Enrique Díaz Araujo

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Enrique Díaz Araujo (25 de abril de 1934, Mendoza, Argentina - 4 de febrero de 2021, La Plata, Argentina) fue un jurisconsulto, historiador, novelista, analista político y crítico sociocultural argentino. Militante del nacionalismo católico, se destacó por su agudeza intelectual y su profunda erudición, lo que le permitió ser muy prolífico como autor.

Algunos de sus textos fueron publicados bajo el seudónimo de "Javier Pacheco".

Biografía

Díaz Araujo cursó sus estudios en el Liceo Militar General Gerónimo Espejo de la ciudad de Mendoza -donde lo tuvo como profesor a Rubén Calderón Bouchet-, trasladándose luego a La Plata para formarse como abogado en la universidad local. En 1955 militó a favor del derrocamiento de Perón, a quien lo despreciaba por sus ataques contra el catolicismo (debido a ello Díaz Araujo cultivaría una posición antiperonista radical aunque racional y empíricamente justificada durante el resto de su vida). En aquellos años en los que vivió en Buenos Aires integró la Asociación Universitaria Platense que apadrinaba Carlos Disandro. Empero fueron las figuras de Julio Irazusta, Carlos Steffens Soler y Alberto Falcionelli quienes lo orientaron en el desarrollo de su carrera como historiador.

Trabajó durante un par de décadas en el Poder Judicial de su provincia natal, llegando a ser juez del fuero penal. Sin embargo su vocación siempre fue la de investigador y docente, por lo que dictó clases en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. También estuvo vinculado como profesor a la Universidad de Mendoza, la Universidad FASTA, la Universidad Católica de La Plata, la Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Además de su extensa labor académica de la que dejó testimonio en publicaciones como Idearium y Revista de Historia Americana y Argentina, Díaz Araujo fue un activo colaborador de la prensa nacionalista de la Argentina, escribiendo frecuentemente para revistas como La Hostería Volante, Ulises, Verbo, Mikael, Cabildo, Moenia, Gladius y Memoria. Asimismo publicó artículos en las páginas de la revista chilena Tizona y en los Anales de la Fundación Francisco Elías de Tejada editados en España.

A comienzos de la década de 1970 sufrió amenazas de muerte por parte de los grupos subversivos armados, lo que lo hizo vivir tiempos muy angustiosos. En la década siguiente, ya liberado de la tarea judicial, estuvo afiliado al Partido de la Autonomía y la Soberanía (PAYS), una agrupación provincial que hacia 1991 se transformaría en la rama local de Fuerza Republicana antes de disolverse.

Díaz Araujo fue miembro de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza, de OIKOS, de la Academia del Plata y del Centro Pieper. En 2010 el Vaticano lo convocó para participar de la asamblea del Consejo Pontificio para la Cultura como representante de la Argentina.

Obra

La obra de Díaz Araujo se sustenta sobre tres pilares: la ortodoxia católica como concepción general de la existencia, el tradicionalismo como sustento del pensamiento social y político, y el nacionalismo entendido como un impulso antiimperialista. La mayoría de sus textos polemizan contra los tergiversadores de los hechos y promueven -aunque sin proponérselo- una pedagogía patriótica ante sus lectores.

Historiador

Historia de América

El combate contra la leyenda negra española guió la incursión de Díaz Araujo como americanista. En libros como Bases jurídicas del Descubrimiento de América (1992), América, la bien donada (1999) y Colón, medieval portador de Cristo (2000) argumenta a partir de toda la documentación eclesiástica que el avance de España en el Nuevo Mundo tuvo una intención primariamente evangelizadora, y que si ocurrieron desviaciones sobre esa ruta ninguna estuvo justificada por el santo espíritu de conquista que movilizó a los ibéricos.

En su análisis crítico acerca de las fabulaciones de Fray Bartolomé de las Casas desmitifica a uno de los héroes del liberalismo y del socialismo -o, más bien, uno de los héroes de la antihispanidad-, mostrando que en realidad era un hombre a favor del esclavismo, que no condenaba al paganismo y que trabajó para la corte flamenca de Carlos V. Díaz Araujo llega a señalar que el EZLN es una herencia de la falta de civilización y cristianización de la zona de los indios lacandones sobre la que Las Casas tuvo jurisdicción como obispo.

