José Antonio Primo de Rivera

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José Antonio Primo de Rivera
Sólo sé que si este movimiento gana y resulta ser nada más que una reacción, retiraré mi Falange y...probablemente volveré a estar en ésta o en otra cárcel dentro de pocos meses.

—José Antonio Primo de Rivera

José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, III Marqués de Estella nació en Madrid, España, el 24 de abril de 1903 y fue asesinado en Alicante, el 20 de noviembre de 1936. Fue un abogado y político español, hijo primogénito de Miguel Primo de Rivera y fundador y líder de la Falange Española. Fue asesinado por los republicanos tras ser acusado de conspiración y rebelión militar durante los primeros meses de la Guerra Civil Española.

Se convirtió durante la Guerra Civil Española y el gobierno de Francisco Franco en un símbolo de la lucha contra el comunismo. Terminada la guerra su nombre encabezó todas las listas de fallecidos del Bando Nacional, llegándose a poner la inscripción "José Antonio ¡Presente!" en la gran mayoría de las iglesias españolas, pasando así a ser el único líder político de su período al que se conoce exclusivamente por su nombre de pila.

Infancia y educación

José Antonio nació en el seno de una familia noble. De su padre, D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, heredó el titulo de marqués de Estella. Huérfano de madre a los 5 años, fue educado, junto a sus cuatro hermanos, por su tía, la hermana de su padre. Recibió una educación basada en los valores castrenses de su padre y los católicos de su madre y de sus tías. Cursó los estudios de bachillerato desde su casa, instruido por profesores particulares e incluyendo en su formación el dominio de los idiomas inglés y francés.

Estudió en la Facultad de Derecho de Madrid. El primer año de universidad lo cursó, al igual que el bachillerato, desde su propia casa asistido por profesores particulares. El segundo año se incorpora a la vida de la universidad, allí trabó amistad con Ramón Serrano Súñer que junto a Raimundo Fernández-Cuesta se convertirán en sus albaceas testamentarios.

Tras el decreto de autonomía universitaria de 1919 que permitía las asociaciones de estudiantes, forma parte de la dirección de la recién creada Asociación de Estudiantes de Derecho, dirigida por su amigo Serrano Súñer, antagónica de la Asociación de Estudiantes Católicos, dirigida por José María Gil-Robles.[1][2]

En 1922 termina la licenciatura brillantemente.[3] Posteriormente realiza el servicio militar en los Dragones de Santiago. En junio de 1925 se cruzó de santiaguista, cumpliendo con empeño todos los deberes de la orden religiosa y militar[4]. Siendo universitario escoge la modalidad de voluntario de un año y termina el servicio con el grado de alférez de complemento. José Antonio Primo de Rivera vive muy de cerca el golpe de Estado que colocó a su padre al frente del gobierno. Terminado el servicio militar aún pasará varios meses ampliando sus estudios de derecho y, en abril de 1935, se da de alta en el Colegio de Abogados de Madrid y abre su propio bufete.

La biografía de José Antonio está influenciada fuertemente por las vicisitudes del Gobierno de su padre, Miguel Primo de Rivera, sobre todo por su dimisión y los acontecimientos que la acompañaron. Como siempre ocurre en las dictaduras cuando se inicia su eclipse y posterior desaparición, grupos que anteriormente habían sido más o menos incondicionales, adoptan posturas más cómodas. A José Antonio, tanto oportunismo no pudo menos que repugnarle.

Vocación política

En 1930 participó en el proyecto político de la Unión Monárquica Nacional. El 2 de mayo de ese año aceptó el cargo de vicesecretario general del partido, con el propósito de reivindicar la memoria de su padre, atacada tanto a la caída de su gobierno, al final de la monarquía, como durante la Segunda República (1931). En este periodo, colabora en el periódico La Nación (copropietario del mismo por herencia familiar) con artículos de carácter político, principalmente reivindicando el gobierno de su padre. En diciembre de 1931, en el prólogo del libro La Dictadura de Primo de Rivera juzgada en el extranjero (un duro ataque contra los intelectuales en los que se advierte "el predominio de la masa", considerándolos "pseudointelectuales incalificados, incalificables y descalificados"), podía leerse:

"¡Si los intelectuales hubieran entendido a aquel hombre! Quizá no vuelva a pasar España en mucho tiempo por coyuntura más favorable. Los intelectuales pudieron allegar todo lo que saben y todo lo que piensan. A buen seguro los hubiera entendido el Dictador, cuyo talento natural era una verdadera generosidad de la Providencia. Los intelectuales hubieran podido organizar aquel magnífico alumbramiento de entusiasmos alrededor de lo que faltó a la Dictadura: una gran idea central, una doctrina elegante y fuerte. [...] ¡Qué le vamos a hacer ya! Dejaron pasar el instante. No percibieron su decisiva profundidad. Empezaron a hacer remilgos por si la Dictadura menospreciaba tales o cuales pequeñeces rituarias. [...] Tal fue, salvo excepciones la actitud de los intelectuales españoles ante el hecho revolucionario de la Dictadura."

Primo de Rivera fracasó en su intento de obtener un escaño de diputado por Madrid en las elecciones de 1931, siendo derrotado por Bartolomé Cossío.

Detenido

Es detenido en 1932, acusado de colaborar con la sublevación de Sanjurjo, aunque es puesto en libertad sin cargos. En 1933 se publica el diario El Fascio, donde escribe un artículo: "Orientaciones hacia un nuevo estado", un ataque al liberalismo político que comienza: "El Estado liberal no cree en nada, ni siquiera en sí mismo. El Estado liberal permite que todo se ponga en duda, incluso la conveniencia de que él mismo exista"; y en el que también se puede leer: "La libertad no puede vivir sin el amparo de un principio fuerte, permanente. Cuando los principios cambian con los vaivenes de la opinión, sólo hay libertad para los acordes con la mayoría. Las minorías están llamadas a sufrir y callar."[5]

La Falange

Primo de Rivera retratado con la bandera de la Falange Española

Creó junto a Julio Ruiz de Alda el Movimiento Español Sindicalista, embrión de la futura Falange Española, movimiento político de carácter fascista que, como tal, intenta imponer un Nuevo Estado de carácter totalitario y corporativo (expresado en la consigna del sindicalismo vertical). En sus puntos iniciales ya están presentes los conceptos que Primo de Rivera manejará a lo largo de su corta vida política: una España unida por un destino universal que supere la lucha de clases y los nacionalismos divisionistas, la concepción de un hombre nuevo portador de valores eternos y una justicia social que proporcione al hombre una vida digna y humana; todo esto, con un sentido de catolicidad. Falange Española fue fundada en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933. Dicho acto comenzó con las palabras de Primo de Rivera "Camaradas, nada de un párrafo de gracias. Escuetamente gracias, como corresponde al laconismo militar de nuestro estilo".

