Mundo Venidero

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El Mundo Venidero (en hebreo: עולם הבא; Olam Ha-Bá), es un término escatológico de las religiones abrahámicas que se refiere a la creencia de que el mundo (o la era) actual es "imperfecto e impuro" y será reemplazado en el futuro por un mundo "perfecto y puro". En el judaísmo también se identifica como la Era Mesiánica, que es vista como un período futuro en la Tierra en el que el Mesías, rey de Israel reinará sobre todo el mundo en una tiranía teocrática al finalizar la Guerra de Gog y Magog. Otros nombres que recibe son: Séptimo Milenio, Milenio Sabático, Segundo Edén, Cielo en la Tierra, Reino de Dios, Nueva Jerusalén. La evidencia muestra que el término Nuevo Orden Mundial se refiere a este concepto.[1] Olam Ha-Bá sucede y se contrapone al Olam Ha-Ze (עולם הזה; "Este Mundo"), que se conforma por los seis primeros milenios del calendario hebreo.

El concepto está relacionado pero difiere de los conceptos de la vida después de la muerte en que el cielo es otro lugar o estado de existencia que generalmente se considera por encima del mundo. Aunque en ocasiones (especialmente en el cristianismo) se suele identificar al Mundo Venidero como un plano de existencia únicamente espiritual, es decir, como la vida continua de un individuo después de la muerte, los textos del judaísmo enseñan claramente que se trata de un concepto ideado para ser impuesto en el mundo físico.

Origen

El concepto proviene originalmente del zoroastrismo, donde es conocido como Frashokereti, donde el Saoshyant traerá una resurrección de los muertos en los cuerpos que tenían antes de morir. Esto es seguido por un juicio final. Los yazatas Airyaman y Atar derretirán el metal en las colinas y montañas, y el metal fundido luego fluirá por la tierra como un río. Toda la humanidad, tanto los vivos como los muertos resucitados, deberán vadear ese río, pero para los justos (ashavan) "parecerá ser un río de leche tibia, mientras que los malvados serán quemados. El río luego fluirá hacia el infierno, donde aniquilará a Angra Mainyu y los últimos vestigios de maldad en el universo". El Saoshyant se menciona por primera vez como un salvador en los Yashts escritos alrededor del 625 y 225 AEC.

El séptimo milenio

ilustración de los siete días de la creación según el Génesis, correspondientes a los siete milenios, El cuarto día marca la creación del Sol y durante el cuarto milenio se considera el advenimiento de Mesías ben Yosef (Jesucristo), el cual es asociado por los cristianos con el Sol mediante el versículo de Malaquías 4:2. El séptimo milenio marca el advenimiento de Mesías ben David, que establece el shabat de mil años y el reino teocrático del Olam Ha-Bá.

Según el libro de Génesis, el dios abráhamico completó la creación en seis días mientras que el séptimo día (shabbat, שַׁבָּת) fue de descanso (Génesis 2:2-3). Cada día de la creación representa un milenio en el calendario hebreo, según el cual, la creación habría comenzado en el año 3760 AEC. y "este mundo" (Olam Ha-Ze, עולם הזה), de seis milenios (que abarcan las eras de Tauro, Aries y Piscis), terminaría en septiembre del año 2240 EC. El final de este período de 6000 años daría comienzo al séptimo milenio (Olam Ha-Bá, עולם הבא) que es el periodo en que los judíos esperan haber conseguido la "restauración de la edad dorada" y el establecimiento del "Segundo Jardín del Edén", es decir, la utopía universal judía en la que Israel sea dueño absoluto de la tierra con su Mesías gobernando como rey desde su trono en Jerusalén. El año gregoriano 2024, por ejemplo, es el año 5784 del calendario hebreo. Dado que existen cuatro métodos para contar los años desde la supuesta creación del mundo en el calendario hebreo, el último año del sexto milenio podría ser 2240, 2241, 2242 o 2243. Según el Talmud, la destrucción del mundo ocurrirá a principios del séptimo milenio, en los últimos días después de la venida del Mesías.[2]

El comienzo del séptimo milenio tiene la intención de coincidir con el final de la Era de Piscis (asociada a la era cristiana), y el comienzo de la Era de Acuario, signo del 'Hombre' (אדמ, adam), representando el comienzo del dominio de los judíos: ..."los judíos son llamados "hombres", pero los gentiles no son llamados "hombres". (Bava Metzia 114b.2[3] y Yevamot, 61a.1[4]). La era de acuario está regida por Saturno, el planeta del shabat, por lo que el Mundo Venidero es el equivalente a la restauración de la edad de oro de Saturno.