Asimismo el autor cuestiona a Francisco de Vitoria, debido a que interpreta que su uso del concepto de razones naturales constituyó un desafortunado alejamiento de la doctrina del derecho papal de donación, lo que fue utilizado posteriormente por los liberales para justificar su ataque contra la corona española.

Historia de la Argentina

Los escritos sobre la historia de la Argentina abarcan la mayor parte del corpus diazaraujiano. El investigador escribió con espíritu de historiador sobre el periodo que va desde la guerra de independencia hasta la guerra contra la subversión, ocupándose especialmente de las aventuras y desventuras que significó la construcción y reforma del Estado argentino.

En el libro Mayo Revisado (2010), siguiendo a historiadores como Guillermo Furlong, Roberto Marfany y Federico Ibarguren, explica cuáles fueron las causas reales de la Revolución de Mayo -vinculadas a la crisis política y moral que atravesaba España-, reconstruye tanto el proceso cronológico como el proceso doctrinal que desembocó en ese episodio de 1810, y pulveriza las distorsiones sobre el asunto que han promovido los historiadores liberales y marxistas. De ese modo, gracias al profundo trabajo de síntesis documental de Díaz Araujo, queda claro que los revolucionarios no pensaban en lograr la independencia sino solamente en conseguir mayor autonomía, conservando así al sistema político vigente para no ser arrastrados por los ideales ateos y sanguinarios que guiaron a la Revolución Francesa. Además descarta todas esas lecturas del acontecimiento histórico que postulan que las acciones contra el Virrey Cisneros fueron ejecutadas por el pueblo, cuando en realidad los verdaderos protagonistas del episodio fueron una vanguardia de patricios liderada por Cornelio Saavedra y Feliciano Chiclana.

Su San Martín: cuestiones disputadas (2015) -que amplía lo vertido en Don José y los chatarreros (2001)- intenta hacer justicia de la figura de José de San Martín, quien por intermedio de la obra de Bartolomé Mitre devino un militar belicista y liberal, que odiaba a España y amaba al Reino Unido, cuando en realidad el Padre de la Patria fue lo contrario a eso. Una sección está dedicada a desarrollar diversos aspectos de la religiosidad del Libertador de América, descartando así la acusación de que perteneció a la masonería (incluso se detallan los enfrentamientos que mantuvo frente a las logias que operaban en la época); en otra se ocupa de demostrar que la idea de un San Martín siguiendo las directivas del Plan Maitland no son más que calumnias; y destina una buena parte de la obra a desarticular la idea de que el exilio sanmartiniano en Europa fue un época de pasividad para el militar, cuando en realidad se mantuvo políticamente activo intentado promover la unidad americana.

Díaz Araujo escribió también sobre el llamado periodo de la Organización Nacional que siguió al derrocamiento de Rosas, enfatizando que hubo planes políticos y económicos que, de haber sido aplicados, la tradición federal se hubiese modernizado y hubiese perdurado intacta ante el reformismo liberal. En efecto, reconociendo que la sanción de la Constitución Nacional de 1853 fue un proceso complejo en el que hubo mucha discusión y negociación, el historiador se ocupó de rescatar a personalidades como Mariano Fragueiro (en un libro de 1994) y Facundo Zuviría (en una obra de 1991), quienes, pese a haber tenido una visión clara sobre los caminos que debía recorrer la Argentina para alcanzar la grandeza, terminaron siendo opacados por las camarillas liberales que demolieron el país real para implantarle uno imaginario, el cual jamás llegó a concretarse. La política de 'Fierro' (1972) usa a la obra de José Hernández para referir al sistema de resistencia que surgió frente a la conquista del Estado argentino por parte de las sectas liberales decimonónicas.

Otro trabajo importante de Díaz Araujo en torno a la historia argentina es Del laicismo del 80 a la Reforma Universitaria del 18 (2015-2016), en el cual se encarga de describir de que modo la tradición nacional fue fracturada gracias a la acción del progresismo finisecular que profesaba la oligarquía argentina. Personajes como Eduardo Wilde y José Ingenieros -a los que el autor les dedicó sus respectivos opúsculos en 1967 y 1998- son presentados como el epítome de ese culto al materialismo que empobreció el alma argentina y enajenó al pueblo. También en ese libro destaca la resistencia por parte de los católicos que, procurando proponer una mirada humanista de la política, se organizaron para dar el buen combate ante una mayoría de hombres a los que no les interesaba más que incrementar sus patrimonios personales a expensas del bienestar de la nación.