"La Patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible, con fines propios que cumplir; y nosotros lo que queremos es que el movimiento de este día, y el Estado que cree, sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible, de esa unidad permanente, de esa unidad irrevocable que se llama Patria."
—Discurso del Teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933.[6]

En las elecciones de noviembre de 1933 obtuvo su escaño en las Cortes, integrado en una coalición conservadora monárquica, por la circunscripción de Cádiz. Desarrolla una brillante labor parlamentaria, interviniendo en los grandes debates y pronunciando entre otros un documentadísimo discurso en contra de la Ley Agraria que desde el poder intentan realizar las derechas.

En 1934 fusionó Falange Española con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista, de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, dando lugar a FE de las JONS, incorporando a Falange el nacional-sindicalismo de las JONS. En un primer momento, para la dirección del partido se formó un triunvirato formado por el propio José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma y Julio Ruiz de Alda. Un año después, y tras una ajustada votación, Primo de Rivera acabó siendo proclamado jefe único del partido. A partir de este momento, la figura de José Antonio Primo de Rivera pasará a ser el icono oficial del partido.

En 1935 Primo de Rivera se dedica a realizar viajes por España dando mítines, que serán comentados en las páginas del semanario falangista Arriba, y en Haz, órgano del SEU.

Desde un principio, la Falange empleó un lenguaje violento en las calles respondiendo golpe a golpe los ataques del marxismo.

En las elecciones de 1936, la izquierda y la derecha acudieron agrupadas en el Frente Popular y Frente Nacional, respectivamente, y La Falange, que no alcanzó acuerdos, concurrió en solitario. Primo de Rivera, al margen de su deseo de conservar el acta parlamentaria, pensaba que no sería entendido que la Falange acudiera a las elecciones desvinculada del Frente Nacional, siendo partidario de alcanzar un acuerdo; pero pesó más la presión de la dirección de la Falange contraria al principio de acuerdo ya alcanzado por reticencias a llegar a acuerdos electorales con otras fuerzas.

Las elecciones son ganadas por el Frente Popular, aunque la fiabilidad de aquellas elecciones sea motivo de controversia, debido a la multitud de situaciones de ilegalidad que se produjeron. La mecha de la guerra civil estaba encendida.

En aquel mismo año el gobierno del Frente Popular declaró ilegal a la Falange (aunque después los tribunales revocaran esta medida) como responsable de desórdenes públicos. José Antonio fue condenado a cinco meses de arresto por tenencia ilícita de armas y tenía causa pendiente por amenazas al tribunal. Primo de Rivera fue encarcelado primero en la Cárcel Modelo de Madrid. Esto no seria obstáculo para que José Antonio siguiera dirigiendo el movimiento desde la cárcel. Posteriormente el Tribunal Supremo de la República declararía la legalidad de la Falange.

El gobierno no para de presentar cargos en contra del líder de la Falange y el 5 de junio de 1936 es trasladado a la cárcel de Alicante. En la cárcel de Alicante, José Antonio escribe su manifiesto político en el que reitera su aspiración de Gobierno Nacional desde una perspectiva nacional sindicalista.

Antes, en abril redactó una carta dirigida a los oficiales del ejército que se distribuyó el 4 de mayo. En ella se hacía un llamamiento a la sublevación:

"España puede dejar de existir. Sencillamente: si por una adhesión a lo formulario del deber permanecéis neutrales en el pugilato de estas horas, podréis encontraros de la noche a la mañana con que lo sustantivo, lo permanente de España que servíais, ha desaparecido. [...] Cuando lo permanente mismo peligra, ya no tenéis derecho a ser neutrales. Entonces ha sonado la hora en que vuestras armas tienen que entrar en juego para poner a salvo los valores fundamentales, sin los que es vano simulacro la disciplina. Y siempre ha sido así: la última partida es siempre la partida de las armas. A última hora –ha dicho Spengler-, siempre ha sido un pelotón de soldados el que ha salvado la civilización."
—Carta a los militares de España.

A partir de mayo de 1936, mantiene correspondencia con el general Mola. En una carta que Primo de Rivera le hizo llegar a Pamplona, no le prestaba su apoyo total y hablaba de condiciones, ofertándole 4.000 falangistas disponibles desde el primer día del alzamiento. La rebelión seguía su marcha. Desde el Bloque Nacional, Calvo Sotelo parecía querer arrebatar a Falange el título de fascista. José Antonio decía en el número 3 de "No importa" del 20 de junio de 1936: "El madrugador (Calvo Sotelo) saldrá diciendo: "Pero si lo que piensa la Falange es lo que yo pienso. ¡Si yo también quiero un Estado corporativo y totalitario! Incluso no tengo inconveniente en proclamarme fascista.".

El 24 de junio envía una circular a todas las Jefaturas Territoriales para que no se sumen a proyectos en los que la Falange no es considerada como un cuerpo total de doctrina, ni como una fuerza en camino de asumir por entero la dirección del Estado sino que la consideran como un mero elemento auxiliar de choque.[7]

Sólo cinco días después, el 29 de junio, José Antonio envía nuevas circulares, ahora sí, apoyando la insurrección. Una, destinada a la primera línea de Madrid, hace un llamamiento al adiestramiento para estar preparados ante el instante decisivo: "Vuestro entusiasmo prefiere el combate a la preparación; pero lo que se acerca es demasiado grande para que lo arrostremos sin prepararlo". Y otra, destinada a La Jefaturas Territoriales, para que se pongan a disposición de los mandos militares en la sublevación. "Cada jefe territorial se entenderá exclusivamente con el jefe superior del movimiento militar en el territorio o provincia"’, interviniendo los falangistas en sus propias unidades con sus propios jefes y sus propios uniformes.

El 13 de julio manda otra carta a Mola en la que le pedía acelerar la sublevación. "Tiene el carácter de apelación suprema. Estoy convencido de que cada minuto de inacción se traduce en una apreciable ventaja para el Gobierno". Ésta se cruza con la comunicación que Mola le envió, por medio de un oficial, informándole del día del alzamiento. José Antonio Primo de Rivera, el 17 de julio, redactó un manifiesto en el que expresaba la participación sin reservas de la Falange en la rebelión:

"Un grupo de españoles, soldados unos y otros hombres civiles, no quieren asistir a la total disolución de la Patria. Se alza hoy contra el Gobierno traidor, inepto, cruel e injusto que la conduce a la ruina. Trabajadores, labradores, intelectuales, soldados, marinos, guardianes de la patria: sacudid la resignación ante el cuadro de su hundimiento y venid con nosotros por España una, grande y libre. ¡Que Dios nos ayude! ¡Arriba España!
—José Antonio Primo de Rivera. 17 de julio de 1936."