Reino teocrático y el tiempo de los gentiles

En la Biblia hebrea, el reino teocrático comenzó en el Sinaí, cuando Shejiná habitó en el Tabernáculo y más tarde en el Templo de Salomón. Primero Moisés, los jueces y luego los reyes judíos fueron los representantes del liderazgo de este reino teocrático en la tierra. Es decir, Yahvé era el Jefe de Estado del Reino Teocrático, cuyo regente era el Rey de Israel.

Cuando el Templo de Salomón fue destruido por Nabucodonosor II en el año 587 AEC., Shejiná dejó a Yahvé para "acompañar a los judíos en el exilio"[5]. De ese modo, el reino teocrático en la tierra terminó con la partida de Shejiná como se describe en el Libro de Ezequiel (4:22-25), y la separación de Yahvé y Shejiná causa el sufrimiento en el mundo. La Biblia hebrea desde ese momento en adelante se refirió a los poderes gentiles como el referente del tiempo.

El 'tiempo de los gentiles' había comenzado en el momento del Cautiverio de Babilonia, y terminará hasta la construcción del Tercer Templo, momento en el que Yahvé se reúna nuevamente con su Shejiná y así el mundo sea renovado: “Porque como los cielos nuevos y la tierra nueva, que yo hago…” (Isaías 66:22).[6] Por lo tanto, se planea reestablecer el reino teocrático visible en la tierra cuando según el Nuevo Testamento (Lucas 21:24) "se cumpla el tiempo de los gentiles" (la «plenitud de los gentiles», según Romanos 11:25), es decir, en el momento en que el dominio gentil en la tierra termine y comience el dominio de los judíos.

Los Dolores del Parto

Véase también: Guerra de Gog y Magog


El advenimiento del Mesías es equiparado a los dolores del parto antes del nacimiento de un niño, lo que se conoce como los "Dolores del Parto del Mesías" (חבלי משיח, Jevlei Mashiaj). Los judíos buscan ser redimidos durante este proceso, el cual tiene que ser especialmente doloroso y violento, lo que es conocido también en la escatología judeocristiana como las "tribulaciones", vistas como "señales antes del fin" (Mateo 24:3-28; Marcos 13:3-23; Lucas 21:7-24; 17:22-24). El Rebe de Lubavitch, como otros, sostiene que el Mesías debe llegar antes del comienzo del Shabat del año 6000 (año gregoriano 2240)[7], o de lo contrario habría "desastrosas consecuencias".

Los días de la semana son medidos de atardecer a atardecer. El sexto día o viernes (יום שישי, Yom Shishi) siempre ha sido un día muy ocupado porque implica hacer todo el trabajo que no puede ser realizado en el día sábado. De igual manera, durante el sexto milenio, los judíos deben hacer los preparativos para el milenio sabático y deben "trabajar", esforzarse más duro y apurarse, particularmente durante los últimos 400 años del sexto milenio, cuando las guerras, catástrofes y eventos destructivos sean cada vez más frecuentes y más dolorosos, al igual que las contracciones de una mujer embarazada a punto de dar a luz (Isaías 26:17; Mateo 24:3-8).

El período de los últimos 400 años del sexto milenio comenzó en el año hebreo 5600 que equivale al año gregoriano 1840. Este fue un año muy especial porque se cumplía "el año 600 del sexto milenio" y a partir del cual los cabalistas tuvieron permiso de difundir la cábala, cuyo estudio estaba sólo reservado a los iniciados. Ese es el año que el Zohar dicta que "las Puertas de la Sabiduría" se abrirían en el Cielo ("arriba") y "las Fuentes de la Sabiduría" brotarían en la Tierra ("abajo") marcando el comienzo de los preparativos para entrar en el séptimo milenio,:

