consumo de alcohol a cualquier persona dentro de territorio libio y decidió aumentar decididamente la igualdad de la mujer en la sociedad, desafiando al Islam tradicional. El nivel de vida de la población creció rápidamente con los beneficios del petróleo, convirtiendo a Libia en la nación africana con mayor PIB.

En 1973 publicó El libro verde en tres volúmenes: La solución del problema de la democracia: el poder del pueblo; La solución del problema económico: el socialismo, y El fundamento social de la Tercera Teoría Universal. Esta obra reflejaba su visión particular de un estado y pretendía desmarcar a la administración libia de cualquier alineamiento internacional.

La Tercera Teoría Universal, que él oponía tanto al comunismo como al capitalismo, a los que superaba en justicia y eficacia, y que definía como un "socialismo natural".

El 1 de marzo de 1977 proclamaba la Jamahiriya (neologismo que puede traducirse como Estado de las Masas) Árabe Libia Popular y Socialista. El Congreso General Popular asumió el poder legislativo y el Comité General Popular sustituyó al Consejo del Mando Revolucionario en el ejecutivo. Sin embargo, Gaddafi conservó realmente el poder.

A mediados de los años 70s, Gaddafi renombra al país como Jamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista (JALPS), nombre oficial mantenido hasta su muerte.

Durante los años 70s fracasaron varios intentos por crear una unión árabe socialista con Egipto y Siria, en gran parte debido a la muerte temprana del presidente egipcio Nasser, quien fuera la inspiración ideológica más importante para Gaddafi. Finalizando esa época Gaddafi nombró como asesor económico a un hermano del presidente estadounidense Jimmy Carter, hecho que no ayudó a la reelección presidencial del mandatario.

El problema del agua: resuelto

El mundo árabe no se caracteriza por ser precisamente rico en agua, el oro azul es un recurso tan escaso que se han dado muchísimos conflictos en torno a él. El control de las fuentes del Nilo Azul es la causa de la desconfianza entre Egipto e Etiopía y, en su día, del ansia de los italianos por apoderarse de Abisinia (estrangular a Suez). En Cisjordania, los asentamientos de colonos judíos coinciden casi exactamente con la distribución de los acuíferos. Las fuentes del río Jordán han sembrado la discordia en las relaciones entre Israel y Jordania, el agua de las Granjas de Cheba tiene mucho que ver en la enemistad Israel-Siria, y las montañas del Líbano ("la Suiza de Oriente Medio") son un buen motivo más para que Israel desee dominar la zona. Lo mismo se puede decir respecto a las fuentes del Tigris y el Éufrates y las inestabilidades en las zonas armenias y kurdas de Turquía: en todo Oriente Medio, el agua puede ser una bendición o una maldición, según se mire. Incluso donde Oriente Medio se convierte en Extremo Oriente, el fenómeno persiste: la lucha por los recursos hídricos del glaciar de Siachen y varias zonas montañosas, ha puesto patas arriba a toda la región de Cachemira, contestada por tres potencias nucleares: China, India y Pakistán.

Precisamente debido a la escasez de agua, los musulmanes en general y árabes en particular, han heredado una larga tradición de aprovechamiento de recursos hídricos. Las civilizaciones mesopotámicas, persa, romana y bizantina fueron acumulando valiosas tradiciones de control y administración de aguas, y actualmente, hasta en los valles más recónditos de Afganistán se construyen acequias cuidadosamente y se consigue mantener verdes los cultivos.

A diferencia de Marruecos o Líbano, que tienen regiones montañosas y verdes, Libia es de los países árabes más áridos: el 95% de su espacio es desierto puro. En él tuvo lugar la mayor temperatura jamás registrada: 58º C, en El-Azizia, el 13 de Septiembre de 1922. El clima es tremendamente seco, y sólo el 2% del territorio (zonas de costa y de oasis) recibe suficientes precipitaciones como para poder dedicarse a la agricultura. Paradójicamente, en el Sahara se encuentra también el mayor acuífero de agua fósil del planeta: el Sistema Acuífero de Piedra Arenisca de Nubia, con 150.000 kilómetros cúbicos de agua. El acuífero, que fue descubierto accidentalmente en 1953 mientras se buscaba petróleo, abarca zonas de Libia, Chad, Sudán y Egipto.

