Ernesto Palacio

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Ernesto Palacio Calandrelli (4 de enero de 1900, San Martín, Argentina - 3 de enero de 1979, Buenos Aires, Argentina) fue un intelectual y político argentino. Militante del nacionalismo católico y promotor del revisionismo histórico, llegó a ser diputado nacional por el Partido Peronista.

Al ser políglota -ya que dominaba el francés, el inglés, el alemán y el latín- también se desempeñó como traductor, vertiendo al español textos de, entre otros, Henri Barbusse, André Gide, Jacques Maritain, Gerald G. Walsh, Christopher Hollis, Virginia Woolf, Alejandro Korn, y los tratados Del conocimiento de Dios y de sí mismo de Jacques-Bénigne Bossuet y De la monarquía de Dante Alighieri.

Juventud

Ernesto Palacio era hermano del caricaturista Lino Palacio. Su padre fue el ingeniero Alberto C. Palacio, su tío el político Mariano Castellanos y su abuelo el filólogo Matías Calandrelli.

Se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires, graduándose en 1926. En sus años como estudiante universitario estuvo vinculado a grupos reformistas, a los cuales más tarde repudiaría por haberse disfrazados de adalides de la justicia social sólo para promover la subversión cultural.

Ávido lector desde niño, profesó el anarquismo primero y luego el sindicalismo. Formó parte de la redacción de la revista Martín Fierro, la cual estaba vinculada a un círculo de escritores conocido como el Grupo de Florida. Esos jóvenes de modales aristocratizantes, espíritu vitalista e ideas vanguardistas, proponían una renovación estética de las artes argentinas. A raíz de ello cultivaron la irreverencia, el humorismo y la dicacidad, algo que Palacio conservaría el resto de su vida para recurrir a ellas cuando la situación lo ameritase.

Su interés por la literatura lo acercó a Leopoldo Lugones, poeta consagrado a quien primero menospreció pero al que luego terminaría admirando.

Militancia nacionalista

A causa de su participación en los Cursos de Cultura Católica -en donde conocería al pensador tomista César Pico-, Palacio renunció a sus simpatías izquierdistas y se sintió inclinado a abrazar al catolicismo y al nacionalismo (su libro La Inspiración y la Gracia atestigua esa conversión). En 1927, en compañía de los hermanos Julio Irazusta y Rodolfo Irazusta, impulsó la creación del periódico La Nueva República. Un par de años después acompañaría a Roberto de Laferrère, Juan Carulla, Daniel Videla Dorna y otras personalidades de la época en la fundación y organización de la Liga Republicana.

Al producirse la Revolución de 1930 que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, Palacio fue convocado por el nuevo gobierno para colaborar con ellos. Por ese motivo se trasladó a la ciudad de San Juan, en donde fue designado al frente del Ministerio de Gobierno e Instrucción Pública de la provincia, posición que ocupó por varios meses mientras Marco Aurelio Avellaneda fue gobernador.

Cuando la presidencia de José Félix Uriburu comenzó a desestabilizarse, Palacio se sumó Acción Republicana, un grupo de adherentes al régimen que exigían la realización de una serie de reformas y renovaciones para garantizar la prosperidad nacional.

Ya de regreso en Buenos Aires se convirtió en docente de varias escuelas secundarias y se abocó a dar el combate metapolítico a favor del nacionalismo argentino a través de las páginas de la prensa de la época.

Sus textos aparecieron en los diarios La Fronda, La Nación y La Prensa, como así también en Signo, Criterio, Número, Baluarte, Bandera Argentina, Sur, Reconquista, Nueva Política y otras revistas. Además publicó varios libros: el brillante Catilina contra la oligarquia (1935) -obra ampliamente elogiada por personalidades como Leonardo Castellani y Ramiro de Maeztu, visiblemente influenciada por el pensamiento de Charles Maurras y Oswald Spengler, y escrita al calor de los acontecimientos de 1931- en donde el autor rehabilita la figura del senador romano Lucio Sergio Catilina para criticar a la oligarquía plutocrática que se había apoderado del gobierno argentino; los ensayos de El Espíritu y la Letra (1936), en donde un Palacio ya consagrado como moralista en la tradición de Montaigne, escribe, entre otras cosas, acerca de la importancia de considerar como verdaderos sujetos políticos a las masas; y los artículos de La historia falsificada (1939), cuyo propósito es fundamentalmente exhortar a revisar los relatos históricos argentinos que, por mezquindades políticas, han convertido a los héroes en villanos y a los villanos en héroes, y que han pretendido negar la tradición católica y borrar la herencia hispánica arraigada en el pueblo.

Palacio fue uno de los fundadores del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. Desde las páginas de la revista que la institución publicaba, el intelectual hizo campaña para que los argentinos repensasen a la figura de Juan Manuel de Rosas como la del gran líder y protector de la nación.

A mediados de 1940 se convirtió en editor del semanario Nuevo Orden. Desde su redacción se gestó la creación del Partido Libertador. Sin embargo, debido a un desencuentro con los hermanos Irazusta que comandaban al PL, Palacio terminó rompiendo sus vínculos con el grupo. En consecuencia se aproximó a FORJA, una organización soberanista que también era neutralista pero cuya orientación era más popular.