En el año 600 del sexto milenio, las puertas de la sabiduría de arriba, junto con los manantiales de sabiduría de abajo, se abrirán y el mundo se preparará para marcar el comienzo del séptimo milenio. Esto está simbolizado por alguien que comienza los preparativos para marcar el comienzo del sábado en la tarde del sexto día. De la misma manera, hacia el final del sexto milenio, se hacen los preparativos para entrar en el séptimo. La pista para esto es “En el año 600 de la vida de Noé... todas las fuentes del gran abismo brotaron y las compuertas de los cielos se abrieron.
—Zohar 1:117a[8]
La redención (גְאוּלָה, geulá) de Israel se realizará a través de la fuerza mística de la letra “Vav” [que tiene el valor numérico de seis], es decir, en el sexto milenio…. Felices los que quedarán vivos al final del sexto milenio para entrar en el Shabat, que es el séptimo milenio; porque ese es un día apartado para el Santo en el cual efectuar la unión de las almas nuevas con las almas viejas en el mundo
—Zohar, Vayera 119a.

El Talmud babilonio dice que el "Mundo Venidero" (junto a la Torá y la Tierra de Israel) es un regalo del dios judío dado por medio del sufrimiento como forma de purificación. La Torá por el "Éxodo", Eretz Israel por el "Holocausto" y el Mundo Venidero por la "Guerra de Gog y Magog".:

Rabí Shimon ben Yohai dice: El Santo, Bendito Sea, le dio a Israel tres regalos preciosos, todos los cuales fueron dados solo por medio del sufrimiento, que purificó a Israel para que tuvieran el mérito de recibirlos. Estos dones son: la Torá, Eretz Israel y el Mundo Venidero.
—Berakhot, 5a.20[9]

El autor judío Dr. Michael Higger, en su libro llamado La Utopía Judía (1932), que habla explícitamente del gobierno mundial judío, dice que:

El advenimiento de la nueva era será, pues, precedido por las "tribulaciones" de la Era Mesiánica, es decir, grandes angustias, invasiones extranjeras, confusiones y decadencia moral. Según otra tradición, las tres generaciones que preceden al período mesiánico poseerán abundancia de plata y oro y otros lujos. Por lo tanto, la gente llevará una vida inmoral e impía.


El pueblo de Israel así conquistará, espiritualmente, a las naciones de la tierra, y así Israel será elevado sobre todas las naciones en alabanza, nombre y gloria.
—Michael Higger, La Utopía Judía.[10]

Acelerar la llegada del Mesías

Aunque tradicionalmente se considera que el pueblo judío no necesita acelerar o participar activamente en la llegada del Mesías sino simplemente "esperar hasta que Dios decida el momento adecuado" (siguiendo probablemente algunos textos del Talmud[11] y la Tanaj[12]), los cabalistas Isaac Luria, llamado "el Arizal" (1534-1572) y Elijahu ben Shlomó Zalman, llamado "el Gaón de Vilna" (1720-1797), por su parte, afirmaron que el pueblo judío debe realizar por sí mismo aquellas tareas que estaban tradicionalmente asignadas a Yahvé y a los mesías gemelos, Mashiaj ben Yosef y Mashiaj ben David. De acuerdo con Luria, el padre de la cábala, esto depende en reunir las "chispas divinas", un compromiso que los judíos pueden cumplir por sí mismos, y así cada generación tiene el reto y la oportunidad para "reparar el mundo" (תיקון עולם, Tikkun Olam) lo suficiente para restaurarlo a su gloria original, una restauración que según el Zohar implica reparar en igualdad los "mundos de arriba y de abajo".

Asimismo, afirmaron que la mejor manera de que los judíos libren la guerra contra los amalecitas (es decir, los malvados gentiles) era migrar masivamente a Palestina y conquistar la tierra, una misión que requeriría al menos 600,000 almas judías para tener éxito. Los cabalistas creen que existen exactamente 600,000 almas judías tal como fueron 600,000 israelitas que salieron de Egipto en el Éxodo.

Tanto "el Arizal" como "el Gaón de Vilna" creían que ellos eran las almas reencarnadas de Mashiach ben Yoseph, el rey guerrero que conduce a los judíos a Palestina y castiga a los gentiles en cada sucesiva generación y finalmente lidera la guerra de exterminio en preparación del Mundo Venidero gobernado por Mashiaj ben David. Otros judíos intentaron adoptar estos roles, como Shabbatai Zevi (1626-1676) quien trató de atraer a los judíos hacia Palestina y el rabino Shimon bar Yojai que hizo un llamado al exterminio incluso de los mejores entre los gentiles.[13]

Siguiendo las ideas del Arizal y del Gaón, Karl Marx buscó establecer un gobierno mundial como el de la profecía mesiánica comunicando sus consignas a su rabino Baruch Levi en una carta, y Moisés Hess exhortó también a los judíos a que regresaran a Palestina y se convirtieran en su propio Mesías. Siete años después del año que marca el Zohar, en 1847, Karl Marx, Moisés Hess y Friedrich Engels comenzaron a trabajar en el Manifiesto comunista de 1848, año en el que las revoluciones irrumpieron por toda Europa.

