Pueblos germánicos

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Guerrero visigodo, s.V EC.

Los pueblos germanos o germánicos (en latín, Germani) son un amplio grupo étnico indoeuropeo originario del norte de Europa y que comparten el uso de las lenguas germánicas como idioma. Antiguamente, estas tribus ocupaban la región ubicada al norte del Imperio romano, conocida como Germania (Véase Germania Magna, Germania Superior y Germania Inferior). Las tribus germánicas más conocidas son los godos, los sajones, los anglos, los alamanes, los lombardos, los frisones, los jutos, los francos, los burgundios, los vándalos y los suevos. A pesar de constituir tribus separadas, los germanos poseían características muy similares.

Se regían por sus propias leyes, de acuerdo al derecho de gentes (Los romanos poseían un derecho civil para sus ciudadanos y uno de gentes, para los extranjeros). Tenían sus propios jefes y conservaban sus costumbres, no hablaban latín y seguian la religión germánica.

Origen de la denominación

Como los romanos los consideraban formidables guerreros, es probable que su denominación provenga del término germánico heer-mann, 'hombre de guerra', que también dio origen a los actuales nombres propios Hernán y Germán. Puede también provenir de Hermann, el caudillo germano que masacró las legiones de Varo en la batalla del bosque de Teutoburgo. Esta derrota caló hondo en el orgullo de los romanos, ya que debieron replegarse a la ribera izquierda del Rin, frontera que perduró hasta la desintegración del Imperio romano. Los germanos provenían del norte y del este de Europa, de zonas no aptas para el cultivo, y fueron denominados bárbaros por los romanos por sus costumbres rústicas y tribales.

Según Tácito, el término "germano" procedía de una tribu celta llamada "germana", la cual fue expulsada de sus tierras, en Bélgica por la tribu de los tungros que se establecieron en el actual Tongeren. Con el tiempo la tribu fue denominada germánica por los celtas al ocupar el territorio de la antígua tribu celta denominada germana.

Historia

La cultura del Bronce (alrededor de 1200 a. C.) en el norte de Europa.

Según los hallazgos arqueológicos, se establecieron hacia el año 500 AEC. sobre las costas del Mar Negro y el Mar Báltico. Julio César (De Bello Gallico) diferenció entre los germanos cisrenanos (Cisrhenani Germani, esto es los "germanos a este lado del Rin" y los germanos transrenanos Germani Transrhenani o, simplemente, Transrhenani, "transrenanos"). El avance de los germanos hacia Occidente en aquella época pudo haber sido causado por catástrofes naturales o por su gran aumento demográfico. Se estima que en esa época sumaban entre uno y cuatro millones, contra menos de un millón de romanos y sus vasallos. Para contener sus avances, los romanos crearon una frontera fortificada, el limes ("límite" o "frontera", en castellano), a lo largo del Rin y el Danubio.

Periodos germánicos

Los periodos germánicos se dividen en:

  • Protogermanos (Urgermanen), aproximadamente entre el 20.000 y el 800 a.C.
  • Primeros germanos (Frühgermanen), aproximadamente entre el 800 y el 300 a.C.
  • Antiguos germanos (Altgermanen), aproximadamente del 300 a. C. al 100 d. C.
  • Germanos (Germanen), aproximadamente del año 100 d.C. a principios de la Edad Media. A veces dividido en germánicos del sur (centro de Germania ) y del norte (escandinavos) con fines de investigación.

Orígenes

Pintura de Fritz Koch-Gotha que muestra una celebración del solsticio de verano (Sommer; Sonnenwendfeier) con una cruz solar.

Según la hipótesis de los kurganes, los protoindoeuropeos tienen su patria ancestral en la región situada entre el Mar Negro, el Cáucaso y el Mar Caspio, en el milenio IV AEC. A principios del III milenio AEC, los indoeuropeos se establecen en Centroeuropa y en diversas oleadas van alcanzando los distintos rincones de la geografía europea.

La opinión más aceptada establece que los germanos son el resultado de la indoeuropeización del sur de Escandinavia y Dinamarca por tribus procedentes de Europa central, caracterizadas por la cultura material de la cerámica de cuerdas y del hacha de combate. A lo largo del III milenio AEC este foco nórdico se convirtió en un nuevo foco de indoeuropeización para el norte y oeste de Europa.