Adhesión al peronismo

Palacio, como muchos de sus compatriotas, apoyó a la Revolución del 43. A fines de 1944 se unió al Club Argentino, un think tank que editaba la revista La Víspera. En 1945 promovió el Plan Hernández para impulsar una reforma agraria en la Argentina. Ese mismo año lanzó el semanario Política a través del cual apoyó al ascendente Juan Domingo Perón. Junto a Raúl Scalabrini Ortiz creó la Unión Revolucionaria, organización que promovió la nacionalización y estatización del sistema ferroviario argentino, que por aquel entonces se encontraba a manos de empresas de origen británico.

Cuando se realizaron las elecciones de 1946, Palacio se presentó a las mismas con la intención de ocupar un puesto de diputado nacional por el distrito de Capital Federal dentro de las filas de la Unión Cívica Radical Junta Renovadora -que luego se fusionaría a otras fuerzas para formar el Partido Peronista.

El paso de Palacio por el parlamento argentino se extendió de 1946 hasta 1952. Hasta 1947 fue el responsable de diseñar las políticas culturales del país, asistido por el periodista Justo Pallarés Acebal; sin embargo Raúl Apold terminó por desplazarlo de ese puesto. Por intermedio de su influencia, intelectuales como Manuel Ugarte y Pedro Juan Vignale se convirtieron en diplomáticos al servicio del país. Su gran proyecto de crear un gran diario argentino con apoyo oficial para así difundir el pensamiento nacional jamás se concretó, pese a haberle sido prometido en su momento por el propio presidente.

Junto a Carlos Astrada, John William Cooke, Joaquín Díaz de Vivar, Homero Guglielmini y Vicente D. Sierra participó en 1948 de "Tribuna de la Revolución", un importante ciclo de debates sobre el naciente peronismo al cual asistió el propio Juan Perón.

En 1949 se publicó su célebre Teoría del Estado. Basado en una conferencia que había pronunciado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en el marco de una serie de debates acerca de la necesidad de reformar la Constitución Nacional, el libro ha sido leído por muchos como una sutil crítica a Perón. En efecto, apelando a la teoría de la élite de Vilfredo Pareto y Gaetano Mosca, Palacio advierte sobre el peligro del desborde del poder presidencial que luego, lamentablemente, ocurriría.

Fue colaborador de la revista Dinámica Social, creada en 1950 por el italiano Carlo Scorza.

Últimos años

Alejado del peronismo, Palacio se abocó a la tarea de sintetizar varias décadas de revisión de la historia nacional para generar una obra que fuese amena de leer y de fácil acceso al público masivo. Así nació Historia de la Argentina, libro estupendo que gozaría de numerosas rediciones y ampliaciones.

En el texto se puede conocer acerca de la perniciosa influencia que la masonería ha ejercido sobre la Argentina, como así también se aprecia una vindicación de personalidades como Juan Manuel de Rosas, Manuel Dorrego, José Gervasio Artigas y Ángel Vicente Peñaloza, hasta ese entonces habitualmente menospreciados por la historiografía oficial. Historia de la Argentina es famoso, además, por abordar a la figura de Yrigoyen como la de un precursor del nacionalismo.

Junto a José María Rosa y Ricardo Font Ezcurra creó a la Organización Popular por la Repatriación de los Restos del General Rosas, cuyo objetivo era presionar al gobierno argentino para que el féretro en el que estaba enterrado Rosas en Inglaterra fuese transportado a la Argentina y depositado en un mausoleo diseñado para honrar a su ilustre figura. A esa iniciativa adherirían personalidades como Manuel Gálvez, Alfredo Tarruella, Federico Ibarguren, Luis Soler Cañas, Juan Pablo Oliver, Alberto Ezcurra Medrano, Fernando García Della Costa, Ramón Doll, Héctor A. Llambías, John William Cooke, Fermín Chávez, Oscar R. Suárez Caviglia, Bartolomé Amato y Alberto Contreras entre otros.

Una afectación en su salud hizo que, a partir de 1955, su figura se eclipsara de la escena pública.

Cuando falleció el escritor Pedro Miguel Obligado en 1967, Palacio lo despidió leyendo un poema que compuso para la ocasión, y que fuese calificado por el erudito Julio Irazusta como una de las mejores elegías de la literatura argentina.

Hacia finales de la década de 1960 adhirió al Movimiento de la Revolución Nacional que había creado Marcelo Sánchez Sorondo en un intento por unificar a las fuerzas del nacionalismo con otras corrientes para acceder al gobierno.

Al morir dejó muchos papeles inéditos, incluyendo sus Memorias, de las que algunos párrafos fueron dados a conocer en las páginas del N° 1 de la revista Cabildo en 1973.

Uno de los hijos del escritor, Juan Manuel Palacio, fue también un destacado ensayista de pensamiento nacional.

Bibliografía

  • La Inspiración y la Gracia. Buenos Aires: Gleizer, 1929.
  • Catilina contra la oligarquia. Buenos Aires: Rosso, 1935.
  • La historia falsificada. Buenos Aires: Difusión, 1939.
  • Historia de Roma. Buenos Aires: Albatros, 1939.
  • Historia de Oriente. Buenos Aires: Albatros, 1940.
  • Teoría del Estado. Buenos Aires: Política, 1949.
  • Historia de la Argentina. Buenos Aires: ALPE, 1954.

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