Menachem Mendel Schneerson conmina a Benjamin Netanyahu a "acelerar la llegada del Mesías" el 18 de noviembre de 1990.

El 18 de noviembre de 1990, en una reunión con el entonces miembro del Knéset Benjamin Netanyahu, el influyente rabino Menachem Mendel Schneerson le dijo:

—Schneerson: Desde la última vez que nos vimos muchas cosas han progresado. Sin embargo, lo que no ha cambiado es que el Mashíaj no ha venido. ¡Haz algo para acelerar su venida!
—Netanyahu: Estamos haciéndolo, estamos haciéndolo.
—Schneerson: ¡Aparentemente no es suficiente ya que ya han pasado muchas horas de este día[14] y él aún no está aquí! Pero todavía quedan algunas horas del día, ¡así que intenta traerlo hoy![15]

Los supremacistas judíos necesitan darse mucha prisa para cumplir todo esto porque saben muy bien que si se demoran, sus planes criminales pueden ser expuestos ante el mundo entero y detenidos antes de ser materializados, exponiendo también todo su conjunto místico y religioso como el gran fraude y engaño que es, lo cual supondría una catastrófica consecuencia para ellos. Sin embargo, existen poderosos mecanismos psico-religiosos que dificultan gravemente esta labor ya que se abocan en nublar y manipular la consciencia de los no judíos mediante diversas creencias y dogmas ciegos derivados de esta cosmovisión genocida, como la autopercepción de ser inherentemente pecadores, la búsqueda de la salvación a través de la autonegación y el desprecio por la vida mundana, y muy especialmente, la que consiste en la vieja táctica del miedo: "todo aquello que cuestione estos dogmas es debido a la instigación de Satanás para evitar esa salvación".

Exterminio de los europeos

Los textos rabínicos y cabalísticos enseñan que los judíos deben cumplir la "divina misión" de "reparar u ordenar el mundo" llamada como Tikkun Olam (תיקון עולם), mediante la liberación de las "chispas de santidad" que quedaron atrapadas en los "restos" o las "cáscaras" (kliphot) de las vasijas del caos cuando se quebraron al comienzo de la creación. Algunas cáscaras no son completamente impuras y pueden redimirse (קליפת נוגה, Kelipat Nogah) pero otras son completamente impuras (שלוש קליפות הטמאות, Shalosh Kelipot Hatmayot) y deben ser destruidas para la purificación del mundo.[16] De estas últimas derivan las almas de los gentiles.[17][18][19]

De todos los gentiles, los más perversos y odiados por el judaísmo son los llamados "descendientes de Esaú", o Edom, hijos del primogénito cósmico o caos primordial, los cuales deben ser completamente exterminados para la reparación del mundo,[20][21][22] muy especialmente los llamados "amalecitas", es decir, el nombre en clave aplicado a todos los opositores del judaísmo o supremacismo judío y que deben ser aniquilados antes de construir el tercer templo.[23][24]

...es la función del pueblo judío de destruir a los descendientes de Esaú.
—Rabino Isaiah HaLevi Horovitz (c.1565 – c.1630)[25]

Estos "primogénitos" deben ser sacrificados para que sus almas sean absorbidas por el alma del Mesías Sufriente, Mesías ben Yosef, la Serpiente Maligna, Yeshu haNotzri. Este, a su vez, debe traspasar su alma al Mesías Triunfante, su gemelo Mesías ben David, para obtener la "Unidad del Mesías" (יחידה מָשִׁיחַ, Yehidá Mashiaj), momento en el cual el fruto prohibido de la vid, el árbol de la muerte, que era inmaduro y dado prematuramente a los gentiles como una maldición para que perezcan, será maduro y apto para ser consumido por los judíos.

Los rabinos identifican a Edom con la civilización occidental cristianizada.[26][27]

Los europeos deben ser erradicados dentro de los últimos 400 años del sexto milenio en una serie de calamidades cada vez más intensas y frecuentes.