A Hipólito Yrigoyen, por su parte, lo juzga en sus respectivas monografías como un continuador de esa misma corriente antinacionalista, que se valió de la retórica del nacionalismo económico pero que en la práctica se ocupó de mantener intacta la dominación neocolonial de los británicos sobre el país.

Sus trabajos en los que diagnostica la decadencia argentina se coronan con La Semana Trágica de 1919 (1988), en el cual deja entrever que el levantamiento anarco-comunista que padeció Buenos Aires fue producto no sólo de conspiradores subversivos que pretendían subirse a una ola internacional, sino que también fue el resultado del desprecio que la clase dirigente manifestaba hacia el trabajador (desprecio nacido de su desinterés por afrontar la resolución de la cuestión social como un asunto vital para procurar alcanzar el desarrollo nacional).

Los libros 1930: conspiración y revolución (1997-1998) y El G.O.U. en la Revolución de 1943 (1970) abordan dos momentos centrales del nacionalismo argentino y explican por qué el ímpetu político que podría haber salvado a la Argentina se diluyó en manos de entreguistas y populistas que operaron a la par de aquellos que se animaron a actuar, siendo ellos en realidad los ilegítimos herederos de un momento de gloria patriótica. En ambas obras, Díaz Araujo se ocupa de aclarar cual fue el papel que jugó Juan Domingo Perón en esos eventos, dejando en claro que ni 1930 ni en 1943 fue un personaje relevante para la organización y el estallido de las revoluciones.

Años del cuarenta: la Argentina en la hora norteamericana (2017) repite y profundiza lo explicado en Las relaciones de la Argentina con Estados Unidos de Norteamerica (1967): el derrumbe que experimentó la Argentina después de la Segunda Guerra Mundial fue el resultado de un particular ensañamiento contra el país por parte del imperialismo estadounidense, que no le perdonó que haya reforzado su alianza con el Reino Unido cuando desde el norte del continente necesitaban de su apoyo para expandir su hegemonía; la negativa argentina de aceptar una sociedad como pares con los EEUU, terminó generando desconfianza en Washington y provocando luego la humillación del país ante sus rivales. Lo interesante de esos trabajos es que Díaz Araujo analiza a la cultura estadounidense partiendo de la matriz calvinista que la forjó, lo que permite entender por qué la adopción de sus costumbres y valores es tan nociva para un pueblo como el argentino.

Con La guerrilla en sus libros (2008-2017) atraviesa las décadas de 1960 y 1970 buceando en las publicaciones realizadas por los grupos armados subversivos para demostrar que la violencia política que experimentó la Argentina en esos años no fue la tradicional, sino que hubo una influencia extranjera muy poderosa que enmarcó el conflicto en el espacio de la Guerra Fría (el país ya desde 1963 fue escogido por los comunistas como destino para la exportación de la revolución cubana). De esa manera Díaz Araujo clarifica el carácter de invasión foránea que tuvo la acción guerrillera en la Argentina y justifica la reacción del Estado como un legítimo acto de defensa de la soberanía nacional.

Aquello que se llamó la Argentina (2002) representa una síntesis de su labor como historiador o biógrafo de su patria. Allí señala que la decadencia argentina tiene su raíz en la fatal dependencia económica y política que el país no supo como superar. Tras hacer una crónica de las pujas entre patriotas y vendepatrias que sufrió la Argentina, se despacha contra Ricardo Alfonsín por haber sido un criptomarxista y contra Carlos Menem por haber sometido al país al flagelo del neoliberalismo, lo que significó no solamente la ruina de las finanzas de los habitantes del suelo nacional, sino que también implicó terminar de descristianizar a la sociedad y hundirla en la crisis moral.

Historia de Mendoza

A Díaz Araujo también le interesó la historia de su patria chica: la provincia de Mendoza. Escribió sobre aspectos económicos y sociales de ese territorio, pero su trabajo más valioso en este campo es, quizás, Los Vargas de Mendoza (2003), una obra en la que, siguiendo el derrotero de una familia protagonista de la política local -con la cual el historiador estaba emparentado-, reconstruye el clima que se vivió en esa parte del país durante los momentos más turbulentos del siglo XIX.