África entera está llena de enormes acuíferos, pero con líderes corruptos, pueblos desordenados y deudas odiosas contraídas con bancos internacionales, nunca se los ha explotado como es debido, y se recurre en cambio a costosas plantas de potabilización de agua que cubren de beneficios a las compañías desalinizadoras occidentales. Gaddafi fue el primer estadista que buscó seriamente un modo de aprovechar el potencial hídrico del Sahara para que su país fuese autárquico en agua. Para ello, el "tirano" y "sátrapa" libio financió (25.000 millones de dólares) una obra faraónica denominada Gran Río Artificial, el mayor proyecto de irrigación del mundo, y una de las mayores obras de ingeniería jamás realizadas. El objetivo era traer agua desde los acuíferos y oasis del Sahara hasta las sedientas ciudades de la costa, algunas de las cuales (como la misma Bengasi) no podían beber agua de sus propios acuíferos debido a la invasión de agua marina. Se cavaron 1.300 pozos (casi todos de más de 500 m de profundidad) y se construyeron 2.820 km de canalizaciones subterráneas y acueductos. Antes de ser bombardeado y destruido por la OTAN, el Gran Río Artificial ―al que Gaddafi se refería orgullosamente como "la octava maravilla del mundo"― bombeaba 6,5 millones de metros cúbicos de agua a la costa cada día.

Nivel de vida en Libia y políticas sociales de Gaddafi

Una de las razones por las cuales su régimen perduró durante décadas no se debe a la aplicación de políticas para generar riqueza, sino a la explotación de los inmensos recursos naturales que, a diferencia de sus vecinos, Libia posee en gran medida. Debido a ello, el país disfrutaba de los siguientes beneficios.