En la cárcel

Cuando el 18 de julio de 1936 se produjo la insurrección, José Antonio Primo de Rivera seguía preso en la cárcel de Alicante. El día anterior, él y su hermano habían estado recogiendo sus pertenencias, lo que permite pensar que daban por hecho su salida de Alicante. Con anterioridad a esa fecha existieron diversos planes para posibilitar su fuga. Entre ellos uno que lo llevaría en una avioneta a la ciudad de Orán, Argelia, y otro a Mallorca en una embarcación. Todos fracasaron antes de iniciarse. También existió un ofrecimiento, muy cercano al día 18, de un grupo de oficiales alicantinos que utilizarían un camión de la Guardia de Asalto para alejarlo de Alicante; ofrecimiento que fue rechazado por José Antonio.[8]

El 13 de julio trasmitió una orden para concertar la acción de falangistas y militares simpatizantes en Valencia, Alicante, Alcoy y Cartagena. Varios militares estuvieron reunidos en el hotel Victoria de Alicante donde se alojaban su hermana Pilar Primo de Rivera y su cuñada. El 17, su hermana y su cuñada se dirigieron a Alcoy para pedir a los falangistas que se acuartelaran con los militares; a su regreso fueron detenidas con la orden de permanecer bajo arresto en su propio hotel (el 1 de agosto serían encarceladas en el Reformatorio de Adultos de Alicante). El levantamiento fracasó en Valencia y Alicante y esto frustró el intento de su liberación. Grupos de falangistas salieron el día 19 de diversos pueblos de la región levantina en dirección a Alicante. Uno de los grupos, el más numeroso, fue detenido a tiros por la Guardia de Asalto.

José Antonio y su hermano permanecieron incomunicados con el exterior, prohibiendo que recibieran correo, prensa y escucharan la radio, como había ocurrido hasta entonces.[9]

Desde el Bando Nacional existieron diversos intentos de liberación. El Gobierno de la República recibió varias ofertas de los rebeldes para canjearlo. Quizá, la que más posibilidades tuvo de llegar a un acuerdo sería la que proponía el intercambio del hijo de Largo Caballero (entonces Presidente del Gobierno). Se reunió el Consejo de Gobierno, Largo Caballero se abstuvo de intervenir y, finalmente, el Consejo lo desestimó. Fracasados los intentos de canje, se desarrollaron varias operaciones tipo comando con el conocimiento y la aprobación de Francisco Franco. Dos de estas operaciones se realizaron con la colaboración del Tercer Reich alemán, se contaba con el apoyo de la legación diplomática alemana en Alicante e intervinieron torpederos alemanes para acercarlos al puesto de Alicante. Estas operaciones fracasaron como también fracasaría una tercera en la que intervenía un buque de la naviera Ybarra.

Juicio

(Artículo principal: José Antonio frente al tribunal)

El 3 de octubre se inició el sumario contra los dos hermanos, la cuñada (Margarita Larios, mujer de Miguel) y varios carceleros. La acusación era la de conspiración y rebelión militar, lo que conllevaba la pena de muerte. El Tribunal Supremo nombró a un magistrado de la Audiencia de Madrid para llevar la causa y el 11 de octubre se iniciaron los interrogatorios de acusados y testigos. José Antonio Primo de Rivera compareció por primera vez ante el tribunal el 3 de noviembre, negando todos los cargos.

La vista oral tuvo lugar los días 16 y 17 de noviembre. Él mismo asumió su propia defensa, la de su hermano Miguel y la esposa de éste, Margarita Larios.

Su actuación es cálida y brillante, un diario izquierdista Alicantino escribía el día siguiente: "Gesto, voz y palabra se funden en una obra maestra de la oratoria forense, que el público escucha con recogimiento, atención y evidentes signos de interés."

A pesar de su elocuencia, los acusados son condenados a muerte, pero José Antonio caballerosamente apeló en favor de su hermano y su cuñada, consiguiendo que la pena fuese conmutada por reclusión.

El jurado deliberó cuatro horas, a las dos y media de la madrugada, salieron con el veredicto de culpabilidad. José Antonio Primo de Rivera fue condenado a muerte por conspiración, su hermano Miguel a cadena perpetua por el mismo delito y Margarita Larios a seis años y un día como colaboradora. En el mismo juicio se absolvió a los tres carceleros que estaban acusados de complicidad.

Fusilamiento

La sentencia fue confirmada por la Corte Suprema. El comunista Jesús Monzón, Gobernador Civil de Alicante, trató de retrasar la ejecución, pero el comité de Orden Público local ordenó la ejecución de la sentencia para la mañana del día 20. La sentencia y la apelación de Primo de Rivera había llegado a Largo Caballero. José María Mancisidor, que editó y publicó el texto del juicio de José Antonio, indicó más tarde, que Largo Caballero personalmente añadió al informe las palabras: "Conforme con todo lo que se propone y procédase a la ejecución".

A pesar de la interposicion de algunos dirigentes republicanos como Manuel Azaña, José Antonio era fusilado la mañana del 20 de noviembre en el patio de la cárcel de Alicante, junto a otros cuatro jóvenes del pueblo alicantino de Novelda.

Su ultima voluntad fue que limpiaran el patio de la cárcel para que su hermano Miguel no tuviera que pisar su sangre. Sus restos mortales fueron depositados en el Valle de los Caídos de Madrid, monumento levantado a los caídos de ambos bandos durante la trágica Guerra Civil Española.

Primo de Rivera murió con dignidad. En su testamento dejó constancia de su deseo: "Que sea la mía la última sangre española vertida en discordias civiles". Otra de sus frases más conocidas es: "Que todos los pueblos de España, por diversos que sean, se sientan armonizados en una irrevocable unidad de destino".

El anarquista Abad de Santillán escribió: "Los españoles de esta talla, los patriotas como él, no son peligrosos, y no se han de considerar enemigos. ¡Cómo habría cambiado el destino de España sí hubiera sido posible un acuerdo entre nosotros como deseaba Primo de Rivera!."

José Antonio mantenía una relación de amistad con varios diputados socialistas, entre ellos Indalecio Prieto, y se entrevistó con militantes anarcosindicalistas como Ángel Pestaña, con quien no llegó a acuerdo alguno. Dos hermanos del líder de la FAI, Buenaventura Durruti, estaban afiliados a Falange, así como varios cuadros de la CNT, el propio ex-secretario general del Partido Comunista madrileño, Manuel Mateo y el conde de Montarco.

El fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera eliminó del Bando Nacional al único líder con carisma que podía hacer sombra a los militares, dejando el camino expedito para la conversión de la Falange en partido único del régimen (unificada con los tradicionalistas, a pesar de sus numerosas diferencias ideológicas, formando FET y de las JONS, una Falange 'domesticada', o más adecuada al momento político, matizado su programa pseudo-revolucionario inicial, con Francisco Franco como jefe nacional, quién arrestó a Manuel Hedilla, segundo jefe nacional de Falange Española de las JONS tras el proceso de unificación.

Tras el final de la guerra, el cuerpo fue exhumado y llevado a hombros desde Alicante hasta el Escorial. Y una vez terminada la basílica del Valle de los Caídos, Francisco Franco ordenó que su cadáver fuera trasladado y sepultado allí. Sin embargo en abril de 2023 el féretro fue trasladado al Cementerio de San Isidro de Carabanchel por decisión del gobierno de Pedro Sánchez.

Ideología y pensamiento

Una parte de la influencia de José Antonio podemos encontrarla en su padre. José Antonio Primo de Rivera comenzó su carrera política para defender su memoria política y consideró su gobierno una oportunidad perdida: "Quizá no vuelva a pasar España en mucho tiempo por coyuntura más favorable". Una oportunidad perdida por pequeñeces: "Dejaron pasar el instante. No percibieron su decisiva profundidad. Empezaron a hacer remilgos por si la dictadura menospreciaba tales o cuales pequeñeces rituarias". En su trayectoria al frente de la Falange lo veremos, en varias ocasiones, conspirando contra el régimen marxista de la Segunda República Española; y en sus escritos son frecuentes las referencias a un sistema jerarquizado y totalitario:

"Ninguna revolución produce resultados estables si no alumbra a su César. Sólo él es capaz de adivinar el curso soterrado bajo el clamor efímero de la masa. El jefe no obedece al pueblo: debe servirlo pues es otra cosa bien distinta; servirlo es ordenar el ejercicio del mando hacia el bien del pueblo, procurando el bien del pueblo regido, aunque el mismo pueblo desconozca cuál es su bien. Los jefes pueden equivocarse porque son humanos; por la misma razón pueden equivocarse los llamados a obedecer cuando juzgan que los jefes se equivocan. Con la diferencia de que, en este caso, al error personal, tan posible como en el jefe y mucho más probable, se añade el desorden que representa la negativa o la resistencia a obedecer. Ya es hora de acabar con la idolatría electoral. Las muchedumbres son falibles como los individuos, y generalmente yerran más. La verdad es la verdad (aunque tenga cien votos). Lo que hace falta es buscar con ahínco la verdad, creer en ella e imponerla, contra los menos o contra los más."

No obstante la defensa que hiciera del "hecho revolucionario de la Dictadura", le encontró la falta de sustrato ideológico que la mantuviera: "¡Si los intelectuales hubieran entendido a aquel hombre! [...] Los intelectuales hubieran podido organizar aquel magnífico alumbramiento de entusiasmos alrededor de lo que faltó a la dictadura: una gran idea central, una doctrina elegante y fuerte".

Fue en 1933 cuando José Antonio, animado por los éxitos de Hitler y Mussolini, se acercó al fascismo.

"Los que, refiriéndose a Italia, creen que el fascismo está ligado a la vida de Mussolini, no saben lo que es fascismo ni se han molestado en averiguar lo que supone la organización corporativa. El Estado fascista, que debe tanto a la firme voluntad del Duce, sobrevivirá a su inspirador, porque constituye una organización inconmovible y robusta. Lo que pasó en la dictadura española es que ella misma limitó constantemente su vida y apareció siempre, por propia voluntad, como un Gobierno de temporal cauterio. No hay pues, que creer, no hay siquiera que pensar que nosotros perseguimos la implantación de un nuevo ensayo dictatorial, pese a las excelencias del que conocimos. Lo que buscamos nosotros es la conquista plena y definitiva del Estado, no para unos años, sino para siempre. Nosotros no propugnamos una dictadura que logre el calafateo del barco que se hunde, que remedie el mal de una temporada y que suponga sólo una solución de continuidad en los sistemas y en las prácticas del ruinoso liberalismo. Vamos, por el contrario, a una organización nacional permanente; a un Estado fuerte, reciamente español, con un Poder ejecutivo que gobierne y una Cámara corporativa que encarne las verdaderas realidades nacionales. Que no abogamos por la transitoriedad de una dictadura, sino por el establecimiento y la permanencia de un sistema."
El Fascio, 16 de marzo de 1933

Antiparlamentarismo

En repetidas ocasiones, José Antonio Primo de Rivera se refirió al Parlamento en tono despectivo, lo definió como una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa;[10] despreciándolo principalmente por los siguientes motivos:

  • No creía que las derechas en su ejercicio parlamentario lograran frenar una inevitable revolución socialista:
"Las derechas están en su parlamento como niños con juguete nuevo... Encerrados en su parlamento se creen en posesión de los hijos de España. Pero fuera hay una España que ha despreciado el juguete. Esa España mal entendida desencadenó una revolución. Una revolución es siempre, en principio, una cosa anticlásica. Toda revolución rompe al paso, por justa que sea, muchas unidades armónicas. Pero una revolución puesta en marcha sólo tiene dos salidas: o lo anega todo o se la encauza. Lo que no se puede hacer es eludirla; hacer como si se la ignorase."
F.E. Nº1, 7 de diciembre de 1933.
  • Consideraba competentes a los ciudadanos para decidir sobre tareas municipales y administrativas, pero incultos[11] para decidir sobre los destinos de la nación:
"Evidentemente, para adueñarse de la voluntad de las masas hay que poner en circulación ideas muy toscas y asequibles; porque las ideas difíciles no llegan a la muchedumbre; y como entonces va a ocurrir que los hombres mejor dotados no van a tener ganas de irse por las calles estrechando la mano del honrado elector y diciéndole majaderías, acabarán por triunfar aquellos a quienes las majaderías les salen como cosa natural y peculiar"
—Conferencia pronunciada en el Círculo Mercantil de Madrid el 9 de abril de 1935.
  • Tampoco admitía que una mayoría pudiera decidir sobre lo que consideraba verdades absolutas o valores eternos, ni discutir el liderazgo del jefe:
"Cuando, en marzo de 1762, un hombre nefasto llamado Juan Jacobo Rousseau, publicó El contrato social dejó de ser la verdad política una entidad permanente. Suponía que el conjunto de los que vivimos en un pueblo tiene un alma superior, de jerarquía diferente a cada una de nuestras almas, y que ese "yo" diferente está dotado de infalible, capaz de definir en un instante lo justo y lo injusto, el bien y le mal. De ahí vino el sistema democrático, que es, en primer lugar, el más ruidoso sistema de derroche de energías. Un hombre dotado para la altísima función de gobernar, que es tal vez la más noble de las funciones humanas, tenía que sustanciar el ochenta o el noventa por ciento de su energía a sustanciar reclamaciones formularias, a hacer propaganda electoral, a dormitar en los escaños del Congreso, a adular a los electores, a aguantar sus impertinencias, porque de los electores iba a recibir el Poder; a soportar humillaciones y vejaciones de los que, precisamente por la función casi divina de gobernar, estaban llamados a obedecerle."
—Discurso de la fundación de la Falange Española (Teatro de la Comedia. 29 de octubre de 1934)