Causa malvinera

Un capítulo especial de la obra diazaraujiana son sus obras Malvinas, 1982: lo que no fue (2001) y Estudios malvinenses (2018), y los demás ensayos y conferencias en los que aborda el tópico malvinero. En esos textos se ocupa de estudiar la Cuestión de las Islas Malvinas desde diversos ángulos para terminar sosteniendo que la Guerra de Malvinas fue iniciada por el Reino Unido, pues los británicos eran conscientes de que la usurpación que habían ejecutado del territorio en 1833 no podría sostenerse en las últimas décadas del siglo XX si no era mediante el recurso a la fuerza bélica (a raíz de ello los europeos iniciaron la movilización de sus tropas el 26 de marzo de 1982, sabiendo que la Argentina contestaría afirmativamente la invitación a combatir).

De sus análisis sobre el desarrollo de la guerra en el sur del Atlántico se desprende que no fue la superioridad británica la que determinó el triunfo de los imperialistas, sino que eso ocurrió debido a la madeja de errores que cometieron los argentinos. Por ese motivo las fuerzas lobbistas del Reino Unido alentaron el proceso de desmalvinización en el país: temían que si el fervor patriótico argentino en torno a las islas seguía vivo, ello conduciría a una nueva guerra en la que no les sería nada sencillo vencer.

Historiografía

Las obras de Díaz Araujo están habitualmente plagados de referencias a otras obras de historiadores, ante las cuales el autor adopta un tono crítico. Por ello en sus páginas se leen numerosas correcciones y refutaciones de quienes, por ignorancia o por malicia, alteran la interpretación de los hechos con el propósito que estos se ajusten a sus teorías y no al revés.

Su libro de 1997 sobre el historiador David Rock es ejemplar en este aspecto, ya que mediante una lectura detenida de los trabajos del británico deja en evidencia la animadversión y repugnancia que siente por el nacionalismo y el catolicismo, lo que lo lleva a difamar con insistencia al movimiento patriota argentino, ocultándose bajo el velo del profesionalismo académico.

Crítico sociocultural

Díaz Araujo fue particularmente duro contra el marxismo, al que consideraba un peculiar hijo de la Ilustración. Con su pluma lo combatió sin tregua. En La rebelión de los adolescentes (1979) impugna a la hipócrita alianza formada entre obreros y universitarios a partir la década de 1960 que pretendía justificar la acción del terrorismo de izquierdas, y, frente a ella, da sólidos argumentos para condenar y reprimir a los delincuentes juveniles que usaban a la lucha de clases como excusa para avalar y legitimar sus fechorías. En otras obras se encarga de interpelar a movimientos comunistas violentos como el allendismo, el sandinismo y el guevarismo, sacando ante la luz a sus obvias contradicciones de las cuales sus propios militantes no pueden hacerse cargo. Para el historiador, esa ola comunista que azotó a Hispanoamérica durante décadas no surgió de manera espontánea, sino que fue una mutación de un sector social siempre dispuesto a subvertir los valores cristianos, el cual, históricamente, operó imponiendo diversas doctrinas. Los libros La epopeya cristera (1997) y La rebelión de la nada o los ideólogos de la subversión cultural (1984) ilustran esa tesis, remarcando que las estrategias de los grupos anticristianos varían pero sus principios nunca cambian -en Irracionalismo (2009) resume las principales ideas que los intelectuales de la subversión sembraron a nivel global en la segunda mitad del siglo XX con el anhelo de demoler tradiciones e invertir valores, mientras que en Maritain y la cristiandad liberal (1999) apela a la sabiduría de Julio Meinvielle, Charles De Koninck y Leopoldo Eulogio Palacios para explicar por qué la democracia cristiana ha terminado siendo otro instrumento más de los enemigos de la cristiandad, favoreciendo su obra de destrucción de los cimientos socioculturales de Occidente. También Lesa humanidad (2012) está en esa línea argumental, ya que allí expone cómo cierta concepción de la política colonizó al sistema judicial argentino con un determinismo colectivo e irreversible, erosionando los principios básicos del republicanismo y estableciendo un tipo sutil de dictadura.