Sólo después de que los "Hijos de la oscuridad" sean aniquilados en el llamado "Día de Yahvé" (Jeremías 49:10; Abdías 1:18), la redención (גְאוּלָה, geulá) y la expiación de los pecados de los judíos estará completada y "la luz divina llenará el mundo" y "reinará la paz para siempre" en el séptimo milenio. El "Lado de la Impureza" o Sitra Ajra (סטרא אחרא), de donde provienen las almas inmundas de los gentiles[17][18][19], será abolido y sólo reinará el "Lado de la Santidad" o Sitra D'Kedushah (סטרא דקדושה).

La redención depende (...) de la destrucción de Amalek[28]... Así, en el día en que (Hashem), los extermine será como el día en que el Santo, bendito sea, creó el cielo y la tierra.[29]
—Zohar 1.20.231 y 1.21.232

Para poder justificar el exterminio de los gentiles, los judíos supremacistas han requerido fomentar entre ellos los pecados, la inmoralidad y un antisemitismo exacerbado e irracional. El propósito religioso y "esotérico" de los movimientos decadentes y degenerados instigados por el judaísmo es "tentar al pecado" a los gentiles, para que al llegar el momento puedan ser juzgados en un, así llamado, "juicio justo" y condenados a muerte. Estados Unidos, que es considerado como la "cabeza de Edom", está siendo constantemente vilificado y demonizado por la propaganda para que su destrucción final pueda aparecer como "justa". Bajo la perspectiva de la Rusia ortodoxa, Estados Unidos está dominado por el Anticristo al estar completamente perdido en el marxismo cultural, y su destrucción será visto como algo piadoso. De la misma manera, buscan también exacerbar el odio irracional a los judíos, probablemente bajo los fundamentos religiosos de siempre, de forma que los antisemitas (Amalek) sean retratados ante el mundo, de una vez por todas, como los villanos y antagonistas de la humanidad y puedan ser aniquilados sin reparos.

La impiedad se caracterizará por gobiernos corruptos y sus opresiones a Israel. Estas naciones no existirán en la era ideal y su dominio será abolido antes del advenimiento de la Era Mesiánica. Aliados con estas naciones impías están aquellos pueblos que poseen los rasgos malvados de los amalecitas, ismaelitas y gabaonitas tradicionales. Antes del Amanecer de la Nueva Era, llegará su fin.
—Michael Higger, La Utopía Judía

El rabino Mendel Krasniansky habla sobre la destrucción de los gentiles como un "genocidio cultural":

Preguntando qué pasará con los goyim cuando llegue el Moschiach. ¿Serán destruidos y aniquilados?
Alguien dice: "¡A quién le importa!", está bien.

Una de las preguntas que se han hecho fue que el passuk (פסוק; texto) que fue traído, lo cual aparentemente describiría la aniquilación de los goyim, dice: Beka kakol b'nei Sheis (בָּקַע כַּכֹּל בְּנֵי שֵׁת, que podría interpretarse como "la ruptura de todos los hijos de Set"), cuya traducción significa aniquilación, destrucción.
Realmente no se puede discutir que los goyim serán exterminados, no es realmente una opción para todos los navi'im (נביאים, 'profetas'), todas las profecías... podrías decir que nosotros destruimos sus nacionalidades y que ahora todos son un montón de yechidim (en hebreo, יחידים, 'individuos') vagando por ahí, ¡No! Incluso como naciones, como goyim, ¡están acabados! Su personalidad... ¡No existen, están acabados!
En la terminología moderna... lo llaman genocidio cultural! ¡Hay un término para eso, por los progresistas, es llamado genocidio cultural!
La opinión que dice que ellos serán aniquilados básicamente dice que tendrán un genocidio cultural. Es por eso que dice que todo individuo, sin sobrevivientes. ¡No sólo como nación dejarán de existir, ¡incluso como individuos!

Tienen que desaparecer. Sí, en otras palabras, tienen que ser totalmente nulificados para el pueblo judío y no hay redención para ustedes como individuos mientras existan en su propia personalidad.
—Rabino Mendel Krasniansky[30]

Milenio sabático y esclavitud de las naciones

El Shabbat (שַׁבָּת) o séptimo día que los judíos celebran cada semana es una reproducción a pequeña escala de lo que esperan del "milenio sabático". Las bendiciones que recitan en el Shabbat les recuerdan que ellos son el "pueblo elegido" y los "Hijos de la Luz" que deben librar una guerra contra los "Hijos de la Oscuridad", es decir, los gentiles. El ritual semanal del Shabbat, siempre ha simbolizado el plan del judaísmo para apoderarse del mundo dentro de los últimos 400 años del sexto milenio desde la creación de Adán.