El Estado y el Individuo

Primo de Rivera preconizaba un Estado autoritario en el que supuestamente el hombre alcanzaría su verdadera libertad; ya que ésta sólo sería verdadera si se conjuga en un sistema de autoridad y de orden.[12] Un sistema reminiscente del absolutismo ilustrado:

"La patria es una unidad de destino en lo universal. El Estado no puede ser traidor a su tarea, ni el individuo puede dejar de colaborar con la suya en el orden perfecto de la vida de su nación. La idea de destino, justificador de la existencia de una construcción (Estado o sistema), llenó la época más alta que ha gozado Europa: el siglo XIII, el siglo de Santo Tomás. Y nació de mentes de frailes. Los frailes se encararon con el poder de los reyes y les negaron ese poder en tanto no estuviera justificado por el cumplimiento de un gran fin: el bien de sus súbditos."
—Conferencia en un curso de FE de las JONS. 28 de marzo de 1935.

Insistiendo en numerosas ocasiones en esa visión paternalista del sistema autoritario: "Toda la organización, toda la revolución nueva, todo el establecimiento del Estado y toda la organización de la economía, irán encaminados a que se incorporen al disfrute de las ventajas esas masas enormes desarraigadas por la economía liberal y por el conato comunista".[13]

Para Primo de Rivera, la dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles; considerando que el hombre, únicamente adquiría su calidad humana dedicando su vida a una gran empresa colectiva; el Estado sería esa gran empresa.[14][15]

Izquierdas y derechas

Para José Antonio, el principal peligro al que se enfrentaba España era la revolución socialista y en sus escritos y en la acción violenta de la Falange, las izquierdas fueron los enemigos declarados. En cuanto a la derecha la consideraba falta de fe y de empuje.[16] A finales de 1935, ante la inminencia de unas elecciones en las que la izquierda ya mostraba posibilidades de ganarlas, acusó a la derecha de dormirse en una indolencia mortal, incapaces de borrar la memoria del enemigo (Manuel Azaña) con una obra honda y fuerte.[17] a su juicio: "El derechismo, los partidos de derechas, quieren conservar la Patria, quieren conservar la autoridad; pero se desentienden de esta angustia del hombre, del individuo, del semejante que no tiene para comer".[18]

La posición de José Antonio frente a los partidos políticos coincide con el tercerposicionismo y el transversalismo un sistema totalitario que supera la división de izquierdas y derechas. "Venimos a luchar por que un Estado totalitario alcance con sus bienes lo mismo a los poderosos que a los humildes". (Discurso fundacional del teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933).

"Así como el Ejército es nacional, integrador y superclasista, ... la España que el Ejército defienda ha de buscar desde el principio un destino integrador, totalitario y nacional". (Carta al militar español, noviembre de 1934)

"Mi posición es la manifestada en el discurso de la Comedia el 29 de octubre de 1933. Poner mi energía al servicio de ese Estado totalitario nacional y social que se considere instrumento del destino total de España, como unidad en lo universal, no de la clase o del partido más fuerte". (Entrevista a la revista Blanco y Negro, 11 de noviembre de 1934)

España y el catolicismo

Tumba de José Antonio Primo de Rivera en el Valle de los Caídos, bajo la Santa Cruz.

"Muchas veces habréis visto propagandistas de diversos partidos; todos os dirán que tienen razón frente a los otros, pero ninguno os habla de la que tiene razón por encima de todos: España".[19] España es el concepto que más repetidamente aparece en los discursos de José Antonio Primo de Rivera. Quizá, la frase más repetida en sus discursos fuera: "España, unidad de destino en lo universal". Ese destino sería el que posibilitaría acabar con la lucha de clases y el que evitaría la acción disgregadora de los nacionalismos. España tenía un destino imperial que cumplir y este destino lograría unir a todos los españoles en esa empresa común.

"España no se justifica por tener una lengua, ni por ser una raza, ni por ser un acervo de costumbres, sino que España se justifica por su vocación imperial para unir lenguas, para unir razas, para unir pueblos y para unir costumbres en un destino universal; que España es mucho más que una raza y mucho más que una lengua, porque es algo que se expresa de un modo del que estoy cada vez mas satisfecho, porque es una unidad de destino en lo universal."
—Discurso en el parlamento, 30 de noviembre de 1934.[20]

El catolicismo está presente en los conceptos más utilizados por José Antonio. En los Puntos Iniciales de Falange Española puede leerse: "La interpretación católica de la vida es, en primer lugar, la verdadera; pero es además, históricamente la Española;[21] uniendo en esta frase religión y tradición. También está presente en su concepto de universalidad de España: "¿A qué puede conducir la exaltación de lo genuino nacional sino a encontrar las constantes católicas de nuestra misión en el mundo?[22] En su concepto de vida militante y de sacrificio, mezcla su sentido militar y católico; y es indudable su influencia en su sentido de la justicia social y su paternalismo político. De tal modo que mantuvo que toda construcción de España ha de tener un sentido católico.[23]

José Antonio contempla una concepción espiritual de la Historia y del Hombre dentro de una cosmovisión católica, opuesta a la interpretación materialista del marxismo, pretendiendo fusionar tradición y revolución. La recuperación de la tradición católica de España en sus aspectos fundamentales combinado con un afán revolucionario que rivalice con al socialismo marxista en aquellos situaciones donde la intolerable injusticia parecen hacer justificable al socialismo. El politólogo Arnaud Imatz le considera un tradicionalista revolucionario y entre algunos pensadores carlistas como Francisco Elías de Tejada le incluyen como pensador tradicionalista.

Economía y sindicato

Contrario al capitalismo y al liberalismo económico (critica a Adam Smith), creía en un sistema económico totalitario, adhiriéndose al nacional-sindicalismo de Ramiro Ledesma Ramos. Un sistema más allá del corporativismo italiano[24] en el que un sindicato agruparía a todos los empresarios, todos los trabajadores y todos los medios de producción. El fin de este sindicato sería conseguir la justicia social que Primo de Rivera enunciase con: "Patria, pan y justicia".[25] José Antonio Primo de Rivera consideraba que "lo social es una aspiración interesante aun para mentalidades elementales".[26]

Al sindicato le atribuye la especial misión de articular la Nación, compartiría esa misión con a la familia y el municipio.