Al llegar los pueblos indoeuropeos al norte de Europa encontraron a los pueblos preindoeuropeos nativos con una sociedad centrada en la agricultura y creadora de los monumentos megalíticos. La amalgama de estos dos pueblos dio lugar a la cultura protogermánica, con la lengua indoeuropea y sus estructuras sociales orientadas hacia una sociedad guerrera y ganadera. La mitología nórdica en sus leyendas conserva la guerra entre los dioses Aesir y los Vanir, los primeros representantes del mundo indoeuropeo y los segundos de la sociedad preindoeuropea. Étnicamente se supone que los preindoeuropeos del norte debían ser parecidos a un grupo fino-ugrio. El bronce nórdico datado hacia el 1700 aec, es considerado la cultura ancestral común a todos los germanos.

Las primeras noticias que se tienen sobre los pueblos germánicos datan del último tercio del siglo IV AEC, cuando un griego de Marsella llamado Piteas, dedicado al comercio realizó un viaje al norte de Europa. La información de su viaje, contiene información sobre las costas del norte de Europa y sobre la tribu de los teutones, que en aquellos tiempos estaba situada en la costa del Mar de Norte.

El primer testimonio escrito de un texto germánico se encontró en un yelmo, en la localidad de Negau, al sur de la actual Austria. Esta escrita con caracteres etruscos y ha sido transcrita a caracteres latinos como “harigasti teiwa”. El primer término se supone que corresponde al poseedor del yelmo y el segundo de una divinidad, con la raíz indoeuropea deiwo, celeste, divino, con la evolución propia de las lenguas germánicas d→t de la primera consonante.

Guerras contra los latinos

Tribus germanas en el año 50 EC.

Los latinos y los germanos iniciaron sus conflictos a finales del II siglo AEC. Las tribus germánicas de los cimbros y teutones cruzaron el Rin y se adentraron en la Galia venciendo en dos batallas a los romanos. La situación se presentaba muy peligrosa para los romanos, pero contaban con la genialidad del cónsul Mario, el cual organizó un nuevo modelo de legiones, a las que sometió a un intenso entrenamiento. En el 102 AEC se produjo la batalla decisiva en Aquae Sextiae, donde los germanos fueron derrotados. Un año después Mario derrotaba de nuevo a los cimbros.

En el año 58 Cayo Julio César derrotó a los suevos comandados por Ariovisto, los cuales habían invadido la Galia, derrotando a los celtas. En dos ocasiones Julio César cruzó el Rin para castigar a los germanos. En tiempos del emperador Augusto, los romanos se adentraron en Germania, llegando al Elba y a Jutlandia, estableciendo una red de asentamientos que comerciaban con los germanos. La rebelión de Arminio (o Hermann) un querusco que fue educado en Roma como rehén y alcanzó la condición de équite, llevó a los germanos a la victoria en el bosque de Teutoburgo sobre las tres legiones de Publio Quintilio Varo, lo que constituyó un gran desastre para el Imperio Romano.

La información recopilada en estos contactos iniciales fue utilizada por Tácito para escribir su célebre Germania, en esta obra Tácito reconoce en los germanos muchas de las virtudes y costumbres propias de los romanos de los primeros siglos. Para Tácito los germanos son un conjunto de pueblos de guerreros austeros, sin apenas vicios, alimentación frugal, esforzados, acostumbrados a una vida dura, etc. Según Tácito la jefatura de las tribus era electiva y vitalicia. Sus “reyes” pertenecían a determinadas familias o clanes. La autoridad de sus “reyes” abarcaba todas las jurisdicciones: la civil, la militar y la religiosa. En cambio Julio César en sus escritos, nos dibuja una sociedad con tribus independientes que solo se unen por motivos bélicos, con jefes que actuaban de forma colegiada. Los estudiosos piensan que el lapso de tiempo que transcurre entre Julio César y Tácito, las tribus germánicas formaron confederaciones más estables y con una realeza que recaía en familias de prestigio como los baltos en el caso de los visigodos. Tácito es una fuente más rica para el estudio de los germanos occidentales, que son los que tuvieron un mayor contacto con el Imperio Romano, para los germanos del norte y orientales sus fuentes son menores. Los germanos occidentales fueron divididos por Tácito en tres grupos: ingaevones, istaevones y herminiones. Según la leyenda recogida por Tácito, cada uno de los grupos desciende un hijo del dios Mannus, hijo de Tuisto que era hijo de la diosa Tierra (se puede suponer un parecido con el Dios Magni, hijo de Thor y nieto de Odin y la Diosa Tierra Jord). Tácito interpretó acertadamente que los germanos occidentales conservan a través de sus leyendas la consciencia de un origen étnico común.