La doctrina del evolucionismo ha pasado asimismo bajo la lupa de Díaz Araujo. Según el autor, quienes afirman que la evolución es un hecho de la naturaleza son aquellos que han dado el salto desde una inteligente conjetura hacia la afirmación de una idea como si se tratase de un dogma, sin tomar en cuenta lo que verdaderamente informa el mundo real. Su trabajo destinado a alertar acerca de los abusos políticos del evolucionismo y los peligros culturales que ello implica, consiguió el elogio de personalidades como Giuseppe Sermonti, quienes lo felicitaron por su capacidad para transmitir en términos simples a la complejidad del asunto.

Un hito que no debe pasarse por alto en la trayectoria intelectual de Díaz Araujo es su participación en el libro Planeamiento y Nación (1979), lo cual significó entrar en una polémica contra Ramón Genaro Díaz Bessone, de quien sugería que, por proponer un ambicioso plan nacional para regenerar a la sociedad argentina usando los recursos del Estado, no hacía más que cultivar una forma estéril de tecnocratismo.

Novelista

La novelística de Díaz Araujo gravita entre la literatura de tesis y la ficción histórica. En todos sus libros dentro de este género late la idea de que el ser nacional argentino subyace como una poderosa fuerza vital que tiene la capacidad de transformar radicalmente a la realidad, superando así a las penosas circunstancias a las que gobernantes antinacionales de distinto tipo han sometido al país.

Octubre azul (solución imposible) (1981), ¿Nunca viviremos en primavera? (1982), Paralelas moradas (1982), La semilla muerta (1983) y Colonia corrupta (1984) exploran desde un realismo crítico al periodo de la historia argentina que va desde 1940 hasta 1980. El drama nacional entrecruza a políticos y militares con el resto de la sociedad que se ve obligada a aprender a sobrevivir en un clima de crisis constante, degradación moral y corrupción de todo tipo.