Cuando los judíos completen su "divina misión de reparar el mundo" entonces podrán descansar y disfrutar del shabat de mil años. Así como el séptimo día es un día de descanso, el séptimo milenio es un periodo de descanso donde los judíos esperan no tener que trabajar más puesto que todas las naciones gentiles mestizas y no blancas serán sus esclavas (de forma similar que los Shabbos goym trabajan para los judíos en el shabat) como dice el Talmud:

... una vez que el Mesías venga, todas las naciones serán subsirvientes/esclavos (עֲבָדִים) del pueblo judío, y lo ayudarán a preparar lo que sea necesario para el Shabat.
—Eruvin, 43b.6[31]
Dado que la Guemará discutió la importancia de la mitzvá de los flecos rituales,[32] cita lo que dijo Reish Lakish: Cualquiera que esté atento al realizar la mitzvá de los flecos rituales merece que dos mil ochocientos sirvientes/esclavos le sirvan en el Mundo Venidero. Como está dicho: "Así ha dicho Yahvé de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de entre todas las lenguas de las naciones, sostendrán la punta del manto de aquel que es judío, diciendo: "Iremos contigo, porque hemos oído que Dios está contigo" (Zacarías 8:23). En cada esquina de la prenda de una persona judía con flecos rituales, se agarrarán diez personas de cada una de las setenta naciones. Eso suma setecientas personas en cada esquina; 2.800 personas en total.
—Shabbat, 32b.6[33]

La palabra hebrea usada es עֲבָדִים (avadím), plural de עבד (eved), que significa esclavo o sirviente.[34] Esta esclavitud durará hasta que llegue el momento en que la tecnología pueda avanzar tanto que los esclavos gentiles queden obsoletos, innecesarios y redundantes, momento en el cual serán también exterminados.

El rabino Mendel Krasniansky continúa diciendo:

Cualquiera que realice tzitzit (ציצית, flecos) tendrá 2800 avadim (עֲבָדִים, 'esclavos'). Diez personas de todas las leshonot (לְשׁוֹנוֹת, 'lenguas') de los goyim... vehecheziku bikhnaf ish Yehudi (en hebreo: וְהֶחֱזִיקוּ בִּכְנַף אִישׁ יְהוּדִי; "Y tomarán del borde del manto de un hombre judío."") Se agarrarán de la esquina, del kanav (קַנָף) del manto de un ish yehudi (אִישׁ יוּדִי, 'hombre judío'), leimor: "nelchah imachem (לֵאמֹר נֵלֲכָה עִמָּכֶם): "diciendo: déjanos ir contigo, ki shamanu Elokim imachem" (כִּי שָׁמַעְנוּ אֱלֹהִים עִמָּכֶם): porque escuchamos que Hashem está contigo" (Zacarías 8:23).

Todos van a servir a Hashem. Ese es el resultado final de la geulá (גְּאֻלָּה, 'redención'): todos servirán al Ebishter (אייבערשטער; palabra yidis que se utiliza para referirse a Dios, y significa "El Supremo" o "El Altísimo")
(...) ¿Qué estamos buscando? Estamos buscando una monarquía absoluta donde lleguemos al Avodah leMelech haMashiach (עֲבוֹדָה לְמֶלֶךְ הַמָּשִׁיחַ; 'el servicio al Rey Mesías').