  • PIB per capita: 14.884 $ (comparar con 4.900 en Marruecos). Libia era el primer país africano en el Índice de Desarrollo Humano (IDH).
  • Según el Índice de Desarrollo Humano, Libia ocupaba el primer puesto de todos los países africanos.
  • Libia era el primer país de África en sanidad, educación e igualdad de género.
  • Situación de la mujer: junto con Siria, la mejor de cualquier país árabe. Las mujeres accedían a la universidad, tenían los mismos derechos legales que los hombres, podían entrar en el Ejército, votar, conducir un coche, pilotar un avión, trabajar, viajar, ostentar cargos públicos (ha habido ministras libias), ser propietarias de un negocio, formar asociaciones, recitar el Corán en público, poseer su propia cuenta bancaria o casa, y salir solas a la calle. Las bajas por maternidad eran muy amplias y no se les permitía el trabajo físico intenso. No regía la Sharia (ley musulmana radical), se prohibieron los matrimonios de menores de edad y las mujeres obtuvieron el mismo derecho a divorcio que los hombres. En 2001, el 16% de las mujeres libias tenía un grado universitario. En la educación secundaria y superior, las chicas eran un 10% más que los chicos. Existían centros de "rehabilitación moral" donde una mujer podía refugiarse si tenía problemas con una familia fundamentalista. La pintoresca guardia personal de Gaddafi, compuesta exclusivamente por mujeres, tenía por objeto llamar la atención al mundo sobre la situación de la mujer libia. En Occidente no se han visto manifestaciones de feministas protestando por la caída del único estadista que podía garantizar los derechos de la mujer libia.
  • Cada nueva joven pareja recibía 50.000 dólares libres de interés para que pudieran construir su nuevo hogar.
  • La mayoría de las familias libias poseía su propia casa y su propio automóvil. Además estas adquisiciones eran subvencionadas en parte por el banco propiedad del gobierno con intereses muy bajos. La ausencia de interés bancario es una prueba de que el gobierno aplica la ley islámica genuina que condena la usura, es decir el interés.
  • La gente en Libia tenía un alto nivel de vida. El mejor con mucho de toda África por lo que se la llamaba La Suiza de África.
  • La educación era gratuita. El país tenía las mayores tasas de alfabetización y de matriculación en los colegios y universidades de África. Y es muy destacable que con una proporción igualitaria de matrícula en la educación primaria para niños y niñas. Incluso la tasa de inscripción en la enseñanza del nivel superior (pos-secundaria y universitaria) era mayor en las mujeres.
  • Según la OMS: Todos los ciudadanos tenían acceso a la atención gratuita de salud pública. El gobierno estaba aumentando sustancialmente el presupuesto para el desarrollo de servicios de salud.
  • Un dato particularmente importante es que desde 1980, la tasa de mortalidad infantil bajó espectacularmente.
  • La esperanza de vida pasó de 61 años en 1980 a 74 años actualmente en 2010... y ahora?
  • Los libios estaban bien nutridos con una ingesta calórica diaria de 3.144 calorías per cápita. La desnutrición antes de la invasión era solo del 5%. La crisis alimentaria mundial de los últimos años tuvo poco efecto sobre la población libia al contrario que en otros países africanos donde se ha producido un dramático aumento del hambre y de la muerte por desnutrición.
  • Libia era un país que invertía en los países africanos vecinos en proyectos de desarrollo local (infraestructura, comunicaciones, agricultura) que beneficiaban a la población. Y además lo hacía concediendo préstamos sin interés o con tasas de interés muy bajas que no estrangulaban la economía de esos países como lo hacen los préstamos del FMI.
  • Libia fue la primera en prestar ayuda humanitaria a Serbia tras el fin de la Operación Fuerza Aliada de 1999, donde la OTAN destrozó Yugoslavia. Igual que Libia, Yugoslavia era “demasiado independiente”, se negaba a plegarse al orden multinacional promovido por el FMI y defendido con la OTAN. Igual que en Libia la guerra fue precedida por una campaña mentirosa de demonización de su gobierno y se contaminó con el uranio empleado en sus bombardeos.
  • Por otra parte miles de inmigrantes eran acogidos en el país y disfrutaban de unos derechos en muchos aspectos similares a los de los libios, como en sanidad y educación, además de respeto especialmente evidente por la política antirracista del gobierno Libio.

Sus defensores sostienen que gracias a la explotación de sus recursos naturales, Gaddafi ofreció niveles de vida que están a años luz de lo que cualquier país del Tercer Mundo, carente de petróleo, ha logrado bajo un régimen democrático "a la occidental" y las directrices del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Sus partidarios también dicen que se estuvo a años luz de las petro-monarquías árabes del Golfo, a pesar de que éstas son más ricas en petróleo que Libia. Tanto es así que, en 2005, la ONU elogió a Libia por sus avances sociales, sin parangón en toda África. Libia venía a ser el ejemplo perfecto de lo lejos que puede llegar un país cuando emplea bien los recursos que la providencia le dio, sin intermediarios, parásitos, mercaderes, especuladores o saqueadores extranjeros; ya que Gaddafi y su familia se aseguraron de ser los únicos con capacidad de expoliar los fondos públicos, situación que también les permitió convertirse en una de las familias mas ricas de la región. Libia era, en suma, el caso opuesto al Congo-Kinshasa ―un país tremendamente rico en recursos, pero desorganizado y saqueado.

Guardia personal

La guardia personal de Gaddafi estaba conformada por 400 jóvenes mujeres, de las cuales unas 200 le acompañaban en sus viajes oficiales.

Alrededor de doscientas mujeres formaban la guardia personal de Gadafi, que le acompañaban durante sus salidas al exterior.[4] Existen muchos rumores sobre ellas, se dice que eran vírgenes, expertas en artes marciales, en el uso de armas de fuego y en otras múltiples formas de combate. Se las conoce como la Guardia Amazónica.[5] Al menos cinco de estas mujeres han denunciado que fueron violadas por dictador libio, por sus hijos y por varios oficiales del régimen.[6] El psicólogo Srewan Seregwa preparó el informe enviado al Tribunal Penal Internacional en el que se recogen sus testimonios.[6]

Llamado a la islamización de Europa

En 2010, Gadafi realizó una visita oficial a Roma pidiendo la islamización de Europa

El islam debería convertirse en la religión de toda Europa.
—Muammar al-Gaddafi

Para ello, "el primer pasó será la entrada de Turquía en la UE", aseguró Gadafi en un seminario sobre el Corán que impartió en la capital del cristianismo. Como era de esperar estas ideas generaron la inmediata reacción de la Liga Norte, partido que ve con malos ojos la creciente expansión musulmana en Europa.

