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Combate (periódico)
Combate fue un periódico ecuatoriano de aparición diaria y de ideología nacionalista fundado en 1953 por los dirigentes de Acción Revolucionaria Nacionalista Ecuatoriana (ARNE), actuó como el órgano informativo de este movimiento político de tercera posición durante toda la década de 1950.
Sumario
Propósito
(Extractado del periódico COMBATE, número 1, 12 de Febrero de 1953)
En este día del oriente ecuatoriano, abrimos, en las planas cordiales de nuestro diario, nuestra esperanza que será proclamada hoy en todas las plazas y calles de la Patria. Nuestra aparición en este día no es un coincidencia, más bien quisimos intencionalmente levantar esta voz que cree en el futuro de la Nacionalidad, en la fecha dedicada a la Región que es también de futuro para los ecuatorianos; futuro para el ademán heroico de reconquista de nuestro patrimonio y para el ademán pacífico de creación colonizadora y fructífera.
"COMBATE" se entrega desde hoy al servicio ferviente de un único objetivo: la Nacionalidad Ecuatoriana. Por esto, sus páginas están dispuestas para recibir todo el anhelo y toda la angustia de quienes, desde su duro sitio en el taller y en la injusticia social, en la cátedra y en el estudio hasta hoy sin esperanzas, en el capo y en las ciudades, sienten el tormento de la Patria y desean para ella un destino de inmortal grandeza y libertad.
Combatimos, sí. Pero nuestro combate es por ese grande ideal. Nuestra intransigencia, por la verdad, la austeridad y la moral. Queremos un pensamiento alegre y sin sectarismos, trazando los caminos de un Ecuador transformado.
Verdad y Patria
Se ha dicho -y con razón- que la política es el arte y la ciencia de resolver problemas circunstanciales que afectan prácticamente a la salud de los pueblos. Un día preocupa a los pueblos la religión como fuerza pública y otro día les afectan el libre cambio económico o el proteccionismo aduanero.
En realidad la política es la ciencia y el arte de dar solución a las angustias colectivas circunstanciales.
Pero no hay que exagerar esta afirmación. La política es también algo más serio y más profundo, y, por debajo y por encima de las cosas circunstanciales, los pueblos tienden principalmente hacia la verdad y hacia la justicia. El Diario "COMBATE" que procurará estudiar honradamente los problemas circunstanciales de la Patria, está resuelto también a trabajar porque la verdad y la justicia se abran paso en el Ecuador.
Al iniciar nuestras labores, saludamos respetuosamente al Pueblo ecuatoriano; saludamos a la prensa, a los partidos y agrupaciones políticas, a las fuerzas vivas del país y a cuantos se interesan por una Patria vigorizada e idealista, cimentada sobre las bases de verdad, libertad y justicia integrales.
Nadie puede dogmáticamente definir la verdad política y social. Pero cada cual aspira a la verdad, tiene su verdad, como decía Leopoldo Alas. Y nosotros queremos exponer nuestra verdad al pueblo ecuatoriano, y la expondremos franca y claramente. No pretendemos tener la razón, pero queremos hacer el esfuerzo por buscarla, en espera que la libre discusión vaya acercando poco a poco nuestro pueblo hacia horizontes de más verdad, más razón y más justicia.
Lucharemos francamente contra la adulteración de los hechos; precisaremos los hechos y refutaremos esa tendencia a desfigurarlos. Huiremos del sofisma y refutaremos los sofismas con que con harta frecuencia se envenena la conciencia nacional. Nuestro pueblo es sano, ama el bien, gusta de los valores superiores. Pero hay quienes pretenden con ciega irresponsabilidad dañar el espíritu del pueblo ecuatoriano, y para realizar esta obra se adoptan dos procedimientos: desfigurar los hechos o ignorar los hechos verdaderos, y llenar, de sofismas la mente de nuestras gentes.
Al margen de todo odio y de toda aversión; respetuosos de todas las conciencias y de todas las actividades honestas, venimos aquí a combatir por la verdad, a bregar por la verdad, a discutir por la verdad.
Se ha dicho que el liberalismo se basa en la libre discusión. Nos ponemos al amparo de este principio y nos afanaremos en cuanto nos permitan nuestras fuerzas por ayudar al pueblo ecuatoriano a encontrar lo justo, a sentir lo bueno y comprender lo verdadero.