(...) Los extranjeros se quedarán y pastorearán tus animales por ti (Isaías, 61:5-6).
—Rabino Mendel Krasniansky[30]

Noajismo

Artículo principal: Noajismo

En la Olam Ha-Ba, todas las naciones mestizas o no blancas que no sean exterminadas serán sometidas finalmente al noajismo, que sustituirá a todas las religiones del mundo las cuales serán abolidas y los gentiles reconocerán al dios judío como el único y verdadero dios y a la religión judía como la única religión verdadera (Isaías 2:3, 11:10, Miqueas 4:2-3; Zacarías 14:9, Salmos 22:27-29). Todas las naciones del mundo reconocerán al Mesías como el líder mundial, y reconocerán la superioridad del pueblo judío y aceptarán su dominio. El cristianismo y el islam son necesarios como preparación para ese momento, como escribió Maimónides.[35][36]

Las leyes noájidas son la materialización de la servidumbre de Esaú hacia Jacob: ("el mayor servirá al menor"; Génesis 25:23). Algunos rabinos, como Yosef Jacobson[37] y Chaim Richman[38], van más allá e interpretan esto con el significado de que, en el Mundo Venidero, Esaú (las naciones del mundo) adorará como divino a Jacob (el pueblo judío), es decir, los gentiles adorarán a todos los judíos colectivamente y no sólo a un único individuo como en el caso del judío Jesús de Nazaret.

Yitzchak Ginsburgh afirma que los gentiles que desean servir verdaderamente al dios de la Torá deben servir y ayudar a los judíos a la conquista mundial:

Una gran porción del mundo no judío adora a un judío individualmente, al cual llaman "el hijo de Dios". El mundo no judío debe llegar a reconocer que TODOS los judíos son hijos de Dios. Los Bnei Noaj deben esforzarse por ayudar a que los judíos cumplan su propósito en la tierra. No adorándolos como se adora a Dios, sino al comprender que un completo y sincero servicio a Dios implica la disposición continua para servir y ayudar a Su pueblo Israel a traer la redención al mundo. Sólo entonces será revelado el verdadero Mesías.

Krasniansky dice al respecto:

Cuando dice que los goyim fueron creados (no sólo los goyim, por cierto) todo en el mundo entero es creado bishvil Yisrael (en hebreo: בִּשְׁבִיל יִשְׂרָאֵל "por el bien de Israel" o "para el propósito de Israel"), lo que significa que tu forma de servir a Hashem es por medio de ayudar a Israel.

Esa existencia independiente en sí misma quiere servir al yiddin (yidis: יידין, judío), quiere servir a Hashem, reconocer a Hashem, nuestro Dios... que también va a ser el dios de los goyim. Hashem Echad (השם אחד; 'el nombre es uno'). Y debemos entender que los goyim tienen que reconocer el shem mitzvá (שֵׁם מִצְוָה mandamientos de Noé) y comenzar a seguirlos. Y hay maneras de traer al Moschiach, hacer que los gentiles cumplan con el shem mitzvá.
Los goyim van a temer a Hashem, no van a ser forzados, ellos van a temerle. No quieres que ellos solo sirvan a Hashem porque están en su batalla. Quieres que hagan mitzad atzlam (hebreo: מצד עצמם, "por su cuenta" o "por sí mismos") para reconocer a Ebishter. Quieres que sirvan a Hashem, que reconozcan la grandeza de Hashem.
El Rambam dice que, incluso hoy en día, los gentiles tienen que cumplir con la shel mitzvá (של מצווה "con el mandamiento") porque Hashem lo ordenó, en otras palabras, recibieron la shel mitzvá ya desde los tiempos de Noaj, incluso desde Adam HaRishon (אָדָם הָרִאשׁוֹן; "el primer hombre"), pero la recibieron nuevamente por Noaj, pero tienen que cumplir con una dafka (דַוְקָא, 'de forma precisa y con intención').
Y surge la pregunta, ¿por qué es tan importante para ellos tener que hacerlo? Porque necesitamos un mundo que funcione de manera hermosa y apropiada para que ellos puedan hacer su trabajo y vivir en una sociedad y un mundo que funcionen, un mundo refinado...

Si todo el asunto era que los goyim no tienen metsiyus (מציאות, yidis: "existencia" o "importancia"), es solo para asegurarse de que no se interpongan en el camino y de asegurarse de que el mundo pueda ser hermoso y que la yidna (יידנא, yidis, "pueblo judío") sea todo lo que importe y que todos los demás estén en esta batalla por los yiddin (יידין judíos) y pierdan toda identidad.
—Rabino Mendel Krasniansky[30]

Básicamente, Krasniansky dice que el judaísmo busca que las identidades y nacionalidades no judías sean desmanteladas (genocidio cultural), que los no judíos reconozcan los mandamientos judíos (mitzvot) y sean subordinados a los judíos. Los gentiles tienen únicamente el propósito de ayudar al pueblo judío en su misión espiritual, sin una identidad nacional y espiritual o misión propia, como si fueran meros colaboradores sin su propio valor intrínseco.

