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Carlos Obligado
Familia
Carlos Obligado pertenecía a una familia de criollos creada por Antonio Martínez de Obligado, un nativo de Andalucía que arribó a Buenos Aires a mediados del siglo XVIII e hizo fortuna como hacendado.
Su abuelo fue el arquitecto Luis Obligado Saavedra, hombre de simpatías rosistas que, en compañía de Vicente Corvalán, alimentó el cancionero federal decimonónico componiendo varias piezas musicales.
Los Obligado eran los propietarios de las tierras junto al río Paraná donde se libró el Combate de la Vuelta de Obligado en 1845, episodio bélico en el que las fuerzas de la Confederación Argentina bajo el mando de Lucio Norberto Mansilla se enfrentaron a una flota anglo-francesa que había violado la soberanía del país sudamericano.
El padre de Carlos Obligado fue Rafael Obligado, un destacado poeta argentino, cultor del género gauchesco, que escribió, entre otras obras, el aclamado Santos Vega. Su hermano Jorge Obligado también incursionó en la poesía, llegando a publicar varios libros de su autoría.
Fue sobrino del escritor Francisco Soto y Calvo, quien estaba casado con su tía, la pintora María Antonia Obligado. Otro de sus tíos fue el historiador Antonio Gómez Langenheim.
Literato
Crítica literaria
Obligado se formó como filólogo en la Universidad de Buenos Aires, doctorándose en el año 1917. Durante muchos años trabajaría como docente en esa institución, dictando clases en diferentes cátedras.
Su labor como crítico se centró en el análisis del romanticismo literario de algunos autores franceses, ingleses y estadounidenses, así como también en el estudio de la literatura gauchesca argentina (se interesó especialmente en la obra de su padre Rafael Obligado y en la de José Hernández).
Escribió prólogos para libros de Susana Calandrelli y Susana Oyuela.
Leopoldo Lugones
Obligado sentía una gran admiración por el poeta Leopoldo Lugones, a quien consideraba uno de los máximos talentos literarios de la Argentina. En 1927 publicó La cueva del fósil, un libro dedicado a analizar su obra.
Tras la muerte de Lugones en 1938, Obligado reeditó La cueva del fósil y, por pedido de la viuda y del hijo del extinto escritor, preparó una antología de su obra poética. La misma fue publicada en 1941 y se convirtió en un texto de referencia imprescindible para todo aquel que quisiera aproximarse a lo esencial de la escritura lugoniana.
Para Obligado el más valioso de los libros de Lugones fue el poemario Romances del Río Seco, al cual elogiaba enfáticamente por considerarlo una obra maestra del criollismo argentino.
El único reproche que Obligado le realizó al respetado autor fue el no haber incursionado con profundidad en la poesía religiosa.
Poesía
Al ser hijo de un autor de renombre, y al haber crecido en un ambiente caracterizado por la constante presencia de talentosos artistas, desde muy joven Obligado se sintió inclinado a producir sus propias obras literarias. Sin embargo tardó muchos años en darlas a conocer al gran público.
Poemas, su primer libro, fue publicado en 1920 con prólogo del crítico literario Carmelo Bonet e ilustraciones del pintor Rodolfo Franco. La obra testimonia el proceso de maduración artística de Obligado, el cual lo había ido dando a conocer paulatinamente a través de las páginas de la revista Nosotros.
En 1938 apareció El Poema del Castillo, un conjunto de romances intimistas que rinden culto a sus antepasados, celebran el paisaje rural y expresan su sabiduría patriarcal.
La Junta de Recuperación de las Malvinas organizó en 1940 un concurso público para componer un himno que defendiese la soberanía argentina sobre el archipiélago ocupado por los británicos. Obligado resultó ganador del certamen junto con el compositor José Tieri, creando así la "Marcha de Malvinas", la cual fue estrenada en enero de 1941 y pasó a convertirse en un símbolo patrio no oficial de la Argentina.