Una vez más: diario "COMBATE" saluda a la Patria y aspira únicamente a colaborar desde su punto de vista, con modestia y con valor, para que el país vea con claridad sus problemas y se esfuerce con vigor por resolverlos.
Política Vertical
Hispanoamérica por dentro.
Antes de entrar a considerar aspectos fundamentales de la realidad Hispanoamericana es necesario hablar sobre el tema de la política imperante en el nuevo mundo de Colón, con sus dispersiones anárquicas e incontroladas.
Esta es la base para comprender problemas que parecen incomprensibles a primera vista, pero que tienen su explicación exhaustiva en una realidad sociológica estancada, o mejor dicho detenida en la mitad de su camino, no tanto por la falta de suficientes fuerzas internas que la empujen hacia arriba sino porque esas mismas fuerzas se diluyen en el desparramiento horizontal, que impide que las realidades sean enfocadas en su totalidad.
La epidérmica superficialidad, lo que podríamos llamar "horizontalidad política", amiga de la enciclopédica sabiduría de aquel humanista que desafiaba en la Plaza de Florencia a todos los opositores para discutir, "de omni re scibili", "de todo lo que se puede saber", es nuestra línea predominante en un mundo en que la ciencia especializada ha disgregado los esfuerzos hacia la síntesis.
Hispanoamérica, o para ser más exactos, los hombre de Hispanoamérica, han sido más bien amigos del verso que rehúye la precisión científica y vaga por los campos siempre nuevos de la fantasía.
La frase retórica, fosforescente, provista de la lucecilla que se prende y se paga a cada instante, salto continuo entre la obscuridad y la luz, he aquí la línea dominante del gobierno hispanoamericano, que tiene que abandonar la reflexión sosegada y creadora del investigador para extravertirse en la reunión, tumultuosa de las plazas, y decir poco cuando más se debe decir.
Por esto, en nuestro continente existen países que pueden mostrar, tal vez como rara vez sucedió en la historia, una constelación de poetas-presidentes. Ni en la Provenza cultivadora del amor existieron tan unidas la austeridad del mando y la voluptuosa descripción del poeta que siempre descubre mundos desconocidos.
Mientras en Europa manda el presidente-filósofo, en Hispanoamérica se impone el presidente-poeta.
En el Viejo Mundo el monarca es depurado en las Academias, en el nuevo, en medio de la masa.
El viejo mundo dio al monarca, al presidente, de la masa, cuando de ésta salió alguien que supo predicar la filosofía de un trascendente destino.
¿Y esto, porqué? Simplemente porque la disgregación de las fuerzas, propia de un mundo nuevo que no puede considerar los problemas en profundidad, gusta vivir de la elegante superficialidad de los salones, echando por tierra los buenos propósitos de los que no quieren ahogarse en las costumbres del medio y luchan por buscar un nuevo camino y un nuevo porvenir.
Naturalmente, esto sucede en todos los grados del saber, porque queremos construir nuestra vida a saltos, buscando un Renacimiento sin haber tenido un esfuerzo medieval.
Y, como es obvio, la política como la cultura, no se han sustraído a esta determinante histórica. En Hispanoamérica brilla la dispersión inestable. No hay consecuencia política.
No hay el esfuerzo que va desde la base hasta el vértice. Las aristas no penetran en los espíritus. Es necesario, por tanto, luchar porque el hombre se esfuerce guiado por una idea, y se implante una política vertical.
El mundo que nos legó la Guerra
La rendición de Alemania, Italia y Japón
Sin experimentar con las funestas consecuencias del Dictado de Versalles, causa verdadera de la última guerra, los países vencedores aplicaron a los vencidos toda la fuerza de un poder totalitario. Unidos para extirpar el totalitarismo de los países del Eje, los pueblos vencedores no supieron mantener, en la hora del triunfo, la serena dignidad de un vencedor cristiano, y los postulados que habían sostenido durante la guerra, de respeto a la personalidad humana, de exaltación de los derechos del hombre y de los valores fundamentales del espíritu. Al bombardeo total de las ciudades alemanas, a las masacres más grandes de la historia cometidas en Hiroshima y Nagasaki, a la tremenda matanza del bosque de Katyn, se sucedieron las pequeñas y las grandes venganzas. Lo conductores totalitarios fueron eliminados. Mussolini, asesinado por las turbas en Milán. Hitler, suicidado o desparecido. Tojo, víctima de hara-kiri. Y miles de nazis, fascistas, "militaristas" o, simplemente colaboracionistas, "quislings" y "gauleiters" fueron a las cárceles.