El castigo por violar las leyes y preceptos noájidas está descrito en el Talmud e implica la muerte por decapitación (הרג, hereg).[40] Maimónides afirma que cualquier gentil que no acepte el noajismo será ejecutado[41], ya que "Dios obligó al mundo a seguir estas leyes".

Pero todo no-judío que se someta servilmente a las leyes del noajismo se convierte en un «justo gentil» (צדיק עם-גוי, tzadik im-goy) o «justo entre las naciones del mundo» (חָסִיד אוֹמוֹת הָעוֹלָם, Jasid Umot Ha-Olam), y se le asegura un lugar en el Mundo Venidero como recompensa final. En Mateo 15:21-28, se refleja la naturaleza de esta condición cuando Jesús dice a la mujer gentil cananea que "no se debe dar a los perros el pan de los hijos" ya que fue "enviado sólo a las ovejas perdidas de Israel", pero ella acepta su posición inferior de no judía conformándose con "comer las migajas que caen de la mesa de sus amos", por lo cual Jesús accede a recompensarla.

En general, los pueblos del mundo serán divididos en dos grupos principales: los israelíticos y los no israelíticos. El primero será justo; vivirán de acuerdo a los deseos del único Dios universal (...) Todos los demás pueblos, por otro lado, serán conocidos por sus prácticas detestables, idolatría y similares actos de perversión. Serán destruidos y desaparecerán de la tierra antes de la inauguración de la era ideal. Estos pueblos impíos serán llevados a juicio antes de que sean castigados y condenados.
—Michael Higger, La Utopía Judía.

Cristianismo

Véase también: Segunda venida de Cristo


En el cristianismo, el término se encuentra en el Credo de Nicea: "Esperamos la resurrección de los muertos, y la vida del mundo venidero/futuro". También se encuentra en el Nuevo Testamento en Mateo 12:32, Marcos 10:30, Lucas 18:30, Hebreos 2:5, Hebreos 6:5. Otras expresiones relacionadas son "era por venir", que se encuentra típicamente en traducciones más recientes, "Reino de Dios", "Era Mesiánica", "Era Milenaria", "Era Dorada", "La Nueva Tierra", "Nueva Jerusalén", y también la "Vida Eterna".

El cristianismo se basa en la esperanza del cumplimiento de las profecías judías del juicio final (Mateo 25:31-46) y el fin del mundo (Mateo 24:29-51; Marcos 13:24-37; Lucas 21:25-36), que expresan la destrucción de todas las naciones para que el Mesías gobierne en el Mundo Venidero. Mientras que el cristianismo enseña activamente que este estado de existencia es alcanzado "después de la muerte" ("la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios"; 1 Corintios 15:50-54), el judaísmo enseña que se trata de un periodo de la historia donde los judíos dominan el mundo felizmente después de haber exterminado a los cristianos, considerados como "descendientes de Esaú". Como se puede apreciar, ambos credos esperan el mismo resultado desde perspectivas opuestas. La Era mesiánica y el regreso de Jesús se refieren al mismo concepto.

En Apocalipsis se describe que los cristianos serían decapitados por su fidelidad a Cristo y se les promete que resucitarán y que "reinarán con él mil años", esto es, en el séptimo milenio:

Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
—Apocalipsis 20:4-6

El pináculo del "plan de redención" es la "Nueva Jerusalén", donde los redimidos reinarán eternamente (Ap. 22:3-5), y donde "nada manchado entrará en ella" (Ap. 21:27).

Michael Higger, escribe que los gentiles que sigan aferrándose a la idea cristiana de la Trinidad, y los demás paganos, no podrán vivir en el Mundo Venidero:

Israel será un testimonio viviente de la absoluta unidad de Dios. Consecuentemente, en la era ideal, no habrá gente que crea en la división de la Divinidad en dos o más partes o personas. Sólo aquellos que crean en un solo Dios podrán sobrevivir en el mundo ideal.
—Michael Higger, La Utopía Judía.

Referencias

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  11. Ketubot 111a
  12. Levítico 26
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  37. Yosef Jacobson habla sobre la futura adoración colectiva a los judíos como divinidad por parte de los cristianos
  38. Chaim Richman: "Ustedes no deberían adorar un judío, deberían adorarnos a todos nosotros"
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