Sus últimas obras son nobles empresas líricas: en una -el poema Patria de 1943- vindica a la hispanidad y exhorta a la nación argentina a cumplir con su destino de grandeza, mientras que en la otra -Ausencia de 1945- reune unos emotivos sonetos en memoria de Lucía Nazar Anchorena, su esposa muerta.
Algunos de sus versos fueron seleccionados por Leonardo Castellani y Fermín Chávez para formar parte del libro Las cien mejores poesías (líricas) argentinas.
Traducciones
Obligado dejó su huella como traductor al español de poetas extranjeros: convirtió a su lengua a textos del estadounidense Edgar Allan Poe, del inglés Percy Bysshe Shelley y de los franceses Alfred de Vigny, Alphonse de Lamartine, Alfred de Musset y Victor Hugo.
Clubes literarios
A lo largo de su vida Obligado participó de diversas iniciativas para reunir a escritores argentinos y promover sus obras entre el público masivo.
Gracias a una propuesta de Manuel Gálvez, Obligado se convirtió en miembro de la Academia Argentina de Letras en 1934. Poco después se incorporó al Círculo de Escritores Argentinos.
También formó parte del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, de la Comisión Nacional de Cultura y del Instituto Sanmartiniano, y dirigió la Comisión de Bibliotecas Populares de la República Argentina.
Convocado por Arturo Cancela, fue uno de los fundadores en 1947 de la Asociación de Escritores Argentinos. A ese club también pertenecieron Leopoldo Marechal, José María Castiñeira de Dios, Vicente D. Sierra y Gustavo Martínez Zuviría.
Político
Colaborador de la Revolución de 1930
Obligado simpatizó con el nacionalismo. Ello lo llevó a apoyar a la Revolución de 1930: como consecuencia, durante parte de 1931 ocupó el puesto de Decano en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
De todos modos Obligado -junto a Rodolfo Irazusta, Leopoldo Lugones, Mario Lassaga, Ernesto Palacio, César Pico, Lisardo Zía y otros intelectuales de la época- formó parte de Acción Republicana, un grupo que terminó tomando una postura crítica frente al gobierno de José Félix Uriburu, reclamándole que avanzara hacia posiciones más revolucionarias.
Participación en la Acción Nacionalista Argentina
Acción Nacionalista Argentina fue una organización creada en 1932. Integraba entre sus filas a muchos partidarios del régimen uriburista que habían sido desplazados de los puestos de poder por parte del nuevo gobierno del presidente Agustín P. Justo.
Obligado participó del acto fundacional de ANA y durante un par de años colaboró activamente con el grupo por pedido de su amigo Juan P. Ramos.
Colaborador de la Revolución de 1943
Al producirse el golpe de Estado que dio inicio a la Revolución de 1943, Obligado fue convocado a defender los valores nacionales desde el ámbito universitario. Por ende ocupó puestos de gestión en la UBA, llegando a convertirse en Rector de la institución durante algunos meses de 1944. Comprometido con la idea de liquidar al laicismo en el campo de la educación, rebautizó al Colegio Nacional de Buenos Aires dependiente de la casa de altos estudios como Colegio Nacional de San Carlos, colocando al sacerdote Juan Sepich como su rector. También impulsó la creación de una pastoral universitaria para evangelizar a los estudiantes y docentes de la institución.
Posteriormente apoyó a Juan Domingo Perón en su ascenso a la presidencia de la República Argentina, y colaboró con el nuevo régimen intentando promover el desarrollo de una cultura nacional que fuese fiel a las raíces hispánicas y a la herencia católica de la región.
Falleció inesperadamente en 1949.
Bibliografía
- Poemas. Buenos Aires: Virtus, 1920.
- La cueva del fósil. Buenos Aires: Roldán y Cía, 1927.
- El argentinismo de Rafael Obligado. Buenos Aires: Imprenta Coni, 1934.
- Temas poeticos. Buenos Aires: Colegio de Graduados de La Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, 1936.
- De la poesía de Leopoldo Lugones. Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, 1938.
- El Poema del Castillo. Buenos Aires: El Bibliofilo, 1938.
- Patria. Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1943.
- Ausencia. Buenos Aires: Emecé, 1945.