Siguieron los tribunales populares condenando a muerte, mientras Rusia devastaba Alemania y se llevaba todas las fábricas que e pudieran servir para una guerra futura, y los aliados se repartían en tres pedazos lo que quedaba de la Alemania dividida ya entre Occidente y el Soviet. ¡Es tan difícil saber comportarse con mesura en la hora del triunfo! La justicia faltó y, con frecuencia, ¡triunfó solamente el odio y la venganza! Así, en ves de consolidarse la paz futura, no se hizo sino sembrar nuevos semilleros de discordias, de alzamientos, de resentimientos nacionales y de complejos que, tal vez, algún día vuelvan a estallar con mayor fuerza.
El cortejo de la victoria
En todo el mundo, alborozado por la llegada de la paz, grandes cartelones demostraban a las multitudes las figuras victoriosas de los jefes de Rusia, Estados Unidos, Inglaterra y China. Francia, "liberada" por las fuerzas aliadas, figuraba también como artífice del triunfo. Truman, Stalin, Churchill, Chiang-Hai-Shek y De Gaulle eran los hombres fuertes, los árbitros de la humanidad. Por desgracia, a todos les faltó la figura del esclavo que acompañaba a los vencedores romanos en sus grandes desfiles de gloria, recordándoles que eran hombres y que habían de morir. La primera consigna fue acabar con los militares del Eje, destruir el poder potencial de los pueblos agresores, implantar la democracia y construir la paz. De todo esto, típico del lenguaje de aquella hora, lo único imposible, o, por los menos, lo más difícil de conseguir, era lo último. Lo más fácil e inmediato, lo primero: la venganza. Así surgieron los Tribunales de Núremberg.
Núremberg
En los Juicios de Núremberg se juzgó a los vencidos. Fueron jueces los vencedores. La ley penal fue elaborada con posterioridad a la comisión de los delitos. Las normas del procedimiento se improvisaron conforme iban surgiendo las incidencias del juicio. Se suprimió el derecho de la defensa de los reos, tal vez presintiendo que los acusados podían resultar, a su vez, acusadores. Todos fueron desde el comienzo, declarados "a priori" criminales de guerra. "Si sobreviven, serán provocadores de una nueva guerra", tal fue el criterio de los tribunales. La Unión Soviética fue la más feroz acusadora. Hoy se ve que iba a ser la única vencedora con la muerte de los jerarcas nazis. Todos fueron condenados. Cinco, diez, veinte, los años que pueda durar una vida, fueron los períodos de prisión impuestos a muchos reos. Para otros, para los más, la horca. Algunos se suicidaron. Las cenizas de todos se esparcieron en dirección de los vientos de los cuatro puntos cardinales. Así, sin quererlo, los vencedores, en vez de acabar con los vencidos, los elevaron a la categoría de mártires. Hoy vemos la resurrección de los fascismos no solo en Europa sino en todo el mundo.
La sombra de Roosevelt
Franklin Delano Roosevelt fue el gran constructor norteamericano del triunfo (aliado). Murió sin ver su obra. Solo nos queda, como gran legado, el poder creciente de Rusia, a la cual el dio categoría mundial, ayuda en armas y dinero, y simpatías en el corazón de millones de hombres que, de otro modo, hubieran permanecido aparatados de la propaganda bolchevique. Lo que Roosevelt no supo, o no quiso comprender, es que Stalin le engañó en toda hora, le utilizó como instrumento y, con el dinero del propio capitalismo, hizo la propaganda comunista más bien realizada, más extensa y más profunda… Rusia creció bajo la protección de Roosevelt, y el principio leninista de la convivencia entre el capitalismo y el marxismo se demostró como verdadero, pero con una condición en la que no cayeron en cuenta los aliados occidentales y de la que se aprovecharon los rusos: la convivencia entre el capitalismo y el marxismo es posible siempre que sirva para debilitar al capitalismo y fortalecer a los soviets. Así sucedió. Rusia, potencia de cuarta o quinta categoría al comenzar la guerra, es hoy la rival de los Estados Unidos.