Bibliografía

  • El Trasandino: aspectos de su frustrada historia. Mendoza: UNCUYO, 1965.
  • Dos planes para la organización nacional. Mendoza: Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Mendoza, 1965.
  • Eduardo Wilde, el ideólogo argentino del ochenta. Mendoza: Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Mendoza, 1967.
  • Las relaciones de la Argentina con Estados Unidos de Norteamerica. Mendoza: UNCUYO, 1967.
  • The Great Western Argentine Railway frente a Mendoza en 1890. Mendoza: UNCUYO, 1967.
  • La explotación del petróleo en Mendoza en el Siglo XIX. Mendoza: Junta de Estudios Historicos de Mendoza, 1968.
  • Los liberales. Mendoza: Círculo de Periodistas de Mendoza, 1970.
  • El G.O.U. en la Revolución de 1943. Una experiencia militarista en la Argentina. Mendoza: UNCUYO, 1970.
  • Consideraciones sobre Vélez Sarsfield y su obra. Mendoza: Universidad de Mendoza, 1971.
  • La política de 'Fierro': José Hernández ida y vuelta. Buenos Aires: La Bastilla, 1972.
  • La otra América. Mendoza: UNCUYO, 1973.
  • El Che Guevara: mito y realidad. Mendoza: UNCUYO, 1977.
  • Planeamiento y Nación. Proyecto político, social y económico. (junto con A. Pithod y P. Randle). Buenos Aires: OIKOS, 1979.
  • La rebelión de los adolescentes. Mendoza: UNCUYO, 1979.
  • Historia y Biblia. Mendoza: UNCUYO, 1980.
  • El evolucionismo. Paraná: Mikael, 1981.
  • Octubre azul (solución imposible). Mendoza: Círculo de Amigos, 1981.
  • ¿Nunca viviremos en primavera? Mendoza: Círculo de Amigos, 1982.
  • Evolución y evolucionismo (junto con A. D'Angelo Rodríguez y J. Garrido). Buenos Aires: OIKOS, 1982.
  • Paralelas moradas. Mendoza: Círculo de Amigos, 1982.
  • La semilla muerta. Mendoza: Círculo de Amigos, 1983.
  • Colonia corrupta. Mendoza: Círculo de Amigos, 1984.
  • Homenaje a Julio Irazusta (junto con E. Zuleta Álvarez y M. G. Saraví). Mendoza: Diario La Tarde, 1984.
  • La rebelión de la nada o los ideólogos de la subversión cultural. Buenos Aires: Cruz y Fierro, 1984.
  • Yrigoyen y la guerra (dos tomos). Mendoza: UNCUYO, 1987.
  • Primera presidencia de Yrigoyen. 1916-1922. Mendoza: UNCUYO, 1988.
  • La Semana Trágica de 1919. Mendoza: UNCUYO, 1988.
  • Facundo Zuviría. Mendoza: UNCUYO, 1991.
  • Bases jurídicas del Descubrimiento de América. Buenos Aires: Edium, 1992.
  • Mariano Fragueiro. Mendoza: UNCUYO, 1994.
  • La teoría política de Julio Irazusta. Buenos Aires: CEC-PUCA, 1995.
  • Las Casas, visto de costado. Madrid: Fundación Francisco Elías de Tejada y Erasmo Pèrcopo, 1995.
  • David Rock, un enemigo del objeto de su estudio. Buenos Aires: Instituto Bibliográfico Antonio Zinny, 1997.
  • La epopeya cristera. Mar del Plata: UFASTA, 1997.
  • 1930: conspiración y revolución (tres tomos). Mendoza: UNCUYO, 1997-1998.
  • José Ingenieros. Buenos Aires: Ciudad Argentina, 1998.
  • Maritain y la cristiandad liberal. Mendoza: La Rosa Blanca, 1999.
  • América, teoría de la independencia. Guadalajara: UAG, 1999.
  • América, la bien donada. Guadalajara: UAG, 1999.
  • Colón, medieval portador de Cristo. Guadalajara: UAG, 2000.
  • Don José y los chatarreros. Mendoza: Diké, 2001.
  • Malvinas, 1982: lo que no fue. Mendoza: El Testigo, 2001.
  • Los protagonistas del Descubrimiento de América. Buenos Aires: Ciudad Argentina, 2001.
  • Del amor y de la guerra: Mariano Necochea, Vicente Fidel López y 'La Loca de la Guardia'. Buenos Aires: Nueva Hispanidad Académica, 2002.
  • Aquello que se llamó la Argentina. Mendoza: El Testigo, 2002.
  • Los Vargas de Mendoza (dos tomos). Mendoza: UNCUYO, 2003.
  • La política del Bien Común. Guadalajara: UAG, 2003.
  • El sandinismo nicaragüense. Mendoza: La Rosa Blanca, 2004.
  • Internacionalismo salvaje: los derechos humanos, la guerra irregular y la solidaridad con los terroristas argentinos. Mendoza: La Rosa Blanca, 2004.
  • Orígenes del democratismo latinomericano. Mendoza: El Testigo, 2004.
  • Los nuevos cristeros. Mendoza: La Rosa Blanca, 2005.
  • De golpe en golpe, y otros ensayos (junto con O. Alonso Camacho). Mendoza: El Testigo, 2007.
  • Étienne Gilson. Homenaje a su obra, síntesis de fe y razón. Guadalajara: UAG, 2007.
  • Ernesto Guevara de la Serna: aristócrata, aventurero y comunista. Mendoza: IVE, 2008.
  • La guerrilla en sus libros (cuatro tomos). Buenos Aires: Autoedición, 2008-2017.
  • Propiedad indígena. Glosas críticas. La Plata: UCALP, 2009.
  • Irracionalismos. Glosas críticas a un libro de Sebreli. La Plata: UCALP, 2009.
  • Mayo Revisado (tres tomos). La Plata: UCALP, 2010.
  • Argentinos en Chile (dos tomos). La Plata: UCALP, 2010.
  • Lesa humanidad. La Plata: UCALP, 2012.
  • El allendismo chileno: la revolución marxista en América. Buenos Aires: Buen Combate, 2013.
  • San Martín: cuestiones disputadas (dos tomos). La Plata: UCALP, 2014.
  • Del laicismo del 80 a la Reforma Universitaria del 18 (tres tomos). Buenos Aires: Gladius, 2015-2016.
  • Años del cuarenta: la Argentina en la hora norteamericana (dos tomos). Tres de Febrero: Katejon, 2017.
  • Ensayos básicos. Buenos Aires: EDA, 2018.
  • Ensayos ásperos. Buenos Aires: EDA, 2018.
  • Estudios malvinenses. Buenos Aires: Gladius, 2018.
  • Digo de nuevo. Buenos Aires: Vórtice, 2020.

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