José Antonio y el fascismo

(Artículos principales: Fascismo y El hombre es el sistema: José Antonio y el Duce)

José Antonio comienza a interesarse por las ideas fascistas a principios de 1933.[27] Defensor del gobierno de su padre, consideraba que ésta fracasó por carecer de una base ideológica. Cree encontrar en el fascismo la base ideológica sobre la que sustentar un sistema parecido al gobierno de su padre.[28]

En octubre de 1933, diez días antes de fundar oficialmente Falange Española en el teatro de la Comedia, viaja a Italia y se entrevista con Mussolini.[29] Los motivos del viaje, según expresó a las autoridades italianas eran: "Obtener material informativo sobre el Fascismo italiano y sobre las realizaciones del Régimen", así como "consejos para la organización de un movimiento análogo en España".[30] En Italia visitó diferentes sedes del Partido Nacional Fascista.

Momentos antes de su visita a Mussolini contaría al periodista que le acompañaba: "Soy como el discípulo que va a ver al maestro".[31] A su regreso a España escribiría: "Yo he visto de cerca a Mussolini, una tarde de octubre de 1933, en el Palacio de Venecia, en Roma. Aquella entrevista me hizo entrever mejor el fascismo de Italia que la lectura de muchos libros".[32] Mussolini le regaló una foto dedicada de gran tamaño que José Antonio Primo de Rivera colgó en su despacho junto al retrato de su padre.[33] Abrazó un fascismo pleno, basado en la concepción mística de la revolución regeneradora y ultranacionalista, orientada a la construcción de un estado totalitario como base y cimiento de una comunidad nacional ordenada y entusiasta, jerárquica y conquistadora. Este es el mínimo común denominador de todos los fascismos, y el de Primo de Rivera lo cubría más que suficientemente".[34]

Durante los meses que siguieron a la fundación de la Falange, las declaraciones a favor del fascismo se suceden. En febrero de 1934 su adhesión al fascismo puede considerarse total, considerándolo "una manera nueva de concebir todos los fenómenos de nuestra época e interpretarlos con sentido propio".[35] José Antonio encuentra en el fascismo los conceptos más utilizados en sus discursos:

"El fascismo no es sólo un movimiento italiano: es un total, universal, sentido de la vida. Italia fue la primera en aplicarlo. Pero ¿no vale fuera de Italia la concepción del Estado como instrumento al servicio de una misión histórica permanente? ¿Ni la visión del trabajo y el capital como piezas integrantes del empeño nacional de la producción? ¿Ni la voluntad de disciplina y de imperio? ¿Ni la superación de las discordias de partido en una apretada, fervorosa, unanimidad nacional? ¿Quién puede decir que esas aspiraciones sólo tienen interés para los italianos?"
La Nación, 23 de octubre de 1933.[36]

Incluida su visión sobre el hombre, el héroe: "El hombre es el sistema, y ésta es una de las profundas verdades humanas que ha vuelto a poner en valor el fascismo. [...] desde el origen del mundo, es el único aparato capaz de dirigir hombres: el hombre. Es decir, el jefe. El héroe".[37]

Falange Española de las JONS se ha creado hace cuatro meses cuando se fusiona la Falange con las JONS. A juicio de Payne, los 27 puntos de la Falange apenas se diferencian del ideario fascista genérico. José Antonio piensa que la experiencia italiana es exportable a España. Extrae del fascismo o coincide con él en su visón nacionalista y su visón de la justicia social:

–Está bastante extendida la convicción de que el fascismo no podrá arraigar en España. ¿Que tiene usted que oponer a esta convicción?

–Yo creo que sí arraigará. España ha realizado obras de disciplina maravillosas. Lo que pasa es que esta necesidad nos coge 'después de un siglo de decadencia. En este momento, nuestras virtudes de disciplina y de organización tal vez estén muy enervadas, pero nadie nos dice que no vamos a ser capaces de encontrar el medio de despertarlas. El fascismo es una actitud universal de vuelta hacia uno mismo. Nos dicen que imitamos a Italia. Sí, lo hacemos en lo de buscar nuestra íntima razón de ser en las entrañas propias. Pero esa actitud, copiada, si se quiere, aunque sea eterna, da los resultados más auténticos. Italia se ha encontrado a Italia. Nosotros, volviéndonos hacia nosotros, encontraremos a España.

–El fascismo es esencialmente nacionalista. ¿En qué radica el nacionalismo que ustedes quieren estimular?

–La Patria es una misión. Si situamos la idea de Patria en una preocupación territorial o étnica, nos exponemos a sentirnos perdidos en un particularismo o regionalismo infecundo. La Patria tiene que ser una misión. No hay continentes ya por conquistar, es cierto, y no puede haber ilusiones de conquista. Pero va caducando ya en lo internacional la idea democrática que brindó la Sociedad de las Naciones. El mundo tiende otra vez a ser dirigido por tres o cuatro entidades raciales. España puede ser una de estas tres o cuatro. Está situada en una clave geográfica importantísima, y tiene un contenido espiritual que le puede hacer aspirar a uno de esos puestos de mando. Y eso es lo que puede propugnarse. No ser un país medianía; porque o se es un país inmenso que cumple una misión universal, o se es un pueblo degradado y sin sentido. A España hay que devolverle la ambición de ser un país director del mundo.

–No todos los ciudadanos son capaces de concebir los grandes ideales nacionalistas. Al hombre sencillo del pueblo, ¿qué puede llevarle al fascismo?

–Para el que no sea asequible el gran ideal nacional, queda el motor del ideal social. Indudablemente, el contenido próximo del movimiento está en la justicia social, en una elevación del tipo de vida. El fascismo aspira a la grandeza nacional; pero uno de los escalones de esta grandeza es el mejoramiento material del pueblo. Lo social es una aspiración interesante aun para mentalidades elementales; pero, además, lo nacional es asequible a mucha más gente de lo que se cree. Todo socialista español lleva dentro un nacionalista.
Ahora, 16 de febrero de 1934.