En el siglo VI los autores Jordanes y Gregorio de Tours escriben sus historias de los godos y de los francos. Los godos cruzaron masivamente el Danubio en el 376 EC huyendo de la persecución de los hunos. Después de las guerras Góticas se asentaron en Moesia y en Iliria.

Cansados de las falsas promesas de Roma, de ser utilizados como carne de cañón, Alarico asalta Roma y la saquea. Después se establecieron los visigodos en el sur de la Galia, en unas tierras cedidas por el Imperio Romano. En la festividad del Sol Invictus del 406 EC, los vándalos, suevos y alanos cruzaron el Rin por su tramo medio, saqueando la Galia y consiguiendo un buen botín. En el 409 cruzan los Pirineos y se asientas en Hispania, repartiéndose las provincias Romanas. Desde este momento el Imperio Romano pierde una de sus principales provincias, dejando a los hispanorromanos desprotegidos, como a la población romana de Britania. En el año 443 EC los burgundios se asentaron en las Galias. El asentamiento de los germanos en el oeste y de los eslavos en el este fue el último episodio de la reindoeuropeización de Europa, fruto de la cual se han configurado las áreas linguisticas y culturales.

Las migraciones

Mapa mostrando la distribución de las tribus germánicas o protogermánicas, y sus estados de expansión hasta el 50 AEC, 100 EC y 300 EC, en las etapas anteriores a la Época de las Migraciones. La extensión del Imperio romano en el 68 AEC y en el 117 EC.

Entre los años 235 y 285, Roma estuvo sumida en un periodo de caos y guerras civiles y se encontraba en una decadencia social, racial y espiritual en gran parte provocada por la intrusión de la judería en forma de cristianismo. Esto debilitó las fronteras, y los germanos, en busca de nuevas tierras, se desplazaron hasta la frontera norte del Imperio, en esa época eran 6 millones de personas (cerca de un millón emigran al este a la actual Ucrania). Los emperadores de la época permitieron el ingreso de los germanos bajo dos condiciones: debían actuar como colonos y trabajar las tierras, además de ejercer como vigilantes de frontera. Sin embargo, la paz se acabó cuando Atila, el rey de los hunos, comenzó a hostigar a los germanos, e invadieron el Imperio. Después de la retirada de los hunos, las tribus germanas se establecieron en el interior del Imperio: los francos y burgundios tomaron la Galia, los suevos, vándalos y visigodos se asentaron en Hispania, los hérulos tomaron la península Itálica tras derrotar y destituir al último emperador romano, Rómulo Augústulo. Posteriormente, los hérulos se enfrentarían a los ostrogodos, saliendo estos últimos victoriosos y tomando el control de toda la península. Con este nuevo flujo de sangre europea venido del norte, la región se renovaría racialmente, recuperando parte del vigor perdido debido al mestizaje propiciado por las colonizaciones y el comercio del imperio.

Los reinos germánicos

Artículo principal: Reinos germánicos


Los distintos pueblos germánicos se asentaron en diferentes zonas del antiguo Imperio romano de Occidente, fundando reinos en los que los germanos pretendieron inicialmente segregarse como una élite social separada de la mayoría de la población local. Con el tiempo, los más estables de entre ellos (visigodos y francos) consiguieron la fusión de las dos comunidades en los aspectos religioso, legislativo y social.

La diferencia cultural y de grado de civilización entre los pueblos germánicos y el Imperio romano era muy notable, y su contacto produjo la asimilación por los germanos de muchas de las costumbres e instituciones romanas, mientras que otras propias de sus antiguas tradiciones e instituciones se conservaron, formando así la cultura que se desarrolló en la Europa medieval y que es la base de la actual civilización occidental.

Cultura

Organización social

Reunión del consejo germánico (thing) representada en un relieve de la Columna de Marco Aurelio.

Todos los pueblos germánicos se regían por una monarquía electiva. El rey o jefe de la tribu era elegido por una asamblea de guerreros, que además administraban la justicia, pactaban la paz o declaraban la guerra. No poseían un código legislativo, por lo que se regían por el derecho consuetudinario.