Las palabras de Gadafi, acusado por Amnistía Internacional de "graves violaciones" a los Derechos Humanos, son "peligrosísimas", dijo el eurodiputado de la Liga Norte, Mario Borghezio. Berlusconi, que se reunió con el líder libio, prefirió no levantar polvareda, pensando en los intereses económicos que Italia tiene en el país norafricano.

Corrupción

En 2011, a causa de la represión de opositores emprendida por el régimen de Gadafi, Italia anunció que había congelado los bienes del dictador libio por un valor de 7.000 millones de euros. Asimismo, en marzo del mismo año, el gobierno español bloqueó los bienes inmobiliarios que el dictador posee en el país europeo, entre ellos una finca de más de 6.000 hectáreas cerca de la exclusiva ciudad costera de Marbella. En dicha propiedad, ubicada en la localidad andaluza de Benahavís, Gadafi tenía previsto construir unas 2.000 viviendas, un campo de golf y un palacio de congresos. Con la inmovilización de la finca se evita que el líder libio y su entorno puedan utilizarla para lucrarse u obtener beneficios económicos, según las mismas fuentes.

En mayo de 2011, Suiza congeló las cuentas de Gaddafi y su círculo cercano.[7] Se estima que en total el dinero robado al pueblo libio asciende a los 150.000 millones de dólares.[8]

En junio de 2011, el periódico Sunday Times reveló que la fortuna inmobiliaria de Gaddafi en Reino Unido ascendía ya a 1.160 millones de euros.[9] El líder libio compró pisos en zonas residenciales exclusivas de la capital británica, así como varios edificios de oficinas y otro utilizado por un hospital privado. Estas propiedades forman parte de la red de inversión global ideada por Gadafi.

Entre las propiedades identificadas por el dominical figuran un complejo de oficinas en la City, denominado Beaufort House, por valor de 150 millones de libras (unos 174 millones de euros), y otros dos bloques de oficinas -Jardine House y 14 Cornhill-, valorados en 145 millones de libras (unos 168 millones de euros). Además, Gadafi tenía pisos en el exclusivo barrio londinense de South Kensington, un edificio de oficinas en Holborn (Londres) y otro bloque de oficinas -Portman House- en Oxford Street (Londres).

Muerte

En agosto de 2011, en el trascurso de la denominada Guerra Civil Libia, la capital fue tomada y su complejo residencial saqueado por los rebeldes que lucharon contra su régimen. En octubre del mismo año, es capturado, azotado y ajusticiado por un grupo de opositores. Un análisis posterior de las imágenes de la captura confirmó que antes de morir fue sodomizado con un objeto.[10][11][12]

Después de su muerte, el país se vio envuelto en una espiral de violencia entre diferentes facciones de los rebeldes, que luchaban entre si. El Consejo Nacional de Transición gobernó de forma provisional hasta la celebración de elecciones democráticas en el país en 2012.

Artículos de opinión

Celebramos la caída de Gadaffi[13]

por Walter Preziosi

De ninguna manera nos hemos dejado arrastrar por la propaganda desarrollada por el tirano Gheddafi y repetida por sus dos grandes amigos, Chávez y Fidel Castro, en el sentido de que por el hecho de haber sido bombardeado por la OTAN debíamos defender su causa.

Ni EEUU ni sus aliados títeres determinan nuestras afinidades electivas, ni Gheddafi ha dejado de ser un cipayo por el hecho de ser bombardeado por éstos.