En los meses siguientes la Falange fue criticada considerándola una imitación del fascismo: "Nos dicen que somos imitadores. Después de todo, en el fascismo como en los movimientos de todas las épocas, hay por debajo de las características locales, unas constantes, que son patrimonio de todo espíritu humano y que en todas partes son las mismas".[38] En el informe secreto que envió al gobierno italiano, en el verano de 1935, sobre la situación de la política española, puede leerse: "La Falange Española de las JONS ha logrado convertirse en el único movimiento fascista en España, lo cual era difícil, habida cuenta del carácter individualista del pueblo" y en febrero de 1936, el retrato la foto que le dedicara Mussolini todavía se encuentra presente en su despacho.[39]

El único concepto que José Antonio modificó durante el periodo de su actividad política fue el corporativismo, de su primera adhesión plena pasó a una adhesión con matices: "Esto del Estado corporativo es otro buñuelo de viento. Mussolini, que tiene alguna idea de lo que es el Estado corporativo, cuando instaló las veintidós corporaciones, hace unos meses, pronunció un discurso en el que dijo: "Esto no es más que un punto de partida; pero no es un punto de llegada"".[40] En abril contestaría a Miguel Maura en estos términos:

"Si Miguel Maura hubiera tenido la amabilidad de leer algunos de mis discursos –desde el de la Comedia, el 29 de octubre de 1933, hasta el del domingo anterior a las últimas elecciones–; si hubiera leído los trabajos publicados en Arriba, humildemente anónimos las más de las veces, por mis camaradas de más clara cabeza, notaría que nuestro Movimiento es el único Movimiento político español donde se ha cuidado intransigentemente de empezar las cosas por el principio. Hemos empezado por preguntamos qué es España. Jamás se ha llamado fascismo (la Falange) en el olvidado párrafo del menos importante documento oficial ni en la más humilde hoja de propaganda.[41]

La Internacional Fascista

José Antonio tuvo una estrecha relación con el fascismo italiano y con los proyectos de la Internacional Fascista. En 1933 se crearon los Comitati d’Azione per l’Universalitá di Roma (CAUR), oficinas, en teoría de carácter cultural, abiertas en numerosas ciudades del mundo y dependientes de una central en Roma. Primo de Rivera fue miembro fundador de la sección española.[42] La CAUR organizó diversos encuentros. El primero en Montreux, en diciembre de 1934. A este congreso no asistió José Antonio; aunque parece que asistió (no hay prueba documental) uno de los primeros ideólogos del fascismo español, Ernesto Giménez Caballero, entonces encuadrado en la Falange. La prensa italiana informó de que acudía en representación de Primo de Rivera.

En septiembre de 1935 la CAUR organizaría un segundo encuentro al que sí asistió José Antonio Primo de Rivera. Falange no estaba adherida al movimiento y en su discurso ofreció las razones:

"España no está preparada todavía para unirse, por mi mediación, a un movimiento de carácter no ya internacional, sino supranacional, universal. Y esto no sólo porque el carácter español es demasiado individualista, sino también porque España porque ha sufrido mucho por las Internacionales. Si apareciésemos ante la opinión pública española como unidos a otro movimiento, y esto sin una preparación lenta, profunda y difícil, la conciencia pública española, protestaría. Es preciso pues preparar a los espíritus en vista de estos trabajos supranacionales. Yo prometo a todos vosotros hacer lo que pueda en ese sentido y despertar una conciencia nacional."
— Discurso de José Antonio Primo de Rivera en el 2º congreso de la CAUR en Montreux.[43]

José Antonio Primo de Rivera también viajó, en mayo de 1934, a Alemania para procurarse el apoyo del Tercer Reich. En la petición al embajador alemán se hace constar su interés por la nueva Alemania y especialmente por la organización de las SA y las SS. En este viaje visita a Hitler.

José Antonio y la violencia

Primo de Rivera sufrió varios atentados contra su vida. Está documentado uno en el que, el 10 de abril de 1934, tirotearon su coche y el conductor y su acompañante salieron detrás de los terroristas, manteniendo con ellos un tiroteo. El atentado contra un parlamentario era un hecho infrecuente y tuvo una gran repercusión. También, en otra ocasión, confundieron un coche con el suyo y le arrojaron un petardo.[44]

Para Primo de Rivera el uso de la violencia era lícito si se ejercía para conseguir un fin superior. El acceso al poder de Falange para instaurar un régimen que garantizara la unidad de una España que él veía amenazada, era ese fin superior que justificaba la violencia: "Teníamos que demostrar que no éramos una banda de mercenarios dedicados a eliminar a sus adversarios. Yo hablé en el Teatro de la Comedia de la dialéctica de de los puños y las pistolas sin pensar en las emboscadas en las que murieron los mejores muchachos de la primera hora, sino pensando en la conquista del Estado y en la defensa de la Patria".[45] Ésta sería una violencia que no entraría en conflicto con sus convicciones religiosas ya que "la violencia no es censurable sistemáticamente. Lo es cuando se emplea contra la justicia. Pero hasta Santo Tomás, en casos extremos, admitía la rebelión contra el tirano".[46] Aceptando sus propias palabras, para asumir la violencia que llegó a ejercer la Falange, habría tenido que vencer su convicción religiosa: "Cuando se derramó la sangre de estos jóvenes comprendí que era necesario defendernos. Mis escrúpulos morales y religiosos se hicieron retortijones y, tras una larga lucha interior, la fe en nuestro ideal venció a toda desilusión y a todo remordimiento".[47]

En abril de 1936, enterado del plan para atentar contra Largo Caballero, lo desautorizó.[48] Podría concluirse que no aceptaba la violencia por la violencia; pero "si no hubiera otro medio que la violencia, ¿qué importa? Todo sistema se ha implantado violentamente, incluso el blando liberalismo".[49]