La organización en cuanto al poder era bastante simple. La clase de los nobles, que tenían acceso a los puestos de mando (asamblea de guerreros, mandos militares) y podían ser nombrados reyes de su tribu. Los hombres libres, quienes formaban parte del ejército, practicaban la caza y otras actividades cotidianas. Los esclavos, quienes debían trabajar las tierras y obedecer a un amo.

Su organización social era de tribus independientes, que ocasionalmente se confederaban para la guerra, aunque a menudo también lo hacían entre ellas. Eran pastores y agricultores seminómadas, cuyos asentamientos eran poco duraderos. No tenían alfabeto (el rúnico de los escandinavos se usaba sólo para fines religiosos), por lo que no hay registros escritos de su historia hasta su encuentro con los romanos. Tenían esclavos y hacían vasallos semilibres a los pueblos conquistados. Algunas tribus, como los francos salios, establecieron relaciones de clientela con los romanos, sirviendo ocasionalmente en sus ejércitos. Estas relaciones sentaron la base del futuro régimen feudal, y los dominios que establecieron fueron el origen de los reinos medievales y los actuales países europeos.

Lengua

Artículo principal: Lenguas germánicas


Aunque compartían una lengua ancestral común, al momento de su avance sobre el interior europeo ya tenían varios dialectos hablados principalmente por:

  • Los pueblos nórdicos o escandinavos,
  • Los germanos occidentales,
  • Los germanos orientales.

Los datos proporcionados por la lingüística permiten afirmar que desde el II milenio AEC, la lengua de los antiguos germanos estuvo en contacto con las lenguas bálticas, célticas e itálicas. Estas influencias antiguas en las lenguas germánicas permiten a los lingüistas situar a los pueblos itálicos en el norte de Europa, antes de su emigración hacia la península itálica, a fines del II milenio aec.

Los lingüistas consideran que los grupos indoeuropeos centroeuropeos eran homogéneos, existiendo pequeñas diferencias dialectales, pero a raíz de la mezcla con los pueblos preindoeuropeos, se produjo la diferenciación en los principales grupos lingüísticos: eslavos, baltos, germanos, celtas, itálicos, tanto en el ámbito lingüísticos como cultural. La lengua germánica común se caracterizaba por:

  • El acento indoeuropeo de posición libre, se transforma en un acento fuerte e intensivo y fijo en la sílaba inicial de cada palabra.
  • La rotación consonántica es única del germánico, a excepción de un parecido en el armenio y el pelásgico.
  • Desarrollo de la vocal /u/ ante todas las sonantes.
  • Creación de la declinación débil para el adjetivo.

El cambio del acento se sitúa en el II AEC. Se cree que el germánico común se hablaba aún al principio de la era común. Al moverse hacia el sur, los grupos germánicos se fueron diferenciando al mezclarse con otros pueblos indoeuropeos y preindoeuropeos. En torno al 800 aec los germanos se situaban desde la desembocadura del Rin hasta la desembocadura del Vístula, por la franja costera. Al este se encontraron los pueblos bálticos, por el sur con los celtas y en una zona desconocida con los pueblos itálicos.

En el siglo II el geógrafo Ptolomeo aportó datos sobre los germanos y empiezan a labrarse las primeras inscripciones escandinavas. La traducción de la biblia por el obispo arriano Ulfilas es una fuente de gran valor para conocer el godo del siglo III.

Religión y literatura


Diversas armas y utensilios germanos

De la religión y mitología de los germanos orientales y occidentales se han conservado pocos documentos. Son más abundantes las fuentes de la religión germánica del norte. La principal son los Eddas.

La palabra 'edda' en las lenguas escandinavas significa manual de arte poético. Esta palabra es un cognado de palabra latina oda, que procede a su vez del griego. El primer texto que se llamó edda fue escrito por el poeta islandés Snorri Sturluson a comienzos del siglo XIII. Con posterioridad se descubrió otro texto de temática semejante que también se denominó edda. Con la finalidad de diferenciarlos, el escrito por Snorri se llamó Edda Menor o Edda en Prosa. Snorri es uno de los mayores genios literarios europeos. Brilló en una época oscura, donde la inquisición amenazaba a todo hombre que fuese creativo. La primera parte es el Gyfaginnig ("La Alucinación de Gyfi", rey Sueco). De una forma sencilla y amena nos introduce en la mitología nórdica, con una narrativa brillante, sacada fuera del triste Medievo. Continúa con unos relatos contados por el dios de la poesía Bragi, en los que se narran las peripecias ocurridas a Odín y Thor. La tercera parte, Skāldskaparmāl (el Arte Poético), es un tratado para los escaldos. La poesía islandesa tradicional exigía un conocimiento de los mitos, por este motivo compuso La Alucinación de Gylfi.