Es cierto que mantuvo como Chávez una dialéctica ‘antiimperialista’ pero la misma en ningún momento fue tan peligrosa como para dejar de venderle su petróleo y hacer negocios con el sistema. Además, cuando se produjeron los ataques del 11S, Gheddafi modificó sustancialmente su discurso para pasar a convertirse en un importante defensor del sistema imperante. Alertó respecto de que si vencía Al Qaeda el mundo iba a retroceder a la Edad Media (no más petrodólares pues) iba a peligrar la democracia y la modernidad, y cuando la revolución en su contra comenzó a tener un éxito inesperado manifestó que su régimen era el mejor reaseguro del Estado de Israel pues en caso de caer su país en manos de las huestes de Bin Laden se lo utilizaría como base de operaciones en contra del sionismo.

Ahora bien, alguien se preguntará por qué si esto era así EEUU y la OTAN, no así Israel, han entrado en acción en contra de su gobierno respaldando la resistencia rebelde y bombardeando a sus fuerzas armadas. Por una razón muy sencilla, después de las rebeliones que dieron cuenta de Ben Alí y Mubarak y que muy pronto lo harán también con el tirano Assad y otros personeros del sistema en el Medio Oriente y el África del Norte, se sabía que por más fuerzas armadas poderosas que tuviera en su poder el tirano libio, su suerte estaba echada por lo tanto se trataba de intervenir para brindar un apoyo a aquellos que tarde o temprano habrían de ser los nuevos gobernantes y de este modo tenerlos de aliados. Asimismo, como la fuerza rebelde libia es sumamente heterogénea, se trata a través de la presencia occidental de aislar a los sectores fundamentalistas. Se sabe además que durante los bombardeos no solamente se atacaron efectivos de Gheddafi, sino también a fuerzas de Al Qaeda en el Magreb que operaban en Libia, habiendo cruzado la frontera del Sahara desde Malí en donde tal organización tiene una importante base operativa. Es decir que la presencia de la OTAN fue para asegurar aquello que Gheddaffi no estaba en condiciones de hacer cual era la eliminación de la influencia de Al Qaeda en tal región. El régimen israelí sin embargo duda de la eficacia de tal táctica instrumentada por Obama y Sarkozy ya que considera que en Egipto se cometió un gravísimo error al dejarlo caer a Mubarak, a pesar de que EEUU logró que fuese sustituido por una junta militar adicta, pues al poco tiempo se fortaleció la organización fundamentalista constituyéndose la rama de Al Qaeda en el Sinaí la que hace cuatro días atacara directamente en territorio israelí produciendo la muerte de 14 soldados judíos.

La caída de Gheddafi sin lugar a dudas acelerará los tiempos de radicalización de la región y será una indubitable derrota para el poder norteamericano, europeo y sionista, a pesar de que éste haya intervenido militarmente para asegurar su presencia. La muerte del general rebelde Yunes, un allegado a la figura de Ghedaffi en cuanto a su ideología, a manos de sectores fundamentalistas, es una clara advertencia del rumbo hacia donde se dirigirá el proceso. Al mismo tiempo en el día de hoy el alto mando rebelde ha asegurado públicamente que tras la caída del tirano no se aceptará la constitución de bases de la OTAN en el país.

Una última réplica a la imbecilidad propalada por Chávez. Aunque sea infantil tener que contestarlo digamos que la guerra no se hizo nunca por el petróleo líbico pues el tirano depuesto se lo vendía en abundancia al occidente, del mismo modo que hace él con tanto servilismo a fin de que tal vital combustible pueda ser utilizado para combatir a los talibanes que en verdad, tal como ha manifestado su camarada de ruta Fidel Castro, son sus archienemigos. Recientemente el déspota cubano recordó que por culpa de ellos cayó su amada Unión Soviética quedándose así sin rumbo y debiéndose convertir en un periodista nostálgico. Del mismo modo la caída de Gheddafi traerá como consecuencia también que muchos de su mismo tenor, Chávez incluido, puedan dejar de participar del pingüe negocio petrolero.

Referencias

Artículos relacionados

Enlaces externos