Referencias

  1. Aunque educado en la práctica devota del catolicismo, Primo de Rivera creía que había que distinguir entre actividades religiosas y las seculares de la vida civil y se opuso vigorosamente a su rival, la Asociación de Estudiantes Católicos. Payne 1997. Pg. 152.
  2. 'En el desempeño de su representación estudiantil tuvo ocasión de vérselas con la fuerza de lo que, años después, calificaría de "mafia blanca", es decir, el clericalismo organizado. Gil Pecharromán 1996. Pg.53
  3. Obtuvo numerosas matriculas de honor a lo largo de la carrera, aunque nunca completaría la tesis doctoral.
  4. Pemartín Sanjuán, Julián, "Valores humanos de José Antonio", en José Antonio. Actualidad de su doctrina, prólogo de José Solís Ruiz, Delegación Nacional de Organizaciones del Movimiento, Madrid, 1961, p. 12.
  5. Nº1 de El Fascio, 16 de marzo de 1933. Obras (del Río 1974). Pgs. 37-42.
  6. Obras (del Río 1974). Pg. 66.
  7. A todas las Jefaturas Territoriales y Provinciales, 24 de junio de 1936. Obras (del Río 1974). Pgs. 941-943
  8. Gil Pecharromán 1996. Pgs. 494-495.
  9. Gil Pecharromán 1996. Pg. 506.
  10. Discurso del teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933. Obras (del Río 1974). Pg. 69.
  11. "La incultura de la masa de los electores no es menos que la de la masa de elegidos en materia de política. Ahí están las listas de candidatos llenas de nombres desconocidos. Obras (del Río 1974). Pg. 886.
  12. Discurso de la Comedia. Obras (del Río 1974). Pg. 67.
  13. Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid. 9 de abril de 1935. Obras (Del Río 1974). Pg.511
  14. Cada ser humano era "un portador de valores eternos", pero no meramente como individuo; sus derechos y valores sólo podrían ser definidos, expresados y defendidos en una sociedad nacional fuerte y unificada. Payne 1997. Pg. 248
  15. "Nosotros consideramos al individuo como unidad fundamental, porque éste es en sentido de España, que siempre ha considerado al hombre como portador de valores eternos. El hombre tiene que ser libre, pero dentro de un orden". Obras (del Río 1974). Pgs. 425-426.
  16. Libertad, 27 de agosto de 1934. Obras (del Río 1974). Pg. 295.
  17. Diario Arriba, Nº 17, 31 de octubre de 1935. Obras (del Río 1974). Pgs. 671-672.
  18. Conferencia pronunciada en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935. Obras (del Río 1974). Pg. 508.
  19. Mitin en Fuensalida (Toledo). 20 de mayo de 1934. Obras (del Río 1974). Pg. 233.
  20. Obras (Del Río 1974). Pg. 384
  21. Obras (Del Río 1974). Pg. 92
  22. Carta a un camarada. Obras (del Río 1974). Pg. 51.
  23. Puntos Iniciales de F.E. Obras (del Río 1974). Pg. 92.
  24. "Eso del corporativismo es un buñuelo de viento. Mussolini que tiene alguna idea de lo que es un Estado corporativo, cuando instaló las veintidós corporaciones, hace unos meses, pronunció un discurso en el que dijo: "Esto no es más que un punto de partida; pero no es un punto de llegada". Obras Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935. (del Río 1974). Pg. 510.
  25. "Por eso la Falange no quiere ni la Patria con hambre ni la hambruna sin Patria; quiere inseparablemente la Patria, el pan y la justicia". Mitin en Madridejos (Toledo), 29 de julio de 1935. Obras (del Río 1974). Pg. 626.
  26. Ahora, 16 de febrero de 1934. Obras (del Río 1976).
  27. en ese tiempo Ramiro Ledesma Ramos ya ha fundado las JONS y lleva cerca de dos años difundiendo las ideas fascistas.
  28. "El Estado fascista, que debe tanto a la firme voluntad del Duce, sobrevivirá a su inspirador, porque constituye una organización inamovible y robusta. Lo que buscamos nosotros es la conquista plena y definitiva del Estado, no para unos años sino para siempre". El Fascio, 16 de marzo de 1933. Obras (del Río 1974). Pg. 41.
  29. Conoció a Mussolini con anterioridad, cuando en 1923 acompañó a su padre el general Miguel Primo de Rivera y al rey Alfonso XIII en la visita oficial que realizaron a Italia.
  30. Gil Pecharromán 1996. Pg. 195.
  31. Según testimonio del periodista que le acompañaba, Manlio Barelli. Gil Pecharromán 1996. Pg. 194.
  32. Prólogo a El Fascismo, de Mussolini. Octubre de 1933. Obras (Del Río 1974). Pg. 53.
  33. Existen fotos donde puede apreciarse, en la chimenea, el retrato de su padre y el de Mussolini. Existe constancia, por los comentarios de la periodista que le hizo una entrevista, que en febrero de 1936 conservaba el retrato expuesto en su despacho. Gil Pecharromán 1996. Pg. 194,
  34. Ismael Saz Campos, 2004, p. 69.
  35. Discurso pronunciado en el Parlamento el 1 de febrero de 1934. Obras (del Río) 1974.
  36. Obras (del Río 1976).
  37. Prólogo a El Fascismo, de Mussolini. Octubre de 1933. Obras (del Río 1974). Pg. 53.
  38. Discurso de proclamación de Falange Española de las J.O.N.S. pronunciado en el teatro Calderón de Valladolid, el día 4 de marzo de 1934. Obras (del Río 1974). Pgs. 189-197.
  39. La periodista que le hizo la entrevista: "Miró en torno nuestro. Un gran retrato de Mussolini, dedicado afectuosamente, preside desde la librería. La cabeza redonda, lisa, y el gesto obstinado de la faz..." Entrevista sobre el voto femenino, La Voz, de Madrid, 14 de febrero de 1936. Obras (del Río 1974) Pg. 885.
  40. Conferencia pronunciada en el Círculo Mercantil de Madrid, el día 9 de abril de 1935. Obras (del Río 1974). Pg. 510.
  41. Artículo en Informaciones en abril de 1936 que fue prohibido por la censura y que apareció en Baleares el 6 de enero de 1940. Obras (del Río 1976)
  42. José Antonio, quien rellenó inmediatamente la tarjeta de adhesión a loa CAUR y recibió a cambio la insignia y el carné que le acreditaban como laborante por el fascismo universal. Gil Pecharromán 1996. Pg. 369.
  43. Gil Pecharromán 1996. Pg. 371.
  44. Gil Pecharromán 1996. Pgs. 271-272
  45. Discurso en las Cortes el 3 de Julio de 1934. En Aguinaga 2003. Pg.74
  46. Carta al camarada Julián Pemartín, 2 de abril de 1933. Obras (del Río 1974). Pg. 49.
  47. Discurso en las Cortes el 3 de julio de 1934. En Aguinaga 2003. Pg.74
  48. Al igual que en la extrema izquierda, en la Falange de aquellos días imperaba la creencia de que en nombre de los principios era lícito decidir sobre la vida o la muerte de los adversarios. […] Desde su celda, José Antonio actuaba a veces como elemento moderador para evitar actos de consecuencias imprevisibles. Gil Pecharromán 1996. Pg. 467.
  49. Carta al camarada Julián Pemartín, 2 de abril de 1933. Obras (Del Río 1974). Pg. 49.

Bibliografía

  • Gil Pecharromán, Julio (1996). José Antonio Primo de Rivera. Retrato de un visionario. Ediciones Temas de Hoy.
  1. Del Río Cisneros, Agustín (Recopilación de) (1974). Obras completas de José Antonio Primo de Rivera. Editorial Almena.
  2. Del Río Cisneros, Agustín (Recopilación de) (1976). José Antonio Primo de Rivera. Obras completas (1922-1936). Editado por Instituto de Estudios Políticos. Madrid, 1976.
  3. Ferran Gallego (2005). Ramiro Ledesma Ramos y el fascismo español. Editorial Síntesis.

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Testamento completo de José Antonio Primo de Rivera

Testamento completo de José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, fundador de Falange Española, y asesinado en la prisión provincial de Alicante el 20 de noviembre de 1936.

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