Revisionismo
"Combate" se distinguió por ser un diario de amplitud de pensamiento, donde se abarcaron importantes temas nacionales, entre ellos el revisionismo histórico, siendo uno de los medios de comunicación pioneros en esta temática, aquí expusieron sus tesis los principales revisionistas locales de la época como Jorge Luna Yépes, Wilfrido Loor, Fernando Pareja entre varios más.
El Revisionismo Histórico
(Extractado de "COMBATE", Quito, Jueves 2 de Abril de 1953)
Solamente cuando se logra conocer en detalle ciertos hechos históricos del mundo y en particular de nuestra América, justificaremos la acusación que han hecho algunos historiadores y políticos a determinadas sectas obscuras y a las logias internacionales para las que poco ha preocupado la dignidad de los hombres ni la soberanía de los países.
Muy fácil les fue emprender una tarea unitaria de desprestigio y de calumnia en contra de gobernantes y de instituciones que no fueran de su agrado o que por lo menos no se prestaron para enjuagues vergonzosos. Tal como ayer y valiéndose de la "prensa amarilla", de los grupos minoritarios que atrevidamente se autocalifican de "opinión pública" no tuvieron empacho en calumniar, en boicotear y en asesinar al espíritu popular que actuaba detrás de esos hombres y de esas entidades.
El drama estuvo muy bien preparado. La campaña tenía que hacerse unitariamente y en todas las latitudes. No era el hombre, no era la entidad. Les interesaba el pueblo. Acallar el grito espontáneo del pueblo que repercutía por medio de la honradez y de la eficacia. Y lo que se hizo, por ejemplo, con nuestro ilustre mandatario Gabriel García Moreno, cohesionador milagroso de la unidad nacional y restaurador de nuestro Tricolor Nacional, también se ha hecho con en otros países de América, tal el caso del ilustre mandatario argentino Juan Manuel de Rosas, que pese a la ingerencia capitalista protestante de Inglaterra, logró mantener unidas las provincias del Plata insurreccionadas por el oro extranjero para disgregarse y ser luego más fácil presa de la sed imperialista. Tal es el caso de Francisco Solano López en el Paraguay que prefirió llevar su país al sacrificio a entregarse maniatado a la garra explotadora.
Y sin embargo a esta clase de hombres, a estos forjadores de sus respectivas nacionalidades, por consigna secreta, por imposición de sectas se los ha calificado de "tiranos", se los ha hecho odiar internacionalmente como a fantasmas y como a sanguinarios, todo claro está gracias a la "educación laica" implantada por el masonismo para desfigurar el alma de nuestros pueblos de esencia cristiana y para debilitar nuestra personalidad y entrar al "saqueo" de nuestras posibilidades económicas, una vez internamente nos hemos encontrados divididos.
Mientras tanto, a agentes de esta traición a la Patria, sobre el pretexto de haber dizque dado libertad para la educación, haber implantado el matrimonio civil y otras medidas disolventes del espíritu eminentemente cristiano que impera en nuestras familias, se les ha levantado monumentos y han sido las "fundaciones" internacionales que al unísono han calificado de ilustres mandatarios a quienes, claro está, sirviendo fines siniestros ya comenzaron el entreguismo a los imperialismos económico e ideológico.
Nada raro es que el capitalismo haya presentado el primer acto de drama de miseria, de pobreza espiritual, no solo de la pobreza y esterilidad de la tierra, como dice C. Vigil, sino de esterilidad de las almas; que ese liberalismo jacobino que hoy trata de levantar cabeza en Ecuador y en otros países en donde ha perdido posiciones la masonería se encuentre empeñado en abrir paso el "capitalismo de estado y de la clase de los capataces" como es el comunismo. Es que el capitalismo y el comunismo vienen de una misma madre, están orientados hacia un mismo fin funesto. Por eso su actuación unitaria en el fondo. Por eso el alzamiento robusto de las nacionalidades que no quieren la imposición ni de uno ni de otro.
Justificada está desde ya la revisión histórica en la que se encuentran empeñados algunos países americanos, como el Paraguay, Chile, Argentina, Ecuador, etc. Sacar del olvido o de la desfiguración a valores nacionales que fueron pisoteados por las logias, en complicidad con gobernantes y entidades nacionales, y acabar con tantos ídolos que internacionalmente se nos ha hecho venerar y que hasta hoy se evoca en nuestras escuelas como "dioses" o como "salvadores de la Patria".
- Lcdo. Fernando Pareja (Corresponsal de viaje) Mendoza - Argentina, Marzo 28 de 1953.