En el siglo XVI, el obispo islandés Brynjólter envió un importante códice llamado Codex Regius al rey de Dinamarca, Federico III. Este códice se guardó en la biblioteca Real de Copenhague. En el año 1971 fue devuelto al gobierno de Islandia. Para diferenciarlo de la obra de Snorri, se denominó Edda Mayor o Edda en Verso. Esta obra trata la vida de los Dioses y Héroes germánicos. Es una obra que se sumerge en la mentalidad nórdica, tratando temas similares a los narrados por otros pueblos europeos. La venganza, la fidelidad, la honra, la muerte heroica, el linaje, la familia, sin los tapujos de la moralina cristiana.

El Völuspá ('La profecía de la Vidente') es como dice su título, "los agüeros de la Völva" (profetisa nórdica). La Vólva no es una profetisa cualquiera, sino que existía antes de la creación del Universo. La Völva se dirige a los hombres y a los dioses, en especial a Odín, contando cómo se creó el Universo, la vida de los dioses, la creación del hombre, la decadencia del Asgard y el Ragnarök. Emplea un lenguaje profético, oscuro y épico.

El Hāvamāl ('Discurso del Altísimo') es un discurso de Odín, en forma de máximas y aforismos, en las que condensa una sabiduría profunda que exige una reflexión detenida por el ásatrú para hallar el mensaje que Odín le da para su vida.

Continúa con otros poemas dedicados a los principales dioses nórdicos. La segunda parte del Codex Regius recoge cantos heroicos. Están ordenados en tres ciclos que se corresponden con la triada nórdica: Odín, Freyr y Thor. El ciclo de Sigurd se introduce en la Grípisspā ('Profecía de Griper'). El Codex Regios contiene también poemas que se encuentran en otros manuscritos. Los más importantes son: 'El Sueño del Dios Balder', 'El Sufrimiento del Dios Rig', 'Hyndluljöd' ('cantos a la perrita'), Grottasöngr ('El Canto de la Cueva') y el Hlödskvida (La batalla de los Hunos, perteneciente a la historia de los godos, un ejemplo claro como cuatro siglos después aún se continuaban cantando las gestas de los godos).

Apariencia física

Fuentes antiguas revelan que los germanos son descritos principalmente como de cabello rubio rojizo (rutilae comae: 'rojo dorado') por los romanos (Tácito, Germania IV; Séneca. De Ira, III. 26. 3) o flavus, que significa 'rubio'. (Juv. Sat. XIII. 164; Lucan. II. 60) y ojos azules o grises (Germania IV; Plutarco Vida de Mario, XI. 3; Hor. Ep. XVI). Su piel también se describe como de color blanco pálido (Vitruvio. VI. 1. 3; Eugippius, Thesaurus 73).

El antiguo escritor Julio Fírmico Materno llegó incluso a afirmar que toda Alemania era rubia:

Si los caracteres y la complexión de la humanidad se deben a las combinaciones de los planetas, y los movimientos de los planetas forman los rasgos de los hombres, como en las pinturas: es decir, si la Luna hace que las personas tengan la piel clara; Marte, roja; Saturno, negra, ¿Por qué toda la población de Etiopía es negra, la de Alemania rubia, la de Tracia pelirroja, como si la Luna y Marte no tuvieran fuerza en Etiopía, y Saturno no pudiera producir colores oscuros en Alemania o Tracia?
Matheseos Libri Octo, II. 1.

Fuentes

Las principales fuentes sobre los pueblos germánicos son:

  • Latinas:
  • Latinas escritas por germanos:
    • Jordanes, De Grigine Actibus Geratum.
    • Paolus Diacomus, Historia Longobardorum.
    • Gregorio de Tour, Historia Francorum.
    • Beda, Historia Eclesiastica Gentis Anglorum.
    • Adam de Bremen, Gesta Hammburgensis Eclesiae Pontificum.
    • Isidoro de Sevilla, Historia Regibus Gothorum, Vandalorum, Suevorum.
  • Relatos épicos:
    • Beowulf
    • Kudrun
    • Waltarius
    • Cantar de los Nibelungos.
  • Mitológicos:

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